Un lugar donde estar

Por Chus Fernández

En una sociedad que fomenta el individualismo
y la separación de todo
aquello que nos es familiar, Chus
Fernández nos entrega un canto a
la compañía de los seres queridos. Desde la
experiencia de la extranjería nos abre un camino
por el que constatar el verdadero suelo
del mundo: los vínculos. Frente al aislamiento
y al frío se quita la máscara de la autosuficiencia,
se borra de este mundo para construirse
desde la desaparición, repasando los
lazos y los nudos que nos mantienen unidos,
que nos sostienen. Ese lugar donde estar que
busca el protagonista de este poemario acaba
siendo, más que un lugar físico, el lugar
de los afectos

• Idioma: Español
• Editorial: MARISMA
• Fecha de lanzamiento: 5 abr 2019
• ISBN: 9788417318123

Vista previa del libro

Dirección editorial: Alberto García-Teresa y Miriam Reyes

Consejo asesor: Fernando Beltrán, Daniela Camacho, Miguel Casado,

Jordi Doce, Enrique Falcón, Olvido García Valdés, Guadalupe Grande, Araceli Iravedra, Alicia Es. Martínez, Luna Miguel, María Negroni,

Chus Pato, Begonya Pozo, Jorge Riechmann y Julieta Valero

Primera edición en Marisma: junio de 2018

Diseño gráfico de Carlos Del Giudice

© Chus Fernández, 2018

© De la fotografía de cubierta: Rawpixel, 2018

© Marisma, 2018

ISBNE: 978-84-17318-12-3

ISBN: 978-84-17318-11-6

Depósito legal: M-17.839-2018

IBIC: DCF

Quedan reservados todos los derechos. Cualquier

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ser realizada con la autorización escrita

de los titulares del copyright.

Para Miriam

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no crecen las ramas solas

por eso se cruzan se enlazan se envuelven

igual que dos hilos forman una cuerda

para no partirse sostenerse

intentar soportar el peso de la nieve

no crecen las ramas solas

por eso se cubren se enredan se anudan

igual que dos sábanas son también una escalera

para avanzar florecer

intentar alcanzar juntas el tejado

no crecen las ramas solas

ninguna puede conservar intacta la corteza

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hablaré del sitio de donde vengo

y no del sitio en donde estoy vi volar el balón por encima de los muros

rodar bajo el vientre de los camiones sentí su tacto cálido en mis manos negras

mientras dejaban de correr los caballos

vi alejarse a los míos

caminar hacia los siete soles del calendario

y con ellos

adelgacé bajo las