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Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción: Un manual para la supervivencia
Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción: Un manual para la supervivencia
Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción: Un manual para la supervivencia
Libro electrónico254 páginas3 horas

Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción: Un manual para la supervivencia

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Información de este libro electrónico

¿Cómo evitar un secuestro?

El secuestro es uno de los crímenes que más logística requieren. Por eso, la posibilidad de cualquier víctima potencial de frustrar uno es muy alta. Una vez que se empieza a planear un atentado en nuestra contra, podemos detectarlo en sus fases más tempranas y desviar el peligro hacia otro lado. Lo único que necesitamos saber es qué buscar y cuáles actos son los que disparan las luces rojas de alarma. Este es precisamente el objetivo de este libro: ser un manual sin tecnicismos escrito por un profesional para el usuario que explique de manera clara lo que se debe hacer ante este tipo de crímenes.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento15 ene 2020
ISBN9788417887858
Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción: Un manual para la supervivencia
Autor

Yovan Galico Wernicky

Yovan Galico Wernicky es un ejecutivo senior con más de veintidós años de experiencia, experto en gestión de seguridad en empresas trasnacionales con dominio de temas: militares, policiales de gobierno, diplomáticos, personal expatriado y consultoría sobre seguridad. Se ha desempeñado en roles con responsabilidades en diversos países, como México, Estados Unidos, Israel, Canadá, Brasil, Argentina, Colombia,Guatemala y países del Caribe, adquiriendo una amplia experiencia en risk management, seguridad patrimonial, física y de protección de ejecutivos, planes de continuidad de negocio, cadena de suministro y logística, entre otras. Tres pilares de conocimiento y formación sustentan su aporte diferenciador, ellos son: Formación militar, Conocimiento a nivel de negocio -comercial y operaciones-, Experiencia en la recuperación de empresas en alto riesgo. Ha sido consultor de seguridad o colaborador en proyectos y capacitación para embajadas, gobierno, paraestatales y servicios corporativos de protección de ejecutivos del sector bancario, minero y energético, entre otros.

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    Secuestros - Yovan Galico Wernicky

    Secuestros: prevención, reconocimiento y reacción

    Un manual para la supervivencia

    Primera edición: 2019

    ISBN: 9788417887445

    ISBN eBook: 9788417887858

    Registro Público del Derecho de Autor: 03-2005-092609532200-01

    © del texto:

    Yovan Galico Wernicky

    www.yovangalicow.com

    @ yovangalicow

    © de esta edición:

    CALIGRAMA, 2019

    www.caligramaeditorial.com

    info@caligramaeditorial.com

    Impreso en España – Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@caligramaeditorial.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Este libro está dedicado a todas las víctimas

    de la violencia criminal de los delitos

    de alto impacto en nuestro país.

    Deseo que el material de este libro les ayude

    a recuperar la paz y poder vivir tranquilos.

    Espero, a través de esta obra, poder empoderarlas

    con conocimientos suficientes y así enfrentar

    la problemática del secuestro y reducir la probabilidad

    de que este riesgo se llegue a materializar

    e impacte negativamente en sus vidas.

    Prólogo

    La seguridad en México, se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones, debido a las numerosas condiciones que la vulneran (robo, robo con violencia, robo a negocio, robo a domicilio, llamada de extorsión¹, secuestro virtual² ,

    secuestro exprés³ , cobro de derecho de piso⁴ , desaparición forzada⁵ y abuso de autoridad⁶ , por nombrar algunos). La incidencia de este tipo de sucesos en nuestro país es generalizada y afecta a la población en general, la percepción general de la población es de inseguridad y desconfianza generalizada⁷ , de una falta de control o resultados de las autoridades responsables de combatir el crimen, falta de confianza en las mismas, e inclusive en las instituciones que los acreditan. Esto ha generado una cifra negra que solo es posible estimar, pero no definir o probar. Independientemente del incremento o tendencias siempre nos vamos a preocupar de la incidencia criminal que implica violencia, esto es debido al impacto que generaría la materialización de la misma. Es un sentir general que nos comenzamos a sentir superados por el crimen y la forma en que azota a nuestro país.

    ¿Qué ha sucedido con México?

    ¿Dónde quedó aquel México en el cual podíamos circular por todos los lugares a todas horas sin sentir ningún temor?

