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Benevolencia Mortal
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Libro electrónico119 páginas1 hora

Benevolencia Mortal

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Jaesin Grean tiene una prioridad. Quiere mantener a su mejor amiga, la Dr. Luciana Doll, a salvo de su padre y de un montón de zombies merodeando justo fuera de su puerta. Lucy es una genio y está cerca de desarrollar una cura. Cuando su ex-prometido, Nathanial Tyger, aparece infectado, ella se ve forzada a acelerar su agenda, intentando salvarlo de un futuro como zombie. Jaesin y Lucy inician una carrera contrarreloj para salvar a Nat y defenderse de un posible ataque del padre de Lucy. ¿Podrán sobrevivir en un mundo ya devastado? Jaesin recibe la titánica tarea de guiarlos a través de todo esto. ¿Podrá él estar a la altura de las expectativas de Lucy, y podrá mantenerla a salvo lo suficiente para que encuentre una cura?

IdiomaEspañol
EditorialDawn Brower
Fecha de lanzamiento28 abr 2022
ISBN9798201072865
Benevolencia Mortal

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    Vista previa del libro

    Benevolencia Mortal - Dawn Brower

    Benevolencia Mortal

    Benevolencia Mortal

    DAWN BROWER

    Índice

    Agradecimientos

    Prólogo

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Acerca del Autor

    Otras Obras de Dawn Brower

    Extracto: Salvada por un Pirata

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Extracto: Nunca Desees a un Duque

    Prólogo

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Este libro es solo ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes que en él se presentan son fruto de la imaginación de la autora o se usan solo con fines ficticios y no deben entenderse como reales. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas (vivas o muertas) es pura coincidencia.

    Deadly Benevolence Copyright © 2016 Dawn Brower

    Portada Victoria Miller

    ¿Zombies? ¿Qué puede no gustar de ellos? Esta historia es diferente a cualquier cosa que haya escrito o que probablemente escribiré jamás. Cuando me pidieron escribirla me preguntaba si podría por lo menos hacerle justicia a algo de esta naturaleza. Soy una escritora romance primero, pero amo todo lo desconocido y aterrador. En resumen... Reto aceptado.

    Mi hijo Nathan me ayudó a planear los personajes. Nathanial fue nombrado en su honor y aunque detesta por completo el apodo Nat, me perdonó su uso - sólo por esta vez.

    Nathan es la razón por la que este libro existe. Después de todo, él es el amante de los zombies número uno en la familia. Nathan – espero que te guste (aun cuando dijiste que todos deberían haber muerto para el final) Ups... Alerta de spoilers... Algunos viven.

    Si eres fan de los zombies, sigue leyendo. Es una aventura rápida y letal.

    Agradecimientos

    Primero que nada, gracias a Victoria Miller por hacerme otra portada increíble - amo cada una de las que me has hecho. Espero con ansias tus próximas creaciones. Sigue siendo la persona brillante que sé que eres.

    También un gran agradecimiento a mis beta readers Megan M y Jennifer U. Ustedes fueron mis primeros sujetos de prueba y me ayudaron a pulir algunas de las impurezas. Espero que disfruten algunos de los cambios que he hecho por el momento. También me quito el sombrero ante mi correctora por excelencia, Elizabeth E. Gracias por ayudarme a encontrar algunos de esos errores de tipeo que todos pasamos por alto y por hacer que este libro brille más.

    Finalmente, pero en lo absoluto menos importante, un enorme agradecimiento a Leona por empujarme a escribir una historia corta sobre zombies. Este fue un desafío divertido y espero que haya resultado bien.

    Prólogo

    El calor en la habitación lo sofocaba. Habían elevado la temperatura de la sala porque creían que la enfermedad no crecía en el calor.

    Estaban equivocados - eso la potenciaba. Se multiplicaba y propagaba más rápido con cada elevación. No mucho después, estaría en todas partes, y nadie estaría a salvo. Ella se había asegurado de explicarle con lujo de detalles - así él entendería por qué disponían de tiempo limitado. El tiempo era aún más importante que nunca - tantos ya muertos - y se estaba acabando.

    Se levantó de su asiento para abandonar la sala. El aire estancado empezaba a dificultar la respiración - combinado con el hedor de transpiración y olores corporales – estaba desesperado por respirar algo de aire fresco.

    ¿A dónde vas? Preguntó ella.

    No puedo más... Pausó él. ¿Necesitas que me quede?

    Por ella, él se quedaría. Si ella lo necesitaba, el caminaría sobre brasas ardientes.

    Ella sacudió la cabeza. No, si necesitas espacio entonces ve. Sólo vuelve pronto.

    Él asintió. Volveré, lo prometo.

    Él mantenía sus promesas.

    Una vez que estaba en el pasillo, dejó que la puerta se cerrara. El sólo hecho de estar fuera de la habitación ayudaba. Pronto se irían. Escapar se había vuelto una necesidad. Todo estaba en su lugar – planeado con anticipación en caso de esta misma posibilidad. Se suponía que ya se habrían ido, pero ocurrió un desastre.

