El Poder de la Presencia: Una ventana al clown hospitalario de los Doctores Apapachos

Por Vanessa Nieto Terrazas y Librerío editores

Vanessa Nieto: diseñadora, actríz, payasa, directora de escena y terapeuta especializada en Medicina Tradicional China, realiza un registro de la capacidad sanadora que pueden tener la presencia, el juego, la escucha y muchas cosas más, detrás de una nariz de payaso, en un contexto hospitalario.
En El Poder de la Presencia, se conjugan relatos conmovedores de visitas de payasas y payasos de los Doctores Apapachos a pacientes Pediátricos, con testimonios de Doctoras, Tanatólogas y Terapeutas que dejan clara la importancia de estas intervenciones para beneficiar a dichos pacientes.
Poner al servicio las propias heridas, entrenar la facultad de acompañar en situaciones de crisis, atreverse a exponer la vulnerabilidad y las emociones con el objetivo de conectar, entrar en estado de juego para desdramatizar y refrescar la realidad que sí, puede ser muy desoladora. Esto y más es lo que plantea: El Poder de la Presencia.

• Idioma: Español
• Editorial: Librerío editores
• Fecha de lanzamiento: 29 may 2023
• ISBN: 9798223777045

Vista previa del libro

EL PODER DE LA PRESENCIA

Una ventana al clown hospitalario de los Doctores Apapachos

Vanessa Nieto Terrazas

Primera edición. Febrero del 2023

© Vanessa Nieto Terrazas

© Todos los derechos reservados.

© Librerío editores

@Librerio.editores

Librerioeditores.com.mx

Ilustraciones: Aketzali Rueda Flores.

Traducción de prólogo: Gabriela Pasol Handelman.

Fotografías: Nuria Lagarde, Olga Sanz y Doctores Apapachos.

Responsables de la Investigación Efecto emocional y respuesta al dolor que causa la terapia de la risa, por medio de la estrategia Clown

Directora: Ana María Soto González

Investigadores: Jorge A. Ceballos Molina, Victoria E. Salazar Castillo y Yuly Andrea Solis Tenorio.

Facultad de Ciencias de la Salud, Programa de Enfermería, Tuluá Valle. Colombia.

Libro publicado gracias a la colaboración de Doctores Apapachos www.doctoresapapachos.com

Las ideas planteadas en este libro son reflexiones y aprendizajes personales de la autora, no representan forzosamente el punto de vista de todos los miembros de los Doctores Apapachos.

Queda prohibida toda la reproducción total, parcial o cualquier forma de plagio de esta obra sin previo consentimiento por escrito del autor o editor, caso contrario será sancionado conforme a la ley de derechos de autor.

A Guada y a Nés, gracias por crear Doctores Apapachos

y con eso, darle más sentido a mi vida.

A Gabo, por remar conmigo hombro con hombro

y hacer posible la materialización de este libro.

Prólogo por Michael Christensen

Urgencias Introducción

Cap. I Neonatos Los inicios, con Guadalupe Maurer

Cap. II Oncología Los Principios filosóficos, con Néstor Muzo

Cap. III Nefrología Relatos de visitas a hospitales

1 Doctora Pokita / Saul

2 Doctora Bracho / Santiago

3 Doctora Cuca / América y Olimpia

4 Doctora Titina / Rosario

5 Doctora Maravilla / Reina

Cap. IV Neurología El Clown Hospitalario, un recurso adaptativo para los pacientes en crisis, con Amalia Osorio

Cap. V CRIT Relatos de visitas a hospitales

6 Dra. Bracho / Aarón

7 Dra. Cuca / Cris

8. Dra. Son / Camila

9 Dras. Titina y Son / Eduardo

10 Dra. Fulgencia / trillizos

Cap. VI Traumatología Los engranes internos Dra. Laura Romero, Terapeuta Gabriela Palacios, Directora

Cap. VII Unidad de Quemados Relatos de visitas a hospitales

11 Dr. Chin Gón / Ricardo

12 Dra. Shu / Carlos

13 Dra. Lokura / Daniel

14 Dra. Ultravioleta / Javier

15 Dr. Niyo / Ángel

16 Dra. Bracho / Abigaíl

Cap. VIII Quirófanos El efecto que tienen los Payasos Hospitalarios

Cap. IX Sala de Doctores ¿Quiénes somos los Doctores Apapachos?

