El Precio De La Obediencia: Todo Por Su Gracia

Por Pastora Nilsa Santana

He aprendido a perseverar en los tiempos difíciles. Es que estoy segura que tiempos mejores llegarán antes o después de la próxima estación. He aprendido que todo cambia y se transforma, que todo tiene su tiempo, que dejando ir aunque me duela, voy a darle espacio a lo nuevo.

Que no siempre va hacer calor o sol, que puedo encontrar un día hermoso en la lluvia o en la nieve. Aprendí adaptarme a lo nuevo de Dios, a lo que Él ya me tiene preparado, aprendí a vivir para Dios”.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 12 jul 2022
• ISBN: 9781506547794

Pastora Nilsa Santana

Pastora, conferenciante, autora del libro “Oasis de Esperanza” y consejera. Nacida en New York, USA, creció en la ciudad de Mayaguez, Puerto Rico. Posee estudios Teológicos en el Instituto Teológico Multicultural, Asambleas de Dios de Florida. Grado Asociado en Consejería Cristiana de Liberty University y un Bachillerato en Psicología del Desarrollo en adolescentes. Actualmente es Pastora de la Iglesia Jehová Shammah en la ciudad de Ocala, Fl. Dirige el Ministerio Mujeres de Propósito. Es madre de 4 hijos, Jorge J. Santana, Karla Santana, Yiovanny Santana y Jorge L. Santana (chino). También es una feliz abuela de 6 hermosos nietos. Reside en la Florida, USA junto a su famila.

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El Precio

de la Obediencia

Todo por su Gracia

Pastora Nilsa Santana

Copyright © 2022 por Pastora Nilsa Santana.

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El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

Fecha de revisión: 01/07/2022

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

844015

Contents

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Dedicatoria

A Todos los ministros

Introducción

Dedicado A Todas Las Familias Covid-19

De La Angustia A La Fortaleza

Génesis & Origen

XVII- E Vivido

Paciente 6858

¡Es difícil porque... ¡Porque es difícil decir adiós¡

¡El Ultimo Tren de Regreso a Casa!

¡Del Valle de los Huesos Secos a la Hermosura!

¡Mucho!! ¡Por Demasiado!

La Oruga Debe De Morir

!I am That I am!

¡Dios Transfórmame... ¡En Silencio!

¡Porque no me Dijiste que te Ibas!

¡Si Supiera!

¿Acaso He Sido Llamado al Ministerio?

¡El precio de la Obediencia!

¡El Llamado!

¡Esto También Pasara!

¡Bajo las Sombras de sus Alas!

¡Una Cruz en el Desierto!

¡Conclusión!

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Dedicatoria

C uiden del rebano que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios

1 Pedro 5:2

A mis Hijos y Nietos

Por estar junto a nosotros en las buenas y en las malas, por pagar un precio en muchas ocasiones que no les corresponde, pero que por amor a nosotros y a Dios lo hacen, por nunca cuestionar, sino sencillamente ser sensibles a la voz de Dios, por toda su ayuda aun cuando sus corazones pueden estar dolidos, pero ustedes al igual que yo, aman sobre todas las cosas al Dios de la obra. Gracias por estar junto a nosotros, los amamos.

A mi esposo y Pastor

Por haber aceptado el llamado, porque el precio que debes de pagar es muy fuerte, pero lo haces sin quejarte. Gracias por levantarme cuando siento que no puedo mas, por saber guardar en lo mas profundo de tu corazón, mis corajes y mis frustraciones. Gracias por tu humildad y sensibilidad, pero sobre todo gracias, por amar a Dios sobre todas las cosas, ¡Te Amo hasta la eternidad!

(cuando comencé a escribir el libro esta fue la dedicatoria que le hice a mi amado esposo Jorge L. Santana, tristemente tuve que hacer otra dedicatoria para el).

