Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado: Lecturas De Apoyo Para Los Talleres Impartidos Por Reingeniería De Valores Universales S. C.
Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado: Lecturas De Apoyo Para Los Talleres Impartidos Por Reingeniería De Valores Universales S. C.
Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado: Lecturas De Apoyo Para Los Talleres Impartidos Por Reingeniería De Valores Universales S. C.
Libro electrónico695 páginas18 horas

Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado: Lecturas De Apoyo Para Los Talleres Impartidos Por Reingeniería De Valores Universales S. C.

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Se explica que para la salud humana la satisfaccin de Las Hambres Bsicas de Caricias, Tiempo y Reconocimiento es tan importante como la ingesta de alimentos, oxgeno y agua. Comprenderemos qu son las Endorfinas la droga de salud, la alegra, el bienestar y el bienhacer. Conoceremos variadas formas de producirlas en nuestro organismo, pero ante todo la que nos proporciona las cinco ganancias ms codiciadas: envejecer despacio, mantener un sistema inmunolgico invencible, disponer de una gran energa, vivir alegremente, y poder superar cualquier dolor fsico o corporal. Esta forma nica es la prctica de las Virtudes: Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza, Fe, Esperanza y Caridad. Queda demostrado que para educar a nuestros hijos en la Virtud, la receta no consiste en hacer que ellos hagan lo que creemos que ellos deben hacer, ni mucho menos en lograr que ellos hagan lo que los padres queremos, sino algo muy distinto: que dentro de un Sistema Incondicional de Caricias, Tiempo y Reconocimiento, les hagamos vivir la fuerza de nuestro Amor, para que ellos quieran hacer habitualmente lo que conviene al Bien Comn y al Bien Integral de todos los involucrados en el proceso educativo. Para esto hace falta desarrollar un Liderazgo Transformador: slo quien se siente amado puede ser educado. Se propone el justo medio entre los dos extremos en pugna: ni moralismo rgido, ni naturalismo hedonista o utilitario, sino del equilibrio entre esos dos extremos. Como estrategias auxiliares se plantea lo que es la Reingeniera de Valores y Virtudes, se analizan las Bases Filosficas para Jerarquizar los Valores Operantes, Reales; y se propone la sana jerarqua de los Nueve Valores Universales, as como el rechazo de los Contravalores. El libro concluye con una explicacin apasionante: Quin Soy Yo? A la vez que se exponen los Fundamentos Filosficos de la Dignidad de la Persona.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento18 oct 2012
ISBN9781463338732
Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado: Lecturas De Apoyo Para Los Talleres Impartidos Por Reingeniería De Valores Universales S. C.
Autor

Juan Bosco Abascal Carranza

Biografía del autor: Juan Bosco Abascal Carranza. Juan Bosco Abascal Carranza natural de María Auxiliadora, Baja California Sur. Licenciado en Psicología por la Universidad Iberoamericana, Psicólogo Clinico y Psicoterapeuta con Especialidad en Integración de Equipos y Familias Disfuncionales. Estudios de Filosofía y Teología. Profesor autodidacta de la Historia de México con 60 años de estudios ininterrumpidos sobre el tema. Creador del Diplomado “La Otra Historia”. Especialista en Integración de Equipos de Alto Desempeño y en Desarrollo Humano, por medio de tres instituciones privadas: Reingeniería de Valores Universales S. C. (Director General y Fundador), Escuela Mexicana de Psicología Realista A. C., y humanun Training. Autor contemporáneo en esta misma editorial de la serie didáctica “Sólo la Persona Virtuosa es Feliz”, en tres tomos. Facilitador Titular del proyekto denominando “Creando Agentes de Cambio, mediante la Reingenieria de Virtudes y Valores”.

Lee más de Juan Bosco Abascal Carranza

Relacionado con Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado

Libros electrónicos relacionados

Antropología para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

2 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Sólo Quien Se Siente Amado Puede Ser Educado - Juan Bosco Abascal Carranza

    Copyright © 2012 por Juan Bosco Abascal Carranza.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Editado por:

    Autor: Juan Bosco Abascal Carranza.

    Derechos reservados, 2012, por:

    Reingeniería de Valores Universales S. C.

    Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio.

    Se autorizan citas breves en artículos y comentarios bibliográficos, periodísticos, radiofónicos y televisivos, dando al autor y al editor los créditos correspondientes.

    Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE.UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    426779

    ÍNDICE

    A Manera de Prólogo

    Agradecimientos

    ¿A Quiénes me dirijo en este Libro?

    Introducción

    Capítulo I :   Las Hambres Básicas: Caricias, Tiempo y Reconocimiento

    Capítulo II:   ¿Qué son las Endorfinas?

    Capítulo III:   Introducción al Concepto de Virtud

    Capítulo IV :   Liderazgo Transformador.

    Capítulo V :   En busca del equilibrio entre los extremos: ni moralismo rígido, ni naturalismo hedonista o utilitario.

    Capítulo VI:   Reingeniería de Valores y Virtudes

    Capítulo VII:   Bases Filosóficas para Jerarquizar los Valores Operantes

    Capítulo VIII:   Nueve Valores Universales y Seis Contravalores

    Capítulo IX:   ¿Quién Soy Yo?

    BIBLIOGRAFÍA

    "La primera felicidad de un niño es saber que es amado.

    No basta con amar a los niños; es preciso que ellos

    se den cuenta de que son amados".

    San Juan Bosco.

    "Muchas veces basta una palabra, una mirada,

    un gesto, para llenar el corazón del que amamos".

    Madre Teresa de Calcuta.

    A MANERA DE PRÓLOGO

    Se publican aquí, a manera de prólogo,

    unos cuantos de los miles de reconocimientos escritos

    recabados de nuestros numerosos alumnos,

    tanto en grupos familiares como en empresas de todos tipos,

    a lo largo de más de cuatro décadas.

    "Las fronteras del alma, por más lejos que sigas sus caminos –decía Heráclito–, no podrás encontrarlas, tan profundo es el logos que la habita". (Frg. 45)

    Todos tenemos la ineludible obligación de recorrer y a veces de recomenzar nuestro propio camino. Nos es imposible vivir la vida de los demás, pero algunos de ellos nos pueden ayudar a orientar nuestro rumbo. Reconozco que este es un libro orientador para el resto de mi vida, como padre de familia, ciudadano y líder en mi empresa. Porque para mí y quienes me rodean ha sido verdaderamente una obra reveladora, estimulante, y que me llena de esperanza.

    Salvador Urbina, Agente de Seguros.

    "Este es un libro muy oportuno; no solamente por la muy notable información que nos ofrece, sino ante todo por su enfoque formativo –mucho más que informativo– en sociedades como la nuestra y como la global, que sumidas en el más envilecedor materialismo, son profundamente irresponsables con su propia herencia cultural, cuestión lamentable que desemboca en la ausencia de las virtudes sociales y morales básicas. Yo concluyo que todos tenemos la obligación ineludible de volver a poner de manifiesto que México, si quiere sobrevivir, debe, por fuerza, regresar a sus raíces fundacionales: las cristianas, basadas en el amor al prójimo.

    Patricia Medina Flores. Abogada.

