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Mis Investigaciones...Y Algo Más: Obras Completas De Adalberto Afonso Fernández
Mis Investigaciones...Y Algo Más: Obras Completas De Adalberto Afonso Fernández
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Mis Investigaciones...Y Algo Más: Obras Completas De Adalberto Afonso Fernández

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MIS INVESTIGACIONES Y ALGO MS es una compilacin pstuma, en tres tomos, de cuanto escribi e investig su autor: ADALBERTO AFONSO FERNNDEZ, en los tres pases donde vivi: Cuba, Venezuela y Espaa. Los amantes de la lectura y de la Historia, encontrarn gratificantes estos libros que son, adems, una excelente y fidedigna fuente de consulta para inquirir sobre tiempos atrs, llevados por el placer de leer o con propsitos creativos o didcticos.
El Tomo I posee los dos primeros captulos -de los trece en total de la Obra- con una variedad de textos antiguos que salvan para la posteridad mucho de la pretrita vida cultural cubana desde la ptica de la ciudad natal del escritor. Apuntes para una Cronologa de Ciego de vila -1538 a 1958- (captulo 1), y Ciego de vila. Hijos Ilustres(captulo 2) con ensayos biogrficos enriquecidos con antologas, cronologas y publicaciones de la prensa de entonces acerca de figuras cubanas pertenecientes a aquella localidad que se proyectaron ms all de la misma: Vicente Iriondo de la Vara (quien hizo construir el primer teatro de all; Manuel Diego Venega (poeta repentista) y los escritores y periodistas: Antonio Benedico Rodrguez ; Gabriel Jimnez Lamar y Jos Muiz Vergara El Capitn Nemo cuyo nombre llev la primera biblioteca pblica del pueblo en 1947. Las fuentes de donde se obtuvieron los datos para la Cronologa puede que ya no existan y esto le da un notorio valor a esta publicacin: peridicos y revistas de la poca y antiguos libros del Ayuntamiento de la ciudad rescatados de los tanques de basura o de ser consumidos por las llamas a principios de la Revolucin de 1959.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento28 oct 2011
ISBN9781463305819
Mis Investigaciones...Y Algo Más: Obras Completas De Adalberto Afonso Fernández
Autor

Adalberto Afonso Fernández

Investigador tenaz. Los países donde vivió le conocieron la vocación de escudriñar en los más disímiles temas culturales e históricos. En sus múltiples registros aparecen estudios sobre personalidades relevantes como Emilio Bacardí, Enrique Villuendas, Manuel Mur Oti y muchos más. La historia de múltiples instituciones culturales puede sustentarse holgadamente en sus apuntes. Publicó artículos y libros en Cuba, Caracas (Venezuela) y Miami (USA). Una producción discográfica realizada en el 2010, en los Estudios SOUNDS PRODUCTIONS de Léster Carrodeguas en Miami, recoge las composiciones musicales que creó en Ciego de Ávila (Cuba), en los años 1974-1975. Siempre fiel a sí mismo, una mente brillante y un corazón de amigo muy especial: muchas cosas para decir que no completarían la imagen de quien -dentista de profesión- fue notable en las artes y como polígrafo se sintió a sus anchas. --This text refers to the Hardcover edition.

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    Mis Investigaciones...Y Algo Más - Adalberto Afonso Fernández

    MIS INVESTIGACIONES…y algo más

    36168.jpg

    Copyright © 2011 por Isabel Hernández Rivas.

    Diagramación: Marta Cajina

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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    ventas@palibrio.com

    356259

    Indice

    Tomo I

    Agradecimientos y dedicatoria

    P R ÓL O G O

    Presentación

    Síntesis biográfica del autor

    Album de fotos

    Un viaje turístico a tres países socialistas en 1977

    El exilio a los 53 años. Primera estación: Venezuela.

    El exilio. Segunda estación: España

    Acerca de esta obra

    Cronología de Adalberto Afonso Fernández

    -1- APUNTES PARA UNA CRONOLOGÍA DE CIEGO DE ÁVILA

    -2- CIEGO DE ÁVILA. HIJOS ILUSTRES

    Un asturiano impugnador de Newton y Laplace y sus premoniciones: Don Vicente Iriondo de la Vara

    II Los errores de la Ciencia Clásica

    III Las precogniciones

    Manuel Diego Venega

    Anecdotarío en verso y en prosa. Grupo Minorista ín Memoríam

    A n t o l o g í a Ovillejo

    Politicosa

    Al laureado poeta E. G. Lima

    Mi primer soneto

    Mis nietos

    Poema escrito en su lecho de muerte

    Antonio Benedico Rodríguez

    A n t o l o g í a

    I Temática social

    II Política

    III Historia

    Homenaje a la memoria del Capitán José María Agramonte

    «Primeros tiempos de Ciego de Ávila»

    Ciego de Ávila. Bosquejo Histórico

    Una voz cubana en la poesía andaluza. Gabriel Jiménez Lamar

    I Noticias biográficas

    II Gabriel Jiménez Lamar en su época

    III Obra poética

    IV Nacionalidad literaria

    A n t o l o g í a

    Amarga

    Cobardes

    Adiós a España

    Mi eterna rima

    La vuelta del soldado

    2 Poesías inéditas

    Nochebuena  (A la sombra de los muelles) 

    Post Umbra

    A Carmen Flores

    Mi madre y tú

    Querellas del exilio

    Balcón andaluz

    Andalucía

    -1- Notas biográficas

    -2- El Capitán Nemo por Pablo de la Torriente Brau

    -3.- Artículos de José Muñiz Vergara que aparecen en la revista habanera El Fígaro

    -4.- Indice de El Fígaropor Fermín Peraza. Tomo II, Volumen II

    -5- A n t o l o g í a

    Impresiones

    Orientaciones

    Cosas de la Habana

    Los libros de Fray Candil

    Orientaciones de Oriente

    Arribadas

    Propulsiones

    El génesis de la Trocha

    Prólogo de «Rumores del Hormigo» del Cucalambé

    Campicursiones

    Campicursiones  (Siete días en Campaña)  Antecedentes

    Capítulo I De la Habana a Zaza del Medio

    Capítulo II De Zaza del Medio a Morón

    Capítulo IV Morón, Guadalupe, los robos de

    Capítulo V Extremos diversos. La justicia infalible. Conciencia. Conclusión

    Ideario de «El Guamo»

    SINOPSIS

    Publicaciones que se incluyen en esta Obra

    Investigaciones inéditas

    Investigaciones inconclusas, anotaciones varias.

    Obra musical inédita

    Información general de los trece capítulos de la Obra

    Endnotes

    MIS INVESTIGACIONES Y ALGO MÁS.

    -Obras completas de

    Adalberto, Afonso Fernández-

    Tomo, I

    Image13047.JPG

    Dr. Adalberto Afonso Fernández

    Esta publicación rinde homenaje postumo a quien supo honrar a muchas figuras talentosas, a los países donde vivió, a su ciudad y a su patria:

    DR. ADALBERTO AFONSO FERNÁNDEZ

    Dentista, escritor, historiador y compositor musical.

