Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora
Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora
Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora
Libro electrónico401 páginas4 horas

Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Existe una vinculación tradicional entre el estado de Sonora y la economía norteamericana, particularmente con Arizona. Es en los primeros años del siglo XXI cuando se reconfigura el modelo productivo sonorense más estrechamente ligado a los proceso globales. Los efectos regionales de estos procesos han sido heterogéneos. Espacios del desarrollo y
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 ene 2022
ISBN9786078480470
Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora

Relacionado con Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora

Libros electrónicos relacionados

Ciencias sociales para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Espacios del desarrollo y las desigualdades en Sonora - Guadalupe Rodríguez

    Página legal

    El diseño de las portadas se realizó con base en la obra: Guerrero I, Non mi dir bell dol mio y Mujer, 1991. Barros de Zacatecas y Oaxaca con engobes de Javier Marín, fotografía de Bernardo Arcos.

    Edición en formato digital: Ave Editorial (www.aveeditorial.com)

    Hecho en México / Made in Mexico

    Introducción

    Blanca E. Lara Enríquez

    Lorenia Velázquez Contreras

    J. Guadalupe Rodríguez Gutiérrez

    Desde fines de la década de los sesenta del siglo xx, la política de industrialización en la frontera norte de México estimuló un proceso de cambios que la llevaron a convertirse en uno de los espacios más dinámicos del país en términos de crecimiento económico y de empleo que reflejan, en gran medida, la inserción en los mercados globales.

    El estado de Sonora tiene una vinculación histórica con el comercio internacional y con la economía norteamericana, pero en los primeros años del siglo xxi experimentó un franco proceso de crecimiento relacionado con la globalización. En este contexto ubicamos en el estado diversas problemáticas laborales, de género, urbanas, de los jóvenes y de la pobreza, y una geografía económica dibujada por empresas trasnacionales, el comercio transfronterizo, el uso industrial del agua, la sobrevivencia de las localidades rurales y la minería globalizada.

    La rapidez de los cambios actuales exige documentar con celeridad los fenómenos. Este libro se centra en analizar algunas problemáticas derivadas de los procesos de desigualdad y vulnerabilidad que se traducen en inequidad para las personas, así como en evidenciar el crecimiento de ciertas actividades económicas urbanas y las dificultades actuales de la economía rural. De esta manera contribuimos a visibilizar algunos retos que hoy enfrenta Sonora y aportamos insumos para desarrollar propuestas de política pública que contribuyan a resolver o mitigar estas desigualdades.

    Entre 2003 y 2013 la economía sonorense experimentó cambios sustanciales, tanto en sus dimensiones como en dinamismo. A principios del periodo era la de menor tamaño de los seis estados de la frontera norte: Nuevo León la superaba en más del doble, seguida por Coahuila, Tamaulipas, Baja California y Chihuahua. Si bien en 2003 el producto interno bruto (pib) de Sonora ocupó el último lugar, en los siguientes diez años escaló dos lugares, desplazando a Chihuahua y Baja California. A esta mayor dimensión habría que sumar que también fue la economía más dinámica: entre 2003 y 2013 el pib de Sonora creció a un ritmo de 4.15 por ciento anual, el más alto de la frontera norte, incluso superior al de Nuevo León.

    El sector secundario encabeza el crecimiento con una tasa de 5.38 por ciento anual, más del doble que el sector primario y casi dos puntos arriba del terciario. Sin embargo, es necesario acotar que el buen desempeño del sector secundario estuvo basado en la inversión extranjera en la minería, actividad que despuntó tanto por sus volúmenes de producción como por su dinamismo –la minería creció más del doble en este periodo (162 por ciento)–, mientras que la manufactura presentó un desempeño inverso. Esto significó que los cambios positivos más fuertes experimentados en el sector secundario durante esta década se debieron a la minería, a pesar del crecimiento negativo registrado en varios sectores de las manufacturas.

