Estrellas disfrazadas: La preparación

Por Natalia Alzate

Dos estrellas, Raquel y Chris, fueron elegidas para bajar a la tierra y tener una experiencia como humanos; como ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, toda estrella elegida, debe pasar primero por una preparación antes de su nacimiento como humano. En los últimos años y debido a la situación de caos e

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 9 ago 2019
• ISBN: 9781640863736

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LA PREPARACIÓN

Natalia Alzate

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Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2019 Natalia Alzate

ISBN Paperback: 978-1-64086-372-9

ISBN eBook: 978-1-64086-373-6

ÍNDICE

DEDICATORIA

DESCUBRIR LA MISIÓN

LA ELECCIÓN DEL LUGAR

APRENDER A CONECTARSE

DISFRUTAR LA EXPERIENCIA

DEDICATORIA

Para Raquel, la gran estrella que cambió mi vida, porque al convertirse en mi hija, me hizo recordar quién era yo realmente.

Que este libro, hija mía, sea mi mayor guía para brindarte día a día lo mejor de mí.

Deseo que siempre seas lo que elegiste ser y cumplas felizmente tu propósito aquí en la Tierra.

Para todas las estrellas disfrazadas que están a mi alrededor e iluminan mi vida, porque gracias a ellas este libro es una realidad y porque me están ayudando a cumplir mi misión en la Tierra.

¡GRACIAS!

Cuando nacemos y más aún, cuando crecemos,

olvidamos quiénes éramos antes de estar acá.

Olvidamos nuestra verdadera fuente…

olvidamos que somos

ESTRELLAS DISFRAZADAS.

Era una noche tranquila, una hermosa luna iluminaba en medio de la oscuridad. El ruido nocturno se había apaciguado, la calma reinaba como siempre, después de las 9 p.m. de una noche de domingo.

En el cielo unas estrellas se apagaban súbitamente para que casi al instante fueran reemplazadas por otras pequeñas luces, y a medida que una estrella se apagaba en el cielo, inmediatamente se escuchaba el llanto de un bebé recién nacido en algún lugar de la Tierra. Era mágica aquella sincronización, la cual sólo era percibida desde el cielo.

El nacimiento de cada estrella como humano, brindada alegría y regocijo en el cielo y con cada nacimiento surgía una nueva esperanza para la humanidad.

Con su nacimiento como humano iniciaba la misión para cada estrella en la Tierra y representaba el mayor acto de amor hacia la humanidad, pues llegaba a la Tierra para dar amor y servir.

En el cielo dos pequeñas estrellas se encontraban radiantes de felicidad. Aquel día habían sido elegidas como candidatas para cumplir su misión en la Tierra, tarea que no era fácil, pues sólo eran elegidas aquellas que contaban con habilidades excepcionales y de quienes se consideraba que iban a realizar un buen papel durante su estadía en la Tierra.

Se habían postulado para bajar a la Tierra hacía poco tiempo y aquel día justamente, les habían dado la aprobación.

Raquel y Chris eran dos de los miles de millones de estrellas que habitaban el cielo, eran dos hermanos que se amaban muchísimo. Raquel era la estrella mayor y como tal, siempre velaba por su hermano Chris, apoyándolo siempre en lo que necesitara. Raquel tenía unos grandes y expresivos ojos y una sonrisa que podía tocar el alma de cualquier ser viviente, era responsable y muy amorosa. Por su parte, Chris era una estrella alegre y divertida; le encantaba jugar y divertirse con su hermana, su felicidad lo acompañaba a donde quiera que iba.

Los dos hermanos eran dos buenas estrellas y siempre buscaban hacer el bien en el mundo de las estrellas.

De pronto el silencio del cielo fue interrumpido por una de estas estrellas:

—Dime Raquel, ¿qué quieres ser cuando estés allí abajo y seas grande?

Raquel, una diminuta estrella que contaba con un brillo y esplendor sin igual, respondió a su hermano:

—Quiero brillar, iluminar al mundo, pero ante todo quiero recordar siempre quién soy y de dónde vengo cuando sea mi turno de bajar a la Tierra, para de esta forma hacer mi mejor papel en ella.

Y tú, hermano ¿Qué quieres ser o qué quieres hacer? —Preguntó emocionada Raquel a su pequeño hermano.

—¿Yo? —Repuso Chris—, yo quiero ser un hombre muy importante y una estrella muy famosa también.

Raquel se rió de las ocurrencias de su hermano y continuó:

—Recuerda que, para ser una estrella famosa de verdad, debes recordar quién eres… y hasta el momento esto ha sido el mayor error en el que han caído los hombres. Pocos han recordado de dónde venían antes de nacer como humanos, pocos han recordado que habían sido estrellas antes. Desde acá todo se ve tan fácil…allá en la Tierra, en cambio, los hombres lo vuelven más complicado. Es paradójico, acá tenemos clara nuestra misión, nuestro aporte al mundo, y llegamos a la tierra y lo olvidamos todo. —Suspiró Raquel.

En ese momento se escuchó una voz cada vez más fuerte:

—Raquel, Chris ¿qué hacen? Es hora de dormir, mañana inician el gran día y deben estar descansados para lo que viene.

—Bueno mamá, ya nos iremos a dormir. —contestaron ambos a la vez—. Pero mamá, antes de dormir, cuéntanos cómo es allá abajo… tú que ya estuviste... ¿nos cuentas como te fue? Por favor, mamá, cuéntanos.

—No creo que sea un buen momento, es tarde, ya es hora de dormir. Sólo les daré un consejo que me dio mi madre antes de iniciar la preparación que ustedes iniciarán mañana y es el siguiente: Posiblemente, como nos ocurre a todas las estrellas, olvidarán quiénes son cuando pisen la Tierra, pero eso no significa que dejen de ser quienes son. Recuerden: Lo que es, nunca dejará de ser aunque olvide quién es, su esencia permanece en él y en cualquier momento puede salir a flote si así lo desea y anhela desde su corazón.

Queridos hijos, —Continuó su madre— nunca dejarán de ser estrellas. Así estén disfrazados como humanos, su esencia de estrellas saldrá a relucir en cualquier momento; es como un barco que puede perder su