    Image13053.JPG

    Agradecimientos y

    dedicatoria

    Esta obra no habría podido ser sin el concurso de algunas personas que en su momento actuaron en los eslabones de una cadena de sucesos, aunque no todas creyeron en nosotros. Pocas estuvieron presentes incondicionalmente en nuestras vidas, nos dieron aliento, comprensión y apoyo y continuaron el contacto y la correspondencia conmigo después de enviudar. Nuevas amistades surgieron después de aquel suceso y me abrigaron de la soledad y de la pena de la inmensa pérdida que significó para mi la muerte de mi esposo. A todos, con justicia, quiero dedicar esta obra y extenderles mi más profundo agradecimiento, en especial, a los que han estado o estuvieron más cercanos a nosotros:

    Mi hermana MARGARITA y mi familia en Cuba.

    ROSA LÓPEZ, monja sevillana, Superiora, y a todas las Hnas. de la Congregación Católica «Agustinas Recoletas» en sus sedes en Morón (Cuba); Cumbres de Curumo (Caracas. Venezuela) y Leganés (Madrid. España).

    MARGARITA GARCÍA VEITÍA, MARIA EUGENIA ELGUERA y LIANA BALBÉ en Ciego de Ávila.

    MARLENE y CONSUELO en Barcelona y Madrid. España.

    ALBERTO JOYA, concertista cubano radicado en Madrid.

    ETELBINA, ESTEBANA y EUSEBIA, mis buenas amigas del Tamaduste, isla de El Hierro, Canarias.

    NILDA MIRANDA, mi consejera y amiga de Miami.

    CEBRIÁN DE QUESADA, escritor, amigo y asesor, en Miami.

    El equipo con el que he trabajado en Miami: MARTA CAJINA, y LESTER CARRODEGUAS.

    La Sra. Silvia Meso en Caracas, quien gestionó nuestra salida definitiva de Cuba en julio de 1994; el Sr. José Luis Correa quien nos recibió en Madrid en 1999; el Sr. Jorge Luis Cano y su esposa Asunción, médicos cubanos radicados en Canarias; el Sr. Hector Benedico, quien me recibió en el aeropuerto de Miami; la familia de Adalberto en Cuba y, como escribió él mismo, en la dedicatoria de su libro

    «Cuba entre los venezolanos»:

    «A quienes creyeron y creen en nuestros esfuerzos y, también, a quienes hayan dudado»

    A Cuba y, en especial, a nuestro querido pueblo de Ciego de Ávila.

    Isabel Hernández Rivas

    Miami, julio de 2011

    P R ÓL O G O

    Presentación

    «ADALBERTO AFONSO FERNÁNDEZ ha muerto en Valverde, Canarias. Investigador tenaz, todos los países donde vivió le conocieron la vocación por escudriñar en los más disímiles temas culturales e históricos. Avileño auténtico, nos legó una amplia obra inédita donde asoman temas y personajes que dejaron su impronta en nuestra región: Jiménez Lamar, Vicente Iriondo, el Príncipe Ruspoli, el Coronel Enrique Villuendas, el Capitán Nemo… La historia de muchas instituciones culturales avileñas puede sustentarse holgadamente en sus apuntes. Una Cronología Avileña es obra relevante para los que quieran aproximarse a los costados de nuestro terruño. Antologado en «Rosario de poemas», editado en los 60 aquí mismo, publica en Caracas los poemarios «En los predios interiores» y «Adán adolescente», además del libro «Cuba entre los venezolanos», todos en el año 1999.

    «Siempre fiel a sí mismo, una mente brillante y un corazón de amigo muy especial: muchas cosas para decir que no completarían aquí la imagen de quien-dentista de profesión-fue como polígrafo que se sintió a sus anchas. Desde Garachico, una ola de amor nos lo devuelve, con su último trabajo. Isabel, su esposa, nos cobija del dolor: no dejará perderse tanta obra de perseverancia y devoción.»

    (Margarita García Veitía. Revista Imago. Publicación Trimestral.

    Diócesis de Ciego de Ávila. Año 10. N° 4. 2005. P. 23.)

    ––-

    Con esta síntesis, la licenciada Margarita García Veitía introdujo, póstumamente, para la revista católica Imago de Ciego de Ávila, el artículo «Un cubano conversa con Maria Mérida», el cual había sido difundido primero en la publicación canaria La Voz de El Hierro.

    Casi seis años después, he cumplido con mi compromiso y responsabilidad de dar a conocer las Obras Completas de mi esposo, lo cual ha sido para mi un verdadero reto. Tuve que ordenar, mecanografiar y dar una estructura de conjunto a todo aquel material de sus investigaciones en tres países: Cuba, Venezuela y España, en gran parte inédito, que constituía la totalidad de su labor como escritor e historiador. Estaba en disquetes y en cuantiosos documentos; múltiples manuscritos sueltos y encuademaciones ya amarillentos por el paso de los años. No pudo la soledad, el desamparo económico ni la depresión, desviarme de mi objetivo, sino que éste me hizo vencer a aquéllos. La presente obra, en tres tomos, es la contribución que hizo ADALBERTO AFONSO FERNÁNDEZ al acervo cultural cubano.

    Isabel Hernández Rivas

    Síntesis biográfica del autor

    Adalberto nació en Ciego de Ávila, en la calle Cuba N° 97, a las 8 de la noche del 17 de mayo de 1941. Fue el mayor de dos hijos que tuvo Bonoso Afonso Jiménez con Évora Marina Eugenia Fernández Villafaña. Bonoso también le decían Cipriano fue un inteligente y esforzado empresario español, procedente de la región de El Paso, isla La Palma (Canarias). Llegó a tener en Ciego de Ávila varios negocios: un hostal, una carnicería, una sala de juegos de billar y un expendio de tabaco. Évora de origen camagüeyano fue maestra de la primera instrucción de varias generaciones de avileños. Luego de nacido su primogénito, el matrimonio se instaló en la casa—próxima a los negocios de Cipriano situada en Chicho Valdés, 174, oeste, entre Simón Reyes y José María Agramonte, donde siempre después, vivió.

    La niñez de Adalberto A.A.F. transcurrió en Ciego de Ávila, sin apuros económicos, bajo la disciplina que en el hogar imponía su padre y los cuidados de una de las mejores educadoras del pueblo: su mamá. Era ésta una mujer culta, carismática, de elevados principios morales, quien le inculcó también el hábito por la buena lectura. Desde muy temprano él demostró poseer una gran inteligencia y memoria así como inclinación por los estudios y facilidad para la música y los idiomas.

    La educación primaria la desarrolló en el «Colegio Belda» y la «Escuela Intermedia Luz y Caballero». Allí terminó el sexto grado en 1953. Realizó la secundaria en la Escuela Superior, donde llegó al octavo grado en 1955. Paralelamente asistía al Instituto Martí en el cual; a los trece (1954), se hizo mecanógrafo; y a los quince (1956), taquígrafo. En el Instituto Pre-universitario de la ciudad, obtuvo el grado de bachiller en Ciencias y Letras el 18 de octubre de 1960.