    Observo con alegría que la tradición cristiana es el origen y sustento del autor. No oculta la cruz de su parroquia. Me queda claro que, además, es una persona que a la fecha se sigue preparando, porque yo tomé algunos de sus primeros talleres, hace ya más de treinta años, y veo que es patente su esfuerzo por seguirse preparando y complementando su formación universitaria con el estudio de la filosofía, de la teología, la historia y otras materias afines.

    Mateo Flores. Agente de Seguros.

    "Al conocer la vasta y sólida preparación del autor fue cuando supe que podía depositar en él la confianza que siempre les cerré a muchísimas personas. Gracias a el Taller Eleva la Calidad de tu Vida, mi relación con mi esposa, mis hijos y mi madre se ha podido tornar mucho más fácil, y así desenvolverme mejor en mi vida, la cual estaba paralizada, al no saber qué hacer en los momentos problemáticos. Sé que puedo ser mucho mejor persona si sigo desarrollando mis potencialidades, virtudes, habilidades, inteligencias, etc., que Dios me brindó. Siento entusiasmo por compartir con los demás seres que necesitan una preparación, para seguir la cadena de éxitos que ahora he comenzado. Bueno: y aclaro que esto no es sólo una nueva forma de pensar, sino sobre todo una nueva forma de ser y de actuar, a partir de sus sabias enseñanzas".

    David Ramírez Sánchez,

    Gerente Regional Syntex Laboratorios.

    Observo, con enorme gusto, la audacia del autor al plantear soluciones de fondo contra las graves crisis que padecemos los mexicanos en todos los ámbitos de nuestra existencia. Me emociona mucho encontrar un autor que, aparte de ofrecer al gran público lector sus experiencias profesionales, no lo hace a la manera ramplona y simplista de esos autores que hacen de sus libros una aburrida colección de casos o de consejos contrarios a la Naturaleza del Hombre. Más que nunca estoy de acuerdo en que si no tomamos, como familia y como sociedad, el camino de la Virtud, por difícil que al principio sea éste, no seremos más una nación viable.

    Maritza Velázquez. Abogada.

    Creo que mi vida ha sido un constante cambio, pero en las circunstancias actuales sí creo haber cambiado, pues me estoy valorando mucho más a mí misma; y tengo grandes inquietudes en mi persona. Quiero estar libre de ataduras neuróticas y ser afectivamente independiente, dejando de presionar y perseguir a mi esposo y a mis hijos. A ellos quiero educarlos para que sean capaces de enfrentar los riesgos naturales de la vida, y más los de ahora. Aunque esto me esté costando sangre sudor y lagrimas, pues son cinco niños de tres a doce años. Quiero que se sientan seguros de sí mismos, y si quiero que sean felices, primero tengo que convencerlos de que ellos quieran ser buenos. Quiero hacer de mi familia una familia de campeones, pero no de un deporte o de cualquier disciplina, sino de la vida. Quiero estar muy bien con los demás, y sobre todo con aquellos que se esfuerzan en ser mis enemigos.

    Verónica Navarro De Torres, Ama de casa,

    Diseñadora Industrial.

    "En este mundo de lo desechable, del úsese y tírese, muy pocos se hacen responsables por los valores inherentes a la persona humana, necesariamente universales e imperecederos. Al desecharlos, las virtudes asociadas a la vivencia de tales valores salieron corriendo de nuestros hogares, dejándolos convertidos en simples casas que sólo se usan para comer, dormir y satisfacer algunas necesidades primarias. Ya no son hogares, porque si lo fuesen, en ellos viviríamos la Caridad –por medio del incondicional amor al otro–, se cultivaría Fe, y se viviría una verdadera Esperanza –que por ahora se ha reducido a la ridícula dimensión de ver en la tele ganar a nuestro equipo favorito. Como habitual lectora, me siento gratísimamente sorprendida, porque tengo en mis manos una obra atípica, inusual, audaz, muy original por su método tanto como por su contenido".

    Miriam Torres de Ortiz de Montellano.

    Lic. En Relaciones Internacionales

    Noto con mucho gusto que la experiencia acumulada en estas páginas es de esas muy contadas, que revelan la exitosa aplicación de un poderoso método, muy acertado. Veo que lo que el autor transmite no lo aprendió en la universidad, sino que lo mamó de su familia. Todo ser humano, en el transcurso de su vida, pero particularmente durante la etapa de formación, en donde es más eficaz y penetrante, recibe el impacto de un universo infinitamente múltiple de signos, símbolos, formas y convicciones que emanan del medio cultural y familiar en el cual se encuentra inmerso. Pues bien: el autor, cosa rara en estos tiempos, es una persona profundamente identificada con los valores universales al son de cuales seguramente su madre lo amamantó y lo arrulló; y su padre lo educó.

    Josefina Torres de Hernández. Educadora.

    "Esta obra es un excelente esfuerzo de síntesis, no solamente de doctrinas psicológicas diversas, sino sobre todo de disciplinas que convergen necesariamente en lo humano, pero sobre todo en lo humano trascendente. Pero no es un libro superficialmente ecléctico, como esos que quieren quedar bien con cualquier clase de lector, sin incomodarlo. Por ello este libro está destinado a todos los seres humanos, de todas las edades, que estén dispuestos a correr la formidable aventura de buscar la Felicidad Verdadera, a contracorriente, no en la vileza y el desencanto que ofrecen la Fama, el Poder, las Riquezas y los Placeres, sino el Bien Honesto, la Verdad Objetiva, la Belleza Auténtica y la Unidad. Por esto este libro no está destinado a ser un best seller, y mucho menos de factura o de influencia anglosajona. Porque ese tipo de publicaciones carecen siempre de suficiente análisis, o incurren es una interpretación sesgada por la ceguera de la corriente psicológica del autor. Todos los libros de autoayuda nos imponen una versión incompleta o lisiada de un ser humano antropológicamente mutilado y descontextualizado, sin los referentes culturales o ético-axiológicos de los sujetos estudiados.

    Hay hombres que a través del tiempo agigantan su figura y nos fortalecen a todos por sus virtudes y cualidades, su entrega y su esfuerzo. Entrega y esfuerzo que trascienden los estrechos límites del interés individual. Este libro, y los talleres que se encuentran en él implícita y explícitamente contenidos, nos han prestado un enorme servicio, al inundarnos con los más altos valores éticos, que sostienen y acrecientan nuestra vocación de servicio a la comunidad. De esta experiencia nos queda el permanente sabor delicioso de la entrega –aun a riesgo de perder la vida–, la prudencia para alcanzar nuestras metas, la determinación y la longanimidad para conseguirlas, y la audacia necesaria en esta área tan difícil de la Seguridad Pública. Gracias a sus enseñanzas nos ha quedado claro que más que armas y tecnología, dinero y leyes, lo que necesitamos en vivir heroicamente las virtudes que tan claramente nos han sido explicadas en serie de impactantes lecturas.

    Lic. Martín Vergara Figueroa. Contralor de la PGJEJ.