Cap. X Radiología Conclusiones

Cap. XI Salida de Emergencia Gracias

Galería de imágenes

PRÓLOGO

Clown hospitalario, clown terapéutico, clown médico, doctor clown, doctor de la risa, especialista en risas; hay muchos nombres para las y los artistas que eligen integrar su oficio en entornos médicos. En las últimas tres décadas, esta actividad se ha convertido en una profesión global y ha generado cientos o miles de organizaciones dedicadas a aliviar el sufrimiento de varias poblaciones vulnerables, utilizando el arte de la Payasería. Doctores Apapachos en Puebla, México, es un ejemplo y Vanessa Nieto Terrazas, una veterana que lleva once años en esta organización; ha elegido compartir sus conocimientos y experiencias de lo que consideramos el mejor trabajo del mundo: la Payasería en el cuidado de la salud.

Entonces, ¿qué tan difícil podría ser? ¿Cuál es el asunto? ¿Puedes simplemente vestirte con ropa graciosa, usar una gran nariz roja, ir a un hospital y actuar como un tonto? Bueno, no, no puedes. ¿Cuándo actúas y cuándo simplemente te paras en una presencia gozosa? ¿Cómo saber cuándo salir de una habitación? Un niño se tambalea entre el asombro y el miedo, ¿cómo respondes ante eso? ¿Cuál es el valor de empoderar a los pacientes? ¿Qué es el empoderamiento? ¿Cómo te haces amigo de lo desconocido? ¿Qué haces cuando no sabes qué hacer? ¿Cómo nos aseguramos de no estar propagando bacterias en las instalaciones? ¿Cuándo eliges no entrar a una habitación y conectarte desde la puerta? ¿Cómo se gana la confianza del personal clínico? ¿Cómo procesas todos los sentimientos que surgen de los encuentros con niños, padres y otros cuidadores que sufren? En El Poder de la Presencia, Vanessa detalla las diversas habilidades y el entrenamiento necesarios para funcionar al más alto nivel artístico/humano en situaciones extremadamente sensibles y, a menudo, estresantes.

No hace mucho, me referí al Clown Hospitalario como una profesión emergente. Desde entonces, las alianzas con el personal médico continúan profundizándose; los estudios científicos continúan afirmando los efectos positivos del humor; cada vez más artistas talentosos optan por empoderar a niños hospitalizados y ancianos institucionalizados y, escritoras talentosas como Vanessa, documentan las maravillas de una profesión que, sí, seguirá emergiendo de formas insospechadas, pero que claramente ha llegado para quedarse.

Relájate, ponte cómodo. Sigue leyendo, hay un atisbo de luz en este libro y está esperándote.

Michael Christensen.

URGENCIAS

Introducción

"...El clown ocupa un lugar fijo: es un adversario que nos

da esperanza, un ´arlequín perenne´, una figura atemporal,

ni más ni menos que el último humanista..."

Constantin Von Barloewen, Antropólogo.

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Las luces del foro se apagan, el telón está cerrado. Se siente, en el silencio, la vibración del público que habitó las butacas alineadas frente al escenario. Viaja por el espacio, entre el techo altísimo y los pasillos, el recuerdo de las risas, las toses, los comentarios, las expresiones de sorpresa. La actriz baja las escaleras del camerino, con el rostro desmaquillado y brillante, el cabello mojado y revuelto, cargando la pequeña maleta donde trae su vestuario y maquillaje. Se detiene junto al escenario, lo mira altísimo, ya sin escenografía, sin la magia de las luces, lleno de infinitas posibilidades, vacío. Escucha una voz, ve la silueta de los técnicos que la esperan para salir, ella vuelve al tiempo presente, camina hacia la puerta trasera y sale al bullicio de la calle, busca monedas en su cartera, sube al autobús para emprender el camino al departamento, abre la puerta del refrigerador y comienza a pensar qué hará de cenar.