    En los primeros años del triunfo de la Revolución de 1959, A.A.F. se encontraba gestionando infructuosamente una matrícula de la carrera de Lengua y Literatura Francesas en la Universidad de La Habana. Finalmente, se decidió en la capital por un curso de francés en la Alianza Francesa, prestigioso centro patrocinado por la Embajada de Francia en Cuba. Después, continuó su formación en ese idioma en la misma institución por correspondencia y se fue a estudiar (1962), la carrera de Estomatología a Santiago de Cuba, llevando ambas disciplinas a la vez. Durante cinco años asistió anualmente a los exámenes de francés de la Alianza hasta que se graduó en mayo de 1967 y, el 13 de noviembre de 1968, obtuvo el grado de doctor en Estomatología¹ en la Universidad de Oriente.

    En medio de la turbulencia de los años anteriores, Bonoso Afonso quiso vender sus propiedades y marcharse a España con su familia, pero la Ley del Servicio Militar Obligatorio en Cuba frustró sus planes porque sus dos hijos ya tenían la edad exigida y por ese motivo no podían emigrar. Cipriano perdió todo su capital con el cambio de moneda de 1961. En Cuba comenzaron las expropiaciones de los grandes capitales nacionales y estadounidenses desde 1960. Ya en marzo de 1968 se confiscaron todos los pequeños negocios que aún sobrevivían en el país. Así, Cipriano perdió también los suyos, sin remuneración.

    Aunque se hizo dentista, A.A.F. era un curioso indagador de casi todo; leía muchísimo y tenía una memoria prodigiosa. Su predilección y facilidades eran para las artes en general pero dominaba y se interesaba por múltiples temas de los cual podía departir como un experto: filosofía, religión, ciencia, política, historia, etc. Su cultura era enciclopédica. Además, era un políglota, dominaba inglés, francés, italiano, portugués y sabía ruso, alemán y hasta un poco de árabe. Desde su época de estudiante universitario o quizás antes comenzó su labor de investigador: de historiador.

    Recién egresado de la Escuela de Estomatología de Santiago, desde el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Camagüey, le propusieron el cargo de Director de Salud en el municipio de Nuevitas pero no aceptó, argumentando que quería regresar a Ciego de Ávila donde sus padres lo necesitaban. De esta forma se desmarcó de liderazgos administrativos que , entonces, estaban en boga. Aquella fue una época en la cual, la emigración masiva dejó vacantes muchas plazas y jefaturas. A.A.F. cumplió los dos años estipulados para el servicio rural obligatorio² en Nuevitas y los centrales Jatibonico y Baraguá. En este último nos conocimos a fines de 1971. Él era el dentista del hospital rural y yo fui nombrada para trabajar bajo sus órdenes, recién egresada de un curso que pasé en La Habana de técnico de nivel medio de Estomatología. Poco después nos trasladaron a ambos para la clínica dental de Ciego de Ávila. Nos casamos el 11 de agosto de 1972.

    Fue una época de mucha confusión, mucha efervescencia colectiva, y la gente era lanzada, en oleadas, unos contra otros. Varios caían bajo la égida del nuevo gobierno; otros escalaban puestos. Adalberto y yo procedíamos de estamentos sociales diferentes. A él nunca le importó mi origen humilde; teníamos en común muchas ideas. Sincronizábamos en muchos aspectos y así fue que él entró en mi vida. Fue quien puso en mis manos los primeros libros valiosos que leí y que luego influyeron poderosamente en mi pensamiento, además de buscar ambos una Verdad por cuyo camino él venía más adelantado. Él me enseñó e iluminó la senda con su sapiencia y bondad. Fue mi esposo y también un guía y un gran amigo; por eso a pesar de todos los reveses y desacuerdos que en muchas ocasiones nos desafiaron sólo la muerte logró separararnos y, después que murió, él quedó profundamente enraizado en mi ser.

    Era un temperamento rebelde e inquieto. Detestaba la mentira, la hipocresía, la mediocridad, el maniqueísmo, la injusticia; y era intolerante con quien trataba de intimidarle. Aquella fue una vida difícil y sustancial, de muchas pruebas, donde nos forjamos y purificamos para ser como me dijo él una vez «más universales». Nos quisimos de verdad y llegamos a formar un buen equipo donde siempre estuvo presente el uno para acudir en defensa del otro. Enfrentamos así las adversidades juntos; y juntos, una realidad despiadada donde había que asumir y contender con la envidia y maledicencia de mucha gente. Luego fue el exilio: la soledad y la lucha por sobrevivir sin dejar de ser como siempre él fue auténticamente: él mismo.

    En enero de 1977 falleció de cáncer su padre en el hospital de Ciego de Ávila. Yo estaba estudiando en Santiago de Cuba³ y por aquella fecha tenía exámenes. Él sólo me avisó después. No quería afectar mis estudios. Se preocupaba siempre así por mis intereses. Otro ejemplo de esto es que cuando yo estudiaba en la Universidad me indujo a matricular también en La Alianza Francesa de La Habana, por correspondencia, y me daba clases de francés cada vez que podía. Cuando, en julio de 1977, terminé la Estomatología, fui a la Habana y aprobé el examen final de francés; entonces, A.A.F. pidió un mes de vacaciones y fuimos de turismo a Rusia, Checoslovaquia y Alemania Oriental. En Ciego vendieron esos paquetes turísticos que pronto suspendieron porque la gente en su afán de huir del régimen comunista se quedaba en España. Él compró uno para dos personas. Así fue cómo, por primera vez, viajamos al extranjero. Fue un domingo 10 de julio del año 1977 en el vuelo 478 de la línea rusa Aeroflot. El avión despegó del aeropuerto José Martí, exactamente, a las 5: 45 de la tarde, vía Madrid con destino Berlín Oriental. Los pilotos eran rusos y el resto de la tripulación, cubana. Los 5000 pesos que costó el viaje, fueron regalo de un pariente isleño (de Canarias), quien vivía solo, en Ciego de Ávila y estaba «en las últimas». A.A.F. había intercedido hasta convencerlo para que perdonara a su sobrina Consuelo, que residía en nuestra casa y con la cual se había distanciado Manuel que así se llamaba el tío—, hombre soltero y con una pequeña fortuna la cual finalmente repartió a su familia: Cipriano y Consuelo, gratificando también a Évora y a A.A.F.

