Maneras de imaginarnos

Por Mar Sancho

Los premios literarios del Gobierno de Cantabria 2022 recayeron en Ángel Silvelo Gabriel, en la categoría de novela corta 'José María de Pereda', por su obra 'Los dioses perdidos'; en Mar Sancho Sanz, en la de poesía 'Gerardo Diego', por 'Maneras de imaginarnos'; y en Rosario Díaz Monroy, en la de cuentos 'Manuel Llano', por 'Animales solitarios'.

El Desvelo Ediciones edita desde hace una década el libro ganador en la modalidad de poesía, en este caso 'Maneras de imaginarnos'. Según el jurado, se trata de un poemario "muy bien estructurado y homogéneo" en 33 cantos, creando un libro "muy literario, orgánico y denso". Con una "cierta estética nerudiana", en los poemas cobran especial relevancia la memoria y el amor, que se evoca en contextos donde la naturaleza adquiere "una fuerte presencia como elemento del recuerdo".
La riqueza del vocabulario, el medido sentido del ritmo poético y la belleza sensual de las imágenes empleadas por la autora confieren al libro una "gran calidad", según el jurado.
Mar Sancho Sanz es autora de varios libros de poesía, ganadores de galardones como el Premio Letras Jóvenes de Castilla y León en dos ocasiones, el Premio Ateneo de Valladolid, el Premio Federico García Lorca de Poesía y el Premio Jaime Gil de Biedma.
Escritora también de relatos y novela, y autora de obras traducidas al inglés y al francés, es además colaboradora habitual de varios diarios y revistas españolas y extranjeras. Conferenciante en jornadas y congresos sobre literatura en España, Estados Unidos y Latinoamérica, la Cátedra Miguel Delibes ha realizado un estudio sobre los referentes espaciales en su obra, recogido dentro del libro 'Los nuevos mapas, espacios y lugares en la última narrativa de Castilla y León'.

• Idioma: Español
• Editorial: El Desvelo Ediciones
• Fecha de lanzamiento: 30 jun 2023
• ISBN: 9788412724608

Vista previa del libro

Canto primero

Acaso somos piedras de aquel monasterio

donde sembraste mis huesos desabotonados

al ocaso de pájaros con las últimas flechas

tras la tormenta. Nuestras manos cinceladas

rozaron la cima verdecida de los cipreses

cuando entraste transitorio en mis entrañas.

El cementerio es tan breve que apenas alberga

nueve tumbas. Desde entonces somos uno.

No es preciso pronunciarnos ni cerrar con llave

acariciados de tierra pues tus labios abiertos

aún transitan la tibieza sin manchar mi vestido.

Nadie habrá de sabernos tras la lápida no escrita.

Somos Dante y Beatrice caminando el Paradiso.

Canto segundo

Si alguna vez viajásemos juntos jamás

alcanzaríamos el destino previsto.

A menudo te extravías con el coche o

cambiamos de opinión en cada encrucijada.

Yo olvido mi cabeza sobre tu hombro

mientras percibo el cielo que nos avanza.

Es por ello que dormimos en lugares

inadvertidos y sin reserva previa donde

abres insurrecto las ventanas al amanecer.

La escarcha enfría cada espalda escondida

entre las sábanas y bebes de mi ombligo

hasta domesticarme decimonónicamente.

La memoria es este paralelogramo de dicha.

Así desayunamos viento con la certeza