Nuevo billete de 50 pesos: El tunal, el águila, el agua y el ajolote
En el contexto conmemorativo de los 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, del fin apocalíptico de una manera de pensar, de sentir y de ser –y que trae además a la memoria los estragos ecológicos que conllevó la implantación del urbanismo español en el espacio lacustre de Anáhuac–, el nuevo billete de 50 pesos emitido por el Banco de México aporta una sensación de alivio histórico a lo que algunos han definido como el trauma de la Conquista.
En el anverso del billete destaca, en aparente relieve pétreo, la imagen fundacional del águila posada en el tunal (), y al fondo Tenochtitlan y montes nevados que se divisan a lo lejos. Agua () y fuego () salen del pico del ave. A los lados del cactáceo axial y del rapaz que lo encumbra figuran contenedores lunares de agua gráficamente definidos por los contornos selénicos. Arriba, la imagen de “Cuatro-movimiento” (), una representación tetralógica del espacio-tiempo, apunta hacia el este (), a la vez lugar y momento de la aparición del sol y símbolo de un comienzo.
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