    Archibald Doll había contraído la enfermedad.

    Los mejores planes – ¿qué decía la Ley de Murphy? ¿Todo lo que puede pasar, pasará? Algo así, como sea. Eso es exactamente lo que les estaba sucediendo. Con Archibald en las etapas intermedias de la enfermedad, y sin ninguna cura a la vista, se estarían despidiendo pronto.

    A ella se le estaba rompiendo el corazón, y no había nada que él pudiese hacer.

    Teniente Grean, Exclamó una voz.

    Se detuvo, volteó, y se dirigió a su interlocutor.

    ¿Señor?

    ¿Cómo está mi padre?

    Como si le importara. A Wilhelm no le importaba nadie. ¿A quién creía engañar ese cruel bastardo? El tipo contaba los minutos para que Archibald muriese.

    Está decayendo.

    Él asintió. ¿Logró Luciana algún progreso en su cura?

    Ah, la raíz de su preocupación. Él quería la cura. Wilhelm podría utilizarla para ganar el control definitivo de las masas. Todo el mundo quería poner sus manos en la cura. La gente caía como moscas, para luego volver a levantarse y destrozar a aquellos a quienes amaban. Archibald haría lo mismo.

    Él no dejaría que nadie destruyera a Lucy. La muerte de su abuelo dolería, pero ella seguiría adelante. Su misión la mantendría en pie.

    Creo que se topó con un obstáculo.

    Ya veo. Avísame si algo cambia. Pausó. Dile que venga a verme lo antes posible con novedades.

    Ella nunca iba a volver a estar a su alcance. Se irían en unas pocas horas, luego de que ella haya tenido sus despedidas finales. Tal vez él debería acelerar un poco las cosas. Algo en los ojos de Wilhelm lo hacían ver nervioso. ¿Acaso sabía lo que planeaban?

    No, Wilhelm no podría saberlo. Habían sido demasiado cuidadosos.

    Teniente.

    ¿Por qué no lo dejaban solo? Especialmente este imbécil. El odio hacia el idiota recorría sus venas. Ese bastardo rompió su corazón.

    Capitán, contestó, tragándose su disgusto.

    ¿Cómo está Archibald?

    Bien. Apretó sus dientes. Le tomó un enorme autocontrol no gruñirle. ¿Necesitas algo más?

    Él sacudió su cabeza. ¿Crees que ella se le despegará pronto?

    No lo sé - está comprometida a verlo hasta el final.

    Para prevenir más interrogatorios giró sobre sus talones y se dirigió en la dirección opuesta al capitán. Estar cerca suyo le dejaba un gusto horrible en la boca. Pronto, ninguno de ellos tendría que tratar con nadie en el recinto de Wilhelm. Archibald se aseguró de que Luciana tenga opciones. Su nieta significaba el mundo para él, y la quería a salvo de su trastornado hijo.

    Era altamente posible que Wilhelm haya hecho que Archibald se contagiara para deshacerse de él.

    Tal vez no debería haberla dejado sola. Volvió sobre sus pasos para ver cómo estaba. Ahora había dos soldados estacionados fuera de la habitación. ¿Desde cuándo la sala necesitaba ser vigilada?

    ¿Qué está pasando?

    Ambos lo saludaron, y ninguno cruzó miradas con él.

    Se nos ordenó vigilar al Dr. Doll, señor.

    Claro que sí...

    Bien. Aquí estoy. Quedan relevados. Vayan a tomar un descanso.

    Se relajaron ligeramente, pero ninguno se movió.

    No podemos hacer eso, señor.

    Justo como se lo imaginaba—Wilhelm lo sabe. Tenía que actuar rápido. Se les había acabado el tiempo.

    Ya veo. Asintió. Comprenderán por qué debo oponerme a eso.

    Dio un salto hacia adelante y los dejó inconscientes de un golpe antes de que ninguno pudiera reaccionar a sus palabras. La puerta se abrió de repente, y Luciana asomó su cabeza.

    ¿Qué está pasando?

    Necesitamos irnos ahora mismo. Gesticuló para que saliera por completo de la habitación. Tu padre sabe.

    Pero el abuelo... Se mordió el labio.

    Se ha ido, Lucy. No podemos salvarlo.

    Lo sé, admitió, resignada. Es sólo que odio dejarlo.

    Él tomó su mano y la guió fuera de la sala. No les quedaba mucho tiempo. Si no se escapaban, no habría modo de que sean libres. Al menos él había preparado planes alternativos. Todo lo que requerían para alejarse del recinto de su padre estaba asegurado en un vehículo cercano. Se habrían ido antes de que Wilhelm pudiera reaccionar.

    De ese modo la Dr. Luciana Doll podría trabajar en su cura en paz,

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