    (Jalisco, año 1999)

    "Por lo que se refiere a la metodología de investigación, está sustentada en los descubrimientos del Análisis Transaccional, y ha sido enriquecida por la aportación de otras escuelas estudiosas de la conducta humana, pero sobre todo revitalizada y transformada, puesta al día, por la enorme experiencia profesional y por la sólida formación intelectual del autor. El él se observa una larga multiplicidad de experiencias, muchas y muy diversas situaciones vividas, que desembocan en unas reglas empíricas de vigorosa acción. Bajo la rigurosa lupa de los conocimientos hechos propios a través del tiempo, iluminados por los principios de la ética universal y de la responsabilidad profesional y social, el autor nos expone, y se expone él mismo, la experiencia de más de cuarenta años de ejercicio profesional en tan delicada e importante tarea: crear un explosión de conciencia en todos quienes lo rodeamos. En lo personal –y supongo no varío mucho de los demás participantes–, me he reencontrado como persona, y sobre todo como mujer. Muchas personas que están en estos taller y han leído este libro son felices, desde que están en este programa. ¡Yo también quiero ser feliz!"

    Irma Mercado Arroya. Maestro en Ciencias; Química y Física.

    "Me ha producido en principio un sentimiento de sorpresa y miedo ante la dimensión real de los azotes y las plagas, la deliberada destrucción del cristianismo. Este libro es precisamente como quiere el autor: una explosiva bomba de consciencia, que de principio asusta, como si fuese una película de terror. Con la diferencia de que en aquella uno simplemente apaga la televisión o se sale del cine y todo termina. Pero en este caso no uno deja de leer y el asunto apenas comienza.

    "No puedo vivir una vida despreocupada. Mi fe es puesta a prueba, porque si el poder de Luzbel es tan grande, no puedo andar por la vida alejado de la Gracia. Como el Demonio actúa, se refuerza para mí la fuerza del polo contrario: Cristo. Es como si estos escritos atizasen el fuego de mi amor por Cristo, pero sobretodo de mi conciencia, que a veces se apaga –no deliberadamente– pero sí arrastrada por la rutina. Quiero nutrir mi necesidad incalculable de la ayuda de Cristo, y del abrazarse a su Corazón como el niño en los brazos de su madre, como diría el P. Pío, en la consciencia de mi propia insuficiencia. El Demonio se hace todavía más real para mi consciencia, pero de igual manera Cristo, o al menos así debiera hacerlo yo.

    "Mientras leía pasaban por mi mente las crisis de fe que he tenido, el miedo de la Nada que me ha acechado explícitamente en mis crisis fuertes de soledad. Pero continuando inmerso en el sentido de la Historia de la Salvación, adquieren sentido mis propias crisis, mis propios miedos, pues me siento como inmerso de nuevo en la vida real de la fe.

    Siento que mis circunstancias actuales: lo que temo, deseo, añoro, veo, lamento, amo… se insertan en un plan divino de salvación que se hace más tangible por medio de esta actualización de una visión histórica. La advertencia de San Agustín cobra más fuerza: el que te creó sin ti, no te salvará sin ti.

    "En el fondo de mí se exalta el coraje de la lucha, el deseo de retomar mis impulsos guerreros en el sentido espiritual, donde las armas son ciertamente, en resumen, las acciones realizadas dentro de la vida en la Gracia. Esa espada que he cultivado, la Verdad, no quiero ni debo ni puedo dejarla de lado en función de mi propia congruencia personal. Vislumbro con mayor tranquilidad lo que decía San Antonio de Padua: no tengan miedo, no todo terminará aquí. Y soy consciente al mismo tiempo de que mi vida es como una mezcla entre esa Certeza y la tentación de la Nada.

    Si dominase completamente la Certeza en mí, sería porque el Señor ya me hubiese santificado. Y veo la necesidad, para evitar la angustia o la paranoia paralizantes, de recurrir fervorosamente, afectivamente, al reconocimiento de la Omnipotencia y Providencia Divina, siempre en la Misericordia.

    A confiar, como decía sor Faustina, que todos los pecados del mundo son como una gota en el mar de la misericordia de Dios. Para así también ir tras la certeza del amor incondicional de verdadero Dios hecho Hombre en la persona de Jesucristo.

    "Esta atrayente lectura puede servir, en términos contemporáneos, para actualizarme dentro de la intención ignaciana de los Ejercicios Espirituales, para meter al Hombre en la Verdad de la Historia de la Salvación, para que quiera hacer todo para mayor gloria de Dios, despertando el valor y el deseo de salvarse y ser instrumento para la salvación de otros. Por otra parte es muy satisfactorio intelectualmente hablando el contemplar una visión global y llena de sentido de casi todo lo que sucede en nuestro mundo.

    "Se trata, sin lugar a dudas, de una obra profundamente integradora. Es el resultado de un notable esfuerzo, muy bien logrado, para conciliar en el seno de la ciencia psicológica –matriz en la que se forma originalmente el pensamiento del autor–, conceptos y experiencias armónicamente recogidos de otros ámbitos del pensamiento humano que hasta hoy han sido desdeñados por los científicos y por los técnicos de la Psicología, o francamente combatidos por quienes quieren explicar a todo el Ser Humano sin contar con todo lo que él es, ni siquiera con un honesto intento de aproximación".

    Alberto Garza del Río. Psicólogo.

    Septiembre 27 del 2012.

    AGRADECIMIENTOS

    A Patricia, mi esposa y compañera inseparable

    de todas mis luchas en los últimos casi treinta años.

    A mi hijo Juan Bosco, compañero de aventuras, estudio, trabajo y deporte; alumno muy aventajado y producto de la Cultura del Esfuerzo.

    A mis hijas: Aurelia del Socorro, Cecilia de los Ángeles,

    Luisa Fernanda, Paula Guadalupe,

    Ana Luisa, Alejandra, Patricia María y Andrea Isabel,

    proveedoras de endorfinas, energía, entusiasmo, combustible

    y amor para triunfar los momentos críticos.

    A mi queridísimo y admirado hermano Salvador,

    por haberme contagiado e iluminado

    con su infinito Amor a la Verdad, y guiado desde

    hace más de treinta años por los senderos de la Filosofía y la Teología.

    A mis Padres, Salvador y Guadalupe (q.e.p.d)

    a quienes debo mi Fe Racional,

    su Ejemplo Heroico y mi Cultura Universal.

    A todos y cada uno de mis alumnos y pacientes, particularmente

    a los Agentes de Cambio de diversas empresas

    cuyos constantes ruegos y críticas me dieron finalmente la energía y el entusiasmo para poner algunas de mis ideas en orden y por escrito.

    Gracias a todos. Dios se los pague al ciento por uno.

    ¿A QUIÉNES ME DIRIJO EN ESTE LIBRO?

    Este no es un libro escrito con rigor académico,

    sino un manual de divulgación,

    pensado principalmente para mis innumerables alumnos.

    Esta serie de investigaciones, propuestas, herramientas,

    artículos, reflexiones y talleres están dirigidos a:

    1) Los Servidores Públicos que, rompiendo con la tradicional corrupción del medio en el que se mueven, se decidan a servir al pueblo, en vez de servirse de él.

    2) Los Padres de Familia que deseen aprender a formar

    Hijos Triunfadores en el sentido profundo de la palabra:

    hacer y tener para Ser.