Jorge l. Santana (1959-2021)

Nunca pensé que iba a tener que comenzar un libro sin ti a mi lado, no es fácil, duele, no entiendo. Pero obedezco a Dios, siempre e predicado que no debemos de entender a Dios, sino creerle, como entonces no voy a vivir lo que predico. Recuerdo el día que te dije que Dios me había dado mi segundo libro, la alegría en tus ojos, sentías orgullo por cada cosa que Dios ponía en mis manos. Lo único que nunca vino a mi mente que no estarías conmigo para animarme, para levantarme, para llorar y para reír. Hoy dedico este libro a tu Memoria, gracias por haber sido mi amigo, mi novio, mi esposo, mi Pastor. Gracias por haber dicho que si, y volar junto a mi por casi una vida, gracias por haberme hecho conocer el verdadero amor, por haberme dado unos hijos tan hermosos y por haber sido el mejor padre del mundo. Vivirás en nuestros corazones por toda la vida y no es un adiós, es solo un hasta luego. Mi amor hasta que nos volvamos a ver en la eternidad. ¡Te quiero, te amo, te adoro!

A Iglesia Jehová Shammah

Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes, por su entrega, su amor y pasión por la obra de Dios. A mis lideres les doy las gracias por su dedicación a la obra de Dios, pero sobre todo por su fidelidad a mi persona, después de Dios, sin ustedes todo esto no fuera posible. ¡Vamos por mas iglesia Jehová Shammah!

image005.jpg A Todos los ministros

E ste caminar no es fácil, habrá momentos que veras como Judas te empuja a tu propósito, pero también veras, como Pedro te detiene, poniendo miedo, o pensamientos de que, no lo vas a lograr, esta en ti, decidir que camino vas a tomar, recuerda que Dios a Judas llamo amigo, pero a Pedro diablo. El precio es alto, habrá ocasiones que podrá ser demasiado alto, pero solo los valientes arrebatan la bendición, tu y yo fuimos llamados y formados por Dios no por lo que el hombre piense o crea que es lo correcto. Esta en nosotros tomar la decisión de continuar, o sencillamente tirar la toalla. Recuerda algo; No podrás evitar que los pájaros revoloteen sobre tu cabeza, pero si podrás impedir que hagan nido sobre de ella.

Pastor / Autora Nilsa Santana

Introducción

C uando comencé a prepararme para escribir este libro, recuerdo que lo primero que hice fue buscar información sobre la compañía editora, costo de este y otros detalles mas. Recuerdo que hable con una persona de la editora, la cual me dio toda la información que necesitaba y hasta me hizo un plan de pago, explicándome que esto era una gran oportunidad ya que en el momento que yo terminará de escribir el libro, el costo de este estaría cubierto. Hice la cita para enviar el primer pago, pero sucedía algo que no me gustaba, siempre que tengo una meta o un plan se la presentó a Dios, si siento paz lo continuo porque se que todo lo que proviene de Dios trae paz, cuando Dios no esta en el asunto siento mucha intranquilidad. Eso estaba sucediendo en ese momento no sentía paz, así que llame a la editora y cancele los pagos hasta nuevo aviso, eso no evito que, aunque no entendía porque sentía esa intranquilidad, continuara escribiendo. A principio pensé que era debido a todo lo que estaba sucediendo en el mundo. Estábamos viviendo el tiempo mas fuerte en la humanidad. El mundo se esta enfrentando a un monstruo desconocido, nuestras vidas habían cambiado drásticamente, miles de personas sin trabajo, las escuelas cerradas, los negocios también, una ley que nos obligaba a quedarnos en la casa, porque teníamos la posibilidad de contagiarnos y morir. Pero de todo lo que se esta hablando, lo que mas llama mi atención es que las Iglesias debían de cerrar, hasta nuevo aviso. Sentía miedo, muchas preguntas sin respuestas en mi mente, pero en realidad este temor no comenzó ahora, era un temor que venia sintiendo hacia tiempo y sencillamente el Coronavirus-19 solo fue el instrumento que detono todo. Es en esta temporada que Dios le place confirmar el nombre de mi segundo libro, increíble el Dios que le sirvo. Como siempre el nos sorprende, es que el Dios que tu y yo le servimos siempre tiene planes mejores para nosotros.

