Haikus imposibles

Por Amaia Santana Zorrilla

Coge tus vísceras. Rocíalas con ginebra. Échales sal. A eso sabe un haiku imposible.

Haikus Imposibles no es un libro de poesía, tampoco es una narración fantasiosa basada en hechos reales, sino más bien una aberración literaria, una patada en la boca, un exabrupto del corazón.

Una llamada al desorden.
Una invitación a trasnochar.
Un antimanual de autoyuda.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 9 may 2018
• ISBN: 9788417382834

Amaia Santana Zorrilla

Amaia Santana (Santurtzi, Bizkaia, 1986) es periodista de profesión, con más de una década prodigiosa dedicada a la prensa escrita. Especializada en el ámbito cultural, la música es su pasión y perdición, y suele contarlo en la web RockinBilbo y en la revista Zarata/Mondo Sonoro. En la actualidad, se ha reciclado en community manager y se ha pasado a la cara B de la comunicación digital. También es propietaria de un búnker con vistas al mar y tiene un par de amigos imaginarios a quienes confía sus miserias cotidianas y su contraseña de Netflix.

Vista previa del libro

Agradecimientos

A mi madre, por su santa paciencia y apoyo incondicional; a Psycho Tab, materia prima (y oscura); a mis ‘tutores legales’ Leni y Fer, por darme la vida, ‘asilo político’ y consejo espiritual; a mi socia Alondra, por tenderme su mano al otro lado del charco; a Naroa Rotten Potato, por su carisma curativo; a las teenagers senior, porque no nos falten nunca las cañas, los nachos y las blasfemias; a Mendi, por estar siempre ahí y mostrarme que la vida es un curioso reto; a Buko, por todas las horas de garitos, historias y conciertos que hicieron el insomnio (y el drama) más llevadero(s); a Ana Curra, por la inspiración y la luz entre tinieblas; a Karmelo C. Iribarren, por su lucidez generosa; a Iban Mugalari, por no ser mi madre y aún así creer en mí; a bluesman Jon Goikoh, por recordarme que una vez creí en la rebelión en las aulas (y llevaba un cubo y una fregona en el maletero); a todos los camareros que me entendieron mejor que muchos terapeutas; al espíritu indómito de la gacela Thomson; a los Brexiteers, JaggerBombers y demás Mancunian family; a Kepax, por su magnético superpoder de hacerme sonreír y devolverme la fe en la humanidad (y en los txoripanes); a Dj Mestizo, por ayudarme a derribar fronteras mentales con buena música… En definitiva y como diría este último, a toda la buena gente del