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Coatlicue Sanjuanita: La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán
Coatlicue Sanjuanita: La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán
Coatlicue Sanjuanita: La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán
Libro electrónico269 páginas2 horas

Coatlicue Sanjuanita: La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán

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Información de este libro electrónico

En este testimonio se entrelazan el mito y la historia, el rito y la vida, la historia de salvación y la inmanencia, la religión y la política. Se trata de un trabajo que se atreve a proponer algunas hipótesis de índole multidisciplinaria, con la pretensión de hacer una reconstrucción e interpretación
integral, que no busca el desmembramiento de un fenómeno complejo y unitario.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 dic 2020
ISBN9786074500073
Coatlicue Sanjuanita: La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán

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    Coatlicue Sanjuanita - José Gerardo Bohórquez Molina

    Rectoría General

    Marco Antonio Cortés Guardado

    Vicerrectoría Ejecutiva

    Miguel Ángel Navarro Navarro

    Secretaría General

    José Alfredo Peña Ramos

    Rectoría del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas

    Jesús Arroyo Alejandre

    Corporativo de Empresas Universitarias

    José Antonio Ibarra Cervantes

    Dirección de la Editorial Universitaria

    Javier Espinoza de los Monteros Cárdenas

    Coordinación editorial

    Sayri Karp Mitastein

    Primera edición, 2008

    Texto

    © 2008, José Gerardo Bohórquez Molina

    D.R. © 2008, Universidad de Guadalajara

    Editorial Universitaria

    José Bonifacio Andrada 2679

    Col. Lomas de Guevara

    44657 Guadalajara, Jalisco

    www.editorial.udg.mx

    ISBN 978 607 450 007 3

    Rectoría

    Raúl Iturralde Olvera

    Secretaría Particular

    Marco Antonio Carrillo Pacheco

    Secretaría de Extensión Universitaria

    Aurora Zamora Mendoza

    Secretaría de Finanzas

    José Antonio Inclán Montes

    Coordinación de Publicaciones

    Sergio Rivera Guerrero

    D.R. © 2008, Universidad Autónoma de Querétaro

    Cerro de las Campanas s/n

    76010 Santiago de Querétaro, Querétaro

    www.uaq.mx

    Coordinación de producción

    Jorge Orendáin Caldera

    Diseño de interiores y portada

    Sol Ortega Ruelas

    Diagramación

    Virginia Ramírez Moreno

    Fotografías

    Carlos Francisco Bohórquez González

    BOHÓRQUEZ MOLINA José Gerardo

    Coaticlue Sanjuanita. La peregrinación a San Juan de los Lagos: un rito solidario de retorno a Aztlán, / Gerardo Bohórquez 1ª ed. - - Guadalajara, Jal. : Editorial Universitaria, 2008.

    177 p. ; 22.8 cm. -- (Colección Jalisco)

    ISBN 978 607 450 007 3

    1. Religión. 2. Jalisco - Descripción. 3. Antropología

    200 scd-21

    Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existenteo por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.

    Diseño epub:

    Hipertexto – Netizen Digital Solutions

    Índice

    Agradecimientos

    Introducción

    Peregrinos a San Juan

    Historia de la Virgen de San Juan de los Lagos

    Recuento histórico de San Juan de los Lagos

    En tiempos mesoamericanos

    Conquista de la región

    Evangelización de la región chichimeca

    Origen y refundación del pueblo de San Juan Bautista de Mezquitic

    Encuentro efímero y segregación: la fundación de San Juan de los Lagos

    San Juan y la Cristiada

    Los indios en la actualidad jalisciense

    Los peregrinos chichimecas de San Francisquito

    Los peregrinos chichimecas de Tolimán

    Los peregrinos nahuas de Tepito

    Los nahuas

    Recorrido por la historia de los nahuas

    Tamoanchan, Chicomoztoc y Aztlán

    Coatlicue: madre de los dioses y diosa de la tierra

    Peregrinamos a Aztlán-Mezquitic para ver a la Coatlicue-Sanjuanita

    Para comprender nuestro caminar

    Peregrinar solidarizando la historia

    Violencia en la prehistoria

    El sacrificio como ejercicio legitimado de la violencia

    Experiencias del pueblo que camina. Orden cultural, violencia y sacrificio

    Jesucristo: víctima histórica del sacrificio y mensajero trascendente de solidaridad

