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Varón + Mujer = complementariedad
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Libro electrónico239 páginas2 horas

Varón + Mujer = complementariedad

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En este libro, Patricia Debeljuh realiza un análisis detallado que no solo revela índices objetivos sobre los avances de la mujer en el campo laboral, sino que también explora las bases antropológicas, los estilos de liderazgos más propios de ellas, y el rol femenino en el hogar y cómo compatibilizarlo con el trabajo a través de una corresponsabilidad con el hombre. La clave está en entender el potencial de la complementariedad. Ningún hombre o mujer en el mundo tiene capacidades que poseen la combinación de ambos. Al concluir cada capítulo, cita "en primera persona" historias relatadas por la licenciada en economía Clarisa Estol durante su carrera como ejecutiva en diversas empresas
IdiomaEspañol
EditorialLID Editorial
Fecha de lanzamiento20 jul 2013
ISBN9789872913458
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    Varón + Mujer = complementariedad - Patricia Debelijuh

    juntos!

    01

    Participación de la mujer en el mercado laboral

    Ya es un hecho en el siglo XX que la esfera pública ha dejado de ser un espacio típicamente masculino. Hoy la mujer —al igual que el hombre— busca profesionalizarse y destacarse en el ámbito social y laboral y dejar también allí su propia contribución. Ahora bien, la diversidad cultural y las diferencias económicas presentes en el mundo generan amplios contrastes en cómo se logra y lleva a cabo la inserción femenina en el mundo del trabajo. En algunos países desarrollados la mujer se desenvuelve prácticamente con entera libertad dentro del mercado laboral, de igual a igual con el hombre; pero también lo hace en condiciones inaceptables y con altas restricciones en países menos desarrollados o con amplias y complejas diferencias sociales.

    Por lo tanto, su incorporación sigue siendo un proceso, a veces aislado y otras veces masivo, que va sin pausa en busca de mayores posibilidades y oportunidades que le permitan generar ese lugar propicio donde poder desarrollarse plena e íntegramente aportando dignamente su potencial como mujer y profesional al mundo laboral, sin descuidar sus responsabilidades familiares.

    Cada vez son más y más las mujeres que brindan a la sociedad su trabajo cotidiano y, de alguna manera, este fenómeno genera cambios en las familias y en otras instituciones. Para lograr su correcto crecimiento —además de tener ella misma sus propias prioridades— se necesitan políticas públicas y prácticas empresariales que acompañen a la mujer en su inserción laboral y profesional sin que esto la lleve a tener que decidir entre el trabajo y el cuidado del hogar y la familia. Esto se ha de lograr teniendo en cuenta que no es una pretensión exclusiva de las mujeres y que el proceso de integración y complementariedad hombre mujer en el ámbito laboral implica un aporte conjunto de competencias, atributos y experiencias que enriquecen tanto al hombre como a la mujer, a la familia y a la sociedad.

    Es interesante observar que algunas empresas que han comenzado con criterios de flexibilización para poder atraer y retener mujeres, encuentran que muchas veces, estas políticas son aprovechadas y usadas mayormente por los hombres.

    Una mirada global y regional

    Sin dudas, son los países desarrollados y las principales potencias económicas quienes lideran esta tendencia y desde donde la mujer ha abierto camino en el mundo profesional. Un análisis presentado en la revista The Economist describe la evolución desde 1970 hasta la fecha de la incursión femenina en el ámbito laboral. En términos agregados, los países de la muestra han tenido un crecimiento del 48% al 64% en los últimos 30 años, mientras que la tasa de participación masculina agregada ha caído del 87,9% al 83%¹.

    Este proceso se ve reflejado también en los indicadores globales del mercado laboral presentados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en marzo de 2010. La dimensión del fenómeno también se constata comparan-do los datos, expresados en millones, de 2009 y diez años atrás (1999).

    Indicadores globales del mercado de trabajo 1999-2009

    Fuente: Women in labour markets: Measuring progress and identifying challenges, OIT, 2010.

    En el cuadro se observa cómo la diferencia entre la participación femenina y masculina en el mercado de trabajo a nivel mundial viene disminuyendo, siendo solo de 26 puntos porcentuales, ya que la tasa de participación masculina en el año 2009 fue de 77,7% y la femenina del 51,6%.

    El mismo informe presenta la población en edad de trabajar respecto a la población que efectivamente participa de la tasa de actividad (fuerza laboral). Del análisis surge que la tasa de inactividad femenina era del 48,8% en 2009, mientras que la masculina era solo del 22,3%. Asimismo, la tasa de población empleada respecto a la población productiva total en edad de trabajar (a partir de los 15 años y más en la mayoría de los países) era para la mujer del 48%, y para el hombre del 72,8%. Se concluye así que aún la mitad de la población femenina económicamente activa está inutilizada.

    En los últimos 10 años, la participación de las mujeres en la actividad laboral ha crecido un 20%, lo que significa un logro importante. Sin embargo, si se analiza la distribución de la fuerza de trabajo entre hombres y mujeres se notan todavía marcadas diferencias desfavorables para ellas. Existen más mujeres en edad de trabajar (2488,1 millones contra 2480,6 millones de varones) y más mujeres que varones que no desempeñan ninguna actividad laboral (ya sea porque son estudiantes, se dedican al hogar, son jubiladas o pensionadas o están incapacitadas para trabajar). Lo anterior significa que más allá de los grandes avances que las mujeres han logrado en el terreno del mercado laboral en los últimos 30 años, la participación masculina sigue siendo más alta que la de

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