    En 1981 falleció Évora. Yo apreciaba mucho a mi suegra. Era una mujer singular y encantadora. Padecía de diabetes e hipertensión y sobrevivió a mi suegro sólo cuatro años. Entonces, el caserón debajo de Los Elevados⁴ resultó demasiado grande para nosotros. Quisimos mudarnos para La Habana cambiando la casa por un apartamento. Nos estaba ayudando en estas gestiones la pianista Ñola Sahig, amiga nuestra, quien vivía en Miramar. Ella se escribía con A.A.F. y venía a dar conciertos a Ciego regularmente. Ñola era oriunda de Ciego de Ávila; su mamá, Juanita, vivía allí. Después de muchas diligencias, no habíamos conseguido la permuta, y en 1983, decidimos trasladarnos dentro del mismo Ciego de Ávila para el reparto Lugones, más allá de la línea del ferrocarril. Era un buen apartamento de tres habitaciones, en un tercer piso (sin ascensor) en el edificio N° 1 de la calle José María Agramonte. En este lugar vivimos hasta julio de 1985 cuando nos mudamos para la ciudad de Camagüey, a una casa antigua cerca del Teatro Principal y la Plaza de Santa Ana, en Padre Valencia N° 201, entre Bembeta y el Callejón de las Niñas. La residencia era de una sola planta, con paredes de mampostería, techos de madera y tejas y pisos de mosaico y cemento. Fue construida en 1945. Tenía sala, saleta, comedor, cocina, dos dormitorios, un baño, una habitación de uso múltiple y un pasillo interior con un tinajón.

    En Camagüey, A.A.F. ejerció en el Departamento de Estomatología del Policlínico Comunitario Previsora; y yo, en una clínica dental llamada «Ciudad Escolar» y también, posteriormente, en «Previsora».

    Por el año 1989⁵, los acontecimientos en Europa Oriental habían impactado seriamente la ya maltratada economía cubana sumiendo al país en una extrema pobreza. Se denominó Período especial en tiempo de paz a una época, en la cual, se agudizaron las penurias. Recuerdo que los apagones eran hasta de 16 horas seguidas y solíamos refugiarnos en la Iglesia de Santa Ana, detrás de nuestra casa, donde cada noche-con velas-se celebraban las misas. Nos casamos por la Iglesia y comenzamos a escribir para la revista «Enfoque» de la Diócesis de Camagüey. Conocimos y tratamos al obispo Monseñor Adolfo (q.e.p.d.), del cual impresionaban sus carismáticas homilías; y también al querido sacerdote de la parroquia de Santa Ana, José Luis Rodríguez, que era un buen hombre y tenía el don de la palabra. Se presentaba siempre con una cantidad impresionante de monaguillos que parecían unos angelitos acabados de bajar del cielo. Pertenecimos a una pequeña comunidad religiosa, muy unida y fraternal, donde nos invitaban a todo tipo de actividades principalmente en el Convento de La Merced: corazón del catolicismo camagüeyano de entonces—. Después que salimos de Cuba, no volvimos a encontrar una Iglesia tan carismática como la Católica del Camagüey de los ochenta y principio de los noventa.

    En septiembre de 1992 me realizaron una histerectomía en el Hospital Provincial de Camagüey, para eliminar un gran tumor extrauterino que resultó benigno. Mi recuperación fue lenta y estuve un año sin trabajar. El 6 de junio de 1994 emigramos a Venezuela. Poco después el 5 de agosto ocurrieron los disturbios y manifestaciones contra el gobierno en las calles aledañas al malecón habanero, hechos estos conocidos como «El Maleconazo».

    El proceso de nuestra salida definitiva del país, fue rápido. En abril de ese 1994 vino de Venezuela un señor cuyo nombre no recuerdo el cual pertenecía allí a un partido de tendencia conciliatoria con la política de Cuba y estaba invitado a la Conferencia «La Nación y la Emigración», convocada por el gobierno cubano. Esta persona nos trajo muchos presentes de parte de una antigua amiga de A.A.F. de Ciego de Ávila quien hacía mucho tiempo vivía en Caracas. Su nombre: Silvia Meso. Ella fue quien nos consiguió los visados para emigrar a Venezuela.

    Llegamos al aeropuerto de Maiquetía una tarde lluviosa; él con 53 y yo con 44 de edad. En Caracas pasamos las de Caín en los primeros tiempos. Vivimos en la casa de un hermano de la Sra. Meso, en una urbanización llamada Valle Arriba de Guatire, cercana a ese pueblo (Guatire) y como a dos horas de la capital, por la peligrosa autopista Petare-Guarena. También por poco tiempo en Maracay, en el apartamento de una prima de ella y el esposo de la prima un petimetre, que siempre estaba criticando a A.A.F.

    Los Meso al ver que no conseguíamos trabajo terminaron por darnos de lado. Después, A.A.F. encontró en Caracas a Héctor Companioni, un amigo de su juventud, el cual había salido de Cuba en 1980 por el Puerto de El Mariel, con la emigración masiva que ocurrió entre el 15 de abril y el 31 de octubre de aquel año. Desde entonces, le había perdido la pista. Héctor vivía con su esposa, Cristina, y sus dos hijos: Maikel y Sandro, en una vivienda del estacionamiento de un centro de meditación hindú en Altamira. Estaban mal de situación económica pero nos acogieron por un tiempo. Cristina trabajaba en un salón de estética y cosmetología, donde asistía a una clientela adinerada, y nos ayudó a conseguir trabajo antes de quedar ella misma cesante, al cerrarse el negocio.

    El 20 de febrero de 1995, A.A.F. empezó a trabajar en las mañanas como dentista, en una misión jesuita (OSCASI), situada en un lugar de los Cerros de Petare llamado El Aguacatico. Era un sitio tenebroso a causa de la delincuencia. En mayo, iba por las mañanas; y por las tardes bajaba de Los Cerros y acudía en pleno centro capitalino a una academia de inglés, cuyo propietario era un peruano quien le pagaba una miseria por impartir algunas clases. El 25, dos individuos armados trataron de asaltarlo en El Aguacatico, pero unos pacientes lo advirtieron y lo refugiaron en su casa. El 1° de junio ya no le renovaron el contrato del OSCASI por no tener el título de odontólogo revalidado, quedándose sólo con su trabajo de profesor de inglés en las tardes. Otras dos escuelas de idioma donde impartió cursos en Caracas fueron «Padron and Petit English School» y el «PPI» hasta el 13 de noviembre de aquel año, cuando tuvo una entrevista en Catia La Mar para una plaza a bordo de los barcos de PDVSA (Petróleos de Venezuela). Fue contratado por PDV Marina, filial de PDVSA, para impartir inglés a los oficiales a bordo de los barcos, con un salario mensual de 160 mil bolívares. Comenzó su nuevo trabajo a fines de 1995. Fue en el buque «Paramacay» donde más tiempo estuvo. Muchas cosas nos sucedieron en aquel 1995, pero la más importante antes del contrato con PDV Marina fue la entrevista con el señor Jorge Sánchez, el 2 de marzo. Era éste un poderoso empresario colombiano, dueño de una firma llamada «Embragues Chicago», la cual comercializaba piezas de automóviles. Después de intentar trabajar para él, nos dejó cesantes con medio millón de bolívares que nos prestó, en varios pagos, para que instaláramos nuestra propia clínica dental. Con aquél dinero comenzamos a comprar instrumental y equipos para nuestra entonces futura clínica. Los guardábamos en la casa de Companioni y en la de los Meso de Valle Arriba de Guatire.