    Peregrinación y construcción solidaria

    Comunidad dentro de la diversidad de la Iglesia Peregrina

    Epílogo

    Bibliografía

    Notas al pie

    A Nuestra Madre y Madre de Dios, Coatlicue Sanjuanita.

    A mi madre, Natalia, mujer sencilla, ejemplo de generosidad y entrega incondicional.

    A Lolita, mamá de Manuel, Francisco y Felipe, mi compañera en la peregrinación por la vida, mujer solidaria, sustento de nuestro hogar.

    A las mamás, mujeres guerreras en el parto y en la vida.

    Agradecimientos

    Quiero agradecer a todos los que hicieron posible esta vivencia. En primer lugar a mis hermanos peregrinos al Tepeyac del grupo Choferes y mecánicos que me invitaron a ir a San Juan: Silvestre, Amado, Toño, Leonardo, Alfonso, Manuel, José y Concepción; a los peregrinos a San Juan, especialmente a Pascual Moreno, a Canto y Cruz Maldonado Aguilar, que además son concheros de la Mesa Real de Conquista del Sr. General Narciso Aguilar; a José, Domingo, Miguel, doña Natalia, doña Luz, hija de Herculano Guerrero, que organizaba al grupo de Tolimán en los años sesenta; también a Gerardo, Patricia y David. A Imelda Mendoza, que preside la velación del 14 de agosto en San Francisquito; en la peregrinación del 15 al 28 de enero de 2006, agradezco a mis hermanos de Tolimán Esteban Álvarez, Crescencia Sánchez Moral, subjefa de grupo encargada de los alimentos a la que acompañan sus nietos y cuya abuela hacía lo mismo cargando en su burro el comal, las ollas, el molcajete y las cazuelas cuando se caminaba por San Miguel Allende y Silao, a Manuel de Santiago, Fernando González González, que vive en Los Ángeles, California, a Yolanda Blas Sánchez, José Luis González Sánchez, a Raúl Barrio, Verónica, su esposa, y Cristian, su pequeño hijo, a Luis Alberto Castillo del servicio de limpia de la ciudad de Querétaro, que llevó todo el tiempo cargando un nicho con imágenes de santos de su devoción y fotografías de sus seres queridos; al carnal peregrino de Tepito, Ignacio Ruiz, de los Soldados de Cristo; a Javier Gonzaga de la Cruz, danzante apache del grupo Halcones de San Pablo Tolimán.

    De San Juan de los Lagos, a su cronista Amando R. de León Ruiz, a la historiadora Gemma Pérez Zermeño, al padre Jaime Gutiérrez, presidente de la Comisión de Arte Sacro, al fotógrafo René Ornelas y al padre Juan Carlos González Orozco; de Mezquitic a Daniel González Padilla, nuestro guía, y a don Ángel González Garibay, con sus noventa y tantos años de vida.

    Del centro INAH Querétaro, a mis compañeros Ana María Crespo, Juan Carlos Saint Charles, Tonatiuh Osornio, Daniel Valencia, Alicia Bocanegra, Jorge Ramos, Carlos Viramontes, Alberto Herrera, Beatriz Utrilla, Eduardo Solorio, Mirza Mendoza, Ángel Zepeda, Noemi Pineda, Ernesto Hidalgo, Leticia Nolasco, Alfonso Pineda, Maricela Martínez, Sonia Butze, Fernando Saavedra, Yolanda Cano, David Saavedra, Eduardo Cano, Concepción de la Vega y Lourdes Somohano. Del centro INAH Guanajuato a Beatriz Cervantes y Luz María Flores Cervantes.