Les dije en el párrafo anterior que había comenzado a escribir, pero no entendía que Dios tenia otros planes para mi. En diecisiete días Dios cambio mi vida y la de mi familia por completo, también cambio mi libro. Comencé un proceso tan fuerte como nunca me imaginé, un proceso en donde solo tenia dos opciones, morir en el o vivir para testificarlo. Estaba todo en mis manos, no porque yo pudiera tener control, si no porque ya Dios ya había dado la palabra, había declarado el milagro (no como yo lo esperaba) había permitido el proceso, empujando mi vida a un nuevo nivel espiritual. Pero que dolor sentía en mi corazón, nunca hubiera pensado que Dios me iba a permitir una vez mas pasar por el valle de sombra y de muerte, ¿cómo iba a poder salir de este desierto? la primera vez Dios me había ayudado atravesarlo, mi esposo había estado esperándome al otro lado, en la tierra prometida, impulsándome, amándome, llorando y riendo conmigo. Esta vez era diferente, no estaba pasando un desierto, estaba dentro de el y sin esperanza de salir o de llegar a la tierra prometida, entonces ¿Cómo iba a lograrlo esta vez?

Una vez mas la voluntad de Dios estaba chocando con la mía. Definitivamente voy a poder escribir mas libros, Dios lo a confirmado de varias maneras. No se cuantos serán, ni sus títulos, ni siquiera se los procesos que tendré que vivir. Pero algo si te puedo asegurar, que el Precio de la Obediencia es un libro que marco mi vida y la de mi generación, el precio que hemos tenido que pagar por llevar el mensaje de Dios a sido muy fuerte, pero aun así seguiré adorando al Dios que da y al Dios que quita.

Me da paz el saber que aun en mi desierto y en mi dolor, ya Dios comenzó a escribir una nueva historia para mi vida y estoy segura de que es buena, porque los planes que tiene Dios para nosotros son de bien y no de mal.

(Sentí de parte de Dios no borrar la introducción que ya tenia antes de que Dios cambiara todo el extracto del libro)

Haber aceptado el llamado a ser Pastora, aun cuando había huido de ese llamado por tanto tiempo, no había sido una decisión fácil. Había tenido que pasar por tantos desiertos por negarme a aceptarlo en muchas ocasiones sintiendo que iba a morir en cada uno de ellos, pero al final entendiendo que no había ido a morir a ninguno de mis desiertos, ya que cada desierto me ayudaba a hacer trasformada, procesada, hacían de mi una mujer mas fuerte.

Lo curioso de todo es que, en los desiertos, Dios me enamoraba y me presentaba un ministerio tan dulce y complaciente, a un nivel que comencé a enamorarme del ministerio Pastoral. Pero no me había equivocado el precio del llamado es demasiado fuerte. ¿Acaso siento esta fatiga y este temor, por lo que esta ocurriendo? O era que en mi interior ya estaba experimentando un extraño agotamiento difícil de describir y duro de soportar. ¿Pero como era posible? Si llevaba poco tiempo en el ministerio. ¿Quizás el cansancio de tantos desiertos? mi cansancio era mas emocional que físico, estaba mas asociado al alma que al cuerpo. Soy pastora, y aunque no tengo toda esa larga trayectoria que otros colegas tienen, ni tampoco cuento con todas las experiencias y todo lo que conlleva ser pastor, pero desde hace algún tiempo me siento, ¿como les puedo explicar? ¿Defraudada? ¿Triste? ¿Desencantada? no se. Posiblemente, piensas, pero es que esta prácticamente empezando, como es posible que ya se sienta cansada, ¿entonces posiblemente se equivoco de camino? No estoy hablando de haberme equivocado, ni siquiera a pasado por mi mente ese pensamiento, me atrevería a decirte que, si volviera a nacer, me gustaría que Dios me volviera a llamar a ser pastor y si NO lo hiciera, le rogaría que me diera la oportunidad de hacerlo. Es que siento que el ser llamado por Dios sea para el ministerio que sea, es un alto privilegio, es mas siento que sencillamente el servirle a Dios es un alto privilegio.

Me gusta escuchar los ministros que expresan que nunca en su vida han sentido el deseo de abandonar este alto privilegio, que nunca por sus mentes a pasado la remota idea de colgar los guantes, y dedicarse a algo diferente. No les puedo afirmar que yo pertenezco a ese grupo, no seria honesto. Ha visto momentos en los cuales he sentido el deseo de estar en tierras mas blandas o en lugares donde sean mas agradecidos, por lo que no seria honesto decir lo contrario. Pero si ahí algo que me seduce en este caminar, mas que la obra de Dios, es el Dios de la obra.