    En 1995 también pasamos un gran susto. Fue el 23 de julio. A.A.F. se enfermó de gravedad. El reflujo gastro-esofágico que padecía, producto de una hernia de hiato, le produjo una úlcera sangrante en el esófago. Una hemorragia interna le hizo perder mucha sangre. Estuvo ingresado, primeramente en el hospital de Guatire; y después, en el de Los Magallanes de Catia de Caracas. Ya para el 27 estaba restablecido.

    En los barcos petroleros fue instructor de inglés hasta el 26 de agosto de 1996 cuando le exigieron las visas de residente venezolano y la americana. Ninguna de ambas poseía. Coincidió que yo también había perdido mi empleo, en la clínica dental «La Gran Colombia» de Petare (Caracas), donde estuve unos 4 meses. En menos de un año habíamos hecho algunos ahorros y cuando nos quedamos desempleados pudimos alquilar un local en Guatire e instalar nuestra propia clínica. Estaba situada en la calle Carmen, 2 con Boulevard 19 de abril. Empezó a funcionar el 11 de noviembre de 1996. Era un lugar pobre y muy concurrido que enseguida se nos llenó de gente porque ofrecíamos precios muy económicos. Fue un rotundo éxito.

    Establecidos en la urbanización Valle Arriba, tomábamos el transporte público diariamente para ir al cercano pueblo de Guatire donde estaba nuestro consultorio. Eran unos quince minutos de viaje en los aplastados autobuses que allí llaman «camionetas». Los techos eran tan bajos que había que subir con la espalda doblada. Terminábamos la jordana de trabajo casi siempre tarde y, una noche, asaltaron la camioneta donde viajábamos. Fue una experiencia muy desagradable, después de la cual, decidimos alquilar un local vacío que estaba al lado y se comunicaba con la clínica por el fondo. Para allí nos mudamos. Vivíamos humildemente, en función de nuestro trabajo. Fue un tiempo de estabilidad en un país que se estaba desplomando económica y socialmente. El bolívar perdía su valor cada vez más frente al dólar.

    En menos de dos años, la clínica se convirtió en un negocio floreciente. Compramos nuestro primer automóvil y A.A.F. pudo publicar tres de sus libros. El 7 de enero de 1998 obtuvo la ciudadanía española, la cual venía tramitando desde La Habana, y el 4 de julio de 1999 emigró a España. Yo me le reuní el 30 de octubre, cuando obtuve la visa correspondiente. Comenzó así nuestro segundo exilio.

    Los últimos cinco años de A.A.F. los vivió en España. Allí tuvimos nuestros primeros teléfonos celulares y computadora. A él le pagaban un estipendio como emigrante retornado, el cual fue nuestro único ingreso en los primeros tiempos. Trabajábamos, por temporadas, en clínicas dentales adonde no iba nadie. Empleamos nuestro tiempo y energías tratando de homologar los títulos cubanos de dentistas. Vivimos en un destartalado apartamento en un cuarto piso, sin ascensor, en Parla, ciudad 20 minutos al sur de Madrid. El piso era propiedad de un banco que había quebrado y por alguna razón estaba en manos de la esposa de un viejo amigo de Ciego de Ávila. La condición impuesta por ella fue que no pagáramos alquiler durante un año y arregláramos el inmueble. Después, pagaríamos una mensualidad. Llegado el momento con su subsidio A.A.F. comenzó a pagar la suma exigida hasta que el ingreso como emigrante retornado expiró. Desesperados porque no conseguíamos un trabajo estable y pasaba el tiempo estando bloqueada la homologación de títulos de Odontología en España⁶ aceptamos la propuesta de un mecánico dental que tenía una clínica cerrada en el cercano pueblo de Zarzaquemada y nos propuso que la atendiéramos y después le pagáramos un alquiler. Algo parecido a lo negociado con el apartamento de Parla: ambos clandestinos.

    Trabajamos en el establecimiento dental de Zarzaquemada desde el 25 de julio de 2001 hasta el 22 de mayo de 2003. Poco antes de irnos de allí ( el 14 de abril de 2003) A.A.F. que había concluído la homologación de su título en Granada alquiló una clínica dental, con todas sus licencias, en el poblado cercano de El Naranjo, perteneciente a la ciudad de Fuenlabrada. La dirección era: calle Galicia, 29. Bajos. No sabíamos que tenía mala reputación debido a sus anteriores dueños y la vecindad se había desplazado para recibir los servicios a otro centro próximo. Por mucho que nos esforzamos, no poseíamos recursos económicos suficientes para mantenernos y pagar todos los cargos e impuestos que la Ley exigía, por lo que el negocio quebró al cabo de pocos años. La esposa del amigo amenazó con demandar a A.A.F. si no pagaba el alquiler del piso de Parla; así que se lo entregamos y nos fuimos a vivir para la misma clínica de El Naranjo. Esta se encontraba sujeta a un contrato de arrendamiento con opción a compra, a un precio fijo, que resultaba en aquellos momentos muy por debajo del mercado. Sólo pudiendo ejercer la opción a compra A.A.F. , le cedió ese derecho a cambio de una comisión a un empresario en Madrid, dueño de una cadena de clínicas. Con el dinero obtenido unos doce mil euros nos fuimos a vivir a Canarias.

    No deseábamos marcharnos de la Península, pero la suma obtenida se habría evaporado de habernos instalado en Madrid, pues no poseíamos ingresos. Por eso aceptamos la proposición de un médico cubano que trabajaba en el Hospital de Valverde, capital de la isla de El Hierro. Era ex-alumno de la Universidad de Santiago de Cuba, de donde conocía a A.A.F. En su tiempo libre escribía novelas y enviaba sus textos por correo electrónico para que A.A.F. los enmendara. Incluso desde Venezuela, este médico y su esposa (también médico) estuvieron en contacto con nosotros. Con el devenir de nuestra debacle financiera en España, nos ofreció ayuda económica y nos indujo a mudarnos a Canarias, brindándonos la casa que tenía allí alquilada, para los primeros tiempos, hasta que nos estabilizáramos.

    LLegamos a Valverde en julio del 2005. A.A.F. falleció el 6 de septiembre de un repentino ataque al corazón en el momento en que se encontraba en un centro comercial de la ciudad. No hubo funeral. Ya una vez habíamos hablado él y yo de cómo, el que sobreviviera, enfrentaría la terrrible pérdida del otro. Estábamos muy solos: nuestra única familia permanecía en Cuba adonde no podíamos regresar. Por otra parte, yo sabía que me iría de España definitivamente. Pagué los $4000 euros de los gastos mortuorios y sus restos fueron enviados a Tenerife para la cremación. Sus amigos médicos me acompañaron al pueblo de Garachico, en Tenerife Norte. Allí hay un monumento al Emigrante Canario erigido en un lugar conocido como El Mirador de El Emigrante. Cuentan que, antaño, desde aquel lugar salían los barcos hacia Venezuela y Cuba. Deposité sus restos, en el mar, con mis abundantes lágrimas y un séquito de flores rojas y amarillas sus colores preferidos y me llevé en el corazón la idea obsesiva de publicar sus obras completas; tales serían sus exequias.

