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Con el pie en el cuello
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Libro electrónico177 páginas2 horas

Con el pie en el cuello

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Información de este libro electrónico

Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla.
¿Acaso ahora somos más unidos, más cultos o más preparados? Nuestro pasado con sus funestas consecuencias, ha provocado que difícilmente superemos los efectos que truncan el progreso y futuro de México.
Seguir escondiendo nuestra realidad, ha sido el más grave error; así ha convenido al clero y a los gobiernos. Ellos son los auténticos enemigos de nuestra patria. Ambas instituciones con su insaciable ambición de poder y riqueza, más la rotunda negociación a la instrucción y al desarrollo del intelecto humano, han hecho que el mexicano se forme con una idiosincrasia mediocre.
En este libro describo la impotencia, desesperación y rabia del mexicano, que ha callado por mas de 300 años, y no ha sabido como expresar lo que tanto lo ahoga; hasta ahora, las heridas que arrastra están vivas y sin esperanzas de superarlas.
En esta obra revelo la historia real de nuestro país, mostrando los factores determinantes de una nación que no ha podido superar el lamentable pasado.
Este libro, por su contenido, ha sido propuesto por el excoordinador del módulo de la preparatoria de Ayotlán, Jalisco, ingeniero Raúl Vázquez Rodríguez, ante la Universidad de Guadalajara, como libro didáctico de historia de México.
Mantengo así el compromiso de fomentar la cultura con profundo entusiasmo y verdadera pasión.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 jun 2023
ISBN9798223570394
Con el pie en el cuello

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    Con el pie en el cuello - Librerío editores

    ORIGEN DEL MEXICANO

    México, nuestro México, fue el escenario grandioso de las culturas aborígenes que hilvanarían la presencia étnica del presente.

    El sol nacía para los mexicanos; pero su color no homologaba la unión de Mayas, Zapoteca, Mixtecas, Totonacas, Tarascos, Huicholes, Huastecas, etc. Fue un momento policromo y a la vez tan parecido y diferente como los atuendos que ellos utilizaban.

    Las guerras los unían y los dividían; formaban alianzas y fronteras. Eran semejantes y distintos.

    La aparición del español cimbró la tierra. El rayo metálico del cañón relampagueó en tierra ajena.

    El español, que a su vez mezclaba en su origen a Iberos, Celtas, Árabes y Judíos, aportó su raza al continente, unificando al indio ante el combate cultural, pero sellando su alianza de la sangre en nuevo mestizaje.

    La fusión tomó 300 años. La gestación de la patria fue lenta y permanente. La historia de estos mestizajes rebasa, por su complejidad, los límites de lo fácilmente imaginable.

    Se pudiera pensar que el producto racial de indígenas, españoles y negros, no podría dar para más, cuando estas etnias en sí ya cargaban su larga genealogía. Pero no es así, y veremos que las matemáticas se quedan cortas ante la etnología, y más que de esta, ante el racismo novohispano. La mezcla de español con indígena daba el criollo o hijo de españoles nacido en América. Pero luego, a partir del tercer cruce, empieza el babel (Torre de Babel) de las castas o mezclas raciales.

    Veamos el resultado de estas:

    ▪  Español e india: mestizo.

    ▪  Española y mestizo: castizo.

    ▪  Español y negro: mulato.

    ▪  Español y mulata: morisco.

    ▪  Español y morisca: chino o albino.

    ▪  Español y albina: salta atrás.

    ▪  Indio y salta atrás: lobo.

    ▪  Lobo y china: jíbaro.

    ▪  Lobo e india: zambaigo.

    ▪  Zambaigo e india: cambujo.

    ▪  Zambaigo y loba: calpamulato.

    ▪  Cambujo y mulata: albarazado.

    ▪  Calpamulato y cambuja: tente en el aire.

    ▪  Albarazado y mestiza: barcino.

    ▪  Tente en el aire y mulata: no te entiendo.

    ▪  Barcino y mulata: coyote.

    ▪  No te entiendo e india: torna atrás.

    ▪  Albarazado y mestiza: barnucino.

    ▪  Indio y mestiza: coyote.

    ▪  Coyote e India: chamizo.

    ▪  Chamizo y mestiza: allí te estás.

    Estas clasificaciones raciales no tuvieron efectos legales ni religiosos, pero señalaron estratos sociales que etiquetaron y humillaron a nuestra sociedad en ciernes hasta que, del período de Independencia a la Reforma, perdieron vigencia para buscar un nombre común: MEXICANO.

    Trasladarnos al pasado, revivir la historia y conocer nuestro origen, es una necesidad real, así como hablar de los protagonistas y precursores de nuestra propia historia y cultura. Solo así adquiriremos conciencia de nuestra identidad.