    ¿Qué ha causado esta detonación de criminalidad violenta?

    ¿Cuándo dejamos de exigir y nos acostumbramos simplemente a ser una estadística más?

    ¿En qué momento aceptamos que la violencia se normalizaría y empezó a ser aceptada como la realidad o condiciones naturales de riesgo de nuestro país?

    El crimen es un mercado en expansión debido a la impunidad⁸ falta de procedimientos adecuados, leyes, sistemas, competencia de las autoridades y órganos que deben restringirlo, es así de sencillo. La mayoría de los criminales saben muy bien que si los llegan a aprehender es muy difícil que los procesen, ya que el camino desde la captura hasta la presentación del detenido está minado por la corrupción, un sistema legal que según sus propios números⁹ no cumple con su función o está rebasado, por lo que es fácil concluir que facilita más la puesta en libertad que la consignación de cualquier delincuente, en caso de que se le dicte sentencia condenatoria; por virtud de la ley se puede transmutar su pena por buen comportamiento, si realmente estudiamos este proceso resultará obvio el porqué el criminal común no le tiene ningún miedo a la autoridad y, por ende, ningún respeto al ciudadano común y a las leyes que lo protegen. El estado claramente no está siendo eficiente en lograr generar el miedo al castigo legal (teoría de la disuasión de la criminología), no está logrando generar un balance negativo en el aspecto recompensa-costo (teoría de opción racional de la criminología), ni está logrando generar un efecto que desincentive en la comparación de ganancias y castigo por incurrir en el tipo de conducta (teoría de aprendizaje social por reforzamiento diferencial¹⁰ ).

    Si sumamos al factor anterior el de una economía deteriorada y carente de oportunidades para las masas (43,6 % de la población en situación de pobreza lo que corresponde a 53,4 millones de personas¹¹ ), un mercado con tasa de desocupación de 3,4 %¹² de la población con desequilibrio entre el costo de la vida y el salario¹³ (la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria «pobreza laboral» corresponde al 39,8 %), esto también ocasiona que más gente se sienta atraída por ese tipo de vida y, en algunos casos, optaran por escoger el crimen como profesión. O como dijo Johann Wolfgang von Goethe: «Es peligroso aquel que no tiene nada que perder¹⁴ ».

    Los medios también han participado en ese crecimiento, debido a la publicidad del fenómeno, ya que cada vez es más común escuchar en los noticieros palabras como: «impunidad», «corrupción», «falta de responsabilidad», «nadie hace nada», etc., para el nuevo delincuente, ese sujeto que dentro de sus carencias y necesidades estima esa vía como una posible solución todavía más, no se decide completamente por adoptar ese tipo de vida; el mensaje es muy claro: «asaltan a cuenta habiente saliendo del banco y no detienen a los responsables», «secuestran a hijo de familia, se paga un rescate millonario y no hay responsables ni detenidos», «pierde la vida ciudadano al intentar evitar el robo de su automóvil y no hay sospechosos». De los cientos de delitos diarios de los que somos informados de ¿cuántas aprehensiones nos enteramos? De ahí que resulte obvio deducir que el ser criminal por lo menos en este país, sí paga, ya que las posibilidades de ser capturado, sentenciado y purgar esa sentencia, son remotas.

    En mi opinión, estos tres factores en combinación, son algunos de los responsables clave de que hayamos llegado al punto en el que nos encontramos, obviamente hay que considerar otros factores como: la incompetencia y falta de resultados de los responsables de la política de seguridad pública, el rezago educativo, el rompimiento del núcleo familiar tradicional, pero considero que todos ellos se correlacionan en su base a uno de los tres factores expuestos en los párrafos anteriores.

    Hoy, nuestra realidad es que sentimos que la inseguridad nos rebasa y por mucho; al cierre del primer trimestre del 2019 el 74,6 % de la población mayor de dieciocho años considera su ciudad insegura¹⁵ . El problema es tal, que ha llegado ya a afectar directamente nuestra libertad, los consejos de seguridad comienzan a volverse «sabiduría popular» y cada vez es más común escuchar conversaciones entre amigos, en la sobremesa o de padres a hijos aconsejando: «no permanezcas dentro del coche por la noche, bájate de inmediato», «abstente en lo posible de caminar solo, y si lo haces, hazlo en contra de la dirección del tránsito», «no llames la atención» o «cuida lo que publicas en redes sociales», por nombrar algunos. Pareciera que ya no nos es posible hacer «lo que queramos» por temor a que nos roben o secuestren.

