Relatos del camino indígena de la sal, la miel y las ollas

Por Nauro Torres Quintero

El camino indígena que unió las etnias muiscas de las tierras planas andinas de Colombia y las etnias que habitaron las montañas del oriente de Colombia y las vegas de los ríos caudalosos que desembocan en el mar Atlántico, por el cual arribaron los españoles al interior del país, bautizado luego como camino real, fue la vena comunicante antes y después del cubrimiento de los peninsulares españoles.

 

El autor con ancestros muiscas nació en una posada a la vera del camino de la sal, la miel y las ollas en la vereda Jarantivá, poblada por el grupo indígena los jarantivaes extinguidos por los españoles en el primer medio siglo de posesión y despojo territorial de los europeos. Su nombre, Nauro rescata y recuerda a otra etnia que murió enfrentando a los invasores apetitosos del oro y las esmeraldas: Los nauros que poblaron las tierras del externo sur de Santander.

 

En este E-books comparte varios de sus relatos cuyo espacio es el camino y sus entornos en los que recoge y recrea con literarias descripciones, no solo a los primeros pobladores de esta parte de la provincia de Vélez metida en tierras boyacenses, sino su cosmología y cosmogonía de la nación muisca que gozó de una lengua propia, la chibcha.

• Idioma: Español
• Editorial: Nauro Torres Quintero
• Fecha de lanzamiento: 12 dic 2021
• ISBN: 9798201005986

Nauro Torres Quintero

Escritor y poeta colombiano. Sus creaciones literarias estan en su blog https://naurotorres.blogspot.com/

Vista previa del libro

Relatos del camino

Indígena de la sal, la miel y las ollas

––––––––

Nauro Torres Quintero

2.021

Prefacio

El camino indígena que unió las etnias muiscas de las tierras planas andinas de Colombia y las etnias que habitaron las montañas del oriente de Colombia y las vegas de los ríos caudalosos que desembocan en el mar Atlántico, por el cual arribaron los españoles al interior del país, bautizado luego como camino real, fue la vena comunicante antes y después del cubrimiento de los peninsulares españoles.

El autor con ancestros muiscas nació en una posada a la vera del camino de la sal, la miel y las ollas en la vereda Jarantivá, poblada por el grupo indígena los jarantivaes extinguidos por los españoles en el primer medio siglo de posesión y despojo territorial de los europeos. Su nombre, Nauro rescata y recuerda a otra etnia que murió enfrentando a los invasores apetitosos del oro y las esmeraldas: Los nauros que poblaron las tierras del externo sur de Santander.

En este E-books comparte varios de sus relatos cuyo espacio es el camino y sus entornos en los que recoge y recrea con literarias descripciones, no solo a los primeros pobladores de esta parte de la provincia de Vélez metida en tierras boyacenses, sino su cosmología y cosmogonía de la nación muisca que gozó de una lengua propia, la chibcha.

Describe el autor el fragmento de camino indígena que recorrió siendo sangrero desde niño; narra costumbres que se manifestaron cuando crecía en la vereda y cierra la publicación con relatos de algunas malas costumbres de nacionales aprendidas de los blancos y criollos.

Prólogo

Cuando Nauro me propuso hacer el prólogo de esta obra, acepté de inmediato. Acepté porque consideré una oportunidad de adentrarme en las ideas del que fue mi compañero maestro en las lides de la comunicación y la pedagogía. Otros le han acompañado en su etapa de escritor de literatura y yo quería adentrarme en esta fabulosa etapa de su vida.

No pretendo hacer un estudio profundo de su reciente obra, más bien pretendo que mis palabras sirvan para presentar a quienes deseen leer su narrativa abundante en vivencias y en historias de su entorno de infancia.

Nauro Waldo Torres, nace en la vereda, un paradisíaco lugar de la provincia de Vélez en Santander, Colombia. Allí transcurren sus años de infancia absorbido por los descubrimientos curiosos que se transforman en vivencias ancestrales, que reproduce en sus relatos con muchos detalles y nitidez.

Ahora en su edad madura, Nauro Waldo se adentra en la historia y en la geografía para entender su mundo y para, acude a los historiadores y a su fiel memoria y a partir de ello nos lleva al principio fundante de quienes fueron nuestros ancestros y definieron una cultura que rescata para salvaguardar su identidad y la de todos sus coterráneos; y entonces nos entrega trozos de historia, de cultura ancestral y de evidencias de los caminos de sal, miel y ollas.

Sus personajes son hechos, objetos, fiestas tradicionales, personas y sentimientos; todos ellos contados a partir de sus propias vivencias que le dan el aroma del afecto, la nostalgia y la gratuidad con su pasado y presente.  Hechos de exterminio, de guerra y muerte, pero también de vida y trabajo; la estera, la chicha, el convite, el guando, La fiesta de las velitas, la labranza; los abuelos, los vecinos, la campesina Nicasia; todos estos personajes revelan historias y tradiciones.

Nauro Waldo Torres Quintero, nos entrega estás páginas para disfrutar, recordar, reconocer y seguir sus pasos de escritor.

María Trinidad Gómez Martínez.

Licenciada en Sociales

Exdecana de la facultad de Educación de UNISANGIL

Docente investigadora en pedagogía y el lenguaje.

Tabla de contenido

Prefacio

Prólogo

El camino indígena de la sal, la miel y las ollas

Tras los rastros muiscas, tras los míos

La chicha, bebida ancestral

La mosca Nicasia

Candeladas y velitas

Atravesada labranza.

El convite

Sorprendidos

El cielo es de chocolate

La balanza de la vida

Labán, el codicioso

El guando

El camino indígena de la sal, la miel y las ollas

––––––––

Los indígenas muiscas del altiplano cundiboyacense que extendieron su reino hasta Chipatá y Güepsa mantuvieron un intercambio comercial permanente con las etnias, Caribes, Yareguies y Guanes, pobladores de Santander.

Un lugar del intercambio denominado Sorocotá, estuvo en el valle en el que una la canasta servía para atravesar el río –hoy Boca Puente en Puente Nacional-. Se movían por El camino de la sal que unía a Zipaquirá-Nemocón- Chiquinquirá con las montañas del Carare en la hoy reconocida provincia del bocadillo el torbellino y la guabina y los territorio identificados como Guanentina y comunera. El camino de la miel unió a Moniquirá con Santa Sofia y Leiva. Y el Camino de las ollas conectó a Puente Real con Ráquira y La Candelaria. Estos caminos hermanaron a Santander, Boyacá y Cundinamarca.

El español Gonzalo Jiménez de Quesada, luego de navegar por  el río Magdalena procedente de