    3) Las Parejas que deseen encontrar un feliz camino para dos,

    dentro del cual puedan alcanzar y disfrutar del Amor Incondicional.

    4) Los Líderes de todo tipo de empresas e instituciones que

    estén decididos a encontrar la forma de

    hacer que sus colaboradores quieran, puedan y sepan hacer

    lo que conviene en función del Bien propio y del Bien Común.

    5) Los Empresarios que se decidan a encontrar y aplicar la forma

    de procurar, como Fin, la excelencia en el servicio al Cliente;

    como Medio, el desarrollo de sus Recursos Humanos,

    y puedan lograr las Utilidades como un justo Resultado.

    6) Todo ser humano de buena voluntad que desee mejorar la calidad de su vida en aspectos trascendentales, y requiera de un proceso profesional, serio y disciplinado, para adquirir los valores y virtudes que lo harán mejor Persona.

    A todos ellos los invito a que no sólo lean, sino a que

    apliquen y usen las herramientas que aquí propongo.

    INTRODUCCIÓN

    "La mejor obra que se puede hacer en este mundo

    es atraer a las almas perdidas al buen sendero, a la Virtud."

    San Juan Bosco.

    En México, durante el lejano sexenio de Miguel de la Madrid, se lanzó el Decreto de Renovación Moral, que tuvo como resultado evidente un generalizado, rápido y estridente fracaso. Por entonces brotaron nuevos cárteles y capos tan poderosos, que uno ellos ofreció comprar su libertad con el pago de la deuda externa. Se observaron los primeros signos visibles de la putrefacción del Ejército, que era una de las instituciones teóricamente menos vulnerable a la infiltración del crimen organizado. Ahora ya no lo es: media docena de altos mandos están sujetos a proceso, y muchos más andan sueltos, narcotraficando.

    Nadie –ni el mismo Dante Alighieri– hubiera podido imaginar el infierno en el que ahora vivimos. Desde 1982 a la fecha, han transcurrido más de 30 años. Y ya somos la nación más mortífera de la Tierra, según lo señala de manera bien documentada el diario francés Le Mond, en agosto del 2012.

    Casi todos nos sentimos arrastrados por un tobogán mortífero en el que se desliza nuestra patria agonizante, prisionera de un Narcosistema cleptócrata y adicto a los principales contravalores: el Poder como fin último, los Honores y la Fama en vida –al margen de la Honestidad–, los Placeres adictivos como eje vital cotidiano, y las astronómicas Riquezas mal habidas para darle sentido a la existencia.

    Nuestra patria se ve cada día más entenebrecida por los demonios que andan sueltos, y que han triunfado, como dijo uno de ellos mismos hace décadas. El huevo de la Serpiente multiplica sus criaturas de manera exponencial. El Estado Mexicano –penetrado y tomado por el Narco desde el mandato de Abelardo L. Rodríguez, a principios de los años 30–, se somete gustoso a las exigencias del mercado consumidor de narcóticos más grande de la Tierra.

    Con el seis por ciento de la población mundial los yanquis consumen el 60% de la producción total de drogas. Los Deudócratas de la Cúpula Usuraria dan la orden suprema: el Narcosistema decide que no es posible dejar a los millones de adictos sin sus paraísos artificiales y efímeros, porque los USA se desplomarían en un caos incontenible en unas cuantas semanas de abstinencia real obligada.

    México es un país sitiado por bandas de alta eficacia represiva, coludidas con gobiernos regionales, estatales y federales, con poderes financieros incuantificables que les permiten ubicuidad, jurisdicción y dominio. Mantienen vigorosas relaciones internacionales, sobre todo con corporaciones mafiosas de los Estados Unidos, Europa, Rusia, China, Japón, Centro y Sudamérica.

    Su administración criminal es magnífica. Lavan dineros por billones y cerebros por cientos de miles para conseguir súbditos que afrontan peligros, riesgos y asesinatos con una audacia y entereza que es equiparable a las sumisiones políticas y religiosas. Sostienen jefaturas que provocan lealtades y entreguismos semejantes a las que se suscitan entre liderazgos políticos y eclesiásticos.

    Para los empresarios esta crisis es oportunidad de medro, acomodo y arreglos en lo oscuro, que es la zona preferida por Luzbel. Docenas de alcaldes panistas han traicionado sus principios básicos en todo el país –mientras los otros siguen siendo como siempre fueron, corruptos de nacimiento– y hacen florecer los table dancings, cabarets, salas de masajes, casinos y antros de toda laya convertidos ahora en paredones, hornos y piras donde mueren a cada día centenares de personas, muchas culpables, algunas inocentes.

    No es que los cuerpos de seguridad no logren contener a la delincuencia organizada. Lo que pasa es que ellos son los criminales, y no se contienen a sí mismos. Por toda la geografía nacional se multiplican los narcopolíticos que gozan de un muy explicable enriquecimiento personal. Mientras escribo estas líneas, un juez ha dictado orden de captura a Tomás Yarrington, ex gobernador priísta del Estado de Tamaulipas –Dramaulipas.

    Incontenibles e inconcebibles actos de corrupción en los tres poderes generan una elevación desmesurada de la deuda pública. Esta es sólo una muestra, pequeña: el senador electo por el depredado Michoacán, José Ascensión Orihuela, llega en su Porsche Panamera Turbo S, de dos millones de pesos, a una reunión política. La foto incluye las placas: SMT-4734 de Nuevo León. Son de un lote de cientos de miles de placas robadas del Instituto de Control Vehicular regiomontano. Muchos estados se hallan virtualmente en quiebra después de haber contratado nuevas deudas por cantidades que se antojan propias de fantasías esquizofrénicas, sin que haya obras y servicios que las justifiquen.

    La violencia criminal sirve como arma para acallar voces críticas. Reporteros, Diarios y Revistas sufren ataques mortíferos. Las víctimas colaterales se multiplican hasta perder la cuenta. Los criminales se masacran entre ellos, pero algunos siniestros personajes siempre ganan. Las ejecuciones se multiplican. Hay días en los que la cifra de asesinatos ligados al Narco llega al centenar. Hemos perdido nuestra sensibilidad. La corrupción campea y la sangre corre a raudales. No vivimos en un Estado Fallido. No: reconozcamos más bien que el anti-Estado se ha instalado, rampante e imbatible.

    Y mientras, allá en la cima, muy en lo alto de la pirámide global, una especie de Ojo que Todo lo Ve maneja a su antojo las piezas principales de su infernal ajedrez. Los Halcones de la Guerra, los Fabricantes de Armamento, los Mass Media, los Banqueros Deudócratas, y otros Amos Globales de la misma ralea y de máximo poder hegemónico, se frotan las manos, fascinados y eufóricos. Su éxito es incontenible, al menos por ahora. No importa lo que haga Satanás, ahora es su tiempo; pero vendrá también el momento de la victoria… –nos tranquiliza mi patrono, San Juan Bosco.

    ¿Qué es lo que ocurre? Las preguntas, muchas de ellas sin respuesta, se agolpan en la mente y en las vísceras. Pero lo peor no está en las preguntas que nadie contesta sabiamente, sino en el hecho de que ni siquiera son formuladas las preguntas correctas. Por ello las respuestas son absurdas o imposibles.

