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La Unidad universal que habla: La Palabra del Espíritu Creador Universal
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Libro electrónico323 páginas3 horas

La Unidad universal que habla: La Palabra del Espíritu Creador Universal

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Información de este libro electrónico

¿No ha tenido usted siempre el sentimiento de sentirse unido a un poder superior, pero no a una religión? ¿Tal vez porque las enseñanzas son ambiguas, sus preguntas quedan sin respuesta y las palabras parecen no estar en concordancia con los hechos?

Este libro le permitirá tener acceso a una nueva imagen de Dios: desde el estallido originario hasta la pregunta de por qué hay enfermedades, muertes y catástrofes de la naturaleza usted encontrará respuestas a preguntas que otras enseñanzas religiosas no contestan. Aprenda a entender por qué una relación plena de respeto y amor con otros seres vivos es tan importante; lo que podemos aprender de los animales y cómo podemos volver a vivir en armonía con la naturaleza. Averigüe por último de qué modo puede encontrar el camino hacia una vida más consciente: a través de nuevos conocimientos, un punto de vista lleno de respeto y amor, interiorización y ejercicio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 nov 2021
ISBN9783964461421
La Unidad universal que habla: La Palabra del Espíritu Creador Universal
Autor

Gabriele

A prophetess of God-in our time? Yes, Gabriele is a woman of the people who was called by God to serve Him as a prophetess. And she accepted this call. One hundred percent, until today. The fullness of the prophetic word is available in the form of books and audio recordings.

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    La Unidad universal que habla - Gabriele

    La unidad universal

    que habla.

    La Palabra del

    Espíritu Creador Universal

    Una obra de enseñanza y aprendizaje

    dada desde la escuela de la Sabiduría divina

    Extractos de coloquios con Gabriele,

    recopilados por Martin Kübli y Ulrich Seifert

    Image - image1.jpeg

    El Espíritu universal

    es la enseñanza del amor a Dios y al prójimo,

    a los seres humanos, a la naturaleza y a los animales

    Febrero 2021

    Edición impresa del 2014

    Spanisch

    © Gabriele-Verlag Das Wort GmbH

    Max-Braun-Str. 2, 97828 Marktheidenfeld, Alemania

    www.gabriele-verlag.de

    www.editorialgabriele.com

    Título del original en alemán:

    »Die redende All-Einheit. Das Wort des Universalen Schöpfergeistes«

    En todas las cuestiones relativas al sentido, la edición original en alemán tiene validez última.

    Todos los derechos reservados.

    Créditos de las fotografías: © freshidea/fotolia.com © Per-Anders Pettersson/Corbis © Jenny Matthews/In Pictures/Corbis © Viviane Moos/Corbis © Les Stone/Sygma/Corbis © Karen Kasmauski/Corbis © Bettmann/Corbis © Peter Turnley/Corbis © David Turnley/Corbis © Alison Wright/Corbis.

    Nº de pedido: B173es

    ISBN 978-84-8251-096-5 (edición impresa en español)

    ISBN 978-396446-142-1 (epub en español)

    ISBN 978-396446-143-8 (mobi en español)

    Prefacio

    Una visión profética divina

    transmitida con nuestras sencillas

    palabras del mundo tridimensional

    Estimados lectores:

    En la obra cósmica de enseñanza y aprendizaje «La Unidad Universal que habla. La Palabra del Espíritu Creador Universal» van a leer ustedes palabras de la verdad dadas desde la verdad eterna, desde la vida eterna, que es de siete dimensiones.

    La palabra de la verdad comprende dimensiones que quedan ocultas a nuestra forma de pensar, principalmente marcada por lo material.

    Jesús, el Cristo, ha cumplido la promesa que hizo a la humanidad hace 2000 años, cuando dijo: «Aún tendría muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis comprender. Pero cuando venga aquel, el Espíritu de la Verdad, Él os guiará a toda la verdad».

