¿ Le parece sorprendente esta introducción? Pues así es como nos sentimos los profesionales de la mar, aquellos que nos jugamos la vida todos los días para que otras personas puedan recibir lo que han comprado en China, comer pescado o comunicarse a través de internet, cada vez que un marinero de agua dulce niega lo que nosotros conocemos de primera mano. Porque sí, las conexiones a internet intercontinentales no se instalan solas, es necesario que sean instaladas por esas personas incultas y supersticiosas que son los buzos y marineros.
Y esto es lo que ha ocurrido con muchos fenómenos, como lo que algunos llaman “criptozoología” y otros preferimos llamar simplemente “animales” o con las olas solitarias, que como todo buen matemático sabe, no son más que una superstición de marineros.
LA VERDAD ESTÁ… FUERA DEL LABORATORIO
O lo eran, puesto que hasta el más recalcitrante de los científicos se ha dado cuenta en fechas recientes de que los desinformados no éramos los navegantes. Que no se trataba de supercherías, sino de desinformación de una parte de la comunidad científica, que consideraba que el mundo se puede conocer solo desde un laboratorio. Por suerte o por desgracia, cuando los daños materiales y las pérdidas de