    También se levantan voces moralizantes, por doquier. Algunas instituciones públicas y privadas lanzan sus programas de filosofía y valores, con fracasos de diversa magnitud, cuando menos en el setenta por ciento de los casos.

    Después de Miguel De la Madrid, Ernesto Zedillo en vano insistió en el apego a la Ley. Organismos privados propusieron una Nueva Cultura Laboral. Algunas corporaciones policíacas se ocuparon de diseñar y permear entre sus filas Códigos de Ética, en apoyo a la moralidad, la lealtad y el arraigo a la institución. Miles de policías fueron entrenados en campos militares, supuestamente para hacer frente a un Crimen Organizado cada vez más poderoso y eficaz.

    Por el contrario, también hay voces simultáneas, cada día más numerosas y eficaces, que nos insisten en la urgencia de liberar a la mujer respecto de su natural papel de esposa y madre. Nos venden la frescura y la encantadora espontaneidad decadente e irresponsable de los jóvenes de ambos sexos. Imponen la avanzada apertura de todas las orientaciones sexuales de preferencia especial o minoritaria. Legislar contra el aborto basta para que grandes grupos feministas aúllen y protesten contra esto como si se tratase de una agresión incalificable.

    Escuchamos voces seductoras que con sus eufóricos gritos y sus estruendosos metales pesados cauterizan la aflicción y exaltan la efervescencia de la masa inauténtica. Y hacen imposible cualquier renovación moral, porque el cáncer de la maldad se cultiva desde el seno mismo de la mayor parte de la familias mexicanas, porque Televisa y TV Azteca no sólo nos idiotizan, sino que nos corrompen y nos desintegran.

    Tengo la seguridad de que lo que estamos contemplando, aterrados unos cuantos, divertidos pero inconscientes casi todos, es el surgimiento de la Moral del Niño, la cual, según Nietzsche, es la señal de la Muerte de Dios. Antes, decía el genio y loco filósofo alemán, existía la Moral del Camello, en la que había que jorobarse doblemente bajo el peso de la ley religiosa y de la ley civil. Después vino la Moral del León, la de los poderosos, autócratas y autoritarios, que provocó la rebeldía de los oprimidos. Así se facilitó la instauración, en nuestros días, como moralmente válida, como cosa bien vista, de la moral del Niño Natural, hedonista, narcisista, egocéntrico, cuya única obsesión está compendiada en la canción que se puso de moda durante las Olimpiadas de Atlanta 96: dale alegría a tu cuerpo, Macarena… que es cosa buena….

    Y así es como hemos llegado a una época en la cual casi todos nuestros hijos y nuestros nietos se han convertido gozosamente en trepadores y perdedores, o en simples ganadores, y sólo por excepción en verdaderos triunfadores.

    Sus espacios neuronales fueron invadidos por una propuesta todavía más en onda: porque soy veneno… yo te quiero si tú me quieres, pero desnúdate primero, y que no lo sepa la ciudad…. Hasta legalizar el aborto y elevar a la categoría de culto a los grupos de preferencias sexuales especiales. Hoy vivimos los capitalinos en una necrópolis donde está prohíbo fumar, pero está permitido matar. Nadie quiere enterarse de que la peor amenaza contra la Paz es el aborto, como lo decía con vehemencia la Madre Teresa de Calcuta.

    La realidad nos dice que estamos asediados por psicópatas geniales como nunca violentos, y que estamos sobreviviendo de milagro, sumergidos en una sociedad que se debate entre el desaliento, la desesperanza, el hambre, el desempleo, y la pérdida de las más elementales virtudes. El territorio nacional, completo, puede pintarse con la sangre de nuestros incontables muertos.

    Pero a pesar de todo ahora vale la pena intentar descubrir las causas de semejantes calamidades, cuando menos en nuestro querido México. Según el Presidente Zedillo y sus asesores –que por aquel entonces estuvieron muy lejos de imaginarse el baño de sangre actual, con sus más de cien mil narcoasesinatos en los últimos doce años– eran las siguientes:

    Desgraciadamente nuestro marco jurídico no estaba adecuado a las condiciones de criminalidad e inseguridad que ahora hemos estado viviendo. La ley les estaba dando amparos a los criminales, o jugando con conceptos como la falta de flagrancia. Los delincuentes han aprendido a utilizar la ley para cometer el crimen, y luego ampararse en la ley para ser realmente intocables. Estamos cambiando el marco jurídico.

    Tenemos aún unas instituciones francamente inadecuadas para garantizar esa seguridad pública y para perseguir los delitos.

    Debe reconocerse que quienes están encargados de las tareas de seguridad pública, con frecuencia no tienen el suficiente profesionalismo, el suficiente estímulo, ni la suficiente protección para realizar su trabajo.

    Con frecuencia también encontramos prácticas muy graves de corrupción que se traducen, y esto es lo más delicado, en una colusión con las propias fuerzas criminales.

    "Lo peor de todo, es que no hay, ni en el gobierno federal, ni en los gobiernos estatales, los recursos suficientes para resolver pronto, y a fondo, el problema de inseguridad pública.

    Nuestro país vive ciertamente, sufre, muchos actos de corrupción; es un fenómeno que desgraciadamente tiene raíces muy profundas en las instituciones y en la propia conducta social, y es algo que debe combatirse sistemática y sistémicamente.

    Debemos ser totalmente objetivos y decir y reconocer que no tenemos todavía las instituciones, las personas, ni la cultura en la sociedad para poder lograr los resultados que queremos.

    El Narcotráfico, mal terrible, la plaga contemporánea más grave. Su solución está acotada por serias limitaciones… tenemos instituciones que se nos quedaron pequeñas e, incluso, se nos dañaron en el camino para hacer frente a un problema tan grave.

    Ni duda cabe que como, explicaciones inmediatas y externas, accidentales y locales, eran válidas. Pero jamás llegaron al fondo de la cuestión. Y tampoco las de Fox, ni las de Calderón con su Narcoguerra destinada al más absoluto fracaso¹. Llegamos así a la hecatombe actual porque, como dice Aristóteles… Quien no conoce ni ve el problema, no sabe si ha encontrado la solución, aunque la tenga en la mano. Quien no conoce el camino, ni sabe cuál tomar, no conoce tampoco la meta hacia la cual nos conduce el camino.

    También podría decir que si alguien no sabe cuál es su meta corre el riesgo de ignorar si ya llegó. Tengo la certeza de que las causas arriba apuntadas son a su vez efectos de causas mucho más profundas, a partir de cuyo análisis, diagnóstico y conocimiento, podríamos lograr su modificación.

    Esto es lo que me propongo; ir al fondo de las causas, a las Raíces del Mal. Exponerlas, denunciarlas, señalarlas, aunque tenga la certeza de que semejante tarea quijotesca acarreará a quien la intente las más variadas formas de persecución. Me sorprendió y me decepcionó profundamente que todos los presidentes sólo hayan hecho referencias a causas extrínsecas, sin hacer referencia a las intrínsecas, a las profundas, a esas que se encuentran en el meollo de la identidad, del origen y del destino humanos.