Cuando Dios hablo a mi vida y me confirmo que iba a escribir por segunda vez, pensé para mis adentros, ¿De nuevo?, no estaba en mis planes, luego la segunda pregunta, ¿De que tema voy a escribir? Si ya tuve la oportunidad de hablar de lo que conozco, el desierto, es ahí donde nació, Oasis de Esperanza, ¿Entonces cual es el tema?

No Seria justo si a todos los hombres y mujeres de Dios que en algún momento van a tomar el relevo, solo le habláramos del precio que ahí que pagar tan fuerte, pero no le trazáramos un mapa que les muestre las diferentes rutas que existen y cuales son las que se deben de tomar.

No seria justo, si no le enfatizáramos sobre los desiertos que van a tener que cruzar y los diferentes obstáculos que van a tener que sobrepasar, para poder ver el propósito de Dios cumplido en sus vidas, pero a la misma vez como cada desierto es diferente. No seria justo para ninguno de ellos, que no le enfatizáramos los diferentes Oasis que van a tener que atravesar.

Ser llamados por Dios no es tan solo un privilegio, es la vocación mas alta que cualquier ser humano puede aspirar, pero también es una de la mas grande responsabilidad que se pueda tener. El ser llamado, tiene momentos que te hace sentir la persona mas importante para Dios, pero también tiene momentos que te hace sentir un abatimiento. Lo que sucede es que nos olvidamos de que, servirle al Dios de la obra, es entrar en una guerra y en una guerra nos hay soldados sin heridas, pueden ser emocionales o físicas, donde en ocasiones tocas el corazón de Dios, pero en otros solo puedes ver tus heridas sangrando. No todas las veces que escribí lo hice sentada bajo un bello sol y en una paz que sobre pasa todo entendimiento, hubo momentos que lo hice herida, entre lagrimas, sin fuerzas y entre incomodos pensamientos, de si en realidad estaba haciendo lo correcto, si tenia la vocación o si sencillamente esta vida no era para mi y mi familia.

Que fácil se nos olvida la gran comisión que Dios nos dejo, ese mandamiento que nos envía hacer discípulo a todas las naciones y que les ensenemos a guardar las cosas que Dios nos a mandado y sobre todo se nos olvida la promesa de parte de Dios, de que estará con nosotros hasta el fin del mundo (Mateo 28:19-20). Aun cuando el yugo sea difícil y la carga sea fuerte de llevar, ninguna de las dos coincide con la descripción que Dios nos presenta sobre la gran comisión.

Te invito a que junto caminemos este túnel, un túnel que, aunque en ocasiones parece oscuro y difícil de caminar, pocas veces nos damos cuenta de que Dios nos lleva de la mano. Si algo e aprendido durante el tiempo fuerte y difícil del ministerio, es que cuando llega la hora mas oscura de la noche, estamos mas cerca a poder ver el alba. También aprendí que no puede existir un fuerte y largo invierno, que no se convierta en una puerta a una hermosa primavera. Que cada herida, no importando lo profunda que pueda ser, se puede convertir en una de tus mayores oportunidades, y sobre todo que Dios no destruye, Dios construye.

Tengo el honor de presentarte, El precio de la Obediencia, un libro que nació, cuando pude darme cuenta de que somos la peor línea del ejercito que pueda existir, porque nos matamos unos a otros, aun a nuestros heridos no les ayudamos, pero predicamos el amor de Dios. Un libro que me ayudo agarrarme de la mano de Dios en el lugar mas oscuro, dándome cuenta de que no importando la situación si Dios te llamo, vamos a poder surgir de ella, con una visión mas amplia y un alma renovada.

Pido a Dios que el mismo pueda ser de bendición a tu vida, como lo a sido a la mía. Cada palabra, párrafo, coma, punto a sido escrito entre lagrimas y mucho dolor. En cada pagina he plasmado el precio que e tenido que pagar, las traiciones, la soledad, el no ser comprendida y hasta como duele ver como el que predica amor es el mismo que luego se levanta en contra tuya. Pero sobre he plasmado, como el Dios de la obra nunca te deja, te consuela, te comprende y sana tus heridas.

Pastora Nilsa I. Santana

Dedicado A Todas Las

Familias Covid-19

D edicado a todas las familias que perdieron a un ser amado durante esta pandemia. Posiblemente tu lo has llamado de muchas maneras, recuerdo que mis hijos lo llamaron, Tragedia tu lo puedes llamar como mejor gustes, angustia o cansancio de todas las estaciones, pero esto es mucho mas que eso.