    ANTECEDENTES PREHISPÁNICOS

    De lo poco que apreciamos de la cultura y personajes indígenas está:

    NETZAHUALCÓYOTL

    Rey y poeta chichimeca (1402-1472), coronado en Texcoco en 1428, fue legislador y protegió las ciencias y las artes.

    Se le califica como un maestro, filósofo, poeta, artífice del estado acolhua; fue un verdadero educador al fundar en Texcoco una especie de colegio sagrado al fomento de las ciencias y de las artes, y consta que funcionaba como hoy se denomina una academia educativa. Su obra deja huella de un educador nato.

    Su pedagogía fue de los maestros que educan con miras en la dignidad, tanto del niño como del adolescente, con una rectitud de moralidad cívico-religiosa. La más alegre dilatada vida, en yerto polvo convertida en muerte, escribió Netzahualcóyotl, y murió con la clarividencia del peregrino y profeta de su gloria y de su obra y hasta en su muerte habló como maestro:

    Aspiremos, oh nobles tecucanos, a la vida inmortal del alto cielo, La materia perece entre gusanos, pero el alma ante Dios levanta el vuelo. Entonces ¿Debo de irme como las flores que murieron? ¿No quedara pues sobre esta tierra nada de mi nombre?, ¡Que queden por lo menos las flores!; ¿y de mi fama? ¡Que queden por lo menos cantos!

    "Instruye al niño en su carrera:

    Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella"

    Biblia, Proverbios 22:6

    CORTÉS Y MOCTEZUMA

    De los pocos momentos de amistad que disfrutaron el dios blanco –Hernán Cortes– y el emperador Azteca –Moctezuma–, fue cuando Cortés recibió la invitación para observar la impresionante Ciudad de Tenochtitlan.

    Parados frente a frente, cada uno era respecto del otro, tesis y antítesis, los que en los choques dialécticos de los hombres y de las culturas se destruyeron, y como polos positivo y negativo, produjeron la síntesis que somos nosotros.

    DESDE LO ALTO

    "Y cuando subimos a lo alto de la gran pirámide, en una meseta que arriba se hacía, salió el gran Moctezuma de su adoratorio y luego tomó por la mano a Cortés y le dijo que mirase su gran ciudad y todas las demás ciudades que había dentro en el agua y muchos otros pueblos en tierra alrededor de la laguna. Y que, si no había visto bien su gran plaza, que desde allí podría ver muy mejor.

    "Y así lo estuvimos mirando, porque aquel gran templo estaba tan alto que todo lo señoreaba. Y de allí vimos las tres calzadas que entran en México, que es la Iztapalapa, que fue por la que entramos cuatro días antes; y la de Tacuba que fue por la que ocho meses después salimos huyendo la noche de nuestro gran desastre, cuando Cuitláhuac, nuevo señor, nos echó de la ciudad; y la de Tepeaquilla, y veíamos el agua dulce que venía de Chapultepec, de que se proveía la ciudad. Y en aquellas tres calzadas los puentes que ellos tenían hechos de trecho en trecho, por donde entraba y salía el agua de la laguna.

    "Y veíamos en aquella gran laguna tanta multitud de canoas, unas que venían con provisiones y otras que venían con mercancías. Y veíamos que cada casa de aquella gran ciudad, y de todas las demás ciudades que estaban pobladas en el agua, de casa a casa no se pasaba sino por unos puentes levadizos, hechos de madera. Y veíamos en aquellas ciudades pirámides y adoratorios a manera de torres y fortalezas, todas blancas que era cosa de admiración.

    "Y después de bien mirado y considerado todo lo que habíamos visto, tornamos a ver la gran plaza y la multitud de gente que en ella había, unos comprando y otros vendiendo, que solamente el rumor el zumbido de las voces y palabras que allí había sonaba a más de una legua.

    Y entre nosotros hubo soldados que habían estado en muchas partes del mundo, y en Constantinopla y en toda Italia y Roma y dijeron que plaza bien trazada y con tanta armonía y tan grande y llena de gente, no la habían visto (relato de Bernal Díaz del Castillo).

    Ambos jefes desconfiaban uno del otro. El primero, Cortés, planeaba cómo apoderarse de todo lo alcanzado por su vista. El segundo; Moctezuma, buscaba imperiosamente cómo deshacerse de Cortés.

    En la mente del hombre blanco y barbado paseaban imágenes de riqueza no concebidas ni en sueños. Pensaba, y se decía a sí mismo: Lucharé hasta morir si es preciso; pero esto y más debe ser mío. Por lo tanto, actuaré lo antes posible; el tiempo perdido es más que oro y perlas. Estos y otros cálculos divagaban en la mente del conquistador.