    En coloquios con Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestro tiempo, hemos grabado en sonido las descripciones de su visión interna y sus palabras. En la medida en que nos ha sido posible, transmitimos el contenido de estas conversaciones en el presente libro «La Unidad Universal que habla. La Palabra del Espíritu Creador Universal, una obra cósmica de enseñanza y aprendizaje dada desde la escuela de la Sabiduría divina». Este libro instruye sobre la formación y la acción del acontecimiento omniabarcante y poderoso de la Creación, desde el éter de luz hasta la formación del núcleo divino del ser de todos los seres de la Creación y de la perfecta forma del eterno SER de Dios.

    Los seres humanos vivimos en las tres dimensiones, que para nosotros casi siempre son la medida de todas las cosas; por eso también nuestro lenguaje está marcado por las tres dimensiones. Las palabras las llenamos con los contenidos más diversos. Lo mismo sucede con la palabra «Dios», con la que durante la historia se han causado más desgracias que bendiciones. Cuando en el presente libro se habla de Dios, el contenido de dicha palabra no es la imagen del Dios institucional que castiga, que se cubre de misterios, sino más bien la de la Inteligencia primaria omniabarcante, la Fuerza creadora del Eterno, que con legitimidades universales obra y tiene efecto en todo el infinito.

    Sobre Su acción y efecto –«La Unidad Universal que habla. La Palabra del Espíritu Creador Universal»– en estos coloquios nos hemos enterado de aspectos hasta ahora desconocidos, que en esta obra única de enseñanza y aprendizaje transmiten únicamente «una mirada a través de la rendija de una puerta».

    La verdad de Dios, expresada con nuestras palabras, solo cobra vida cuando no rechazamos todo enseguida, sino que aprendemos a comprenderla paso a paso, llegando mediante ejercicios espirituales al autorreconocimiento, de modo que entendemos que Dios es la verdad en nosotros y que nuestras palabras solo son envolturas en las que el Eterno derrama la verdad.

    Entre otras cosas una y otra vez leeremos sobre el núcleo divino, que es el corazón primario en el fondo primario de nuestra alma. En todas estas explicaciones se nos anima a aprender a captar al eterno SER, la Existencia eterna en nosotros y a profundizar en él. Somos nosotros mismos quienes en el fondo de nuestra alma debemos intuir la eternidad que no tiene espacio ni tiempo, y reconocer quién o qué late realmente en lo profundo de nuestra alma, a saber: el corazón originario de la eternidad, la esencia del Reino de Dios, del que Jesús de Nazaret habló según las palabras: «El Reino de Dios está dentro de vosotros».

    La Palabra de la verdad nos conduce a las dimensiones de la Comunicación universal de todo lo que existe, de modo que nos es posible sentir por nosotros mismos en qué poderosa vida universal cósmica traspasada por el Espíritu estamos incluidos, y de cuya Cuna surgió toda la vida, y en la que la pieza más pequeña forma parte de la Creación que lo abarca todo.

    Paso a paso se nos abre un acceso fundamentalmente diferente hacia la vida en todo lo que existe. Se nos hace consciente de dónde venimos nosotros y todos los seres de la Creación, y a dónde vamos finalmente. Es una visión de un alcance total, cuyo contenido se despliega para aquel que se abre al omnipresente Espíritu de la vida.

    Todo aquel que con ayuda de esta obra cósmica de enseñanza y aprendizaje recorra por su parte este camino, para experimentar cada vez más en sí mismo la unidad de todo lo que vive, a menudo se sentirá desconcertado, incluso desvalido ante la brutal ignorancia que se tiene ante toda vida, lo que para la mayor parte de la humanidad se ha convertido en normalidad, e incluso en elixir de la vida, porque con su mundo de pensamientos y sentidos se ha obstruido el acceso hacia la Vida universal, hacia la Unidad Universal que habla, el Espíritu Creador Universal.

    Quien no solo lea este texto de enseñanza, sino que trabaje con esta obra cósmica de enseñanza y aprendizaje, incluyéndose a sí mismo en las explicaciones sobre la Unidad Universal que habla, constatará cada vez más de qué modo tan increíble nos hemos apartado los seres humanos de la Unidad Universal, llegando hasta las artificiosas creaciones manipuladas por mano humana en el mundo animal y vegetal, y que no provienen del hálito de Dios. El ser humano se comporta en la naturaleza como un extraño, se ha apartado de la vida en todo lo que existe.

