El Amanecer de la Pantera del Sol: Las Aventuras de Finen Ravenno: El Amanecer de la Pantera del Sol, #1

Por S. C. Coleman

Siguiendo los eventos de Los Imperios de Vidrio, La Era del Tercer Arcon y La Sombra de Populla, El Amanecer de la Pantera del Sol sigue las hazañas de cuatro campeones diferentes; buscando dejar su huella y hacer lo que puedan para evitar la destrucción total, en las interminables guerras del Gran Continente y más allá. Después de los calamitosos eventos en la ciudad oculta, debajo de Molina, parecía que las sombras se disiparon. Sin embargo, el peligro aún no había pasado, ya que la sombra siempre presente de la guerra amenaza diferentes lugares; buscando desequilibrar los reinos que aún gobiernan. Finen Ravenno, expulsado de su hogar, se ve empujado a un lugar extraño y a una nueva aventura.

• Idioma: Español
• Editorial: S. C. Coleman
• Fecha de lanzamiento: 17 may 2022
• ISBN: 9798201166359

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El Amanecer de la Pantera del Sol:

Las Aventuras de Finen Ravenno

sc coleman

© Copyright SC Coleman 2022, Todos los derechos reservados

Resumen:

Siguiendo los eventos de Los Imperios de Vidrio, La Era del Tercer Arcon y La Sombra de Populla, El Amanecer de la Pantera del Sol sigue las hazañas de cuatro campeones diferentes; buscando dejar su huella y hacer lo que puedan para evitar la destrucción total, en las interminables guerras del Gran Continente y más allá. Después de los calamitosos eventos en la ciudad oculta, debajo de Molina, parecía que las sombras se disiparon. Sin embargo, el peligro aún no había pasado, ya que la sombra siempre presente de la guerra amenaza diferentes lugares; buscando desequilibrar los reinos que aún gobiernan. Finen Ravenno, expulsado de su hogar, se ve empujado a un lugar extraño y a una nueva aventura.

Capítulo uno

La pulga voladora del océano

Alo largo de la costa este del Gran Continente, los vientos invernales del norte se habían asentado; trayendo consigo nubes grises y una constante llovizna. Las olas del océano se agitaron en un frenesí, debido a esta temporada de fuertes vientos, pero el frío de los vientos tormentosos era suave; en comparación con la del norte nevado. En lugar de nieve, los vientos invernales siempre traían tormentas hacia el sur. Sin embargo, este día, a lo largo de la parte más al sur de la costa, las tormentas fueron relativamente soportables. Las olas del océano estaban picadas y agitadas, pero no eran violentas ni enfurecidas. En cambio, el viento azotó la superficie acuosa del paisaje marino, salpicando líneas de lluvia en su abismo. Sin embargo, un tipo diferente de tormenta azotó a un barco desafortunado, atrapado demasiado mar adentro. Más allá del borde de la costa, un barco se mecía de un lado a otro, entre las olas inquietas del océano. Luchando por mantenerse a flote, este gran barco estaba en una lucha desesperada por sobrevivir. Este era un Xelmes Xebec, que era conocido por su rapidez y durabilidad. Desafortunadamente para esta nave, nada pudo sobrevivir al ataque en el que se vio envuelta. Como una multitud de ratas, pululando sobre su cuerpo, una gran cantidad de naves rivales la rodeaban y la abordaban. Estos numerosos barcos provenían del Dominio de la Isla; que residía más lejos en el océano.