    Me decepcionó que nadie conociera el verdadero problema, o lo que es más grave, que sus compromisos políticos con los poderes tras el trono y sobre el trono mundial les hayan impedido enunciar y combatir los orígenes de nuestros problemas justamente en su raíz, y no sólo en la periferia. En un resumen mínimo de las causas apuntadas en los párrafos anteriores, según las versiones oficialistas, son seis:

    1)   Un marco jurídico flojo, ambiguo e inadecuado.

    2)   Instituciones inadecuadas, pequeñas y dañadas.

    3)   Policías sin profesionalismo, estímulo, armamento y protección.

    4)   Corrupción de profundas raíces por colusión de policías y criminales.

    5)   No hay dinero suficiente frente a la astronómica riqueza del Narco.

    6)   La ausencia de personas éticas e incorruptibles.

    Todo eso es cierto, pero como explicación, es insuficiente. Aquí no está la raíz del problema, y por lo tanto el camino para lograr la solución no está trazado. ¿Dónde están, pues, cuáles son, las causas intrínsecas? ¿Acaso podemos hacernos de la vista gorda, y no darnos cuenta que las causas que se apuntan, en realidad son simples síntomas de verdaderas causas, mucho más profundas?

    Si el pueblo y el gobierno mexicanos han tenido, desafortunadamente, una deformación corrupta y despilfarradora, ¿acaso debajo de este síntoma, no podríamos darnos cuenta de que la causa es la adhesión, en diversos grados culpable, a una contracultura hedonista –la moral del niño–, que sigue la línea del menor esfuerzo, de lo bueno sólo en cuanto útil o placentero?

    Independientemente del innegable hecho de nuestra propia y genera-

    lizada complicidad, ¿por qué no queremos aceptar que esta contracultura está intencionalmente propiciada y alentada, o al menos permitida –por diabólicos motivos financieros y hegemónicos globalizadores? ¿Por qué negamos la existencia obvia de geniales grupos de poder enquistados dentro de las Instituciones Educativas, la Familia, la Iglesia, el Estado, el Ejército, los Mass Media, las Redes Sociales y hasta Internet? Tal vez sus altos jefes ni siquiera se conocen entre ellos, ni forman propiamente una red conspirativa. Pero viven y pelean bajo un común denominador, según el propio Jesucristo, que les dice claramente:

    Jesús prosiguió: ‘Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió. ¿Por qué ustedes no comprenden mi lenguaje? Es porque no pueden escuchar mi palabra. Ustedes tienen por padre al Demonio y quieren cumplir los deseos de su padre. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la Verdad, porque no hay Verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y Padre de la Mentira. Pero a mí no me creen, porque les digo la Verdad’. Juan 8, 41-45.

    Los síntomas apuntan a una clara ausencia de Valores Universales, a una carencia de Virtudes esenciales, como la Templanza, la Fortaleza, la Justicia, la Prudencia, la Fe, la Esperanza y la Caridad. Y todo esto se resolverá, pregunto indignado:

    1)   ¿Adecuando el marco jurídico? ¡No! No basta, aunque esta medida sea buena. Porque los delincuentes siempre irán a la cabeza en tecnología, astucia y capacidad para burlar cualquier ley externa. El candado extrínseco ayuda un poco, pero ¿por qué no colocar el freno por dentro, por medio de un masivo y sistemático retorno a la vivencia de los Valores Universales y a la práctica de las Virtudes Cardinales y Teologales? ¿Por qué no rescatar vigorosamente en México nuestra Universalidad, nuestra Unidad, nuestra Independencia –según ondea a los cuatro vientos la original bandera nacional, la Trigarante?

    El 27 de septiembre de 1996, por primera vez en la historia, el gobierno accedió tímidamente a reconocer oficialmente esa fecha como aquella en la cual, en 1821, se consumó la Independencia de México respecto de España. Y luego se les olvidó a todos, de nuevo. ¿Acaso las tres Garantías no están simbolizadas en la Bandera Nacional? Parece que sólo existen en el papel de los Tratados de Córdoba, porque las mentes de los mexicanos, hijos de la escuela mal llamada laica –en realidad atea– o de los colegios de seudocristianos vergonzantes, sólo creen en el verde de los bosques (¿dónde?), el blanco de las nieves (¿cuándo?) y la sangre de los mártires (¿los oficiales?)

    Urge emprender una gigantesca cruzada nacional, para el resto de nuestra vida y las generaciones venideras, basada en la Introyección y la Reingeniería de los Valores y Virtudes, comenzando por difundir y plasmar los que están simbolizados en nuestro emblema patrio.

    2)   ¿Reemplazando las Instituciones inadecuadas, pequeñas y dañadas, por Instituciones adecuadas, grandes y sanas?

    Ojalá lleguemos a tener ese tipo de instituciones. Pero, aún teniéndolas, cosa que ahora parece imposible, habría que resolver primero el sentido del término institución adecuada, no pequeña, y sana. Tendríamos que definir su tamaño, su adecuación y su salud, con el riesgo de caer en el gigantismo que requeriría una institución adecuada para una sociedad que no sabe regirse a sí misma por Valores ni Virtudes. Así, el tamaño de las instituciones policíacas podría llegar a tener una norma como esta: primero, dos policías por manzana, luego, cuatro, luego ocho, para terminar con un policía por cada ciudadano, y un policía para cada policía, y luego el policía del policía del policía, y así sucesivamente hasta el infinito kafkiano.

    3)   ¿Profesionalizando policías, estimulándolos con suficientes salarios y prestaciones, dotándolos de modernos armamentos y protección eficiente?

    Ojalá esto se haga. Pero este logro no dejaría de ser una aspirina, tal vez morfina, ante cuyo impacto, el dolor y otros síntomas desaparecerían por un tiempo. Más aún, hacernos creer que esta es la mejor o la única solución, es un sofisma. Porque ser policía en una sociedad corrupta, pagana, hedonista, utilitaria, atea, materialista e iconoclasta como la nuestra, requiere de algo mucho mayor que el simple profesionalismo. Requiere de una vocación a la santidad, o cuando menos al heroísmo.

    ¿Qué perfil de personalidad podría requerir un policía, un gobernante, un comandante, un delegado, un procurador, para resistir obregonistas cañonazos de millones de dólares?

    ¿Qué tipo de valores, creencias, virtudes y convicciones requiere un sujeto capaz de manejar los recursos del fisco, sin tomar ni un centavo, y proyectándolos hacia el Bien Común, sin exhibicionismo, sin cacaraquear el huevo de oro antes, durante y después de ponerlo?

    Sobre todo, sin troquelar en las avenidas, escuelas, parques, edificios, etc., su propio nombre o el de su fecha de nacimiento, como acostumbran hacerlo casi todos los gobernadores, gracias a su perfil narcisista.

    ¿Qué niveles de valentía, determinación, patriotismo, fe, fortaleza, requiere una persona cualquiera, para hacer frente con entereza a la intimidación que puedan sufrir él y su familia, por no corromperse ante las presiones y manipulaciones de los narcopolíticos o narcotraficantes? ¿A qué rangos de salario y prestaciones tendríamos que llevar a los servidores públicos, para que tengan remuneraciones capaces de competir contra las que proporciona el Todopoderoso Narco o la corrupción personal u organizada?