    Dado que esta unidad de todo lo que vive se ha convertido para nosotros en algo tan extraño, se precisa de la exposición de muchas facetas, que por este motivo se nos transmiten también en repeticiones y en explicaciones para profundizar. De modo que en este texto están contenidas las preguntas y las respuestas que han surgido en los coloquios sobre este tema. Las repeticiones explicativas de esta obra cósmica de enseñanza y aprendizaje sirven por tanto para profundizar y para comprender mejor la materia de enseñanza sobre la Unidad Universal que habla del Espíritu Creador Universal, que, para vergüenza de nosotros como seres humanos, primero se nos tiene que volver a explicar.

    Pero quien siga el texto con atención, se sentirá conmovido por una profunda veneración ante la Ley de Dios que fluye incesantemente y que contiene la Unidad Universal de todo lo que existe, el SER, la Existencia eterna. Es la belleza y la perfección de la Inteligencia universal de Dios, que para nosotros en la consciencia de la Unidad Universal que habla del Espíritu Creador, también se vuelve reconocible en la existencia material. Quien recorra el sendero de aprendizaje será generosamente recompensado con una percepción más fina frente a la Creación, con una creciente percepción de la vida en todo lo que existe, el SER. También se encontrará a sí mismo y vivirá cada vez más en la consciencia de que su vida también forma parte de la Unidad Universal que habla, de la palabra del Espíritu Creador Universal. De este modo, para él será cada vez más natural no dañar, utilizar, explotar ni esclavizar más a otros seres. Él llenará con vida, incluyendo a todas las formas del SER, la Regla de Oro para la vida de Jesús de Nazaret: «Lo que quieras que otros te hagan a ti, hazlo primero tú a ellos», dicho de otra forma para el tiempo actual: «Lo que no quieras que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco tú a nadie».

    Vivir y comprender la Unidad de la Creación, que todo, desde lo más pequeño hasta lo más grande procede de un orden cósmico que tiene su origen en la Inteligencia universal Dios, es el mayor paso de evolución que es capaz de dar el ser humano. Esta es la base de todo desarrollo pacífico en la vida de cada persona, así como también en la totalidad de la familia que es la humanidad, en la vida con los animales y plantas, con toda la naturaleza y en la relación con todo lo que existe. Por eso, el reconocimiento de la Unidad Universal que habla, de la Palabra del Espíritu Creador Universal, es también la esperanza para la Tierra, en la que irá creciendo una humanidad que en la consciencia de la Unidad cósmica habrá dejado atrás la explotación, el odio, la violencia, la guerra, asesinatos y matanzas, porque habrá comprendido que la vida es ilimitada y que todo lo que existe –también en los reinos de los minerales, de las plantas y animales– proviene del único manantial eterno: de Dios, el Creador de todo lo que existe.

    En las conversaciones Gabriele nos alentó diciendo: «Aprendamos para poco a poco irnos sumergiendo en el océano de la vida, porque al fin y al cabo provenimos del océano de la vida y el Eterno nos llama a regresar al Hogar eterno, porque cada uno de nosotros lleva en sí la esencia de la Patria eterna, el Hogar eterno, la Existencia eterna, el núcleo divino, el corazón primario, que en el presente libro se nos explica paso a paso. Entonces comprenderemos que ningún ser humano nos puede conducir hacia allí, sino únicamente el Espíritu eterno, Dios en todos nosotros.

    ¡Tomen parte, acompáñennos! Vayan con nosotros a la escuela cósmica para aprender, para comprender lo que significa la verdadera vida, para finalmente hacer por sí mismos la experiencia de que la muerte no existe, sino que es nada más que un paso hacia otro estado físico, que es de materia más fina».

    Esta gran obra sobre la Creación, «La Unidad Universal que habla. La Palabra del Espíritu Creador Universal. Una obra cósmica de enseñanza y aprendizaje dada desde la escuela de la Sabiduría divina», ha sido dada en su contenido por el majestuoso Espíritu de Dios, la suprema Inteligencia universal.