    Si bien en términos macroeconómicos la vinculación con los mercados globales ha tenido efectos positivos para la entidad y el tipo de minería en que se basa el crecimiento debe ser investigado a fondo, en este libro quedamos en deuda con el lector. Sin embargo, visibilizar la compleja problemática socioeconómica y ambiental que se teje en la minería es parte central de las preocupaciones e investigaciones actuales del Centro de Estudios del Desarrollo de El Colegio de Sonora (ced-colson) y del Cuerpo Académico Estudios Sociales de la Frontera Norte de la Universidad de Sonora, Unidad Nogales, en cuanto es una de las alertas encendidas que vulneran el futuro económico y ambiental de Sonora. En este sentido, actualmente se desarrollan una serie de investigaciones que seguramente se traducirán en futuras publicaciones.

    Los estudios aquí presentados forman parte de los resultados del trabajo realizado por grupos de investigación alrededor del ced-colson. Algunos de ellos se desprenden de las tesis de grado donde participan, además de investigadores del colson, investigadores de la Universidad de Sonora y del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo. Otros trabajos son resultado de investigaciones realizadas en conjunto. Los coordinadores agradecen a la asistente de investigación, Lic. Liliana Orozco Camacho, por el apoyo logístico y técnico en la conformación del borrador de esta obra.

    El libro contiene nueve capítulos organizados en dos partes. En la primera se revelan expresiones de las desigualdades en temas torales poco estudiados que impactan en la vulnerabilidad y calidad de vida de diversos grupos de personas. Esta parte incluye cuatro capítulos que profundizan en el análisis de la segregación ocupacional y la subordinación laboral de las mujeres trabajadoras, así como en la complejidad urbana que enfrentan los trabajadores para desplazarse a su trabajo y movilizarse en una ciudad fronteriza donde el automóvil es el principal medio de transporte para ir a trabajar. Se examinan también los factores que influyen en la deserción de los jóvenes de educación media y, a través de su trayectoria de vida, la vulnerabilidad social a que quedan expuestos al no concluir el bachillerato, sobre todo las mujeres, que suman también la desventaja de género que enfrentan en el ámbito laboral. Al final de esta primera parte se analiza la vulnerabilidad de los municipios y la relevancia de abandonar la focalización municipal de la política social de combate a la pobreza y de aplicar una política regional que impacte en la vulnerabilidad de municipios vecinos en términos territoriales.

    La segunda parte del libro está conformada por cinco capítulos dedicados a dar cuenta de las desigualdades existentes en la economía urbana y rural estatal. Se analiza el crecimiento e impacto regional de las maquiladoras de exportación y la oportunidad que para la economía local representan los servicios de salud dental ofrecidos en la ciudad fronteriza de Nogales. En el sector manufacturero se examinan los niveles de productividad del agua alcanzados en la industria en el contexto de la disputa por el recurso y la necesidad de impulsar actividades productivas que consideren la situación de escasez del líquido que enfrenta la región noroeste de México, sobre todo en las ciudades, tomando como ejemplo Hermosillo, Sonora, con importantes niveles de crecimiento económico que las han convertido en polos de atracción de población, donde el problema del agua está ligado, en muchos sentidos, a la difícil y compleja situación que encaran los productores del campo. En lo tocante al campo, se analiza el grado de efectividad de la política de integración de Financiera Nacional de Desarrollo, antes Financiera Rural.

    La estructura del trabajo es la siguiente: En el primer capítulo se analiza el vínculo entre empleo femenino, ciclo económico y segregación ocupacional en la frontera norte de México en 2000-2010, periodo de dos crisis económicas y la recuperación entre ambas. Un fenómeno que ha caracterizado los mercados de trabajo y que expresa la desigualdad entre hombres y mujeres es la segregación ocupacional, es decir, la separación de hombres y mujeres en ocupaciones femeninas y masculinas, donde las mujeres están subordinadas a los hombres. El capítulo plantea que si bien las crisis económicas afectan tanto a hombres como a mujeres, las mujeres han estado sujetas a una desigualdad histórica que provoca efectos diferenciados. Se retoma el concepto de género desde la economía feminista que reconoce el carácter sexuado de la economía y ofrece una visión amplia de las desigualdades entre hombres y mujeres. Los ajustes y recortes durante las crisis agravan la subordinación de género y amplían la desigualdad entre los sexos.

