Mariposa negra: Diagnóstico: tumor cerebral
Por Mónica Mateos
()
Información de este libro electrónico
Mónica Mateos
Mónica Mateos es periodista del periódico La Jornada, medio para el cual ha llevado a cabo una carrera amplia de investigación y periodismo. Realizó estudios de arte en la Academia de San Carlos. Fue finalista en 2013 del Premio Nacional de Periodismo. Actualmente forma parte del comité organizador de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas
Relacionado con Mariposa negra
Libros electrónicos relacionados
Odio a los sanos... y a los optimistas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMorir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El instante de luz: Un testimonio sobre la vida y la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDesde las Trincheras: Heroínas Mexicanas en la Era del Covid-19 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCamino a Damasco Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEnfermedad se escribe con C Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTeotecnia: Universo en primera persona Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTriste medicina, ¿qué será de mí? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCáncer de Capricornio: Cómo la inmunoterapia hizo de mi cáncer de pulmón menos que un resfrío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA una molécula de la locura: Relatos del cerebro secuestrado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre hombros de gigantes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi historia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPolicía del pensamiento Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La victoria del esmalte de uñas rojo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAtaques De Pánico Y Agorafobia: “In the Middle Of… Everywhere” Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cirujana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5De médico a Sicario Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo quiero morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTienes que mirar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Estado del malestar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5No te entiendo, no me entiendo: Enfermedades del ánimo a profundidad Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La perfecta pócima Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSigo aquí, de momento, con relatos de mesilla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl desafío del cáncer: Vivencias y estrategias psicológicas con las que afrontar la enfermedad para pacientes y acompañantes. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCirugía Cardíaca Popular. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInocencia interrumpida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5In vitro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Te invito a un mojito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl juego es entropía cero y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBaselga, el médico que quería cambiar el mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Biografías y memorias para usted
Yo y la energía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una vida robada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Kybalión de Hermes Trismegisto: Las 7 Leyes Universales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El arte de hacerse pendejo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El misterio Tesla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El secreto de Selena (Selena's Secret): La reveladora historia detrás su trágica muerte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Siete hábitos y secretos japoneses para triunfar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Inteligencia Artificial Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Carlos Slim. Retrato inédito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El diario de Ana Frank Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Generales Más Brillantes De La Historia. Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Decisiones difíciles Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Fundadores: La historia de Paypal y de los emprendedores que crearon Silicon Valley Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una guía sobre el Arte de Perderse Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Todo lo que no pude decirte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cautivado por la Alegría Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una camaradería de confianza: El fruto de la fe continua en las vidas de Charles Spurgeon, George Müller y Hudson Taylor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Código de Hammurabi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComo veo el mundo (Traducido) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Carlos Slim: Los secretos del hombre más rico del mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5San Francisco de Asís Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabiduría de un pobre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Biografía De Elon Musk Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La lucha contra el demonio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Yo, madre de un adicto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En 90 minutos - Pack Filósofos 2: Nietzsche, Schopenhauer, Marx, Hegel, Kant y Locke Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que no está escrito en mis libros: Memorias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escapar para vivir: El viaje de una joven norcoreana hacia la libertad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Mariposa negra
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Mariposa negra - Mónica Mateos
Primera edición, 2022 (UANL)
Mateos, Mónica.
Mariposa negra: diagnóstico: tumor cerebral / Mónica MateosMonterrey, Nuevo León, México : Universidad Autónoma de Nuevo León, 2022. 120 páginas ; 21x14 cm. (Colección: Periodismo)
ISBN: 978-607-27-1841-8
1. Periodismo médico – México – Siglo XXI 2. Cáncer – Relatos personales
LCC: PN4784.M4 M38 2022 Dewey: 070.44961
Santos Guzmán López
Rector
Juan Paura García
Secretario General
José Javier Villarreal
Despacho de la Secretaría de Extensión y Cultura
Antonio Ramos Revillas
Director de Editorial Universitaria
Adrián Ruiz
Edición
Nancy Saldaña
Formación digital
© Universidad Autónoma de Nuevo León
© Mónica Mateos
Dirección de Editorial Universitaria UANL Padre Mier 909 Pte. esquina con Vallarta
Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64000 Teléfono: 818329 4111
e-mail: editorial.uanl@uanl.mx
Página web: editorialuniversitaria.uanl.mx
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra —incluido el diseño tipográfico y de portada—, sin el permiso por escrito del editor.
Impreso en Impreso en CDMX, México
Printed in CDMX, México
Conversión gestionada por:
Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2022.
+52 (55) 52 54 38 52
contacto@ink-it.ink
www.ink-it.ink
Con gratitud, por las decenas de vidas que salvan todos los días, a mis neurocirujanos: Gerardo Guinto Balanzar y Raúl Neri Alonso
A Adolfo, Octavio y Míkel, siempre
HALLAZGO
Imagine su cabeza. Imagine el interior de su cráneo. Imagine que algo malo ocurre. ¿Qué palabra da más miedo? ¿Fractura, lesión, coágulo, hemorragia, derrame, malformación? Elijo tumor. Tumor en el cerebro. Chico o grande, no importa. Escuchar a alguien decir tumor en el cerebro
es algo que estremece, provoca desconcierto, ganas de salir corriendo, huir, alejarse, no vaya a ser contagioso, no vaya a explotar, no se vaya a acabar el mundo con tan solo pronunciar esa frase, maldita de nacimiento.
Acabo de recibir los resultados de mi tomografía: tengo un tumor en el cerebro.
Es primavera, año 2010. Descubro la existencia de mi intruso y de inmediato acudo a internet para investigar qué dicen las estadísticas: a nivel mundial se diagnostican anualmente 238 mil casos de tumores cerebrales y del sistema nervioso central, de los cuales 175 mil son mortales, es decir, 73 por ciento. Me quedo helada.
