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Lo que no se aprende en los pupitres: Una educación Familiar
Lo que no se aprende en los pupitres: Una educación Familiar
Lo que no se aprende en los pupitres: Una educación Familiar
Libro electrónico148 páginas2 horas

Lo que no se aprende en los pupitres: Una educación Familiar

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Un libro que tiene la capacidad de despertar reflexiones sobre lo que significa el aprendizaje fuera de la educación tradicional. No se detienen estas páginas en los pupitres, sino en lo que uno aprende en casa y que permanece para siempre.

Lo que no se aprende en los pupitres son exactamente los valores que recibim
IdiomaEspañol
EditorialDahbar
Fecha de lanzamiento17 feb 2022
ISBN9789804250392
Lo que no se aprende en los pupitres: Una educación Familiar
Autor

Fermín Mármol Garcia

Fermín Mármol García: Nació en Caracas, Venezuela. Estudió Derecho en la Universidad Santa María. Cursó su postgrado en la Universidad de Salamanca, España. Realizó curso de Investigaciones Especiales para latinoamericanos en USA-Colorado. Abogado litigante durante diez años. Vicepresidente Corporativo de Relaciones Institucionales del Grupo Multinacional de Seguros. Director de la Firma Fermín Mármol León & Asociados. Mario Mármol: Nació en Caracas, Venezuela. Ciudadano, no habitante. Hijo, esposo y padre. Cursó estudios de primaria y secundaria en el Colegio La Salle La Colina. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Santa María. Culminó estudios de Especialización en Criminalística en el Instituto Universitario de Policía Científica y Especialización en Derecho Penal en la Universidad Santa María."

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    Lo que no se aprende en los pupitres - Fermín Mármol Garcia

    Lo que no se aprende en los pupitres

    © Editorial Dahbar

    © Cyngular Asesoría 357, C.A.

    Corrección de pruebas:

    Mauricio Vilas

    Diseño de portada:

    Jaime Cruz

    Depósito legal: DC2019001483

    ISBN: 978-980-425-039-2

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o trasmitida en forma alguna o por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros sin el previo permiso de Cyngular Asesoría 357, C. A.

    Índice

    Dedicatoria

    Agradecimientos

    Prólogo

    El legado

    De recorridos y compañías

    Entre logros y éxitos te veas…

    Entre amores y desamores

    Temas especiales…

    Cómo sobrevivir y no desfallecer en el intento

    La traición

    La enfermedad

    Debacle económica

    El secuestro

    La muerte

    Consideraciones finales

    Recomendaciones

    Autores

    El mundo está lleno de gente que quiere recoger frutos de árboles que nunca sembraron

    Anónimo

    Dedicatoria

    A la memoria de nuestro padre.

    Muchísimas gracias, gran héroe…

    Somos tu sangre, querido viejo.

    Agradecimientos

    A nuestras esposas e hijos, por ser protagonistas de buena parte de nuestras vivencias; por el apoyo en los momentos complejos de la vida y por compartir el camino que nos hemos trazado.

    A nuestra madre, por ser un gran ejemplo de constancia, temple, humildad y gran corazón.

    A nuestra amiga María Isoliett Iglesias; su colaboración hizo posible este sueño.

    Prólogo

    Andrea V. Matthies

    Cuando me llamaron para formar parte de esta colección de diálogos íntimos, sentí un profundo honor y un orgullo inmenso, dado el respeto y la gran admiración que profeso a una familia tan representativa como los Mármol García. Sentí que formar parte de sus líneas era, de alguna manera, haber cruzado la puerta hacia sus hogares y aprender, de primera mano, las vivencias que conformaron vidas íntegras y ejemplares en un país que ciertamente las requiere y ansía.

    Conocí a Fermín cuando, de mano de mi esposo, emprendía un proyecto que desesperadamente erigíamos buscando aportar algo en pro del rescate de una moralidad que entendíamos moribunda. Como venezolanos, ciudadanos en el amplio espectro de su representación, se hace menester contribuir, desde el ejemplo, difundiendo contenidos positivos a una sociedad sedienta de muestras de progreso y de esperanza. Y esa fue la meta que me tracé desde mi oficio, el de la comunicación social. En aquella búsqueda de modelos cabales de participación ciudadana, nos topamos con encantadores proyectos y seres aun más interesantes. Algunos de ellos se han acercado a nuestro hogar y aún permanecen como integrantes de una Venezuela posible que no descansaremos hasta ver fundada. Fue allí cuando nos topamos con él, a quien por innumerables referencias conocíamos de antemano, y decidimos proponerle grabar una breve entrevista audiovisual sobre su visión de este país posible.