    ¿Qué clase de armas mortíferas habríamos de proporcionales, sin caer en una carrera armamentista de consecuencias imprevisibles? Protección… ¿para cuántos? ¿Por cuánto tiempo? ¿Hasta dónde? ¿A quiénes?

    4)   ¿Combatiendo sistémica y sistemáticamente la corrupción, en sus profundas raíces, evitando o impidiendo la colusión de policías con criminales?

    Es verdad que, como la prostitución, la delincuencia y la corrupción son lacras humanas cuya erradicación total es imposible. El reto, pues, no es eliminarlas por completo, porque eso es un sueño, una utopía. El reto realista consiste en reducirlas a su mínima expresión. Hace unas décadas todas esas lacras estaban relativamente controladas. El problema actual es que ya se salieron de control, ya tomaron las calles, las plazas, los bancos, las instituciones públicas y privadas.

    Ya invadieron todos los espacios de la vida humana, pública y privada, desde las más altas esferas del Poder Real. ¿Cómo combatir la corrupción, hasta arrinconarla y tenerla bajo control? ¿Por medio de la fuerza? Se generará más fuerza. No, tampoco es por ahí. El verdadero reto no consiste en impedir que se coludan. El verdadero reto tiene otra redacción y otro contenido. Se expresa así: ¿Cómo hacer que otros quieran comprometerse con la obtención de su propio bien individual dando prioridad al Bien Común? ¿Cómo lograr instalar en la Cultura Organizacional de la mayoría de las instituciones públicas y privadas, como costumbre cotidiana de una mayoría de sus Líderes y seguidores, los siguientes hábitos?:

    •   Vivir, hasta el heroísmo, con la Visión de un Propósito Elevado, Trascendental, que vaya más allá de nuestra muerte física.

    •   Crecer como persona en la búsqueda de la Excelencia.

    •   Buscar el consenso con los partidarios y los enemigos, más que la separación o la desunión.

    •   Lograr la unidad, en medio de la diversidad ideológica y psicológica.

    •   Trabajar sin perder de vista la urgencia del rendimiento productivo.

    •   Enriquecer sistemáticamente el acervo de nuestras experiencias.

    •   Mantenernos siempre íntegros, dentro de los Principios Éticos Universales, a pesar de la corrupción del entorno sociopolítico.

    •   Vivir abiertos al cambio, en este cambio de época.

    Uno de los objetivos de este proceso de Reingeniería de Valores, realizado a fines del siglo pasado en 800 servidores públicos jaliscienses, fue el de mostrarles algunos fundamentos, estrategias, posibilidades, técnicas, para lograr poner el candado por dentro. En vez procurar impedir la colusión de los servidores públicos con los delincuentes, cosa que es sólo poner el candado por fuera. Obviamente esto se puede aplicar a cualquier campo de qué hacer humano.

    Para lograrlo, requerimos todos reaprender, sujetarnos intencionalmente a una verdadera Reingeniería de Valores y Virtudes, valiéndonos de los cinco campos o aspectos de la ciencia humana, que son, en griego: tekne, phrónesis, episteme, nous y sophía; en latín: ars, prudentia, scientia, intellectus y sapientia; en castellano: arte, prudencia, ciencia, inteligencia y sabiduría.

    Es oportuno hacer aquí una serie de advertencias:

    •   Primera: el conocimiento teórico se adquiere con rapidez.

    •   Segunda: la aceptación cognitiva puede ser fingida o ambivalente.

    •   Tercera: la asimilación se logra sólo a largo plazo.

    •   Cuarta: socioculturalmente, los hábitos virtuosos son mal vistos.

    •   Quinta: las virtudes pueden tardar años en consolidarse.

    •   Sexta: es insuficiente atacar sólo causas y síntomas externos.

    •   Séptima: urgen apoyos y estrategias capaces de convencer a la persona utilitaria y hedonista para que quiera ser una "Persona Honesta".

    5)   ¿Adquiriendo e invirtiendo el dinero suficiente?

    Cierto es que el dinero es el primero de los medios, pero por desgracia humana es el último de los valores. Mucho más dinero, millones de veces más billetes verdes, no son suficientes. Los países más ricos de la Tierra no han logrado acabar con los terroristas, porque éstos siempre podrán hacerse de más recursos que los gobiernos mismos. Los recursos materiales, en cualquier cantidad que se tengan, son insuficientes por su misma naturaleza. Porque: ¿cuándo se ha visto que el apego a la Virtud, la Belleza Moral, el Bien, la Verdad, puedan conseguirse con dinero?

    Por otra parte, ¿cuánta cantidad de dinero se necesita para combatir eficazmente al Narco Global y a los corruptos dentro del Narcosistema político y empresarial? Creo que la capacidad de combate de las fuerzas del mal siempre será superior a la de las fuerzas del Bien. No es una cuestión que se pueda dirimir sólo por la fuerza, ni mucho menos principalmente con la fuerza del dinero o de las armas, ni únicamente de la tecnología. Porque si el dinero, las armas y la tecnología tienen alguna fuerza real –¿quién lo duda?– casi siempre la ejercerán en la línea de incrementar su poder y su eficacia corruptora.

    6)   ¿Resolviendo el problema de la falta de personas éticas?

    Sí. Aquí, al menos en algo tan esencial, Zedillo tenía razón. Lo que nos faltan son Personas. Lo que casi se ha extinguido es una cultura social pro vida, porque estamos sumergidos hasta el cuello en la Cultura de la Muerte. Y pronto la asfixia será irremediable e irreversible. Seguramente no podremos evitarla en el ámbito mundial, pero ciertamente sí en el familiar y el personal.

    Juan Pablo II dice al respecto:

    "La cultura es aquella a través de la cual el hombre, en cuanto hombre, se hace más hombre, ‘es’ más, accede más al ‘ser’. En esto encuentra también su fundamento la distinción capital entre lo que el hombre es y lo que tiene, entre el ser y el tener. La cultura se sitúa siempre en relación esencial y necesaria a lo que el hombre es, mientras que la relación a lo que el hombre tiene, a su ‘tener’, no sólo es secundaria, sino también relativa. Todo el ‘tener’ del hombre no es importante para la cultura, ni es factor creador de cultura sino en la medida en que el hombre, por medio de su ‘tener’, puede al mismo tiempo ‘ser’ más plenamente".

    ¿Y qué es lo que ha producido nuestra cultura actual? ¿Ser o Tener?

    ¿Anhelan ahora ser mejores seres humanos nuestros niños, adolescentes, jóvenes y padres de familia, o lo que les importa es la lana? ¿Se esfuerzan por aprender a cantar, a componer música, a triunfar en el deporte, o más bien se conforman con un micrófono y con hacer fantochadas en el escenario?

    No creo que el anhelo de ser mejores esté triunfando. No tenemos triunfadores. Repito: tenemos hordas de trepadores, perdedores y simples ganadores. De ninguna manera triunfadores, y veamos por qué.