    El objetivo del segundo capítulo es identificar el patrón de movilidad urbana en Nogales, Sonora. Para ello resulta imperativo analizar los desplazamientos por motivo de trabajo, ya que la ineficiencia en los patrones de desplazamiento genera costos económicos y sociales para individuos e instituciones, que afectan la competitividad del entorno fronterizo. La ciudad de Nogales ha registrado un importante crecimiento demográfico y económico tras la operación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) en 1994, uno de los más acelerados del estado de Sonora, que cambió la naturaleza y las características de los desplazamientos de los ciudadanos y particularmente de los trabajadores.

    Plantea que en Nogales hay un fuerte crecimiento del parque vehicular; el automóvil es el principal medio de transporte de los trabajadores, lo cual produce desplazamientos más largos del hogar al trabajo, pues realizan de uno a dos viajes diarios, y los hombres tienen más movilidad que las mujeres. La configuración espacial de los sectores económicos dificulta la capacidad de la ciudad para generar subcentros periféricos como opciones para reducir los desplazamientos y el congestionamiento vial hacia el centro, pero la aglomeración puede traducirse en ventaja para diseñar un transporte público más eficiente.

    El tercer capítulo aborda un tema nodal en el desarrollo: la deserción en educación media y la trayectoria de vida de los jóvenes. Se analizan los factores involucrados en el abandono escolar de los jóvenes inscritos en el modelo profesional técnico en Hermosillo, así como las trayectorias laborales y de vida a partir de su deserción. La pertinencia del capítulo radica en la importancia de la conclusión satisfactoria de la escolaridad básica hasta el bachillerato, pues según el Panorama educativo de México, publicado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en 2011, se incrementan las posibilidades de tener seguridad en el empleo en la medida en que los jóvenes avanzan en su escolaridad, evitan las conductas de riesgo y la vulnerabilidad social a la cual quedan expuestos quienes desertan o no cursaron el bachillerato. A las mujeres en particular, concluir la educación media les atenúa las desventajas de género que experimentan algunas jóvenes en el ámbito laboral.

    En el cuarto capítulo se plantea que una estrategia territorial incorpora nuevos factores a la dimensión monetaria, como la contigüidad de los municipios, la cual permite determinar si la vecindad geográfica influye en el grado de privación socioeconómica de un municipio. El objetivo del capítulo es identificar los municipios que concentran la población en condiciones de pobreza, considerando los patrones geográficos en la distribución de la población vulnerable, así como la importancia del factor geográfico en la determinación de la vulnerabilidad socioeconómica en los municipios de Sonora. Se propone que la política social contra la pobreza rebase la focalización del municipio de forma individual y se apliquen políticas regionales que no sólo impacten la vulnerabilidad del municipio, sino también la de los vecinos, pues éstos inciden en su vulnerabilidad.

    Los capítulos cinco y seis están dedicados al análisis actual de las maquiladoras de exportación; en el quinto se profundiza en las transformaciones y desafíos para la integración productiva de la industria aeroespacial localizada en Nogales y en el sexto se analiza la reciente industrialización secundaria y el cambio en la estructura económica de Guaymas y Empalme tras la incursión de la industria maquiladora.