    Durante las primeras tres noches de aposento en el palacio Azteca, Cortés gozó de las máximas atenciones de huésped distinguido. Sin embargo, era inevitable para sus propósitos efectuar la segunda traición a un jefe, una más en su haber, después de la que le aplicó a Diego de Velázquez, gobernador de Cuba.

    La hospitalidad y confianza de Moctezuma eran una oportunidad, y por primera vez en la historia y ante la incredulidad y los ojos desorbitados de los Aztecas, un extranjero venido de...

    No supieron de dónde, realizaba el primer secuestro en el nuevo continente.

    Cortés tomó preso a Moctezuma, inventando que unos mexicas habían atacado a sus hombres instalados en Veracruz.

    Con estos hábitos, entre otros, dio inicio la Conquista de lo que ahora es nuestro querido y adolorido México. Los indígenas, desesperados por la crueldad, expresaron tiempo después lo siguiente: "No han hecho cosas de hombres sino de dragones. Han pisoteado nuestra conciencia y se han olvidado de la justicia divina y humana. Bien les está el nombre de demonios, pues sin tener respeto alguno humano murieron indios que podían ser útiles, si vivieran al servicio de Vuestra Majestad.

    Murieron tantos que casi queda despoblada la tierra, y los que lo hicieron le llamaron pacificada a lo despoblado. Yo, le llamo destruida: Bernal Díaz del Castillo O. P.

    Por Castilla y Aragón, nuevo mundo encontró Colón. Un mundo del que el descubridor vio solo sus idílicas islas. Un mundo que en la actualidad alberga a millones de seres, cuya mayoría pertenece ya no al reino español, sino tal vez al de Dios. Un mundo desde el cual se emprendió la conquista del espacio, y donde existe pujanza, pese a la herencia negativa que dejara el depredador, el conquistador llegado tras Colón; el descubridor cuya hazaña rebasa ya los cinco siglos y, no obstante, sigue siendo motivo de variadas celebraciones, tomadas desde muy diversas ópticas, intereses y visiones.

    Sin embargo, los hechos ahora son historia, y justos o injustos, bárbaros o cultos, los métodos empleados por los conquistadores forman parte de las heridas causadas y, luchamos por superar nuestro origen.

    Sabemos que el pasado influye y es parte de nuestra idiosincrasia mexicana; por lo tanto, es menester conocerlo para entender el presente.

    "Pocas veces son libres los tiranos: Los cuidados e

    instrumentos de la tiranía prestamente los aprisionan"

    George Santayana

    ¿CÓMO FUERON LOS CONQUISTADORES DE NUESTRO MÉXICO?

    Estos no fueron santos, no; no fueron sabios, no; no fueron inmaculados, no; no fueron impolutos, no; fueron, impúdicos, sí; fueron ambiciosos, sí; fueron lujuriosos, sí; fueron avaros, sí; homicidas, sí; envidiosos, sí; no fueron ángeles, no; no fueron arcángeles, no; no fueron serafines, no; no fueron potestados, no; no fueron demonios, no; fueron hijos, sí; fueron esposos, rara vez; fueron padres, sí.

    Todo esto fueron nuestros conquistadores, y junto a esos vicios tuvieron algunas virtudes, ni más ni menos, ni menos ni más...

    Por orden cronológico, hablando del Nuevo Mundo, empecemos por Don Cristóbal Colón.

    CRISTOBAL COLÓN (1441-1506)

    Genovés de nacimiento, marinero de afición con espíritu y pasión de explorador. Sabía que la Tierra era redonda. Durante catorce años insistió y tocó puertas; primero con Juan II de Portugal y siete más en España, hasta convencer a los Reyes Católicos, quienes finalmente lo apoyaron.

    Se dice que la Reina Isabel empeñó sus joyas para financiar el primer viaje. Le reconocería como Almirante del mar océano, virrey y gobernador de las tierras descubiertas.

    Un día 3 de agosto de 1492, con tres naves y 120 hombres, Colón se hizo a la mar.

    La niña, la Pinta y la Santa María, zarparon del puerto de Palos. El 12 de octubre, dos meses y nueve días después, gritaba jubiloso Rodrigo de Triana: Tierra a la vista, llegaban a la isla de Guanahaní, en las Bahamas. Colón la nombró San Salvador. Después arribó a Cuba y Haití, a la que llamó la Española. A este hombre se debe el descubrimiento de América.

    A su regreso, Colón deslumbró a la Corte con los novedosos seres que traía, lo mismo indios que animales y relatos de riquezas. Su fama creció por Europa y el mundo entero. Su nombre en griego, Chistophoros (Cristóbal) coincidía con una segunda función, pues significa: Portador de Cristo.

    Colón creyó haber llegado al Asia.

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