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Hipnosis en el siglo XXI: Evaluación de un tratamiento antiguo en nuestra sociedad actual
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Hipnosis en el siglo XXI: Evaluación de un tratamiento antiguo en nuestra sociedad actual

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La hipnosis como procedimiento terapéutico puede ser considerada como una de las técnicas más antiguas que se conocen para provocar cambios en los procesos cognitivos, afectivos, somáticos y conductuales a través de la sugestión

Sin embargo, como tal procedimiento terapéutico, su estatus científico ha sufrido numerosos altibajos a lo largo de su historia. Hipnosis en el Siglo XXI se adentra, de forma divulgativa pero con rigor científico, en el análisis de su evolución histórica, los mitos y concepciones erróneas surgidos a raíz de su empleo en el espectáculo y el conocimiento actual que tenemos de cómo funciona la hipnosis a través de las aportaciones de la psicología científica y las neurociencias. La obra, igualmente, proporciona claves prácticas, basadas en instrumentos psicológicos, para la evaluación de la capacidad para ser hipnotizado y el empleo de las técnicas de inducción, reforzamiento, mantenimiento y generalización del comportamiento hipnótico.

Finalmente, Hipnosis en el Siglo XXI aborda los ámbitos de intervención clínica en los que la hipnosis ha demostrado mayor eficacia terapéutica basada en la evidencia científica y aquellos campos donde su utilización se ha sobrevalorado: control y manejo del dolor, control y manejo de las reacciones de ansiedad y estrés, trastornos psicosomáticos, tabaquismo y acceso y manejo de los recuerdos traumáticos.

EL AUTOR

Héctor González Ordi, Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, obtiene su doctorado con su tesis doctoral sobre Sugestionabilidad e hipnosis: Aspectos cognitivo- subjetivos y psicofisiológicos, con la calificación de Apto Cum Laude por unanimidad y Premio Extraordinario de Doctorado 1999/2000. Sus investigaciones posteriores se han centrado en el estudio de la evaluación de la sugestionabilidad y las relaciones entre sugestión, sugestionabilidad y trastornos emocionales, por las que, entre otras cosas, recibiría el premio internacional de investigación “Early Career Award”, concedido en 2002 por la Stress and Anxiety Research Society–STAR. Ha publicado más de cien trabajos científicos nacionales e internacionales, entre artículos, capítulos de libro y libros. También es profesor del Departamento de Psicología Básica II (Procesos Cognitivos) de la Facultad de Psicología de la UCM.

SOBRE LA COLECCIÓN PSICOlOGÍA, BIENESTAR Y SALUD

La colección Psicología, bienestar y salud surge con el propósito de abordar un conjunto de temas de interés desde una perspectiva divulgativa, en la que se conjuguen la actualización y rigor científico con una presentación de contenidos clara, atractiva y de fácil lectura. Los títulos que integran la colección van dirigidos tanto al gran público, potencialmente interesado en los diversos temas tratados, como a estudiantes y profesionales de los distintos campos en que estos tópicos tienen especial relevancia.

Juan José Miguel Tobal
Catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid
Director de la colección Psicología, bienestar y salud
IdiomaEspañol
EditorialGrupo 5
Fecha de lanzamiento26 may 2015
ISBN9788494308079
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    Hipnosis en el siglo XXI - Héctor González Ordi

    1. EL LARGO CAMINO DE LA SUGESTIÓN

    Pocas terapias en la historia de la medicina han disfrutado simultáneamente de tan amplio renombre y tan extensa condena como la hipnosis.

    Lewis R. Wolberg, 1948.

    La hipnosis como procedimiento terapéutico, puede ser considerada como una de las técnicas más antiguas que se conocen para provocar cambios en los procesos cognitivos, afectivos, somáticos y conductuales a través de la sugestión. De hecho, en todas las grandes culturas, de una u otra manera, deliberadamente o no, los médicos, sacerdotes, curanderos, brujos y chamanes han utilizado los efectos de las sugestiones para adornar, destacar o potenciar la eficacia de los fármacos y medicamentos, u otros procedimientos físicos o psicológicos de intervención. Así, podemos encontrar indicios de la utilización de la hipnosis en la cultura Hindú, China, Mesopotámica, Egipcia, Persa, Griega, Romana, etc.; aunque no es hasta mediados del siglo XVIII, con el desarrollo del magnetismo animal a través de su más destacado representante Franz Anton Mesmer, cuando la utilización de la sugestión hipnótica se instala definitivamente en occidente, comenzando a delinearse las bases de la futura hipnosis clínica y experimental.

