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Misericordia
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Libro electrónico104 páginas22 minutos

Misericordia

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En Misericordia, Sotomayor indaga sobre los límites del yo interior y físico y sus multiplicidades y lo hace desde el borde, con un intimismo lúcido que siempre mira al exterior, capaz de desvelar lo postizo que hay detrás de una pose humana. El libro que estás aguantando se desplegará en tu regazo con la levedad de un canto, pero también con los golpes de un tumulto de manos, incapaces de estar quietas porque, como dice la autora, «el tacto es el cuidado y también la trampa, el castigo y el premio, el lenguaje no verbal. Las manos se cargan de lujuria, nos vuelven locas, comemos con las manos, violentamos con las manos, señalamos con las manos, arrancamos, curamos, rompemos, desnudamos, escondemos, almacenamos, el poema son las manos».
IdiomaEspañol
EditorialLetraversal
Fecha de lanzamiento19 may 2023
ISBN9788412709209
Misericordia

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    Misericordia - María Sotomayor

    I

    PRIMERAS LUCES

    Costilla vida de Adán hace poemas

    la cicatriz

    que no nace

    de la ausencia

    se reconstruye

    en el movimiento

    en la palabra   p

           ro

           fund     o

    sabiendo que hurgando la herida no nos pertenecen las

           manos

    poema

    vida

    las manos.

    Ahora estoy en lugar casi a oscuras

    la soledad se instala en los silencios

    en una pálida pared de este cuarto

    una delirante luz se ha empeñado en jugar conmigo

    me estira me empequeñece

    y afueracantan los grillos.

    Cayó la tarde como lánguidas camelias que se cortan

    sobre una mesa de cocina

    y esa gruesa dulzura

    de saber que ríes al mismo tamaño que un caracol

    adormilado

    me hace querer ser del color del pan

    ahora que empieza la temporada de pasar por el baño y

    llorar hasta parecerte hermosa.

    Puro desconocimiento    esa idea solo viene por

         las noches.

    Es septiembre

    de mis piernas marchan dos veleros

    si pudiera te daría el pecho o prepararía pescado para

       medio día

    un siglo atrás nos quedamos mirando el cielo hasta las

       cinco de la tarde

      era tan fácil como aguantar

      y todo tan real como esta luz

    pero es imposible   todo se ha encendido para decir

    vete

    que el sol se te atraganta

    y no hay manera

    el pescado huele

    la arena está caliente y se abre por todas partes como

       zanjas

    por eso   recojo   piedras

    una auna

    algo que te recuerde que mis manos se quemaron

    y quedaron extrañas     llenas de pupas

    de llagas   de flama de domingo

      por traerte un recuerdo

    algo limpio y de difícil digestión

    como un corte      unas branquias

    un día llevaré la pecera al antiguo mercado

    alguien sabrá qué hacer con ella     rota puede suceder

    cualquier cosa

    porque dos veleros partieron de mis piernas

    y preferí estar en nuestras melancólicas piedras para los

        muros

    como una enamorada prefiere anclarse a un horizonte

    por alguna razón que desconozco los muros eran los

       nuevos mares.

    Una luzesa luz

    esa luz misericordia

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