Lo que si estoy segura es que cada una de las familias que hemos sido afectadas por este gran monstruo, sentimos que hemos chocado con un gran muro. Cualquier otro termino que utilicemos para poder definirlo es trivial.

El coronavirus sigue cobrando cientos de vidas cada día en Estados Unidos y el mundo entero, y resulta terrible el tener que escuchar estas cifras. La humanidad a tenido que sacrificar trabajos, con esto el sustento de cada hogar, relaciones sociales, nuestra seguridad, el sistema escolar, cumpleaños, aniversarios, días festivos y hasta funerales.

Las personas que no han sido afectadas personalmente piensan que esto es solo un problema social o posiblemente una exageración del gobierno. Solo los que hemos sido lastimados durante esta pandemia, entendemos la impotencia, el sufrimiento de las consecuencias de fuerzas que no podemos controlar, es como si comenzáramos un viaje en un auto infinito con una persona que nunca en su vida a guiado y que no tiene ni la remonta idea de lo que esta haciendo. Nadie sabe cuando cesara tanto dolor. Y a este dolor tenemos que añadirle, que ni siquiera sabemos como será la vida luego que esta pandemia haya cedido. Lo único que te puedo asegurar es que no será igual jamás.

Me imagino que al igual que a mi, habrán visto personas a tu alrededor que no entendieron, ni todavía entienden el dolor que se atraviesa durante el tiempo que nuestros seres amados están en esa transición. El saber que están solos, sin nadie que les tome la mano, si comió, si duerme, que medicina le están dando, si sienten tristeza, si lloran, ni siquiera la oportunidad de una despedida, no ahí palabras para poder definir ese dolor, en muchas ocasiones el silencio es nuestra única salida a todo esto, es como si calláramos para ir muriendo junto a ellos poco a poco.

Es a ti que dedico este libro, a ti que todavía ahí tantas preguntas que no tienen respuestas, a ti que te preguntas, ¿que mas pude hacer?, tal vez si hubiera hecho esto o aquello estuviera vivo. A ti que quedaron tantos planes sin concluir y tantos sueños que no se cumplieron. Es a ti que te pesa levantarte cada día de la cama y continuar viviendo, a ti que te sientes culpable por seguir en este mundo. A ti que buscas su olor y su presencia en cada lugar de la casa, a ti que posiblemente todavía esperas que se habrá la puerta y todo haya sido una terrible pesadilla, a ti que tu mente no se detiene y recuerda cada minuto, cada experiencia, cada etapa, cada época. A ti que piensas que, no ahí salida, que todo termino, que posiblemente los que te dijeron que iban a estar a tu lado o los que se supone que estuvieron a tu lado se fueron, te abandonaron, es a ti que dedico este libro.

Nadie puede hablar de lo que no entiende o lo que no le duele. Solo los que hemos pasado por este valle de sombra y muerte, somos los que podemos decir te entiendo, estoy contigo.

Por eso es por lo que yo puedo tomarme el tiempo para decirte te entiendo, e pasado por lo mismo que tu, me a dolido mi alma hasta mis huesos, en ocasiones he sentido que no puedo respirar porque el dolor no me permite hacerlo.

Estoy segura de que vas a poder identificarte con cada uno de los capítulos de este libro, como voy muriendo durante diecisiete días, como ahí momentos que siento que Dios se a convertido en mi enemigo y que a quitado su mano de mi, pero también como ese mismo Dios me va levantando y me va dando fuerzas cada día. Como e escuchado la voz de Dios, pero como también tuve que sentir el silencio de un Dios que le servía, que había aceptado su llamado, a un sabiendo el gran precio que eso representaba, pero que sentía que en el momento mas fuerte de mi vida me había abandonado.

Sabes lo que significa rendirse, es perder. Tienes conocimiento de que esa palabra no existe en el vocabulario de Dios. Cuando utilizo la palabra rendirse, me refiero a dejar todo a un lado y posiblemente echarte a morir, es renunciar a tus sueños, a tus metas. No se si sabes, pero al final de la segunda guerra mundial, las fuerzas aliadas se negaron a negociar con Alemania. Ellos solo tenían una demanda, rendición incondicional, no aceptaron la demanda.

