Entre los asuntos que deberá reconocer y asumir el Estado mexicano en el próximo periodo sexenal, el más trascendente es la abierta valoración de la población mexicana que reside en el extranjero como una de las grandes potencialidades y desafíos de la nación.
Si hoy existe alguna transformación de escala histórica, profunda para el presente y futuro de México, es y será el pleno reconocimiento de los mexicanos en el extranjero, como esencia de la nación en condiciones iguales a cualquier otro mexicano.
La ruta no es optativa. Ha sido contenida por ignorancia y resistencia al cambio, pero definitivamente es un horizonte en curso, apenas con pasos iniciales