    Históricamente, la sugestión, sugestionabilidad e hipnosis han sido temas de constante interés que subyacen a los propios orígenes de la Psicología como disciplina científica¹. De hecho, prácticamente la mayoría de los grandes padres de la Psicología han prestado atención, de una forma u otra, a la sugestión y áreas relacionadas, entre ellos destacamos a G. Stanley Hall, Hippolyte Bernheim, Pierre Janet, William James, James M. Baldwin, Wilhelm Wundt, Edward B. Titchener, Boris Sidis, Alfred Binet, Edouard Claparède, Charles Baudoin, Ivan P. Pavlov, William McDougall, o Clark L. Hull, entre otros.

    A lo largo de este capítulo intentaremos delinear la evolución histórica de la sugestión, la sugestionabilidad y la hipnosis en función de las aportaciones que han sido más relevantes a la hora de delimitar sus mecanismos explicativos subyacentes. Muchas de estas aportaciones han quedado relegadas al baúl de los recuerdos; pero otras, vuelven a ser reconsideradas seriamente por la investigación científica contemporánea. No pretendemos ser exhaustivos porque no sería posible en el formato de una publicación de estas características; bien al contrario, expondremos de forma clara y sucinta las principales líneas teóricas que han definido a este campo de estudio, procurando plasmar su vitalidad y diversidad conceptual y remarcando las ideas, intuiciones y conclusiones de antaño que han encontrado buen refrendo empírico en la investigación psicológica más actualizada. Así, nos centraremos principalmente en aquellas figuras de la historia que, a nuestro juicio, han aportado ideas, modelos o teorías de cierta relevancia sobre la naturaleza de la sugestión y la hipnosis, especialmente durante los siglos XVIII y XIX².

    UNA REFERENCIA A LA ANTIGÜEDAD

    Probablemente el referente más antiguo conocido del uso de la sugestión esté relacionado con las prácticas mágico-rituales realizadas por los chamanes en las culturas tribales. Las prácticas chamánicas supondrían básicamente procedimientos ritualizados, en ocasiones muy sofisticados, que elicitarían diversas respuestas subjetivas, psicofisiológicas y comportamentales dirigidas hacia los objetivos propuestos en el ritual y consensuados por toda la comunidad de referencia. Por supuesto estos objetivos pueden ser curativos o destructivos pero, en cualquier caso, muy reales. Por ejemplo, como afirmaba el fisiólogo Walter B. Cannon en su famoso artículo Voodoo’ death, escrito en 1942 en relación a la muerte vudú, el fenómeno es real y puede explicarse por la elicitación de una reacción emocional intensa e incapacitante como respuesta al estrés producido por el terror manifiesto o encubierto de los individuos ante determinados procedimientos sugestivos ritualizados.

    Varios autores han advertido que la sugestión es probablemente el agente más importante en la práctica de la magia y, en este sentido, el vehículo encargado de que los objetivos rituales lleguen eficazmente a término. Un procedimiento mágico puede alcanzar su objetivo porque el individuo sometido a él crea firmemente en su eficacia; el mago cree igualmente en su propio poder, y la comunidad tribal de referencia cree en la existencia y eficacia de los procedimientos mágico-chamánicos porque se consideran necesarios para la cohesión social³.

    Otros autores sitúan los comienzos de los procedimientos de sugestión en las prácticas hindúes entre el cuarto y segundo milenio antes de Cristo. Estas prácticas vienen recogidas en los textos Vedas (Rig Veda, Atharva Veda y Ayur Veda) que básicamente tratan de los procedimientos curativos para enfermedades de diversa índole, y en donde se describe como el paciente era llevado a un templo especial en el que se combinaban los tratamientos con sugestión, plantas medicinales, drogas psicoactivas, ungüentos, etc.

    Pero sin lugar a dudas, las referencias más claras sobre el uso de las técnicas de sugestión en la Antigüedad se atribuyen a la época del Egipto faraónico y, en concreto, a un valioso documento en posesión de la Universidad de Leipzig: El papiro Ebers.

