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Querida familia: Les contaré mi secreto: cómo logré hacerme rico
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Querida familia: Les contaré mi secreto: cómo logré hacerme rico
Libro electrónico239 páginas2 horas

Querida familia: Les contaré mi secreto: cómo logré hacerme rico

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Información de este libro electrónico

Entre las personas que he conocido a lo largo de mi camino, Roberto ha sido sin duda una de las más inspiradoras, sin duda este libro inspirará a muchos. Él tiene un don para navegar por la vida, en calma y turbulenta como es, y su pasión ha sido para mí luz y guía. ¡Gracias Dios! por hacernos coin

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento13 oct 2019
ISBN9781640864283
Querida familia: Les contaré mi secreto: cómo logré hacerme rico

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    Querida familia - Roberto Santos

    Prólogo

    En octubre del 2016, me regalaron unos boletos en la empresa donde trabajo actualmente, para ir a una conferencia del Dr. César Lozano, de quien me encanta su trabajo y me ha inspirado para realizar varios proyectos en mi vida. Sin pensarlo fui y aun cuando me tocó en las últimas filas, lo disfruté mucho; tenía una idea del tema que expondría Cómo tratar con gente difícil, pero este día me cambió la forma de ver mi mundo porque habló de 5 cosas que una persona exitosa tiene que ser en la vida. Siempre me consideré una persona exitosa, hasta este momento la numeración no tiene nada que ver, pero aún la recuerdo: 1. No vivir en el pasado. 2. No guardar rencores. 3. La perfección no es la prioridad. 4. No vivir con la negatividad y la última y que me motivó a hacer esto: 5. Escribir un libro.

    Honestamente no sabía cómo empezar, ni mucho menos a quién dedicárselo. Al principio pensé que para todas las personas, ya que mi vida ha sido de muchos éxitos, de muchos retos, de muchas aventuras y sé que pudieran identificarse con mi historia y luego pensé en ti, que posiblemente no lograré mirarte en vida pero que traerás en la sangre lo imparable, como lo fui de conquistador, de inquieto, de rebelde y de agradecido.

    Este libro está dedicado a mis nietos y nietas y a sus hijos, porque sé que como yo, en algún momento de sus vidas tendrán retos que afrontar y en el momento de desistir puedan encontrar una inspiración para levantarse y saber que yo lo logré y tú estás obligado hacerlo también; no porque lo digo yo, sino porque te lo mereces. No me quiero ir de este maravilloso mundo sin dejar huella en cada miembro de mi familia y que sepan que los amo, que decidí cambiar la historia, mi historia, para que ustedes pudieran disfrutar en este momento lo que no logré vivir en mi infancia. Te lo dedico a ti con amor, aquí encontrarás consejos de cómo hacer y no hacer las cosas que te llevarán al éxito y al fracaso; que tienes la elección de decidir qué hacer con tu vida como les enseñe a tus padres y sé que muchos papás se identifican con esto. Espero que sea de gran ayuda en tu vida y que nunca me olvides, porque en donde esté, estaré mirándote, festejando tus victorias y tus derrotas, porque es ahí donde inicia la aventura de la vida, porque es ahí donde se aprende y se vive.

    Capítulo 1

    21 de noviembre de 1979

    En esta parte le pedí ayuda a mi madre porque sólo recuerdo cuando tenía 5 a ños, suficientes para poder describir mi niñez pero se me hizo importante compartir esta parte. Nací en 1979 en un pueblo llamado Santo Domingo Ingenio, en el estado de Oaxaca, a 1 hora de Juchitán de Zaragoza, ubicada en la región del Istmo de Tehuantepec, de donde es mi hermano el mayor. En esos días el pueblo era conocido porque se tenía una fábrica para procesar caña con el objetivo de obtener azúcar. El olor era extraordinario, al igual las cenizas que generaba al salir de un tubo gigante que se miraba a kilómetros del pueblo, sin lugar a duda hermoso.

    El pueblo de Santo Domingo Ingenio tiene su origen desde 1837. Fue un pequeño trapiche propiedad de la familia Guergué y Maqueo, perteneció a la hacienda La Venta y Anexas y se dedicó desde su origen a la producción de panela y aguardiente en el año de 1860 hasta 1913, fecha en la que quedaron como únicos dueños la familia Maqueo, quienes realizaron la primera zafra el 20 de Octubre de 1907, terminándose el 25 de enero de 1908.

    En el año de 1913, fue adquirido por la familia española Murga y Barrios, quienes modernizaron a la pequeña empresa de tal forma, que se transformó en un ingenio productor de azúcar, ya que se adquirió maquinaria usada procedente de otros ingenios; con esto se intensificó el área de cultivo, llamándose desde entonces Santo Domingo Ingenio.