    Las maquiladoras de exportación se convirtieron desde los años setenta en uno de los pilares de la industria manufacturera de la entidad y en una de las ventanas que la vincularon a la segmentación internacional de los procesos productivos y más tarde a la globalización. El sector manufacturero de Guaymas, basado en la pesca, congelado, enlatado y producción de harina de productos marinos, tuvo una sustancial reducción de la producción; de igual forma, la actividad económica de Empalme se basaba en el sector ferrocarrilero. Hoy ambas ciudades asientan grandes naves industriales con maquiladoras vinculadas a las cadenas globales de producción. Se plantea que estas ciudades han desarrollado complementariedades con el reciente proceso de industrialización, incluso con el anterior dedicado al procesamiento de productos pesqueros.

    En el capítulo siete se estudia el turismo médico en la frontera norte de Sonora, en particular los servicios de salud dental ofrecidos por odontólogos localizados en Nogales, Sonora, cuyos clientes son ciudadanos que residen en el Corredor del Sol en Arizona. Éste es un ejemplo de actividades desarrolladas en la frontera que proporcionan evidencias de la integración transfronteriza entre Sonora y Arizona. Plantean una serie de dispositivos generados por los dentistas de Nogales que gestionan una integración desde abajo.

    El capítulo ocho analiza la productividad del agua en la industria de Hermosillo e identifica las actividades industriales que tienen un consumo importante de este recurso, para después medir su valor monetario dentro de la producción mediante la construcción de un indicador de productividad del agua y su relación con la generación de valor y empleo. Al desagregar el análisis por ramas industriales se obtuvo que aquellas con un indicador de productividad del líquido bajo tienen en común un importante gasto monetario en agua, además de que la aportación al empleo y al valor agregado manufacturero en su conjunto no son significativos. En el caso contrario, las industrias que tienen un indicador de productividad alto no necesariamente pertenecen a aquellas ramas catalogadas como altas consumidoras del recurso.

    En el último capítulo se examinan las percepciones de los actores sobre los resultados de la implementación de la política de integración económica de Financiera Rural en el estado de Sonora. El análisis es importante porque en Sonora, de ochenta y tres proyectos estratégicos implementados entre 2007 y 2012, sobreviven menos de la cuarta parte, lo que plantea razonables dudas sobre la efectividad del quehacer institucional en la implementación de la política de integración económica y de los programas de apoyos que involucra.

    Parte I.

    Desigualdades y vulnerabilidad

    Un paso hacia adelante y dos hacia atrás.

    Crisis económica y segregación ocupacional por sexo en la frontera norte de México, 2000-2010

    Ingrid Kuri Alonso¹

    Gabriela Grijalva Monteverde²

    Resumen

    En este trabajo se analizan la participación de las mujeres en el mercado de trabajo y la segregación ocupacional por sexo en las entidades que conforman la frontera norte de México a la luz de dos momentos históricos: la recesión económica en Estados Unidos en 2001 y la crisis financiera mundial a partir de 2008. Las preguntas centrales son las siguientes: ¿cómo se distribuyó la fuerza de trabajo de hombres y mujeres durante los periodos de crisis económica? y ¿qué implicaciones tuvieron las crisis económicas en el empleo femenino? Para ello se utiliza la información de los microdatos de la ene y la enoe (inegi) disponibles y representativos a nivel entidad federativa. De forma particular se calcula el índice de segregación ocupacional de Karmel y MacLachland y su descomposición en los periodos 2000-2003, 2004-2007 y 2008-2010 con el fin de dilucidar los factores de mayor incidencia en los cambios en la segregación ocupacional en los periodos de crisis y de recuperación económicas.

    El documento aporta evidencias que muestran un incremento en la participación de las mujeres en el empleo fronterizo en la región en el periodo 2000-2010 a pesar de los estallidos críticos y que este incremento se encuentra asociado a niveles altos de segregación ocupacional por sexo, esto es, a la concentración de mujeres en un número reducido de ocupaciones.

    Palabras clave: género, crisis económica, segregación ocupacional por sexo.