    Isabel Hernández Rivas

    Album de fotos

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    Niñez y adolescencia.

    Image13092.JPGImage13098.JPGImage13104.JPG

    Abril 1977. 36 años

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    En la Clínica Dental de Ciego de Ávila.

    Un viaje turístico a tres

    países socialistas en 1977

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    Puerta de Brandeburgo. Alemania Oriental.

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    El Muro de Berlín. Alemania Oriental.

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    En Berlín Oriental.

    Image13134.JPGImage13140.JPGImage13146.JPG

    El exilio a los 53 años. Primera estación: Venezuela.

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    Caracas.

    Image13158.JPGImage13164.JPGImage13170.JPG

    Nuestro primer automóvil. Guatire

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    Lanzamiento en Caracas, en 1999, de «Cuba entre los venezolanos» y «En los predios interiores».

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    Firmando sus libros el día del lanzamiento.

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    Día del lanzamiento. Con asistentes de la comunidad cubana en el exilio.

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    Restaurante La Fontana de la Ave. Libertador en Caracas. Día del lanzamiento de sus libros.

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    Momento en el que se dirigía a los asistentes, en el discurso de presentación de sus libros.

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    Aeropuerto de Maiquetía, Caracas, Venezuela. 1999.

    El exilio. Segunda estación: España

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    Con el cineasta español Manuel Mur Oti y su esposa Lola. Madrid. Año 2000.

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    Una comida entre amigos en Madrid.

    Image13230.JPGImage13236.JPGImage13242.JPG

    A.A.F. a los 60 años, en Madrid, mayo 2001.

    Image13248.JPGImage13254.JPGImage13260.JPGImage13266.JPG

    Toledo. Febrero 2000.

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    Toledo. Febrero 2000.

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    Torrejón de Velasco, provincia de Madrid.

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    A.A.F. en Granada.

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    En Barcelona

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    Clínica dental en Zarzaquemada (Madrid).

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    Clínica dental en El Naranjo (Madrid).

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    En Aranjuez. Año 2004

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    En Valverde, capital de la Isla de El Hierro. Canarias. Año 2005.

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    En el interior de la iglesia de Valverde. La fiesta de la «Bajada de la Virgen». Año 2005.

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    En el aeropuerto de Valverde con la cantante María Mérida.

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    Garachico Norte. Tenerife.

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    Lápida en El Monumento al Emigrante Canario, en

    EL MIRADOR DE EL EMIGRANTE. Garachico Norte.

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    Monumento al Emigrante Canario en Garachico Norte, Tenerife. Haciendo un agujero en el corazón de la escultura, el artista quiso simbolizar en su obra, el dolor del que partía al desconocido mundo de las tierras de América. Años después, aquel agujero sigue simbolizando la pena honda del emigrante de todas partes.

    Acerca de esta obra

    «Mis INVESTIGACIONES Y ALGO MÁS» posee trece capítulos contenidos en tres tomos. En el primer tomo están los dos primeros capítulos que se refieren a Ciego de Ávila—; en el segundo, los capítulos del tres al seis; y en el tercero, el resto.

    En Ciego de Ávila nació y vivió el autor hasta 1985. En el primer volumen presento su Cronología de la ciudad y todas sus investigaciones de personalidades del lugar: Vicente iriondo de la VARA; MANUEL DIEGO VENEGA; ANTONIO BENEDICO RODRÍGEZ; GABRIEL JIMÉNEZ LAMAR y JOSÉ MUÑIZ VERGARA, «EL CAPITÁN NEMO».

    El siguiente período de la vida de A.A.F. fue en Camagüey: de 1985 a 1994. De aquí sus estudios algunos de los cuales terminó en España recogidos en el capítulo 3, con el cual empieza el segundo volumen: Tula en dos tiempos, Flora Díaz Parrado, Abelardo Chapellí Marín; y los artículos que publicó en la revista «Enfoque» de Camagüey sobre las figuras de Mariano aramburu y machado, luis pichardo

    LORET DE MOLA, EL PADRE GONFAUS y RAFAEL EMILIO FORTÚN CHACÓN. También en este volumen dos está su monografía producto de una larga investigación de su época de estudiante universitario en Santiago de Cuba-sobre emilio bacardí moreau (capítulo 4) y la interesantísima, acerca de enrique villuendas y de la torre (capítulo 5) la cual, asímismo, le llevó algunos años concluir (de 1976 a 1981) y contiene varios asuntos de interés, entre ellos, una transcripción del Diario de Campaña de este patriota en «La Guerra del 95». Además, en el segundo tomo, están las investigaciones sobre el poeta y guionista español manuel mur oti y los escritores ramón RODRÍGUEZ CORREA y TEODORO GUERRERO y PALLARÉS (capítulo seis) bajo el título Tres figuras cubano-españolas de relieve. Fueron realizadas en Madrid entre los años 2000 y 2001.

    En el tercer volumen se encuentra la reedición de los tres libros que el autor publicó en Caracas en 1999: Cuba entre los venezolanos (capítulo 7), En los predios interiores y Adán adolescente (capítulos 10 y 11); un estudio sobre antonio rodríguez GARCÍA-VAo(Cap. 8), talentoso periodista español que fue asesinado en Madrid a los 23 años; una Cronología de las Islas Canarias: la Gomera, la Palma y El Hierro (Cap. 9); Nueve Melodías (cap. 12) dedicado a las partituras originales de la producción musical del autor en Ciego de Ávila entre 1975 y 1976 y los arreglos en letra y música realizados recientemente, en los Estudios de Lester Carrodeguas, de Kendall, Miami, para la producción discográfica póstuma titulada Nueve Melodías-2010 . Estas canciones las llevó al pentagrama, hace muchos años, quien fue un gran Maestro de la música y de la cultura cubanas: el compositor camagüeyano Jorge González Allué, quien era amigo nuestro. Finalmente en la sección Mis Apuntes (Cap. 13) de este tercer libro doy a conocer la labor inconclusa de A.A.F., además de dos artículos breves que él escribió en España y la entrevista que le realizó, en el aeropuerto de Valverde, a la cantante canaria Maria Mérida. Este trabajo lo tituló «Un cubano conversa con María Mérida» y fue publicado póstumamente en la revista «La Voz de El Hierro» de septiembre-octubre 2005. De su labor inconclusa aporto las anotaciones y escritos que pude encontrar acerca de personalidades del quehacer cultural: chalía herrera, Ángela MARIANA ZALDÍVAR, EL PRÍNCIPE RUSPOLI, DON TOMÁS TERRY, ENRIQUE HÁLVARES, LUIS MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, ÑOLA SAHIG, ELOY PERILLÁN BUXÓ y FEDERICO CLIMENT TERRER.