    Con la claridad que solo la docencia propicia, Fermín recorrió una serie de lineamientos describiendo lo que en su opinión sería imprescindible para la conformación de tal realidad. Elementos de una ética prístina, donde el individuo parte de una sólida formación en el hogar para ocupar su escaño en la dinámica ciudadana que tanto exige; donde los valores esculpen las normas y las normas anteceden a la convivencia.

    En este país de inquietos aconteceres, como alguna vez tuve la oportunidad de entenderlo, la integridad, la lealtad, el trabajo duro, la pasión por los quehaceres, entre tantos otros, han conocido una competencia primitiva originada en aprendizajes de supervivencia y de una notoria distracción moral. Por ello celebramos con especial ahínco la existencia de reservas anecdóticas como la presente, que desde un diálogo franco descubren corazones y enseñanzas generosas, que parecen transitadas sobre algunas tazas de buen café durante una tertulia íntima de dos hermanos. Ellos relatan, en diferentes escenarios, las posturas que los conformaron y que aún guían su casta.

    Más allá de la libertad y de la dignidad existe un valor intrínseco en el ciudadano, aquel quien aporta a su entorno y a sus pares. El crecimiento en él no es unilateral, se nutre de enseñanzas que lo civilizan, con niños que aprenden lo que viven, adultos que progresan al compás de sus instituciones y ancianos que envejecen bajo el cuido y el respeto de una sociedad que comprende y celebra su legado. Esa misma sociedad es la que deseamos ver en nuestra amada Venezuela, para que no sea esta una etapa estéril, sino más bien una enseñanza histórica de esas que han forjado grandes naciones y valiosas herencias culturales.

    Las narraciones que prosiguen ilustran mediante ejemplos concretos actitudes íntegras, comprometidas, ingentes en el continente ético, que han acompañado las vidas de nuestros autores. Son una certera invitación a constituir refugios para la reflexión y el análisis de las cualidades y los valores que estamos promoviendo en nuestras familias.

    Como humanos, nuestra capacidad de crear es finita, obediente a nuestras metas y siempre atenta a lo que no se aprende en los pupitres, sino en el seno de una sociedad de progreso. Aquel enmarcado en valores familiares y sellado en la integridad de sus ciudadanos. Celebro hoy y cada día la existencia de venezolanos ejemplares quienes ponen su grano de arena para construir la nación posible, y hoy me regocijo en compañía de un nutrido grupo de ellos. Bienvenido al club, estimado lector…

    El legado

    "Los legados en la vida los hacen los detalles

    más pequeños. No lo olviden"

    Luis Gabriel Carrillo Navas

    La decisión de papá fue rotunda. El Comisario General Fermín Mármol León, cofundador del Cuerpo Técnico de Policía Judicial y de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención, único policía de carrera en ocupar la cartera del Ministerio de Justicia en Venezuela, había dado su palabra. Él se entregaría al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como garantía para lograr la liberación de los padres de Tomás Carrera, quienes ya tenían tres meses secuestrados.

    Recuerdo, Mario, que yo estaba con él en aquella camioneta blindada donde nos trasladamos durante todo ese día. Nos acompañaban otros dos expertos en seguridad. La jornada fue especialmente ajetreada. Hicimos varias paradas, todas indicadas por el guerrillero encargado de la logística de entrega de los secuestrados.

    ­Papá, me puedo entregar yo. Deja que vaya, es mi obligación. Yo me ofrecí para protegerlo. Aún no tenía hijos y quizá mi impulso fue pensar en papá y en mamá más que en mi propio matrimonio. Por otra parte, lo consideraba un deber profesional dadas mis responsabilidades laborales.

    No, Fermín. Iré yo. Papá era un hombre de compromiso y de principios. Su decisión era terminante. Pero además la persona con la que manteníamos comunicación desde las filas del ELN tampoco permitió un cambio. El currículo de papá valía mucho como garantía.

    Te llamé, Mario, ya que en ese momento habías regresado a Caracas. Quería que estuvieses al corriente de lo que acontecía.

