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Mi historia
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Libro electrónico93 páginas1 hora

Mi historia

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Mi Historia. Relato basado en una experiencia de la vida real, en la cual una persona común y corriente narra la experiencia de recibir por parte del Universo una de las mejores oportunidades de poder navegar entre lo real y lo espiritual en muchos sucesos posteriores a su fallecimiento por una negligencia médica. El universo le da la oportunidad de regresar al plano de los vivos y nos platica con lujo de detalle las experiencias recibidas después de levantarse y empezar nuevamente con una nueva vida. Cambios en su vida, nuevas percepciones, cambios en la religión y un final nada esperado en este viaje que llega a tocar lo más profundo de los sentimientos humanos. Una historia adictiva y con la opción de hacer preguntas al autor.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 dic 2022
ISBN9788411445443
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    Mi historia - Mauricio Arroyo Paniagua

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Mauricio Arroyo Paniagua

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1144-544-3

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    Antes de empezar, quiero agradecer a todos los que estuvieron, por sus bendiciones en esta historia; su apoyo a través de la energía y, sobre todo, a mi Dios.

    Esta… espero sea una historia que les pueda alimentar y ayudar en cualquier situación por la cual estén pasando, ya sea de felicidad; incertidumbre, etc.

    No soy escritor ni mucho menos… soy un simple ser humano queriendo compartir sus vivencias, las cuales han sido intensas, pero con mucho contenido.

    Todo empezó un 16 de julio del 2016 yo iba rumbo a mi trabajo, era una clásica mañana de viernes en la que todos acostumbramos a ir a trabajar para cerrar la semana. En esa ocasión, mi hijo el mayor me acompañaba, ya que él vivía en el DF y me pidió que le diera un aventón para acercarlo a su casa.

    En el camino, como siempre, íbamos platicando de cosas de padre e hijo cuando, de repente, me da un dolor muy fuerte debajo del ombligo, y déjenme decirles que para mí era muy fuerte; ya que en todos los años que llevaba ni siquiera al Dr. Simil había ido. Realmente me sorprendió, ya que, en ese tiempo, yo era una persona muy activa en la parte del deporte y podría asegurar que mi condición física estaba muy al día.

    El dolor continuaba y le pedí a mi hijo que mejor manejara, estábamos muy cerca del Naucalli y le pedí que me llevara al hospital que estaba en Lomas Verdes para llegar lo más rápido posible. El dolo era muy fuerte… Llegamos a urgencias y fue cuando ahí me dieron un diagnóstico de un problema con una hernia Inguinal, la cual tenía que ser operada inmediatamente, pero que al ser una operación de trámite, en cuarenta y ocho horas estaría fuera del hospital… Jamás pensé lo que se me venía en las siguientes horas… Ya saben, uno sin saber de términos médicos y mucho meno de todos los riesgos que puede haber en cualquier intervención… Hoy, al recordar este inicio me doy cuenta de que las casualidades no existen, por algo ese Dr. tenía que estar dentro de mi vida, ¿qué me iba a enseñar? ¿Para qué? ¿Por qué en esa etapa de mi vida se daba este acontecimiento? Aún sigo tratando de encontrar la respuesta, el porqué de esta situación… No sé, me llegan tantas cosas a la mente, me imagino que a ustedes también… Pero bueno, analicen y, después, continúo con otra parte de este relato…

    Positivo de mis pensamientos, después de salir del quirófano, una voz me decía que, después de la operación, en veinticuatro horas regresaría a mi vida normal. Una operación de tramite cómo dicen en el medio médico.

    Ese mismo día por la tarde empecé a tener fiebre y un dolor abdominal impresionante, el cual solo me permitía estar sentado en una taza del baño para evitar contacto alguno con mis genitales, los cuales estaba muy afectados. Inmediatamente, se le marcó al Dr. Indicando que él ya había girado instrucciones a las enfermeras sobre mis cuidados y así poder salir al día siguiente alrededor de las 5 pm.

    La situación seguía empeorando y se insistió en localizar al Dr., jamás volvió a contestar hasta la fecha. Lo anterior empujó a que el personal del hospital empezase a ver opciones y se logró contactar a un urólogo (al cual llamaremos Dr. X para evitar nombres por cuestiones legales) quien, al verme, inmediatamente mandó hacerme estudios de urgencia, ya que lo que leía en el historial médico y lo que él veía no eran nada alentador.

    Los dolores y la situación no mejoraban, los diagnósticos eran muy variados; se dan cuenta de que no se debió hacer la operación inguinal, ya que no era necesaria y proceden a operar un cálculo renal, que debió de ser el diagnóstico inicial.

    Lamentablemente, no se tenía idea de que en mi interior, por la primera operación, yo estaba infectado de una bacteria llamada pseudomona, que estaba haciendo estragos en mí.

    Al siguiente día, me vuelven a internar, ya que el apéndice empezaba a fallar y era necesario removerlo, detectan una hernia ahora en el ombligo y proceden a curarla… todo lo anterior tenía muy preocupados a los doctores, ya que mi salud se estaba deteriorando muy rápido y es cuando me trasladan a terapia media. Los resultados en ese momento hicieron que el Dr. X abriera los ojos de una manera impresionante, mis estudios reflejaban un «choque séptico» (un choque séptico puede causar el síndrome de disfunción multiorgánica, conocido anteriormente como fallo multiorgánico, y la muerte. Fuente: Wikipedia) y fallas respiratorias, por lo cual me mueven nuevamente; pero ahora a terapia intensiva… Los doctores no podían detener esa bola de nieve que cada vez crecía con más rapidez, el cuerpo me imagino que se estaba defendiendo con lo poco que le quedaba y al siguiente día deciden inducirme un coma, ya no había nada más que hacer… El estrés de mi cuerpo y el cerebro no se entendía, los medicamentos no funcionaban y esto se movía muy rápido a un final cada vez más claro, el porcentaje de vida en un choque séptico era del 2 %, y el tiempo en ese momento no estaba de mi lado.

    Me detengo aquí para hacer una reflexión: qué impresionante es el cuerpo humano, cómo reacciona de diferentes maneras, cómo soporta tanto maltrato, embates, sensaciones, etc. Hoy agradezco al ejercicio por haberme fortalecido en ese tiempo… sin él, no estaría contando esta segunda parte.

    Regreso a esta tercera parte, la cual es una de las más fuertes para mi y la gente a mi alrededor. Es cuando descubro a mi Dios en plenitud. Al darme cuenta de que el tiempo no me favorecía y al ser la inducción al coma la única opción viable en ese momento, el ambiente se empezaba a tornar de una manera nunca experimentada y sumamente extraña.

    Los doctores le piden a mi esposa firmar el consentimiento para realizar el coma, pero ella, en ese momento, sintió que estaba firmando mi condena de muerte, ya que le habían explicado que era posible que no despertara y lo peor aún era que, si despertaba, había un porcentaje muy alto de que no quedara bien en todas mis funciones. Ella, en ese momento, no sabía qué hacer y yo me encontraba inconsciente desde varios días atrás. Caminaba ella entre los cuartos de terapia intensiva tratando de encontrar una respuesta, sin poder lograrlo. En ese momento, se dirige a

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