Los piratas lumaineses, como solían llamarse los isleños, preferían los barcos ligeros y rápidos. Aunque, lejos de su hogar, los marineros del continente no estaban seguros de cómo las pequeñas embarcaciones podían encontrarse tan lejos de sus hogares. De alguna manera, pequeños barcos de vela lograron atravesar un vasto mar; entre el continente y las islas piratas. Estas embarcaciones rápidas eran el método preferido de los lumaineses, y preferían cazar a sus presas al amparo de las tormentas. Naturalmente, la temporada de invierno era el mejor momento para esta actividad. Una amenaza constante, los piratas lumaneses siempre estaban más activos en invierno. Por supuesto, el barco xelmese debería haber sido consciente de esto, y no dejarse atrapar tan lejos de la costa. Desafortunadamente, estar demasiado cerca de la orilla implicaría un tipo diferente de peligro. Una fuerte ráfaga podría empujar el Xebec a la orilla, romperlo a través de un acantilado rocoso, o esos montes escondidos bajo las olas. La travesía alrededor del cuerno sur del continente era peligrosa, ya que cualquier navegante se vería atrapado entre la proverbial roca y un lugar difícil; con piratas por un lado y un peligroso desembarco costero por el otro. Mientras tanto, la embarcación ligera de los lumaneses era similar en diseño al Xebec, solo que era mucho más pequeña. Era una nave plana, con altos muros a los lados; como altas alas de madera. El barco lumainés estaba curvado como el Xebec, lo que le daba la forma de un plátano cuadrado. Sin embargo, los barcos lumaneses eran más anchos y gruesos hacia la parte trasera. Aquí se guardaba el mástil, ya que una fuerte ráfaga de viento levantaba la proa del barco lumainse; mientras se enviaba saltando sobre las olas del océano. Esto fue útil para embestir, ya que los barcos tenían largas púas colocadas en cada esquina delantera. Además, inexplicablemente, las naves obtendrían un aumento de velocidad antinatural; cuanto más se acercaban al Xebec. Como un enjambre de pulgas, saltando sobre un camello, estos pequeños botes salían volando de una ola y clavaban sus púas en el casco del Xebec enemigo; permitiendo a la tripulación subir a bordo de su presa con facilidad.

El Xebec había dejado su escolta de la asesina flota de pequeños botes caja hacía unas pocas lunas. Tontamente, el capitán del barco, el Xebec, había considerado imprudente navegar tan cerca de la costa. Tras un acalorado desacuerdo, el capitán xelmese se separó de sus compañeros, barcos de escolta; haciéndose la presa perfecta para los piratas, ahora atacando su barco. El Xebeccontinuó disparando sus cañones, pero con poco efecto. Los rápidos barcos lumaineses eran difíciles de precisar. Además, los abordadores que pululaban en su cubierta solo aumentarían la ansiedad de la tripulación de los cañones de los barcos. Los equipos de armas tendrían que luchar contra los ataques aleatorios de los abordadores, mientras intentaban mantener sus propios instrumentos en condiciones de funcionamiento. Por lo tanto, los disparos ocasionales desde la cubierta del Xebec eran frecuentes y rara vez golpeaban algo, más allá de la superficie oscura del océano. La lluvia continuaba golpeando las cubiertas de los involucrados y amenazaba con el inicio de una tormenta mucho peor. Esta era una preocupación lejana para la tripulación de Xebec, ya que rápidamente los superaban en número en su propio barco. Los guerreros extranjeros que abordaron las naves xelmeses no emitieron gritos de guerra, ni sonidos de ningún tipo. Silenciosos como la muerte, saltaron a bordo del Xebec. Los únicos sonidos procedían de la tripulación del Xebec y del azote del océano a su alrededor. Era evidente en la reacción de la tripulación ante el abordaje de los piratas que no estaban familiarizados con el exótico estilo de lucha de sus oponentes. Como víboras enroscadas que emboscaran a un ratón, los piratas lumaineses mantenían las piernas abiertas y el cuerpo pegado a la cubierta. Luego, saltarían sobre sus oponentes en un instante. Golpeando rápida y salvajemente. Por el contrario, la tripulación del Xebec, claramente, había practicado poco con armas cuerpo a cuerpo; y fueron rápidamente abrumados por el ataque de hábiles espadachines. Anteriormente, la tripulación del Xebec tenía los números de su lado, pudiendo abrumar a sus hábiles oponentes; pero esa ventaja estaba disminuyendo rápidamente.

El pirata lumainés, como se les llamaba, vestía una extraña coraza de piel de serpiente endurecida y un casco cónico de ala ancha de una especie de metal negro. Su arma preferida era una espada curva de mango largo y hoja gruesa. Sin embargo, en su espalda llevaban un estuche cuadrado, que en su mayoría solo usaban cuando se acercaban a un barco enemigo. Estos estuches en su espalda se utilizarían para lanzar un proyectil que estallaría en el aire. Si bien el proyectil no era tan destructivo como una bala de cañón, tenía propiedades de conmoción y la explosión resultante produciría un destello de luz y una lluvia de chispas. Era casi como si el ataque de sus carcasas traseras no tuviera un compuesto sólido, pero causó un aturdimiento brillante que inducía a los sentidos. Esto sería muy beneficioso para los huéspedes, ya que desequilibraría a sus presas; evitando que la tripulación molestara al posible agresor, mientras escalaba el casco de su barco