    Fui criado por mis abuelos Asunción García Alonso, Esteban Santos Ordaz y mis 3 tíos: Leobardo, Adán y Elpidio, que durante muchos años fueron mis padres. Sí, hasta este punto suena confuso pero esperen, se los explicaré. Recuerden que en estos años las costumbres eran muy fuertes. Mis abuelos tuvieron 9 hijos, de los cuales mi madre, Elvira Santos García fue una de las mayores. Ella me cuenta que un día su hermana menor, mi tía Maricela Santos García, se enfermó y la mandaron a ella junto a su hermana al médico Albino Jiménez Gómez, el cual se enamoró de mi madre y claro, ella de él. Con el pasar del tiempo las visitas al doctor eran frecuentes, la excusa perfecta por la hermana enferma. Ella se embarazó poco tiempo después y para su desgracia, el doctor estaba comprometido y a punto de casarse. Mi madre, resignada, se quedó en el pueblo y allí nació mi hermano Ernesto Santos García el 19 de agosto del 1971. Mis abuelos le dieron sus apellidos y fue criado como un hijo más de la familia. Mi madre, en las tardes, se encargaba de vender tortillas en el mercado del pueblo y en las noches vendía dulces en la puerta del cine, que para esta época era un terreno de 20 X 40 metros con sillas al aire libre, para mantener a mi hermano. Allí conoció a mi padre, de nombre Odilio. Desconozco sus apellidos hasta la fecha. Ella me explica que él era muy romántico y con su plática romántica, piropos e historias contadas, sucumbió a una cita con él no recordando que tenía que llegar a su casa a las 8:00 p.m. Ese día ella llegó a las 9:00 p.m. y su madre estaba muy molesta exigiéndole una explicación y ella le contó la verdad de dónde había estado. La corrieron de la casa no antes de darle un buen escarmiento. Ella regresó a la casa de Odilio para explicarle lo que pasaba y le exigieron a él que se quedara con ella. En esa época era frecuente este tipo de actividades, si la mujer no llegaba a su casa a la hora marcada por sus padres, el hombre tenía que quedarse con ella para contraer matrimonió o vivir en unión libre. Esto último no era muy común, pero sucedía.

    Mi padre (Odilio) accedió sólo por un tiempo, ya que él tenía que regresar a la ciudad donde vivía. En ese momento mi abuela lo demandó para que respondiera y en estas fechas el presidente del pueblo era el sobrino de ella. No tardó mucho en encerrarlo y pagó $50,000 pesos para enmendar el daño causado. En ese momento mi madre no sabía que estaba embarazada, esto facilitó que mi padre saliera fácil y regresara a la ciudad de Campeche, donde actualmente vive, según las personas del pueblo, ya que no he tenido contacto con él físicamente. Pasaron los meses y fue allí cuando mi madre se dio cuenta de que estaba embarazada, afrontando su dura realidad. Mi abuela no aceptaba que tuviera un hijo más de otra persona, no podía permitir eso, así que le pidió que abortara. Esto fue muy duro para mi madre, pero tenía que obedecer. Resignada, fueron al doctor pero fue demasiado tarde ya que tenía 5 meses de embarazo. Para Dios no hay coincidencias, él tenía planeado algo para mí y yo nací con el apoyo del papá de mi hermano Albino (El doctor) que ayudó al sustento de mi crianza, así logré nacer el 21 de noviembre de 1979. Me llamaron Roberto en honor a un hermano de mi abuelo que falleció en ese mes, al cual agradezco mucho porque tenían pensado llamarme Cecilio, ya que fue el día en que nací en el calendario. Por otro lado, el doctor se casó con una muchacha por un compromiso que ya estaba pactado, esto fue porque él le salvó la vida al papá de ella y en agradecimiento se la entregaron, lo cual después de aproximadamente 7 años no funcionó. Este tipo de pactos era muy común en los pueblos de esta área del Estado. Tuvo 2 hijos más, los cuales por azares del destino murieron, sólo sé que la niña por una enfermedad y el niño porque accidentalmente tomó ácido para limpieza de estufa. Esto dañó la relación en su matrimonio separándose completamente y más tarde fue al pueblo en busca de mi madre y de sus hijos; me incluyo, ya que siempre me miró como tal, llevándonos a la ciudad, pero para mí no funcionó debido a que la familia de él no me aceptaba como parte de ellos y el maltrato era muy normal, regresándome al pueblo cuando tenía 2 años de edad y quedándome a cargo de mis abuelos. Mi padre Albino se comprometió a hacerse cargo de los gastos que en ese momento implicaba un hijo.

    Lo que me cuentan es que mis primeros años fueron perfectos, me compraron todo lo que quería, me hacían cumpleaños cada mes y fui el único de mis hermanos que tuvo una bicicleta que aún recuerdo que era roja y las llantas de neopreno; tenía una rejilla en la parte de atrás para cargar mis juguetes. Sí, aún lo recuerdo. Mi madre quedó embarazada de mi hermana Carmen, quien nació el 16 de julio de 1982. Fue llamada así porque nació el día de la fiesta del pueblo en celebración de la Virgen María del Carmen de Catemaco. Más tarde nació el último de mis hermanos, Isidro, el 15 de mayo de 1985.