No te rindas, aun cuando el dolor no te permita continuar. Sabes algo la única rendición total que tú y yo podemos tener es a Dios. Es entregarle nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra voluntad. Rendirnos a Dios significa, entregarle todas nuestras cargas a El, es vivir cerca de Dios, es entender tantas cosas, que humanamente no tienen sentido.

Sabes algo, durante este tiempo e aprendido a vivir rendida a Dios y creyendo en sus promesas, soy un vivo ejemplo de como mis huesos secos comenzaron a tomar vida, el día que decidí dejar de ser racional y solo confiar en sus promesas. Dejé de morir el día que entendí que Dios no había estado en silencio, sencillamente yo no había prestado atención a su voz.

Aprendí a comprender que los planes que Dios tienen para mi son de bien y no son de mal. Que todo en mi vida obra para bien. Que mi situación postrera va a hacer mejor que la primera. Comencé a cambiar el día que entendí y acepté la voluntad de Dios, que NO siempre es la que esperamos, pero que siempre va a hacer mejor.

Dios no a terminado ni contigo, ni conmigo, que el mundo entero pueda decir que caíste del dolor, pero también puedan decir que no te rendiste y te levantaste con mas fuerzas.

Es a ti guerrero(a) que dedico este libro. A ti que has tenido que enfrentarte a la peor temporada que tienen la humanidad. Pero sigues de pie, no te rindas, ¡Dios no a terminado contigo!

Pastor / Autora Nilsa Santana

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De La Angustia A La Fortaleza

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image009.jpg   Jonatán hizo un pacto solemne con David, porque lo amaba tanto como a si mismo 1 Samuel 18:3

¡Dedicado a Jorge J. Santana (1982)!

N o si has escuchado sobre esta historia. David era un joven pastor de ovejas. Había acabado la batalla y el rey Saúl reúne a alguno de sus hombres, incluyendo a su hijo Jonatán, este joven pastor estaba contando su historia lo hacia con mucho celo y entusiasmo, así que Saúl comenzó a escucharlo poniendo mucha atención a cada palabra que salía de la boca del joven David. Jonatán había obtenido muchas victorias, pero la de ese momento no era una victoria de el, sino de un joven pastor de ovejas, David. El había matado al gigante Goliat.

Aun cuando esta historia tiene tantas predicaciones, cada una de ellas bendiciéndonos de una manera diferente. La parte que mas llama mi atención es que luego de esa conversación surgió una amistad, una conexión entre Jonatán y David, que llevo a Jonatán a comenzar a quererlo como a si mismo, le regalo su ropa de combate, le dio su arco y aunque podamos verlo sencillamente como un detalle, en el caso de Jonatán era mucha mas que eso, ya que el era conocido por ser un buen arquero. Esta conexión fue tan fuerte, que llevo a ambos hacer un pacto, o sea un acuerdo solemne, que los iba a unir como amigos, apoyándose uno al otro. Cuando leemos esta historia observamos como comenzó una de las mejores amistades que nos puede hablar la biblia. Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con un amigo Proverbios 27:17.

Si ahí algo que me a distinguido en mi papel como mama, a sido el que e podido balancear mis etapas como mama. Te explico, e sido una mama muy fuerte, posiblemente demasiado fuerte, pero también e sabido ser amiga de mis hijos, haciendo pacto con ellos de fidelidad apoyándolos en lo bueno y en lo malo, no quiero que equivoques lo que estoy diciendo, en lo bueno e celebrado con ellos, pero en lo malo, ellos han tenido que pagar una consecuencia, una de ellas es escuchar mi voz, pero también estando ahí para ayudarlos a levantar, posiblemente para decirles una expresión que nos molesta escuchar pero que nunca va a faltar en una familia hispana, Te lo dije. Nunca juzgándolos o dejándolos solo.

