CALVARIOS DE DOÑA ISA

Por Rosaura Duran

Primera flor cultivada con los mejores fertilizantes sin pronosticar el suplicio venidero. Como dice la leyenda del rey francés Luis XIV, disfrazada de fragilidad y debilidad, vulnerable, adoptando diferentes personalidades, llegó Hortensia a la vida de Isa, manipulando sus alrededores, causando un verdadero calvario.

Isa, como agente del signo zodiacal cáncer, con sus bajas y altas emocionales. Idea profunda de fraternidad, integridad y unión familiar. Tuvo que usar sus garras y caparazón como el cangrejo, permitiéndole sobrevivir.

Los acontecimientos importantes de su vida, desde nacimiento hasta su sepelio, estuvieron cronológicamente muy bien planificados, precisamente sábados tormentosos con intervalos de tiempos, efectuando sus eventos.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 24 ene 2020
• ISBN: 9781643341194

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ISLA PARADISIACA

5 de Diciembre del año 1492.

Navegando en busca de riqueza, patrocinados por los reyes católicos de España, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Llegó por equivocación El Almirante Cristóbal Colón a La Isla Paradisíaca. Él pensaba que había llegado a la India., quedó maravillado de sus bellezas naturales, sus tierras fértiles y las abundancias de oro que extraían de los depósitos aluviales de la Isla. Durante su primer viaje la llamó Hispaniola, isla en las Antillas mayores en el Mar Caribe divididas en dos países, Haití y República Dominicana. Colonizada por Los Españoles, cediendo la parte occidental a Francia en el año 1697, ahora es Haití. Nuestras paradisíaca Isla fue deseada por muchos más conquistadores, ambicionados por sus maravillas, causándole un fuerte menoscabe a nivel mundial.

Hasta que el 27 de Febrero del año 1844, los trinitarios dirigido por Juan Pablo Duarte, siguiéndolo Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez, la independizaron, pronunciando Duarte la frase: Quísqueyanos sonó ya la hora de vengar, tantos siglos de ultrajes.... Duarte Sánchez y Mella son reconocidos como padre de la patria Dominicana. La llamaron Quisqueya en honor a sus primeros habitantes, los indios Taínos, que en su idioma significa Madre Tierra. Caracterizados por ser una población pacífica y amistosa. Su vida cotidiana giraba en torno a rituales religiosos y la agricultura. Sembraban yuca, maíz, batata, ñame, yautia, el larén y el ají; también practicaban las pescas y las cazas de animales como la iguanas y los caimanes. Estaban organizados en cincos cacicazgos, gobernados por caciques, de religión politeístas, adoraban diferentes dioses. El nombre de Taínos se los dieron los Españoles que significa bueno o noble en Arahuacos, grupo de indios que ellos pertenecían. Emigraron desde el río Orinoco de Venezuela. Su medio de transporte, la canoa. Nuestros primeros pobladores, además de ser pacíficos, nobles y buenos, demostraron su valentía y sus fuerzas, levantándose en contra de los Españoles que solo vinieron a destruir y robar nuestras riquezas. Nuestras Quisqueya, mencionada en su himno nacional como indómita y brava, en su escudo, la frase: Dios, Patria y Libertad, que representa el estado como Libre, independiente y soberano.

En esa indomable isla, en el pequeño y humilde pueblo La Esperanza, donde las carencias de sus habitantes no se hacían esperar. Gente sencilla, caracterizados por su hospitalidad, candidez y dedicación al trabajo. Rodeando sus cuatros puntos cardinales fincas de arroz, deleitándo nuestras vistas con sus colores verdes esperanza, mostrando el verdadero significados de su nombre, La Esperanza. Ese inolvidable y hermético pueblo fue la cuna de Isa y Luciano.

PADRE DE LUCIANO

Don Rómulo Durcán, despertado por el cantos de los ruiseñores cada mañana, acompañado de su esposa, Doña Tomasa, que le preparaba el sustento de los afamados días. Don Rómulo cabalgando en su burrito blanco, se iba a labrar su conuco. Sembraba plátanos, yucas, batatas y otros víveres. Eran vendidos entre amigos y familiares. Tenía una aptitud innata en el campo agrícola, sabio e inteligente por genética. Sus antepasados eran terratenientes, dueños de grande platanales en un pueblo de la isla, Villa Tapia, lo que él no pudo heredar al morir sus padres.

Felicia, su codiciosa hermana, falsificó el testamento familiar, convirtiendose en dueña absoluta de todo. Él, desilusionado de sus familiares, se trasladó a otro pueblo, La Esperanza, donde