    A la Izquierda mis dos hermanos: Isidro y Carmen, junto a mis primos Guillermo, Adán y Gonzalo, quien cumplía 2 años en ese momento.

    ¿Cómo los conocí? Cuando tenía 4 años conocí a mi hermana de 2 años. Llegó al pueblo para quedarse y mi madre la entregó a mis abuelos, ya que los viajes continuos de mis padres impedían tenerla. Era muy extraño para mí el saber que tenía una hermana que nunca pude ver de pequeña. Con el pasar del tiempo me parecía más a mi padre biológico y en el pueblo, que en ese momento no tenía más de 7,000 habitantes, poco a poco fue tema de conversación el parecido que tenía. Cuando él llegó al pueblo le platicaron y lleno de curiosidad fue a buscarme, esto cambió mi vida por completo. Aún recuerdo ese día cuando jugaba a los carritos con carreteras hechas en la tierra junto a mi primo Adán, cuando de pronto llegó un auto bajándose dos personas. Mi madre me dijo que fue mi papá (Odilio) junto con su cuñado, pidiendo verme. En ese momento mi tío Adán, que estaba cerca de mí, me tomó bruscamente de la parte de atrás de la camisa y short, llevándome al único cuarto que teníamos. Me asusté mucho pues me gritó que no saliera, pero por mi inquietud al escuchar gritos e insultos logré subir a la cama y de allí alcanzar la ventana para mirar a estas dos personas. De repente entró mi abuela, no gustándole que yo mirara tomó una cuerda que usaban para amarrar al ganado y me golpeó tanto que me quedé dormido abajo del catre orinado, literalmente. Después de ese día nada fue igual, cambiaron mucho conmigo, no podía salir a la calle a jugar a las canicas, al trompo, al yoyo, a las llantas, etc. Sólo encerrado en el cuarto. A mis 6 año conocí a mi hermano Isidro, que así como a mi hermana, lo entregaron a mí abuela ya que también por la viajes continuos de mis padres no lo podían llevar. Fue muy extraño convivir con ellos. ¿De dónde salieron? ¿por qué no los conocí antes? Claro que a mi edad no podía cuestionar esto pero miraba el trato que era diferente, ya que ellos podían jugar en el patio que para mí era imposible y las veces que lograba salir, el castigo era muy fuerte. Mi abuela tenía la funda de un machete que estaba hecha de piel de ganado que al sentirlo en la espalda, era como cortarte con un cuchillo, difícil de explicar. Sólo me sacaban para bañarme a las 12:00 p.m. Era curioso, porque me bañaban con jabón y arena de rio para quitarme la mugre, decían. Siempre me peguntaba por qué el mal trato si no hacía nada. Mi tío Adán llegaba a casa para enseñarme a leer y a escribir, lo cual no me gustaba, me daba mucho miedo ya que su sistema era a golpes; así aprendí a leer, escribir, sumar, restar y multiplicar, que para mis años era muy bueno. Me metieron a la primaria que estaba al lado de la casa, esto me ayudó mucho ya que podía salir solo. Los maestros, sorprendidos ya que tenía conocimientos que los niños de mi edad no tenían, le pidieron a mis abuelos que me pasarían a segundo año y así fue, no me consideré muy bueno en la primaria ya que con el pasar de los años fui en declive, pues los constantes maltratos por parte de mi abuela me afectaron mucho. Un día, regresando de la primaria, miré a un grupo de amigos jugando a las canicas, me acerqué a ellos y no quedándome con las ganas me quedé a jugar. Pasadas un par de horas, mi abuela molesta salió a buscarme y al encontrarme me amarró con una cuerda, esto para que no corriera y allí mismo me dio con la funda del machete dejándome sin poder levantarme; a punto de jalones como un perro moribundo me llevó a la casa gritándome insultos, porque me tardé mucho. Al llegar amenazaba a mis hermanos con lo que me hacía, lo que pasaría con ellos si se portaban mal.

    Un día estábamos jugando mis hermanos y yo en un árbol de Guanacaste, un árbol imponente para nosotros porque difícilmente se podía subir por la parte de tronco, era muy grande. En alguna ocasión logramos medirlo con los brazos 6 niños abrazados al árbol, muy grande. Intentábamos hacer una casa cerca de un canal que corría por la casa de mi tío Adán y necesitábamos ramas para colocarlas en el techo de la casa. Logramos tomar una rama del árbol sin cortar y por este medio logré subir a una altura de unos 15 metros, pero con el peso de mis hermanos y primos, en la parte de abajo se quebró, cayendo instantáneamente sólo que de pie, lastimándome la columna. Me

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