Jorge, nació siendo yo una niña, sin capacidad, sin experiencia, pero mirando sus ojos por primera vez y enamorándome de el eternamente. Cambio mi vida, me motivo hacer alguien diferente, dejando el dolor de mi pasado a un lado y dándole ese amor que yo tanto había anhelado. Quería que el tuviera ese hogar que yo siempre desee donde esa figura masculina fuera un ejemplo a seguir. Posiblemente el tuvo que pasar por todas esas experiencias no muy gratas que tienen que pasar los hijos mayores, debido a la no experiencia en el caso mío añadiendo mi corta edad. Siempre fue muy apegado a mi, me llamaba, Mami chula, donde yo me movía el iba, era algo increíble. Recuerdo que siempre me decía, mami yo voy a hacer alguien bien grande y con el tiempo Dios me dio la oportunidad de poder ver en lo que se convirtió.

Jorge y yo siempre hemos tenido mas que una relación de mama a hijo, hemos sido amigo, pero amigos de pacto. Podemos sentarnos hablar por largos ratos y siempre vamos a tener un tema de conversación. Ambos sabemos que nos tenemos uno al otro y que podemos contar uno con el otro, con solo escuchar su voz se si esta bien o mal, se si todo esta marchando bien o mal. Algo que ambos tenemos que es muy parecido a la historia de David y Jonatán es, que tenemos mucho en común, nuestra fe fuerte en Dios y el amor intenso que inculque en su vida aun siendo un niño por Dios. Pero que difícil ver que tu hijo sufre, como explicarle que el Dios que tanto le enseñaste amar ahora estaba haciendo algo que ni yo misma entendía.

Como familia estábamos pasando por un tiempo muy difícil, demasiado difícil. Siempre pensamos que las cosas malas le pasan a todo el mundo pero que nunca van a tocar a nuestra puerta, que equivocado estamos. El dolor que embargaba nuestra familia era demasiado fuerte. Jorge se había unido a muy temprana edad al ejercito de los Estados unidos (Marine Corps) su papa vivía orgulloso de el y de cada uno de sus logros, a todas las personas que se le acercaban el les decía, mi hijo es un militar, el viajar para poder ser parte de alguna promoción era el momento mas importante para el, siempre recuerdo que me decía, Mi pecho va a explotar de tanto orgullo mirar sus ojos valía oro. Había ido a la Guerra de Irak, había visto amigos morir, otros quedar lisiados y muchas cosas mas, pero este momento yo sentía que rebasaba todo eso, esto era un momento demasiado fuerte para el. Recuerdo que el día que se nos dio la noticia de que ya no había esperanzas, minutos antes habíamos hablado, haciendo planes para cuando regresara a casa, como cuidarlo y atenderlo para que el estuviera cómodo y supiera la falta que nos había hecho. El hablar con el me había traído paz a un silencio tan fuerte que había ese día, mi corazón me decía que algo pasaba, pero yo no quería aceptarlo, creo que ni Jorge tampoco, porque nuestra conversación fue muy amena y sin saberlo nuestras almas se estaban uniendo en una esperanza que ya no existía, en una voluntad que no era la de nosotros si no la de Dios.

Decir que eres fuerte es fácil, ser fuerte es algo muy diferente. Si algo e aprendido en este tiempo es que el ser fuerte tiene un precio muy grande, muchas veces tenemos que callar nuestro dolor, ocultar las lagrimas, los deseos de rendirnos o de morir, porque ahí personas que dependen de nosotros y al final del camino ellos son los que importan, ya habrá tiempo y lugar para nosotros.

Jorge intento ser fuerte, su responsabilidad una vez mas era demasiado grande, hijo mayor, hermano mayor, padre y esposo, demasiado a veces. Teniendo una conexión como la que tengo con el, podía sentir su dolor, miraba sus ojos y ellos me hablaban, hubiera pagado lo que no tenia por evitarles ese dolor, pero no estaba en mis manos, todo estaba en las manos de Dios. Jorge fue el que tuvo que notificar a toda la familia que su papi, Ya había tomado el ultimo tren de regreso a casa, tuvo que escuchar lagrimas, gritos, no se ni pregunto cuantas cosas mas. Pero también le toco como hijo mayor darle la noticia a su mejor amiga, a su mama, a la mujer que hacia solo unos días atrás había estado haciendo planes con el para cuando papi regresará a casa. Pero si había algo que siempre nos a unido es nuestra buena comunicación, en la que no existe secretos entre nosotros, ni mentiras.

Hay lazos que se unen eternamente mis hijos son ese lazo en mi vida. No estuve en aquel hospital, pero me puedo imaginar la angustia, el dolor, el no poder hacer nada por quien se ama,