    El propósito de este libro no es una disertación sobre los ¿por qué? o los ¿cómo? Llegamos a esta situación, ni mucho menos ¿qué? o ¿cuánto? deberían hacer nuestras autoridades, sino más bien es el de ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde?, podemos hacer nosotros para evitar en convertirnos víctimas de este fenómeno, buscando siempre afectar lo menos posible nuestra forma de vivir.

    Mi carrera se inició en 1997 cuando ingresé al servicio militar obligatorio en el ejército israelí. Por más de veinte años, he sido un profesional de la seguridad aplicada en diferentes roles y niveles de responsabilidad para el sector público e iniciativa privada como: empresas trasnacionales, gobierno, militar, sedes diplomáticas y particulares. Me gusta la academia como base formativa e investigación, considero que el aprendizaje resulta solo al aplicar la teoría a la práctica en situaciones reales para obtener un resultado u objetivo específico.

    Desde el 2002 me he especializado en México y he estudiado el fenómeno de la inseguridad y la aplicación de estrategias que la resuelvan. Me he especializado en varias ramas de la seguridad aplicada como son: seguridad patrimonial, ejecutiva, física e investigaciones, por nombrar algunas, entre ellas, el tema del secuestro. He sido el responsable de desarrollar e implementar las estrategias de seguridad necesarias para resolver problemas muy particulares en los sectores ya mencionados, siempre con enfoque a resultados y consecución de objetivos específicos, a veces en un rol de ejecutivo de la empresa, otras como consultor, o como parte del equipo técnico de un integrador de soluciones.

    Para desarrollar este libro el enfoque primero fue el de identificar las formas de operar de las bandas con el fin de aislar los elementos básicos que son necesarios para que ellos puedan actuar, y que puedan tener éxito; una vez logrado lo anterior, aplicar o adaptar las teorías del campo de la seguridad¹⁶ y basado en las mismas desarrollar las estrategias, tácticas y técnicas de protección necesarias, específicamente para prevenir, disuadir, detectar y reaccionar a un posible secuestro.

    Un secuestro si se detecta a tiempo es prevenible. La posibilidad de cualquier persona de frustrar uno es muy alta. Es uno de los crímenes que más logística y preparación requieren y este es su «talón de Aquiles¹⁷ », sin logística o preparación no es posible realizarlo exitosamente, por ello es que una vez que se comienza a planear un atentado en nuestra contra podemos detectarlo en sus fases más tempranas y desviar el peligro hacia otro lado, lo único que necesitamos saber es qué buscar y qué actos son los que disparan las luces rojas de alarma que nos dicen que algo pudiera estarse fraguando en contra nuestra.

    Eso es precisamente de lo que vamos a hablar en este libro. Cómo detectar que uno está siendo vigilado, cómo detectar un ataque, qué es una ruta de detección de vigilancia y cómo hacerla, por nombrar algunas, todas ellas en un lenguaje sin tecnicismos, escrito de profesional para el usuario común (a quien está dirigido este libro) por lo cual he simplificado lo más posible la teoría y tecnicismos, con el fin de que sea realmente fácil comprender qué debemos hacer y cómo hacerlo.

    Al concluir con la lectura, usted contará con la información y conocimientos básicos que necesita conocer sobre este tipo de problema, al conocer sus bases y funcionamiento podrá ponerse en control de él, podrá solucionarlo, cambiará el temor por la detección y varias cosas más en su vida. Con ello, poco a poco comenzará a recuperar la confianza y eventualmente la «seguridad», la cual para este efecto a mí me gusta definir como un sentimiento. Arnold Wolfers, académico realista, definió dos lados del concepto de seguridad: «Seguridad en el sentido objetivo mide la ausencia de amenazas a los valores adquiridos; en el sentido subjetivo, la ausencia de miedo a que dichos valores pudieran destruirse¹⁸ ». Estar seguro sería, pues, encontrarse libre de miedos y, a la vez, libre de necesidades¹⁹ , por ello cuando sucede un evento donde los «valores son destruidos» es muy difícil recuperarse o volver a «sentirse» seguro.