    A mis generosos lectores, el padre Fidencio López, vicario de pastoral de la Diócesis de Querétaro, Manuel Piña, presidente de la Asociación Diocesana de Peregrinos a San Juan de los Lagos de 1997 a 2006; a Salvador Reyes Equiguas y Juan Ricardo Jiménez, que me hicieron observaciones críticas muy valiosas; a Alejandro Vázquez, investigador apasionado de las peregrinaciones indígenas de Tolimán; a Diego Prieto, amigo y consejero en este y otros andares. A don Samuel Ruiz y a don Miguel León Portilla por sus invaluables consejos, comentarios y su criticidad. A Bernardo Guízar, por su testimonio en la pastoral indígena; a Javier García Muñoz, mi orientador en la publicación; a Rodrigo Guerra, que acogió mi trabajo; a Blanca Solares, por su profunda comprensión de la diosa en el México antiguo.

    En mi familia, a mis suegros, Lucha y Chepe, que siendo sanjuanenses me facilitaron los primeros libros sobre el tema; a Angélica, Nacho e Irma, por su apoyo. A la tía Dolores, que entró siendo niña a la cueva de Mezquitic. A mi papá, un recuerdo cariñoso. A Lolita, mi compañera en la vida y en mis viajes a San Juan, a mis hijos Manuel y Felipe que escucharon pacientes mis comentarios cotidianos sobre el tema, a la historiadora Patricia Luna y a Paty Ávila por su interés en mi trabajo, a mi hijo Francisco por la redacción, las fotografías y los aportes de fondo para este trabajo y a Silvia García por su trabajo en favor de la educación y el desarrollo comunitario.

    Gracias a todos, ahora más que nunca es cierto que no son responsables de lo que escribí, sino colaboradores generosos y desinteresados.

    Encontrar la peregrinación como una forma de supervivencia y resistencia de los pueblos indios después de agotada la defensa violenta, antes de que fueran totalmente exterminados por los conquistadores y sus aliados, vislumbrar la peregrinación de origen cultural nahua-chichimeca como un rito solidario de regreso a Aztlán para ir al origen y destino, Coatlicue Sanjuanita, no fue fruto de mi habilidad al buscar, ni de un azar sin sentido;¹ ha sido tan hermoso que lo único que me queda es agradecerle a mi Madre Santísima de San Juan, por haberme mostrado tanto de lo suyo, sin ningún merecimiento de mi parte: un verdadero milagro.

    Se me concedió,

    se me concedió,

    para mí es un gran milagro

    venirle a cantar,

    venirle a cantar

    a la virgen de San Juan

    (Pregón conchero)

    Introducción

    Antes de abordar este trabajo hago algunas aclaraciones. Soy un peregrino de a pie de Querétaro al Tepeyac y a San Juan de los Lagos; nací en Tepito, en el Distrito Federal, y estoy avecindado en Querétaro, Querétaro; pretendía escribir originalmente en una o dos páginas de un periódico local, dando cuenta de una peregrinación realizada del 21 al 31 de enero del 2004 rumbo a San Juan, pero conforme avancé la investigación vi necesario darle un destino más amplio. Al regreso de la peregrinación tenía la convicción de que la oleada de romeros que van por la carretera a San Juan no estaban equivocados de rumbo. Gracias a ellos obtuve algunas conclusiones: que la peregrinación es vital para quienes la hacen; que acompañar a los pobres en su camino, en el rito y en la vida, es muy difícil; y que la sabiduría del pueblo que camina se resume en el saludo conchero: Él es Dios, a Él hay que presentarle proyectos de amor y por Él hay que dejarse llevar.

