¿Qué la motivó a dedicarse a una carrera con un enfoque judicial y qué aconseja a las personas que quieran seguir este camino?
Es un poco complejo. Cuando uno sale de la facultad a veces no tiene mucha claridad hacia dónde ir. En ese camino intenté el litigio y me di cuenta de que no era lo mío. Luego estuve en la Defensoría de Oficio del gobierno de la Ciudad de México y ahí empecé a involucrarme con el tema de los juzgados. También es lo que vi en casa. Las pláticas que sostenía con mi padre, abogado dedicado al tema de la justicia en órgano jurisdiccional, me motivaban a saber un poco más. Cuando empecé a trabajar en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México supe que esa era mi vocación; posteriormente pasé a los órganos jurisdiccionales federales y ahí encontré la pasión por lo que he hecho prácticamente durante toda mi vida.
Mi recomendación es experimentar antes de tomar una decisión final; uno tiene que ir explorando los caminos, lo que se va presentando, hasta que se encuentre la vocación.
■ ¿Cuáles cree que son los puntos más favorables y menos favorables del Poder Judicial actualmente?
Un primer punto es el tema de la carrera judicial; con la reforma de 2021 no solamente se está apuntalando, sino afianzando justo esto de lo que estamos hablando de la vocación. Cuando uno tiene vocación y sabe que ya está en el lugar correcto, pues quiere empezar a crecer, y hoy en día, desde la juventud de los primeros escalones de la carrera judicial, se puede formar parte de este gran proceso de ir avanzando hasta llegar a ser titular de un órgano jurisdiccional, llámese juez o jueza de distrito o magistrado o magistrada de circuito. Entonces, creo que la carrera judicial viene a dar un giro importante en el esquema jurisdiccional, en el esquema de la carrera judicial, porque se va formando a la gente desde los primeros escalones, y a través de concursos diseñados para cada efecto se va