    También podremos leer las experiencias de algunos participantes de los coloquios –especialmente sobre los cinco componentes en cuanto a las Leyes de Dios– y sobre los reconocimientos desde el punto de vista de la ciencia actual, expuestos por un científico.

    Los autores han recopilado y expuesto en este libro los contenidos cósmicos de enseñanza y aprendizaje.

    Martin Kübli, Ulrich Seifert

    A modo de prólogo

    Estimados lectores, en el presente libro los términos y palabras espirituales han sido adaptados a los conocimientos actuales, como por ejemplo las palabras eternidad, Unidad Universal, Dios, Ley eterna, Vida universal, Existencia eterna, formas de vida espirituales, seres divinos o incluso Dios Padre y el Reino de Dios. Los seres humanos estamos marcados por los términos tridimensionales. Todos los términos terrenales tienen contenidos que es preciso comprender reflexionando sobre ellos y analizándolos.

    La ciencia tiene sus neologismos lingüísticos, por tanto también términos que –como todas las palabras– están marcados por lo tridimensional. También la palabra «Dios» es un concepto. Detrás de ello hay palabras como Espíritu primario, Espíritu universal, Corriente primaria, Creador, Vida eterna, Poder cósmico infinito del amor o incluso Dios Padre-Madre.

    Lo que se debe comprender en estas palabras o conceptos, solo nos lo podemos contestar nosotros mismos dando los pasos que nos enseñó Dios, el Eterno, a través de Moisés –los Diez Mandamientos– y Jesús, el Cristo, en Su Sermón de la Montaña.

    No hay ningún otro camino para poder comprender a lo que habla, igual a manifiesta, en el fondo de nuestra alma, y esto además solo como percepción interna.

    Muchas personas se preguntan a sí mismas y preguntan a sus semejantes: «¿De dónde viene Dios?». Esta pregunta solo puede ser contestada por nosotros los seres humanos con la palabrita «es»: ÉL ES.

    Quien continúa preguntando, por ejemplo: ¿Qué es Él?, recibe la respuesta: el eterno ahora, que no tiene comienzo ni pasado ni futuro. Es el presente, eternamente. Si hubiera un comienzo, Dios no sería eterno. Si hubiera un pasado, también Dios perecería. Dios estaba y está eternamente presente.

    La palabra presente en el uso del lenguaje del ser humano no tiene, sin embargo, nada en común con la palabra omnipresencia. Tampoco el eterno no tiene ahora nada que ver con el ahora del uso habitual del ser humano, del mismo modo que tampoco la humanamente habitual palabra amor, tiene nada en común con el amor a Dios y al prójimo.

    Eterno, el Espíritu eterno, el Creador eterno, el Dios Padre-Madre de todos Sus hijos, da a los seres humanos la respuesta desde Su Omnipresencia, que dice:

    YO SOY EL QUE SOY, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob.

    YO SOY EL QUE SOY, el Dios de todos los verdaderos profetas.

    YO SOY la vida, el Creador, la Existencia eterna, y para ti, Mi hijo, eternamente el Dios Padre-Madre.

    Si los seres humanos pudiéramos preguntar a los príncipes de los Cielos, a los querubines ante Su trono, de dónde viene Dios, ellos nos contestarían: La venida de Dios supondría un comienzo, y por tanto Dios también tendría un final. Pero Él es eternamente y eternidad, es imperecedero.

    Qué Él es, es omnipresencia. Cómo es Él, que lo experimente cada cual en sí mismo.

    Todos los términos y palabras espirituales del presente libro están fundamentados sobre la base del éter de luz omniabarcante que lo irradia todo.

    El éter de luz es el manantial primario inagotable de la eternidad. Es el principio universal creador y generador del Dios Padre-Madre, del que proceden las formas etéreas.

    El éter de luz, sobre el que leeremos más detalladamente en el epílogo, es la energía suprema inagotable, en la que están incluidos el Reino de Dios, todas las formas de vida puras y todos los seres divinos. También los ámbitos de materia más fina, que son los cosmos, y el cosmos material están envueltos por el éter de luz.

