LA SEGURIDAD PRIVADA, CADA VEZ MÁS PRESENTE
Vigilancia, alarmas, transporte y depósito de fondos o de materias peligrosas como explosivos, protección personal, control de acceso a eventos... El mundo de la seguridad privada tiene variadas ramificaciones y el catálogo de actividades se ha ampliado en los últimos años. Y más que lo va a hacer merced de la tecnología. Las empresas de este sector facturaron en España 3.821 millones de euros en 2017 y las previsiones respecto al cierre de 2018 es que la cantidad aumente un 4%. Las perspectivas de crecimiento son positivas aunque la crisis económica golpeó de lleno a la seguridad privada y “todavía no se han recuperado los niveles de facturación de 2008”, declara a Forbes Eduardo Cobas, secretario general de la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), que agrupa al 70% del sector incluyendo a las empresas más grandes.
Números aparte, la realidad es que la seguridad privada es una actividad económica que va a más y que cada vez va a estar más presente en nuestras vidas. Es, a todos los efectos, complementaria a la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya que, como explica Eduardo Cobas, “la seguridad pública es reactiva, es la que actúa, y la privada es preventiva en un ámbito
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