En México, mi país, por cada millón de habitantes, alrededor de cinco mil personas tenemos un tumor cerebral, y al parecer la cifra va en aumento, dicen los médicos. Por increíble que parezca, los investigadores aún no saben a ciencia cierta por qué se originan: que si la herencia, que si las sustancias tóxicas, inclusive algunos piensan que un golpe fuerte en la cabeza puede ocasionar la aparición de un tumor.
Los tumores cerebrales son más frecuentes en los hombres, en las personas de raza blanca y en los niños. Por tanto, es un misterio cuándo y por qué se formó el mío. No hay certeza de nada. Los tumores cerebrales aparecen y punto.
Por supuesto, hay varios tipos de estos entrometidos. La diferencia primordial, dicen los especialistas, radica en su malignidad o benevolencia
. Los primeros son agresivos, invaden con violencia los tejidos, devoran todo, segregan veneno: es el cáncer, con todas sus letras y en toda su devastadora expresión. Los segundos pueden permanecer una eternidad dentro del cráneo y no crecer, pero si lo hacen, no importa que no sean cancerosos, igual provocan daño, incomodan, le dan en la madre a la vida cotidiana.
Mi tumor es de los llamados benignos y nunca se ha manifestado como generalmente se descubre un tumor cerebral: con dolor de cabeza, náuseas, vómito, visión borrosa, problemas de equilibrio, cambios en la personalidad, convulsiones o somnolencia.
Fue mi ginecóloga quien sospechó que algo andaba mal cuando acudí a mi consulta de rutina porque hacía tiempo había dejado de menstruar; pensé que había llegado la menopausia.
Pero no. La doctora dijo que a mis 42 años aún no era tiempo. Me mandó a hacer análisis de sangre, un perfil hormonal, y al mirar que tenía la prolactina en niveles elevados (96.9 nanogramos por mililitro de sangre, abreviado ng/ml, cuando lo normal es menos de 25) tuvo el buen tino de mandarme a hacer una radiografía de silla turca.
¿Silla turca? ¿El huequito que está en medio del cráneo? ¿Por qué?, pregunté intrigada. La ginecóloga, muy tranquila, dijo que solo era para descartar que algo
estuviera afectando mi hipófisis. Nunca pronunció la palabra tumor, por supuesto.
Cuando tuve los resultados de la radiografía, se recomendaba hacer una tomografía porque, efectivamente, había algo
en la silla turca, una sombra borrosa.
Fui a un laboratorio privado a hacerme ese estudio, me cobraron casi 2 mil pesos (algo así como 11.5 días de salario mínimos, a 173 pesos el día pago para reportero en prensa diaria impresa
, según lo estipulado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos).
Cuando me dieron la interpretación de las imágenes, no aguanté la curiosidad y de inmediato me metí al baño de los laboratorios para abrir el sobre y leer con calma el diagnóstico. Ese algo
tenía nombre y apellido: macroadenoma hipofisiario. ¡Ah, caray!, ¿qué es eso?, me asusté. Seguí leyendo: contacta con el quiasma óptico, medidas 17 x 18 x 20 mm, en sentido dorso ventral, rostro caudal y transverso, compromiso con seno cavernoso izquierdo
.
No entendí nada. Llamé a mi hermano, que es médico urgenciólogo.
—Tengo un tumor en el cerebro —le dije. No me tomó en serio.
—¿Cómo sabes? —preguntó.
—Lo estoy viendo en la interpretación de mi tomografía.
—¿Qué dice el resultado, léemelo? —pidió aún sin creerme.
—Macroadenoma hipofisiario que contacta con el quiasma óptico, medidas 17 x 18 x 20 mm, compromiso con seno cavernoso izquierdo —leí detenidamente. Mi hermano, casi gritando, comenzó a preguntar si me dolía la cabeza, si tenía náuseas, vómito, visión borrosa, convulsiones.
—No, nada —respondí.
—¿Por qué no me habías dicho? —insistió.
—Me acabo de enterar.
—Ven inmediatamente para ver qué haremos —me pidió con voz asustada.
—¿Pero qué es eso
?, ¿dónde está?, ¿qué me va a pasar? — pregunté. Ya no me escuchó, había colgado.
Hasta ese momento me di cuenta que me temblaban las piernas.
RESONANCIA
No tengo opción, mi tratamiento médico será en un hospital público. Mejor dicho, no tengo dinero para atenderme en un hospital privado. Mi hermano dice que debo hacerme una resonancia magnética para observar a detalle dónde se ubica mi tumor y qué tejidos afecta. El estudio en un laboratorio privado cuesta casi el doble que lo que pagué por la tomografía, y estoy a final de quincena, con cero ahorros. Voy a mi clínica familiar para solicitar una cita. Me dicen que sería dentro de un mes. Me desespero.
Acudo a un hospital público para preguntar cuáles son los requisitos para que ahí me hagan la resonancia y cuánto tiempo tardan. Me dicen que debo estar afiliada al Seguro Popular en caso de ser desempleada y no derechohabiente de otro sistema de seguridad social, y que la resonancia sería la próxima semana. Le digo a la trabajadora social que me atiende que tengo un tumor en la cabeza, que me han dado náuseas, vómitos, convulsiones. Las personas en la fila, cuando me escuchan, ponen cara de susto y se alejan un poco. La trabajadora social de inmediato me hace llenar varias solicitudes, me pide fotocopias de mi credencial de elector y del comprobante de domicilio, nunca las coteja con las originales. Con prisa mira los