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De Isla A Isla (Memorias De Una Inmigrante)
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De Isla A Isla (Memorias De Una Inmigrante)
Libro electrónico150 páginas1 hora

De Isla A Isla (Memorias De Una Inmigrante)

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Esta narrativa es la historia de una inmigrante y el proceso de asimilación de una nueva cultura, a la edad de 15 años emigró con su madre y hermanos a la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos. Y las dificultades que enfrentó por no saber el idioma inglés, un clima completamente opuesto al de una isla caribeña, con una vegetación exuberante y un sol que cubre sus hermosas playas; con personas alegres, cariñosas y solidarias. Gente que te tenga en cuenta por tu comportamiento, tus buenas costumbres, pero sobre todo y por tus valores, no por tu dinero. Por el contrario, hoy debemos cuidar a aquellos que exhiben una gran abundancia, sin poder probar su origen. Un sistema capitalista, con una dependencia y demanda de consumo material. Que a pesar de que conoce a mucha gente, no siente calor humano. En este libro describe mis experiencias desde que llegué a los Estados Unidos el 4 de julio de 1965, en septiembre de ese mismo año comencé a estudiar el idioma inglés y a navegar por el sistema. He asimilado parte de la costumbre anglosajona sin perder mi identidad; abrazando y amando mi herencia cultural, y como consecuencia y espontáneamente surgió el Grupo Folclórico Dominicano en Nueva York. En octubre, con motivo de la celebración del mes de la herencia hispana, en la Escuela George Washington, donde estudié la secundaria ubicada en el alto Manhattan, escuché que no había representación de República Dominicana; De inmediato surgió el sentimiento patriótico y junto a varios estudiantes representamos con orgullo a nuestra patria.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento18 may 2023
ISBN9798350902464
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    De Isla A Isla (Memorias De Una Inmigrante) - Georgina Donis Sanchez Acosta

    CAPÍTULO I

    La salida de

    República Dominicana

    De izquierda a derecha arriba: Emma (mi madre), Georgina (mi abuela), y Samuel (mi tío).

    Abajo, en el mismo orden: Donis, Noé y Dorcas.

    A principio del año 1961 nos trasladamos de Santo Domingo, capital de República Dominicana, a San Pedro de Macorís. Esta es una de las 32 provincias de la República Dominicana, situada en el sudeste del país.

    Teníamos unos cuatro o cinco meses residiendo en esa ciudad, cuando sucedió el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Este nació en San Cristóbal, el 24 de octubre de 1891 y murió el 30 de mayo de 1961. Fue un dictador dominicano quien gobernó la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Ejerció la presidencia como generalísimo del ejército de 1930 a 1938, y de 1942 a 1952. Gobernó de forma indirecta de 1938 a 1942, y de 1952 a 1961, valiéndose de presidentes títeres.

    En el 1961, República Dominicana mostraba desequilibrio; el ambiente se tornaba cada vez más cargado de incertidumbre, y la tensión política reinaba en todo el territorio nacional. Gracias a Dios que no nos agarró esa hecatombe en la Capital pues, según cuentan, había un estado de sitio que daba terror.

    Automóvil en donde fue ajusticiado a tiros el tirano Rafael Leónidas Trujillo.

    Llegamos con mi tío Samuel, quien fungía como nuestro tutor, su hija Carmen Georgina y su hijo Julito; mis hermanos Noé, Dorcas y Dante, mi abuela Georgina y yo. Mi tío Samuel había conseguido un empleo como Asistente de Auditor en el Ingenio Quisqueya, que fue una empresa de las pioneras en el desarrollo de la Industria Azucarera. Nos establecimos en la Avenida Independencia No. 23, prácticamente en el centro de la ciudad.

    Desde su fundación ha sido una de las provincias que más ha aportado al país en un sin número de renglones. Ha sido el hogar de muchos poetas y peloteros; además de ser la provincia con más ingenios azucareros.

    A los dos años de estar allá, mi tío contrajo su segundo matrimonio. Se casó con la señora Yolanda Sanz. De dicho matrimonio se agregó a la familia otro bello varón, bautizado con el nombre de Francisco Javier.

    El 24 de abril, estalló la Revolución de Abril del 1965.Ésta había sido provocada por un golpe de estado al presidente constitucionalmente electo, Juan Bosch; y que a su vez trajo la intervención de las fuerzas militares del gobierno de los Estados Unidos. La guerra fue entre fuerzas conservadoras de militares dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin, y el pueblo que apoyaba al gobierno constitucional.

    Revolución de Abril del 1965.