    Seguidamente procedo a realizar una breve explicación de cada uno de los trece capítulos:

    CAPÍTULO UNO.

    APUNTES PARA UNA CRONOLOGÍA DE CIEGO DE ÁVILA

    Esta cronología de su ciudad natal la concluyó el autor en 1978, cuando él tenía 37 años de edad. Es una historia progresiva de Ciego de Ávila, que transcurre desde 1538 cuando llegó allí Jácome de Ávila con su familia y su dotación de esclavos hasta 1958, que marca el fin de la época republicana en Cuba. Al triunfo de la Revolución en 1959, el Ayuntamiento fue asaltado por las turbas y los viejos libros arrojados a la basura o a las llamas. Dos avileños respetuosos del caudal informativo que podrían contener Orestes Estrada Rodríguez y Álvaro Armengol Vera rescataron lo que pudieron y, por esta vía, llegaron a manos del autor para ser utilizados junto con otras fuentes en la realización de esta joya informativa que, al cabo de 32 años, al fin puede darse a conocer. En la primera página hay una nota aclaratoria donde A.A.F. expresa: « . . . he tenido la fortuna de auxiliarme para ir hilvanando fechas y datos, así como diverso material, que si, a veces, no tienen importancia desde el punto de vista ceñidamente histórico, no dejan de poseer un cierto interés costumbrista, humano y pintoresco, de cómo se vivía, se trabajaba, se disfrutaba o se padecía en este CIEGO DE ÁVILA, de muchas décadas atrás.» En efecto, al adentrarnos aquí, encontramos de todo: datos ceñidamente históricos y el sabor costumbristas de otros, quizás de menor interés, como expresa el mismo autor. Se habla de la ciudad colonial, sus héroes y mártires, sus momentos cumbres como cuando los militares españoles pasearon por las calles la cabeza decapitada del comandante Marcial Gómez—. Luego se aborda la vida republicana de principios del siglo XX; de cómo surgió el comercio, la industria; de las actividades políticas, culturales y sociales de la localidad; de los hechos que hicieron noticia, como la muerte a tiros en La Habana, el 13 de enero de 1941, del ex-senador avileño Modesto Maidique Venegas con el nombre de «Maidique» existió y aún existe en Ciego de Ávila un reparto residencial y, en los escrutinios de 1° de noviembre de 1958, aparece un candidato con ese apellido ocupando el segundo lugar en las votaciones para la Cámara de Representantes—. Esta Cronología, sin duda, constituye una fuente informativa de primera mano para reconstruir la historia de Ciego de Ávila; y por ende, de Cuba.

    CAPÍTULO DOS-

    CIEGO DE ÁVILA. HIJOS ILUSTRES

    Este capítulo reúne varios estudios sobre figuras que se destacaron en Ciego de Ávila en la primera mitad del siglo XX: Vicente iriondo DE LA VARA y los periodistas MANUEL DIEGO VENEGA, ANTONIO BENEDICO RODRÍGUEZ, GABRIEL JIMÉNEZ LAMAR y JOSÉ MUÑIZ VERGARA. venega y benedico, en 1901, fueron dos de los fundadores del periódico Las Avispas. Ahí fue donde, por primera vez, venega publicó algunos poemas. Se destacó como poeta repentista y publicaba entonces bajo el seudónimo de «Almendares» en los diarios La Región y El Pueblo. De venega, A.A.F. hace una síntesis biográfica y luego presenta una compilación de su poesía repentista y un artículo de El Pueblo, de 1936, donde se habla de él (venega). benedico fue un hombre de la vida pública de Ciego, quien ocupó cargos como Secretario de la Junta de Educación y de la Administración Municipal. Tenía una gran cultura y escribió mucho para distintas publicaciones quedando su producción dispersa. Dejó para la posteridad junto con otro periodista que era propietario del diario avileño La Región una importante contribución: «Ciego de Ávila y sus progresos», escrito en 1921, sobre asuntos históricos, literarios, de economía y de diversa índole. A.A.F. hace una semblanza y reproduce otra de Hernando de Aquino, de su interesante serie Cabezas Avileñas, publicada en El Pueblo del 15 de agosto de 1927. Sigue una Antología que A.A.F. clasifica en temas social, política, de historia en la cual presenta artículos obtenidos de El Pueblo, donde Benedico firmaba con el seudónimo de El Yoyo. En esta Antología se rescatan también textos muy interesantes de un libro que Benedico tenía en preparación titulado «Primeros tiempos de Ciego de Ávila. Siglos XVI y XVII», los cuales se publicaron en El Pueblo en 1927 y un «Bosquejo histórico de Ciego de Ávila», que nunca llegó a conocerse hasta hoy en esta publicación «Mis Investigaciones y algo más» de Adalberto Afonso Fernández obtenido por él (A.A.F.) este último material a partir de la familia que aún le quedaba a Benedico en Ciego de 1970 a 1980. Esta monografía de A.A.F. sobre Benedico constituye un documento de inapreciable valor para inquirir sobre el Ciego de Ávila de principios del siglo XX.

    Jiménez lamar quien vivió en Ciego de Ávila hasta 1921 (después se mudó para La Habana) fue Jefe de Redacción de El Pueblo y Director de los periódicos El Liberal y La Voz de La Trocha. En La Habana escribía para Heraldo de Cuba, La Noche, El Triunfo, La Discusión, Diario de la Marina, El Mundo, La Nación, España Nueva y las revistas Bohemia y El Fígaro. Es el más longevo de los cuatro, pues falleció a los 92 años ( en 1965). A.A.F. concluyó este trabajo sobre JIMÉNEZ lamar en Camagüey, en 1991. Tiene varias secciones: «Noticias biográficas», «Jiménez Lamar en su época», «Obra poética», «Nacionalidad literaria», y una «Antología» extraída de la poesía inédita de Lamar y de su libro Mis Querellas. Este último fue editado a mediados de 1918 por la imprenta de los hermanos Arredondo, propietarios del diario El Pueblo. La poesía inédita fue, seguramente, una cortesía de Luisa y Ricardo Jiménez hijos del poeta a quienes entrevistó el investigador en Cienfuegos. Para redactar este estudio tuvo que revisar una copiosa fuente de información en colecciones de periódicos y revistas que existían en Ciego de Ávila (ElPueblo, La Razón, la revista Alma Ilustrada…) y muchos libros, entre ellos, el de Benedico y Enrique García de 1921 «Ciego de Ávila y sus progresos», del cual ya hemos hablado. También recogió los testimonios de los hijos del poeta y de Martín Payán Zubelet.

    Cierra este capítulo número dos, una exposición sobre otro exponente de la intelectualidad avileña: josé muñiz vergara, cuyo nombre llevó la primera biblioteca pública que tuvo esa ciudad en 1947. Era de Morón y escribió para casi todos los periódicos de Cuba. Tenía un estilo rebuscado y erudito. Firmaba con el seudónimo de «El Capitán Nemo». Al morir donó todos sus muchísimos libros y su abundante archivo personal a Ciego de Ávila. A.A.F. concluyó su estudio compilatorio de la labor escrita de vergara en 1977.