    En dicho documento, que consta de 110 páginas y está fechado en el año 1534 antes de Cristo, en la época del faraón Amenhotep I, se exponen toda una serie de remedios, ensalmos y prescripciones que alcanzan los 3.500 años de antigüedad; donde, al igual que en los rituales Vedas, se entremezcla el uso de la sugestión, imposición de manos y plantas psicoactivas y medicinales. Además, otro dato histórico a favor del comienzo de las técnicas de inducción hipnótica en tiempos de los egipcios es la proliferación de los templos del sueño, que también se implantarían en Grecia y Roma.

    Los templos del sueño eran recintos consagrados principalmente a los dioses Isis y Serapis, que hicieron su aparición hacía el siglo V antes de Cristo y estaban situados a lo largo del Nilo (Figura 1). En dichos recintos, tras un período de sueño de nueve días, se suponía que Isis se revelaría al paciente ofreciéndole el diagnóstico y tratamiento para su dolencia después de que el enfermo había sido inducido a un sueño magnético a través de las prácticas del sacerdote del templo.

    Figura 1. Templo del sueño (Dendera)

    Este culto se extendió a Grecia, donde se construyeron los Templos de Asclepios (entre 186 y 320 en total, en ciudades como Atenas, Corinto, Cos, Epídamo o Pérgamo), durante el siglo IV antes de Cristo. Al igual que sus antecesores egipcios, los templos griegos poseían un recinto sagrado del sueño (Abaton) en donde el paciente entraba tras una concienzuda limpieza corporal (baño) y espiritual (ofrendas al templo) y era inducido al sueño mediante pases magnéticos y sugestiones específicas (ensalmos), a la espera de que Asclepios le revelara la solución a sus dolencias. Aunque, desafortunadamente sólo poseemos referencias parciales de las técnicas empleadas para la inducción del sueño en los templos sagrados, es muy posible que tanto los egipcios como los griegos conocieran bien el uso de la sugestión y la hipnosis, en combinación con la administración de altas dosis de sustancias de carácter psicoactivo como el Cannabis (Cannabis Sativa) o el Opio (Papaver Somniferum), entre otras.

    En definitiva, es probable que combinando la relajación con la sugestión y el uso de diversas drogas, los sacerdotes egipcios y griegos consiguieran que sus pacientes fueran más vulnerables al cambio cognitivo y, en consecuencia, pudieran sugerir formas diferentes de afrontar y resolver los problemas emocionales a través de la comunicación con los dioses. En cualquier caso y como bien resume John F. Nunn⁴:

    La magia y la religión, aspectos inseparables en el antiguo Egipto, tuvieron un papel muy destacado en el tratamiento de las enfermedades. Muchos trastornos eran atribuidos a la influencia de espíritus malignos y se invocaba la ayuda de deidades benignas para contrarrestar tales influencias. En algunas ocasiones se recitaban solamente ensalmos, otras veces se combinaban con tratamientos médicos convencionales. Aparte de los swnw (médicos), los magos y sacerdotes representantes de diversas divinidades, actuaban como curanderos invocando a los dioses protectores a través de amuletos y figuras u objetos consagrados. Teniendo en cuenta que poseían relativamente pocos fármacos realmente efectivos y que no disponían de procedimientos quirúrgicos fiables, sería un error desestimar el valor terapéutico de la sugestión y las expectativas de curación que acompañaban generalmente al empleo de la magia (Nunn, 1996: 112).

    Aunque, como hemos visto, los griegos heredaron la tradición de los templos del sueño de los egipcios, también desarrollaron sistemas terapéuticos más formales y rigurosos. La Grecia Clásica nos ofrece múltiples ejemplos de lo que probablemente sea la primera metodología escrita sobre el uso de lo que, en la actualidad, denominaríamos técnicas cognitivas.

    En concreto, Platón, al que Pedro Laín Entralgo considera el inventor de una psicoterapia verbal rigurosamente técnica⁵, promulgaba el uso de la epodé o ensalmo mágico, mediante el cual se promovía la creencia y motivación en la curación, y el logos pithanós o discurso persuasivo que, a través de argumentos racionales y creíbles, aliviaba considerablemente las dolencias humanas facilitando un estado de armonización o sophrosyne. Platón parece reconocer la existencia de dos formas de comunicación terapéutica: la epodé o ensalmo mágico (ya utilizado por los antiguos egípcios) y que estaría relacionado con la búsqueda de la modificación de las reacciones emocionales de los enfermos a través de las instrucciones verbales; y el logos pithanós, más relacionado con la modificación de actitudes y creencias irracionales. No resulta difícil advertir el componente sugestivo en el primer caso y el componente persuasivo en el segundo.