    Introducción

    Las crisis económicas afectan de manera multidimensional tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, la desigualdad a la que históricamente han estado sujetas las mujeres provoca efectos diferenciados con los hombres, tanto en la esfera pública como en la doméstica. En este caso, interesa centrar el análisis de las implicaciones de las crisis en los mercados de trabajo, debido a que a través del empleo las mujeres acceden a recursos económicos y pueden incrementar su estatus, de manera que los ajustes y recortes en la estructura laboral pueden agravar la subordinación de género y ampliar la desigualdad entre los sexos.

    Para complejizar el análisis del empleo femenino en contexto de crisis económica resulta relevante el concepto de género, retomado sobre todo desde la economía feminista, la que al exigir el reconocimiento del carácter sexuado de la economía provee una visión amplia de las desigualdades entre hombres y mujeres.

    El tema requiere analizar uno de los fenómenos que ha caracterizado a los mercados de trabajo y que representa una de las más relevantes manifestaciones de la desigualdad entre hombres y mujeres: la segregación ocupacional, que expresa la separación de hombres y mujeres en diferentes ocupaciones, segmentándolas en femeninas y masculinas, y que responde a normas socialmente aceptadas de segregación jerárquica donde las mujeres están subordinadas a los hombres.

    El objetivo de este trabajo es examinar el vínculo entre empleo femenino, ciclo económico y segregación ocupacional a la luz del desempeño de la frontera norte de México durante la década 2000-2010, años en que se observaron dos crisis económicas y un periodo de recuperación entre ambas. En el segundo apartado se definen los conceptos de género y segregación ocupacional, así como sus implicaciones para la comprensión de las desigualdades entre hombres y mujeres en los mercados de trabajo. En el tercero se estipulan tres hipótesis explicativas de la relación entre empleo femenino y crisis económica: de la reserva flexible, de la sustitución y de la segregación ocupacional. En el cuarto se especifican las fuentes de datos y las medidas de segregación que servirán de base para el análisis empírico de este trabajo. Las secciones quinta y sexta se dedican a exponer y examinar los resultados, en tanto que la séptima ofrece las conclusiones.

    Género, mercados laborales y segregación ocupacional por sexo

    El género constituye una categoría de toda organización y estructura social; alude a relaciones sociales históricamente construidas, a significados culturales y a identidades de mujeres y hombres, por lo que más que hacer referencia a características individuales, involucra relaciones en las esferas material, simbólica y subjetiva.

    De acuerdo con Nelson, la categoría de género representa las asociaciones, estereotipos y patrones sociales que una cultura construye con base en diferencias reales o percibidas entre el hombre y la mujer (Nelson 1995, 133); el género es, pues, todo lo que en hombres y mujeres es producto de procesos históricos, sociales y culturales desde su nacimiento y en función a su sexo (England y Folbre 2005).

    Las relaciones entre las mujeres y los hombres se manifiestan en diversas áreas de la vida social como desigualdades. Estas desigualdades encuentran su fundamento y legitimación social en la división sexual del trabajo, entendida como la manifestación primaria de diferenciación sexual de actividades. En el capitalismo esta división sexual del trabajo se refiere a que los hombres se especialicen en actividades para el mercado y las mujeres se especialicen en actividades del ámbito doméstico, correspondiendo a los hombres la mayoría de las funciones de trabajo con alto valor social agregado (Reskin y Bielby 2005; Kergoat 2003; Izquierdo 1998).

    Para Kergoat, la división sexual del trabajo influye en todas las formas en que los hombres y las mujeres participan tanto en las actividades para la reproducción como en las de la producción, rigiéndose por dos principios organizadores: a) el de la separación, según el cual existen trabajos de hombres y trabajos de mujeres; y b) el de la jerarquización, según el cual el valor de los trabajos de los hombres es mayor que el valor de los trabajos de las mujeres (Kergoat 2003, 847).