    Me encontraba, sí, en la capital, atendiendo asuntos de la familia y de algunos de nuestros asesorados, pero no por ello dejé de monitorearlos, incluyendo al grupo base que trabajaba con nosotros en la negociación de este caso. Luego de tu llamada, hermano, decidimos que la entrega de papá no debía hacerse pública. No era pertinente la presencia de los medios de comunicación, este era un asunto muy delicado. Solo la familia sabía lo que ocurría. Cuando mi papá se entregó, mi mamá estuvo al tanto porque yo se lo dije. Ella sabía quién era mi papá, tantos años a su lado… sabía que él tendría el temple para aguantar eso. Sin embargo, hubo mucha angustia. Esas horas en las que papá estuvo en la montaña fueron terribles.

    Fermín, el secuestro de los padres de Tomás Carrera fue uno de los casos que más conmocionó a Barinas, ¿verdad?

    Así es, Mario. Como tú bien recuerdas, ese caso ocurrió en febrero de 2005. Se llevaron a esos buenos abuelos de una de las calles de la ciudad de Barinas. Dos personas de la tercera edad que fueron interceptadas y secuestradas usando un formato de inteligencia policial. Ese secuestro, evidentemente, conmocionó a la ciudad, pues ellos habían nacido allí y toda la vida habían vivido en el campo. Fue un caso público, notorio, comunicacional e inolvidable en ese estado. Pero a su vez el suceso también tuvo impacto nacional, y particularmente en el sistema financiero venezolano, porque se trataba de los padres de una leyenda viviente del ámbito asegurador, un hombre de gran éxito y mucho carisma. Todo se agudizó cuando en las primeras pesquisas se determinó que la guerrilla podría estar involucrada, específicamente el ELN, actuando en territorio venezolano.

    En este caso pudimos evidenciar, entre otras cosas, las miserias humanas. Nos topamos con personas que quisieron aprovecharse del dolor ajeno. Individuos que presumían de tener informaciones desde las cárceles; personas que ofrecían soluciones esotéricas; gente que por supuestas alianzas con el mundo criminal aseguraba contar con datos precisos a cambio de dinero; otros que alardeaban de tener relaciones con entes de seguridad del Estado o con órganos de inteligencia en Colombia, y que más te puedo contar. Es un calvario todo lo que tiene que vivir una familia en los meses que dura un secuestro, no solo por el hecho de no saber a ciencia cierta qué está sucediendo con su familiar, sino por todas las informaciones cruzadas: están en Venezuela, ya los pasaron para Colombia, se enfermaron, no se enfermaron… Es algo muy duro de sobrellevar, hasta para los consultores. En este caso, tuvimos tres meses de mucha presión y entrega profesional; sobre todo durante las horas en las que papá estuvo en manos hostiles ¿Coincides con esa apreciación, Mario? ¿Qué sentiste?

    Así es, fueron horas tras horas de mucha angustia y preocupación, hermano. Obviamente, el pensamiento más apocalíptico era que atentaran contra la vida de papá. Pero también nos paseábamos por la posiblidad de que no lo mataran, pero que lo mantuvieran retenido y no lo volviéramos a ver, o, por lo menos, no supiéramos nada de él por años, y que pudieran usarlo de bandera comunicacional. Fue un momento muy duro, porque papá era eso, nuestro padre, no era solo un compañero de trabajo o un jefe. Recuerdo que él se hizo entregar en la llamada tierra de nadie, acompañado por dos excelentes amigos que fueron desarmados.

    Si a cualquiera de ustedes les pasa algo, su mamá no me lo va a perdonar. Así que voy yo y me entrego. Lo único que les voy a pedir es que me cuiden a mis cuchitas. Fue como una suerte de despedida, ¿no, Fermín?

    Así es. Ese día entendí que el amor es descendente, como sostenía en sus estudios el padre del psicoanálisis, Sigmung Freud. Para papá era más importante que a nosotros no nos pasara nada, pero además que estuviéramos bien para sus nietas. Las cuchitas eran las hijas de nuestra hermana María Eugenia, quienes en ese momento estaban pequeñas y él las estaba disfrutando a rabiar.

    ¿Recuerdas, Mario, que papá siempre mencionaba la historia fabulada de una golondrina que emprende vuelo sobre el mar con tres de sus hijos? En ese transitar uno de ellos se cansó y se posó sobre su padre. Hijo, ¿estás cansado? Sí, padre. Hijo, si yo fuera el cansado, ¿me llevarías?. Claro, padre. Entonces el padre lo dejó caer… El segundo hijo golondrina se cansó y el diálogo fue idéntico al primero, por lo que el resultado fue el mismo. Sin embargo, cuando el tercer hijo se cansó y se posó sobre su padre,

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