    Los ámbitos de materia más fina así como también el cosmos material se formaron debido a las ideas que tenían de la Caída seres divinos renegados, que a pesar de todo, en el fondo primario de su existencia eterna siguen siendo divinos, pero que inmersos en su consciencia de la Caída querían crear por sí mismos su reino.

    Su meta, igual a deseo, era fundamentalmente la disolución de la Creación divina, de todas las formas divinas y seres divinos. De acuerdo con sus ideas, todo debía regresar a la corriente eterna, de donde ellos querían tomar, crear y configurar de acuerdo con sus ideas.

    En la Ley eterna es decisivo el libre albedrío. Los que habían sido seres divinos se llevaron consigo para sus propósitos un volumen de energía creadora de aproximadamente un puñado de éter de luz, tomándolo principalmente del centro de la Existencia eterna –Los seres humanos lo llamamos también Santuario de Dios Padre–, para con ello provocar la disolución de todas las formas divinas.

    El éter de luz infinito e inagotable es la energía espiritual de donde el Eterno toma y crea.

    Como ya se ha explicado, el concepto de la Caída que tenían los seres de la Caída era, después de la disolución de la Creación divina, erigir un reino en base a sus ideas.

    Hay que considerar qué gran riqueza energética contiene aproximadamente un puñado de éter de luz con el que se envolvieron aquellos seres belicosos. A pesar de que empobrecieron en luz, siguieron luchando contra Dios y Su Creación. Solo de una manera muy vaga se puede medir qué gran volumen de energía contiene el éter de luz.

    Con el estado de consciencia ya degenerado, aquel puñado de éter de luz mencionado, los seres renegados crearon bases, ámbitos de sustancia más fina, soles y planetas que coincidían con su deseo o idea de la Caída. Al igual que su consciencia, que progresivamente iba estrechándose y que se iba condensando cada vez más, se trataba de una sustancia más fina, de éter degenerado, del mismo modo que también los seres de la Caída se convirtieron en una sustancia más gruesa, no siendo ellos ya por tanto de sustancia puramente sutil.

    Debido a su propósito se volvieron cada vez más materiales, más densos, de manera que también su propósito presentaba estructuras cada vez más burdas. De la masa etérea o volumen de energía, que progresivamente iba condensándose y que correspondía a su estado de consciencia, se podía adivinar que su plan de disolver la Creación divina iba a fracasar.

    A pesar de ello siguen teniendo la esperanza de vencer al Eterno desde una base en el Universo.

    En unidades de tiempo inimaginables –se puede hablar de periodos determinados de tiempo– la Caída continuó. Correspondientemente a su volumen energético degenerado, en algunos ámbitos del Universo surgieron masas deformes de energía en creciente condensación. En posteriores espacios de tiempo o periodos de tiempo determinados, el éter de luz degenerado comenzó a convertirse en una masa deforme y cada vez más densa, de la que se formó el cosmos material con su base de operaciones, la Tierra.

    Al consolidarse el planeta Tierra, y conforme al estado de consciencia de los renegados, se formaron estructuras más burdas. Se trataba de formaciones amorfas que se transformaban constantemente. Muy paulatinamente surgieron formaciones a modo de células. En las páginas 334 a la 347 de este libro pueden ustedes leer una descripción de los procesos de formación de la Tierra desde un punto de vista científico.

    Cuando la densa y formadora energía de la Tierra se constituyó en el imán para los seres de la Caída, comenzó –nuevamente en largos espacios de tiempo, en periodos de tiempo determinados–, el proceso de hominización en el planeta que los seres de la Caída habían previsto como base de operaciones contra Dios.

    Lo que hemos llamado un puñado de supremo éter de luz, que envolvía a los seres de la Caída, dio lugar a lo que los seres humanos vemos pero no vislumbramos en profundidad. En ello se puede ver o apreciar qué gran e inagotable riqueza es el éter de luz.

    La idea de la Caída, la disolución del eterno SER, de la Creación divina, ha fracasado.

    En la actualidad la idea de la Caída es la destrucción de aquello que la Tierra lleva en sí. Pero ya se ha puesto límite a las aberraciones humanas y a la saña

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