    Es tiempo de tomar el control, no solo de exigir, también de ayudar, las autoridades están claramente rebasadas, debemos poner nuestro granito de arena para contribuir a que México vuelva a ser el país que era, debemos tomar responsabilidad sobre nuestra seguridad, nadie puede cuidarnos mejor ni ser más cuidadoso que nosotros mismos. Exigimos un cambio, pero por otro lado, continuamos siendo «inocentes», no estamos lo suficientemente atentos y cuando tenemos una corazonada preferimos suponer que todo está bien, debemos sospechar, denunciar, contribuir en lo que a nosotros respecta y una vez logrado eso, entonces además exigir justicia y efectividad.

    ¿Qué pasaría si todos denunciáramos sospechosos desde el momento en que comienzan a estudiarnos? Somos más que los secuestradores, eso es, más ojos, si empezamos a llenar de denuncias a las autoridades y entonces les exigimos, muchas bandas comenzarían a caer, se incrementaría su nivel de riesgo y posiblemente su nivel de operación bajaría lo suficiente como para permitirnos como sociedad una vida más placentera y con menos temores, donde nuevamente podamos estar en control.

    Después de más de veinte años dedicándome a proteger empresas, instituciones, gobiernos y personas de diferentes tipos de riesgos de seguridad, entre ellos el secuestro, y al observar de primera mano los daños, en ocasiones irreparables, que ocasionan a las víctimas y sus allegados (tanto en los casos que investigué, en los que mi intervención fue posterior al mismo y se realizaron en base del estudio y especialización en el tema), es mi propósito dotar a la gente con una herramienta útil, para que mediante su propia y exclusiva persona sepan lo necesario para evitar ser parte de una estadística más de este delito y sus consecuencias.


    ¹ El delito de extorsión lo comete quien, sin derecho, obliga a otra persona a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, para obtener un lucro o causar un perjuicio patrimonial. La mayoría de las extorsiones se cometen vía telefónica; a esta modalidad se le conoce como extorsión indirecta. Cuando la o el presunto delincuente se presenta en el establecimiento o inmueble para solicitar un pago bajo amenaza, se trata de una extorsión directa. Fuente unidad especializada de la Policía Federal, Gobierno de México https://www.gob.mx/policiafederal/articulos/extorsion.

    ² El secuestro virtual es una modalidad de extorsión telefónica, y se ha convertido en un delito recurrente entre los delincuentes debido a que les implica menor riesgo de ser identificados o detenidos al no tener contacto directo con sus víctimas.

    Para su comisión, los delincuentes logran que la supuesta víctima salga de su domicilio a través del engaño telefónico, pues, haciéndose pasar por integrantes de algún grupo delictivo, amenazan con dañar a algún familiar si no se siguen sus instrucciones.

    Posteriormente, solicitan a la víctima apagar su celular y trasladarse a algún sitio específico (comúnmente hoteles), a donde les llaman para darle nuevas indicaciones. Durante el tiempo en el que la persona se encuentra incomunicada, los delincuentes realizan llamadas a los familiares argumentándoles el supuesto secuestro con el objetivo de conseguir el pago de un «rescate». Fuente Secretaria de Gobernación, Gobierno de México. https://www.gob.mx/segob/articulos/sabes-que-es-el-secuestro-virtual

    ³ El secuestro exprés es una modalidad de secuestro extorsivo. Aunque es premeditado, se realiza de forma aleatoria, sin conocimiento de a quién se secuestra. Se caracteriza por ser un secuestro de corta duración con el fin de obtener de la víctima todo el dinero posible, ya sea de sus cuentas bancarias o del dinero disponible en efectivo que su familia reúne en un espacio de pocas horas o espacio de tiempo no mayor a un par de días. Fuente Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Secuestro_expr%C3%A9s

    ⁴ Una de las afectaciones visibles a comerciantes y transportistas es el llamado «derecho de piso», por el que bandas criminales los extorsionan, obligándolos a pagar una cuota periódica a cambio de dejarlos trabajar. De negarse, los ciudadanos pueden perder desde su negocio hasta la vida. Los medios han

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