    Vivíamos en Santo Domingo, capital de la república dominicana, la República Dominicana es una media isla la cual compartimos con Haití. Y está situada la República Dominicana es un país situado en el Caribe, ubicado en la zona central de las Antillas; ocupa la parte central y oriental de la isla La Española. Su capital y ciudad más poblada es Santo Domingo. Limita al norte con el océano Atlántico, al este con el canal de la Mona, que lo separa de Puerto Rico, al sur con el mar Caribe, y al oeste con Haití, que es el otro país situado en La Española. Con 48 448 km² y una población superior a los 11 millones de habitantes, es el segundo país más extenso y poblado de los insulares caribeños, después de Cuba.

    Vista Panorámica dela ciudad de Santo Dimingo, República Dominicana en 1961.

    En el territorio del país, habitado por taínos desde el siglo VII, desembarcó Cristóbal Colón en 1492, convirtiéndolo en el lugar del primer asentamiento europeo permanente en América. El país alcanzó la primera independencia en 1821, pero fue invadido por Haití en 1822. Tras la victoria obtenida en la guerra de la independencia dominicana en 1844, los dominicanos experimentaron varias luchas, en su mayoría internas, y también un breve regreso de la dominación española (1861-1865). En un período de doce años fueron asesinados dos presidentes (Ulises Heureaux en 1899 y Ramón Cáceres en 1911). Estados Unidos ocupó el país entre 1916 y 1924, al que siguió un período relativamente tranquilo y próspero de seis años bajo el liderazgo de Horacio Vásquez.

    Alrededor de 1930, la República Dominicana se encontró bajo el control del dictador Rafael Trujillo, quien gobernó el país hasta su asesinato en mayo 30 del año 1961.

    Mi mama reside en Manhattan Nueva York, el cual es uno de los cinco condado del estado de Nueva York, esta Brooklyn, Queens, Bronx y Long Island.

    Recuerdo que ese mismo día salíamos mi hermana y yo hacia Santo Domingo, en una excursión del Colegio Cristo Rey donde ambas estudiábamos. Partimos entusiasmadas temprano en la mañana en un autobús. La mañana se sentía fresca por lo cual ambas llevábamos unos abrigos ligeros. El sol tímidamente asomaba su calor, se respiraba un ambiente natural, una mañana fresca. Al parecer había llovido y se apreciaba el rocío de la húmeda hierba. En la trayectoria de San Pedro a Santo Domingo no advertimos ningún inconveniente.

    Fue antes de cruzar el Puente Duarte, cuando nos dirigíamos a la ciudad, los militares nos detuvieron y nos dijeron que no podíamos entrar. Según tengo entendido, no dieron ninguna explicación. Entonces las monjas del colegio que nos acompañaban, nos llevaron a una iglesia ubicada en la Avenida Venezuela del Ensanche Ozama, antes de entrar a la ciudad capital; allí comimos y compartimos por unos momentos.

    Toda la alegría que iba en nuestros rostros se esfumó y las interrogantes cada vez aumentaban. El miedo y la incertidumbre generaron pánico al ver toda la zona militarizada con ametralladoras. Cada vez que le preguntaba algo a Dorcas me daba un codazo y me decía ¡cállate!. Empezó a reinar una tensa calma. Al no efectuarse el evento programado, tuvimos que regresar a San Pedro de Macorís y resignarnos a ver nuestro sueño frustrado.

    Mi madre, Emma Esther Acosta Brander, es la heroína de esta narrativa. A ella le debemos la oportunidad de haber salido del país en momentos de turbulencia política.

    Luego del ajusticiamiento del dictador, el Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina, en mayo del 1961, la capital Ciudad Trujillo se encontraba en una situación impredecible e inestable.

    Frente a esta incertidumbre que vivía el país, empezó un éxodo hacia el extranjero. El destino más frecuentado era los Estados Unidos, específicamente Puerto Rico y Nueva York.

    Un lunes a primera hora de la mañana, mi madre resoluta, se encaminó al Consulado Americano en la Capital. Al presentar sus credenciales en dicha oficina, su petición de visa fue rechazada.

    Al salir meditó, y con ese mismo ímpetu llegó a la casa, comió algo y arrancó para el Consulado Americano en Santiago de los Caballeros. Ésta es la segunda ciudad de importancia en el país, ubicada en la parte norte en la región del Cibao.

    El trayecto de la ciudad Capital a Santiago era de aproximadamente tres horas. Llegó cuando el personal salía a un receso.

    Mi heroína se mantuvo esperando en la puerta del Consulado, bajo el sol implacable de la una de la tarde. Temía que, si se iba a esperar a otro sitio, perdería el espacio.

    Después de unos 15 minutos empezaron a llegar personas a hacer fila. Como esperaba, ella fue la primera en entrar al turno de la tarde. Afortunadamente salió con sus papeles

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