    En este testimonio se entrelazan el mito y la historia, el rito y la vida, la historia de salvación y la inmanencia, la religión y la política. Se trata de un trabajo que se atreve a proponer algunas hipótesis de índole multidisciplinaria, con la pretensión de hacer una reconstrucción e interpretación integral, que no busca el desmembramiento de un fenómeno complejo y unitario.²

    Algunas personas se preguntarán qué es lo que está aportando este trabajo. Quiero decirles que el primer sorprendido fui yo, porque a lo largo del mismo fui encontrando cosas inesperadas.

    Se me vinieron más de mil años encima, ya que concebía la historia como etapas concluidas, tal como nos la enseñaron en primaria (época prehispánica, Conquista, Colonia, Independencia, etc.), y no una historia acumulada y viva, al grado que me conmovió el relato de los enviados por Moctezuma a buscar Aztlán y a Coatlicue, que le había dado a su hijo Huitzilopochtli cuatro pares de huaraches, dos para ir hacia su destino sagrado y dos para regresar con el cansancio a cuestas a su lugar de origen. Fue cuando descubrí que los peregrinos vamos de regreso a ver a nuestra madre Coatlicue Sanjuanita.

    Tuve la intuición de que había una zona arqueológica, que no era reconocida porque los lugareños estaban desde niños acostumbrados a ella y no le daban suficiente importancia. Y ahí estaba, apenas anotada por cronistas locales. Generosa nos mostró, a través de los habitantes de Mezquitic y San Juan, algunas piezas muy significativas y, en un recorrido por la zona, muestras de superficie que fueron útiles para fechar de forma confiable una etapa de ocupación de lo que más tarde fue el Pueblo de Indios de San Juan Bautista de Mezquitic, con su probable capilla de indios viendo hacia la explanada ceremonial.³

    Se puede decir que la utilidad del presente trabajo está en haber reconstruido un rompecabezas al tomar, reunir y relacionar cien piezas que, aparentemente distintas, forman una unidad coherente. A través de esa labor de reconstrucción, por ejemplo, podemos darle su verdadera dimensión al origen chichimeca de los habitantes de San Francisquito y de Tolimán en Querétaro, lo que ellos han subrayado siempre. También pudimos resaltar los rasgos de continuidad entre los mitos prehispánicos nahuas y la fe que se vive en la peregrinación a San Juan de los Lagos, que nos muestran el sentido y la lógica del largo tránsito de la cultura indígena al catolicismo popular. Como una interpretación de primera importancia, presenté una visión de la historia trascendente del pueblo que camina, una historia de liberación de la violencia, de un peregrinar lento y con retrocesos desde nuestro origen prehistórico fraticida, en el devenir de la construcción de la nueva fraternidad solidaria.

    En lo particular, nos vamos a adentrar en el estado de Querétaro para ver quiénes y de dónde caminan hacia San Juan. Ahí, en San Juan, analizaremos la historia de la Virgen y veremos aspectos del origen y de la actualidad indígena. Profundizaremos en comunidades chichimecas-otomíes de Querétaro, una en la ciudad capital del estado, el Barrio de San Francisquito, y otras en el municipio de Tolimán, ubicado en el semidesierto.

    Los aspectos generales se tratan en dos sentidos: uno sobre la cultura nahua y otro sobre la interpretación de la peregrinación. En lo cultural destacaremos su cosmovisión de origen y de las deidades relacionadas con la tierra y el nacimiento de los dioses y la humanidad. Aquí aparece el barrio de Tepito como una subcultura marginal de la Gran Tenochtitlan. Ya en la interpretación propondremos el arquetipo⁴ de Aztlán para San Juan con todas sus implicaciones sociales, territoriales y simbólicas.

    En un plano universal aparece la peregrinación nahua chichimeca enmarcada en un mundo globalizado que desde la conquista ha intentado destruir la forma de vida indígena y ha impuesto sus formas de relación social con absolutos religiosos, políticos y económicos. Así se contempla el gran mapa de Aztlán-Tenochtitlan, y desde ahí nos topamos con

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