    CAPÍTULO TRES.

    CAMAGÜEYANOS ILUSTRES

    Esta sección presenta a figuras cimeras de la sociedad camagüeyana que A.A.F. trabajó en esa ciudad y concluyó ( la investigación y redacción de algunas) en España. Hay cuatro artículos breves que hablan de mariano aramburu y machado, luis pichardo

    LORET DE MOLA, EL PADRE GONFAUS y RAFAEL EMILIO FORTÚN CHACÓN, y tres estudios de mayor extensión: Tula en dos tiempos, y los que se refieren a flora díaz parrado y abelardo chapellí marín. Los artículos breves fueron publicados entre 1991 y 1993 en la revista Enfoque de la iglesia católica de Camagüey; y en 1996 cuando vivíamos en Venezuela en la de El Camagüeyano Libre de Miami. Los trabajos más extensos constituyen un material inédito hasta hoy.

    La mayor parte de estos intelectuales y figuras públicas (ARAMBURU, GONFAUS, LORET DE MOLA, DÍAZ PARRADO y CHAPELLÍ marín) coincidieron en una época comprendida entre 1903 (en que nació loret de mola) y 1932 (cuando murió gonfaus). De este grupo, el más joven era loret de mola. Tienen todos en común, además de su origen camagüeyano, que vivieron largas vidas, siendo Aramburu el que falleció más joven (a los 73); y que con la excepción de gonfaus y fortún chacón eran todos periodistas o relacionados con el mundo del humanismo y las letras. gonfaus fue un sacerdote singular: «fuera de serie», como bien dice el título del artículo. Era diferente por su comportamiento del clásico hombre de sotana. Ayudó mucho a los mambises en la región, en «La Guerra del 95»; luego ocupó cargos públicos en la política de los primeros años de la República. rafael emilio fortún CHACÓN ( LA BALA DE ÉBANO) se distinguió como deportista. MARIANO aramburu tiene una amplia gama de atributos: humanista, filósofo, sociólogo, jurista, lingüista, crítico literario y también uno de los mejores oradores en su época. chapellí marín (1871-1952) fue Teniente del Ejército Libertador y figura venerable y destacada. Los periódicos que se editaron en Camagüey, durante el largo período de conspiraciones, que se extendió de 1884 a 1895, tuvieron su colaboración y su firma. flora díaz parrado era abogada. Se destacó como luchadora social en contra del gobierno de Machado y, posteriormente, desarrolló una meritoria labor política y diplomática en Francia y otros países. Ella fue quien gestionó y consiguió que la municipalidad de París diese el nombre de «José Martí» a una plaza parisina.

    De dos aspectos interesantes de la vida de la gran poetisa GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA habla A.A.F. en Tula en dos tiempos. Uno, cuando, en 1853, le denegaron a ella el sitio vacante que dejó el fallecimiento de Don Juan Nicasio Gallego en la Real Academia Española de la Lengua; y el otro, es sobre las vivencias de La Avellaneda en Sevilla. En el primero, titulado: «En desagravio a Marcelino Menéndez Pelayo», el historiador demuestra que no fue Menéndez y Pelayo quien impidió que la poetisa entrara a formar parte de la Real Academia de la Lengua como lo asegura una publicación española pues don Marcelino aún no había nacido. El segundo tema «Sevilla en la Avellaneda» expone acerca de lo mucho que significó esta ciudad para ella: sus pasiones amorosas más intensas fueron con dos sevillanos; otro sevillano estuvo próximo a suicidarse por su amor; sevillano fue su padre y en esa ciudad, donde se estableció pocos meses después de haber llegado a España, publicó por primera vez sus poemas y fue reconocido su talento de poetisa y de autora dramática.

    CAPÍTULO CUATRO

    UN BURGUÉS EXTRAORDINARIO: EMILIO BACARDÍ MOREAU.-

    Un estudio sobre emilio bacardí de agosto de 1970, en el segundo tomo, es la investigación más antigua. Fueron los años de 1964 a 1968 durante la vida de estudiante universitario en Santiago de Cuba de A.A.F. el marco apropiado de sus pesquisas para obtener toda la valiosa información que obtuvo desde las mismas fuentes: en la ciudad de Bacardí y recrear esta polifacética figura.

    A.A.F acostumbraba reunir con mucha meticulosidad la información. Era un coleccionista de datos históricos y llevaba a la vez varios temas que, con el paso de los años, terminaba por desarrollar. Para el estudio de bacardí consultó en Santiago cuantiosos libros los cuales se relacionan al final de ese trabajo, en el apartado «Bibliografía», donde también aparecen los periódicos El Diario de Cuba y La Independencia, de Santiago de Cuba y la revista Bohemia en La Habana—. Consultó también el Archivo Nacional de Cuba, en La Habana; y en Santiago, los de: la Biblioteca Elvira Cape, la Universidad de Oriente, el Museo Bacardí, la Iglesia de Santo Tomás, la Catedral de Santiago y el Registro del Estado Civil. Esta obra de A.A.F. no debe faltar en la mesa de cualquier historiador de Cuba ni en las instituciones encargadas de preservar el acervo cultural cubano. Será también de gratificante lectura para cualquiera interesado en saber más sobre emilio bacardí moreau. Posee una cronología muy completa y ocho subtítulos: «Niñez y juventud», «Chafarinas», «El político», «El ron incomparable», «Obra literaria», «Anticlericalismo», «En la Intimidad» y, «Un burgués extraordinario». A través de estos textos conoceremos más el derrotero, de quien fue, no sólo el culto industrial creador del mundialmente famoso ron que lleva su nombre, sino también un patriota que participó en las dos guerras de Independencia de Cuba en el siglo XIX y un benefactor de la ciudad: dos veces alcalde allí, que dotó a la misma de una biblioteca y un museo, el cual enriqueció con valiosas obras de arte. Fue, además, fundador de la Academia de Bellas Artes, periodista, historiador, biógrafo, ensayista, crítico, cuentista, dramaturgo y novelista; todo un polígrafo.

    CAPÍTULO CINCO.

    ENRIQUE VILLUENDAS Y DE LA TORRE

    Este capítulo cinco aparece en el segundo volumen y contiene entre otros interesantes temas una transcripción del Diario de Campaña de 1896 de VILLUENDAS. Durante cinco años: de 1976 a octubre de 1981, A.A.F. estuvo enfocado en Villuendas. Lo primero que le hizo fue una cronología, la cual concluyó en diciembre de 1976. El Diario de Campaña que le prestaron los familiares que tenía Villuendas en Ciego de Avila lo terminó de mecanografiar en noviembre de 1980 y constituye una primicia en «Mis Investigaciones y algo más»

    Según su costumbre de indagar a una figura minuciosamente por largos períodos de tiempo, Adalberto iba a las bibliotecas públicas con regularidad y devoraba cuanto se relacionaba con

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