El teatro es el mundo mismo, la diferencia es que del teatro podemos ver su inicio, su clímax y su fin, todo concentrado en un puñado de minutos, es un espejo que nos hace entrar en otro tiempo y otro espacio, viajar a otra dimensión donde podemos re-entender la vida. Para mí como actriz, hasta antes de encontrarme con la técnica del clown, salir del teatro a oscuras después de dar una función solía ser un momento de vacío interior, casi siempre confuso, como una gran resaca.

Cuando volví de Buenos Aires en el 2011, el universo me tenía preparado un encuentro muy relevante. Pensé que irme de México sería lo más determinante en mi vida, pero lo fue más volver. Me esperaba mi nariz de payasa y el hospital. Empezar a aprender la técnica de clown me descubrió que aquel vacío interior podía evitarse, porque me mostró algo que ahora me es imprescindible como artista: el contacto directo con el Otro. Eliminar la cuarta pared[1] derrumbó la soledad actoral y rompió una represa de la que estaba muy sedienta: saberme conectada con aquellos que me miran, compartir una sonrisa, una reflexión, una emoción.

Hace ya once años que soy Payasa de Hospital, de la organización Doctores Apapachos y serlo ha sido la fuente de mi más profundo desarrollo personal y profesional, por eso escribo este libro.

Hay varios textos que hablan acerca de qué es un payaso, que, si clown y payaso es lo mismo, cuáles son los orígenes históricos, cuántas civilizaciones registran en sus pasados ancestrales figuras payasísticas o clownescas que tenían roles especiales en sus comunidades. Sin embargo, este libro intentará regalarte a ti, lector/lectora, una impresión profunda sobre cómo es que impacta y es impactado en distintos niveles éste personaje milenario, cuando entra en el pasillo de un hospital, para visitar a infantes y sus familiares que acaban de enterarse que esa bolita sí es cáncer, que hay que amputar esa pierna o que viene la muerte en camino porque no hay más que se pueda hacer.

Para poder adentrarme en la creación de estas páginas, repasé publicaciones de investigadores, académicos, antropólogos y, por supuesto, payasas y payasos que comparten sus conocimientos y experiencias. Considero una labor de mucha responsabilidad la que tenemos hoy, al menos en México, de redignificar la figura de las y los que hacemos payasería. Recalcar por ejemplo que el payaso o clown[2] tiene un valor artístico y humano porque trabaja sobre el principio de la vulnerabilidad, es decir, miramos un personaje que tiene la disposición de relacionarse desde la verdad, renunciando a su estatus y conectando con la ternura y la simpleza. Todo este combo ya resulta bastante transgresor, porque rompe de lleno los principios a los que estamos acostumbrados, de salir a la calle a relacionarnos, con ese esfuerzo para lograr una alta estima, intentando parecer inteligentes y buenas personas, claro está que eso aprendimos en la infancia, hemos de hacer grandes esfuerzos para ser amados. Aquella persona que se pone una nariz ha de desenmascararse para mostrar lo que siente realmente, aunque haya crecido escuchando que es inapropiado, aunque su propia voz interna se lo siga repitiendo; por eso el clown es terapéutico, porque concilia las inutilidades, las torpezas, desde la más auténtica y profunda ternura compasiva, es así como levanta la mirada y la regala al público, sin mayor afán que ser y entregar lo que hay. Algo mágico ocurre cuando esto pasa, porque el público de pronto mira su propia torpeza y se siente aliviado, porque además esta presencia de nariz roja no amenaza, más bien abre un espacio de silencio mental, en donde el espectador puede relajarse y conectar con una risa libre de malicia, por eso el payaso termina conmoviendo, porque es una presencia que permite al observador soltar el esfuerzo.

Siempre que doy un taller de clown me gusta empezar diciendo que están en un espacio de descanso, en donde nada está ni bien ni mal, en donde todo lo que salga del ser vale y es parte del camino a descubrir su propio clown, que es único y maravilloso. Una vez declarado esto, los cuerpos se relajan y me he dado cuenta cómo este mundo violento y vertiginoso nos ha recortado los espacios de descanso, sobre todo de descanso del juicio y la exigencia. Ese es el aporte más humano que nos regala la técnica del clown.

Por otro lado, ha sido apasionante y cautivador mirar las coincidencias que existen