    EL MAGNETISMO DE LA SUGESTIÓN

    La concepción magnético-fluidista de la curación tuvo su período de incubación en el seno del medievo europeo. Por ejemplo, Avicena (980-1037) confiere a la imaginación un papel muy relevante en los procesos de sanación o enfermedad; Santo Tomas de Aquino (1225?-1274) apoya este planteamiento, describiendo algunos fenómenos sugestivos; Roger Bacon (1214-1294) creía que un pensamiento fijo y exaltado era capaz de modificar el cuerpo de aquel que lo imagina. Igualmente, aparece y se difunde con gran éxito el denominado Toque Real, práctica realizada por los Reyes de Francia e Inglaterra por medio de la cual curaban algunas enfermedades mediante la imposición de manos; M. Ficino (1433-1499) y P. Pomponazzi (1462-1525) atribuyen los efectos curativos de las reliquias religiosas al papel de la imaginación y la fe que se les profesa.

    Durante la Edad Moderna (1500-1700) existieron una serie de personajes que, aunque en algunos casos tangencialmente, abordaron y utilizaron las técnicas de hipnosis o procedimientos similares en su actividad profesional. Uno de los ejemplos más claros fue Philippus Theophrastus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso (1493-1541). Este médico, filósofo y cabalista del Renacimiento fue uno de los primeros en señalar las bases teóricas de lo que posteriormente plantearían los mesmeristas en el siglo XVIII (Figura 2). Por un lado, planteó la existencia de una fuerza vital universal de carácter magnético que impregna todas las cosas y que denominó Archeus o Arqueo. Además, en virtud de esta fuerza vital, según Paracelso, todos los seres humanos poseen cierto poder magnético, así como cierto poder de atracción. Este poder, que es una manifestación del Archeus, se puede observar en forma de luminiscencia alrededor de la persona. Así, de la misma manera que un imán atrae los objetos de hierro, el magnetismo humano atrae la fuerza vital. Por consiguiente, mediante adecuados procedimientos, utilizando los imanes entre otros objetos, se puede manejar la fuerza vital desequilibrada de las personas enfermas y así, reestablecerlas de sus dolencias.

    Figura 2. Paracelso

    En este punto, parece inevitable pensar en la extraordinaria similitud entre los planteamientos presentados por Paracelso y los que aproximadamente doscientos años después llevarían a Franz A. Mesmer a adjudicarse el título de padre del magnetismo. Por lo tanto, debemos pensar que este médico-cabalista se anticipó a Mesmer y los magnetizadores del siglo de las luces, aunque raramente la historia de la disciplina así se lo atribuya. Pero además, su anticipación le llevó más lejos, al señalar la importancia de la imaginación sobre el comportamiento humano, adelantándose así a las formulaciones de James Braid, Hippolyte Bernheim o William James, o incluso a las actuales investigaciones sobre este aspecto, como veremos más tarde. Hartmann, en su libro The life and doctrines of Philippus Theophrastus, Bombast of Hohenheim known by the name of Paracelsus escrito en 1891, recoge un extracto de los escritos de Paracelso que resulta particularmente revelador: El hombre es lo que piensa. Si piensa en fuego, él es fuego; si piensa en guerra, entonces provoca guerras; todo depende simplemente en que toda su imaginación se convierta en un gran sol radiante; i.e., que él imagine lo que realmente desea (Hartmann, 1891: 172). Este alegórico pasaje se confirma definitiva y rotundamente en el Tratado sobre la filosofía oculta, del propio Paracelso, en donde concluye que (…) la imaginación manda en todas las cosas, que la fe lo exalta todo y que sin ella todo es ineficaz (Paracelso, 1977: 114)⁶.

    Si hemos de considerar a Paracelso como el más claro predecesor de Mesmer en el siglo XVI, dos importantes figuras seguirían esta línea de pensamiento en el XVII: Jean Baptiste Van Helmont (1577-1644) y Robert Fludd (1574-1637).

    Van Helmont, el famoso médico belga precursor de la fisiología, fue el continuador de la obra y doctrina de Paracelso y apoyó con fuerza las

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