    La división de las responsabilidades y el orden patriarcal de la sociedad son instrumentos que ponen a las mujeres en situación de desventaja en el mercado laboral, pues la institucionalización de la división sexual del trabajo y su reproducción devalúan el trabajo de las mujeres al considerar, por un lado, como no propia su imagen dentro del mercado laboral, ya que su prioridad serían las responsabilidades adquiridas por el hecho de ser mujer, particularmente sus obligaciones como madres y esposas; y, por otro lado, que dentro de las responsabilidades de la mujer está el proveer ingreso para la familia, pero sólo cuando éste sea necesario, es decir, circunstancial y complementariamente al ingreso del hombre como proveedor principal en el hogar (Anker 1997; Carrasco 2003; Cohen 2004; England y Folbre 2005; Nelson 1995).

    Esta categorización social ha llevado a etiquetar, tipificar o estereotipar ocupaciones como masculinas o femeninas, expresión que legitima el que hombres y mujeres se concentren en diferentes actividades, colocando a las mujeres en una posición de subordinación frente a los hombres.

    La segregación ocupacional por razón de sexo, la cual expresa la separación de hombres y mujeres en diferentes ocupaciones en el mercado de trabajo, segmentando las ocupaciones en femeninas y masculinas, significa exclusión social de las mujeres al ubicarlas en ocupaciones con menor estatus y condiciones de trabajo menos favorables. La concentración diferencial de mujeres y hombres en ocupaciones vinculadas con lo que significa ser mujer y hombre y su quehacer construido social y no biológicamente perpetúa y condiciona la vida laboral de los individuos e implica una desigual distribución de oportunidades laborales entre mujeres y hombres (Guzmán 2001).

    Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (oit) (2003) señala como elementos que están detrás de la existencia de la segregación ocupacional por sexo las pautas sociales e ideas estereotipadas sobre las mujeres y los hombres, la vida familiar, laboral, la educación y la formación profesional, además de la seguridad social, las políticas fiscales, la estructura de los mercados de trabajo, la dimensión de la economía informal y la discriminación en el acceso a los mercados laborales, desventajas biológicas, entre otros. Estos elementos tienden a hacer restrictivas las condiciones para la participación de las mujeres en el empleo y generan una distribución desfavorable en las ocupaciones de las mujeres en comparación con los hombres.

    La segregación ocupacional por sexo implica que las mujeres tienen un acceso más restringido al mercado laboral que los hombres, pues encuentran empleo primordialmente en las llamadas ocupaciones femeninas, muy frecuentemente asociadas a su rol de género y que en general tienden a ser peor pagadas, con menos autonomía y estatus jerárquico, con menos posibilidades de progreso y poco atractivas (Montero 2001).

    Anker (1997) resume una lista que ilustra 13 características comúnmente atribuidas a las mujeres en el mercado laboral, las que ponen de manifiesto cómo los centros de trabajo recrean y reproducen los estereotipos comunes sobre supuestas aptitudes que socialmente les son asignadas a las mujeres, con independencia de si éstas se verifican efectivamente en las mujeres concretas que solicitan un empleo o realizan ya un trabajo. Los estereotipos, divididos en tres grupos que el autor denomina positivos, negativos y otros, representan una legitimación de la división sexual del trabajo en el mercado (Anker 1997, 140-142).

    Entre los estereotipos positivos Anker menciona la mayor capacidad de las mujeres para el cuidado de terceros, que se considera como biológicamente determinado al ser las mujeres las principales responsables del cuidado de los niños, por lo que ocupaciones como enfermera, niñera, trabajadora social, maestra o partera serían ocupaciones femeninas. Otros estereotipos considerados positivos por el autor son las destrezas y experiencia en tareas relacionadas con el trabajo doméstico; mayor agilidad manual; mayor honestidad y aspecto físico atractivo. En cuanto a los estereotipos negativos, Anker señala aquellos relacionados con la falta de inclinación por supervisar a otros, lo que contribuiría a descalificar a las mujeres para todo tipo de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1