    Finalmente, después de muchos años de estar escribiendo y coleccionando apoyos bibliográficos y experimentales para lanzar mi serie de libros, en apoyo a mi teoría de la personalidad y como auxilio intelectual y moral, terapéutico y estratégico, para ayudar a ser a una multitud de pacientes, a Dios gracias fue posible realizar un tímido e inconcluso proceso de Reingeniería de Valores en las cuatro dependencias jaliscienses relacionadas con Seguridad y Justicia.

    En ella, desde julio de 1999 hasta febrero del 2001, gracias al apoyo decidido del entonces Gobernador, Ing. Alberto Cárdenas Jiménez, y de los titulares de cada Dependencia involucrada, pudo mi empresa enfocar las baterías para proponer un sistema de diagnóstico de Valores y Virtudes, pero también una forma sistemática de rescatarlos, de volverlos a introyectar.

    Tuvo mucho que ver, en el apresurar mi decisión de proponer –hasta convencer a multitud de funcionarios que pusieron todos los obstáculos posibles en mi camino– el hecho de haber recibido una interesantísima carta de una maestra de primaria que fue alumna y colaboradora mía.

    Vale la pena, amable lector, que antes que otra cosa analices esta carta, ya que en ella se plasma, plenamente, el concepto de Triunfador, troquelado a fuego, sobre todo por los medios masivos de desinformación y deseducación, en la mente y en el corazón de nuestros hijos.

    Este troquelamiento mental, axiológico y social está agudamente descrito en la carta sobre la cual ella descarga sus quejas, angustiada porque no sabe qué y cómo hacer para que sus niños, inscritos en una escuela de clase alta, quieran ser en verdad Triunfadores, es decir, buscadores del Bien Honesto, ya que hoy son más que otra cosa sibaritas diletantes del bien deleitable, del bien utilitario.

    Transcribo la carta a continuación:

    "México, D.F., a 1° de septiembre de 1998.

    "Juan Bosco:

    "No tengo el gusto de conocerte personalmente. Sólo te he escuchado por medio de tus participaciones en la TV y en la Radio. Desde hace varios meses deseaba escribirte, y por fin te escribo, aprovechando que hoy nos dieron el día libre en la escuela, para que pudiéramos escuchar el informe presidencial. Tal vez te reirás de mí y de mis preocupaciones. Pero antes de que te rías, déjame presentarme, aunque sea brevemente.

    "Durante muchos años, desde adolescente, estuve casi fuera del planeta, gracias a la decisión autócrata de mis papacitos de meterme a un convento, apara apartarme de lo que ellos aún llaman los peligros del mundo. Afortunadamente, durante los últimos años, y antes de colgar los hábitos que nunca amé, la orden religiosa nos permitió a un grupo de compañeras y a mí estudiar la carrera de Psicología Educativa. Ahora trabajo como psicóloga o consejera en el Colegio XYZ. El motivo de mi carta es plantearte una serie de interrogantes que me aterrorizan en este trabajo, para el cual me siento con vocación, a la vez que reconozco carecer de la experiencia y los conocimientos necesarios.

    "Y ahora te redactaré un resumen acerca de mis observaciones sobre los niños de mi colegio, desde primero de primaria hasta tercero de bachillerato. La mayoría está cortada con la misma tijera y el mismo patrón, salvo casos aislados. Como podrás intuirlo desde el principio, mi gran pregunta es: ¿qué puedo hacer yo para convertir a estos Niños Rebeldes, Narcisistas, Sumisos, pero nunca Investigadores, en Adultos Integrados y Triunfadores?

    "Fíjate como son:

    "Lo que sienten acerca de México: para una inmensa mayoría, las fiestas patrias y religiosas son un pretexto excelente para construir puentes. En eso son arquitectos tercermundistas.

    "Sus papás les pontificaron, antes de la catástrofe de diciembre de 1994, que México ya jugaba en las grandes ligas, dentro de los doce países más ricos del planeta.

    "Piensan que los únicos pobres que hay en el país son los indios y los nacos.

    "No se dan cuenta de que ellos se convierten en nacos justamente cuando dicen que los nacos son los demás.

    "Cuando van a Acapulco por la Autopista del Sol, dicen que esa es la demostración de que México no es más un país subdesarrollado. Si un día sus padres les comunicaran que se irán a vivir a provincia, muchos de ellos responderían con la típica expresión mexicana, desde lo más hondo de sus almas y corazones: ¡ni madres, qué aburrido!

    "Lo que dicen acerca de sus padres: con una asombrosa facilidad los tachan de locos, rucos, pasados de moda, ancianos, antiguos, momiza, etc., aunque sean jóvenes aún.

    Ya no aguanto a mi mamá, está loca, es algo que escucho todos los días, hasta la saciedad.

    "Papá es considerado como un simple proveedor, y "mientras se azote con la lana", no lo molestan, ni protestan. Es un entrometido, anticuado y naco, sobre todo cuando me pide las calificaciones.

    "No tengo por qué dar razón de los recados telefónicos que la escuela deja en mi casa. Que los rucos recluten una secretaria".

    "Por otro lado, creen que la mamá o la servidumbre deben resolverles todos sus problemas prácticos y de supervivencia, y se enfurecen hasta lo inaudito cuando alguien les pide cualquier mínima actitud virtuosa de colaboración.

    "A ambos padres los creen casi siempre equivocados, y consideran un honor y un orgullo expresarse de ellos despreciativamente, sobre todo cuando hay otros compañeros o compañeras delante de los maldicientes.

    "Si los padres están divorciados, o están en problemas, exclaman: ‘ese no es mi rollo, mientras a mí me cumplan…’

    "Cuando sus padres les piden un favor, ni siquiera contestan, y la más de las veces contestan airadamente: no manches… o… no mames, güey.

    "El trato que les dan a sus padres es digno de una Carta al Hijo, al estilo de Franz Kafka, en sentido inverso a la famosa Carta al Padre. O les hacen todo el día la barba por dinero, o no los pelan, es decir, no se voltean ni a verlos. Les dicen cosas tales como:

    "¡Cómprenme un coche, aunque sea a crédito, de perdida!

    ¡Déjame vivir en paz!

    ¡Estás traumada, mamá, estás traumado, papá!

    ¡Lo quiero porque sí, porque lo pido yo!

    ¡Mira papá, tú mejor ya ni opines, porque no entiendes nada!

    ¡No mames, no manches, no jorobes!

    ¡Cuando yo sea grande está dicho que nunca seré tu amigo…

    o tu amiga!

    ¡Si me siguen fregando me largo a vivir con mis abuelos!

    ¡Soy muy infeliz, desdichado, por culpa de ustedes!

    ¡Denme más dinero, que con la inflación ya no me alcanza para nada!

    ¡Papá, mamá, siempre están que se les va el avión!

    ¡Todo es por su maldita culpa!

    ¡Ya déjenme en paz!"

    "Lo que expresan de sus maestros es muy parecido a la lista de expresiones usadas contra los padres, sólo que un poco menos hostiles o descarados, porque le tienen aún cierto temor a ser expulsados.

    "Eso sí, los riquillos, sobre todo, se sienten impunes, y se enfrentan a sus maestros como graduados en la escuela para psicópatas.

    "Una de las expresiones más frecuentes, es esta:

    ¡Uta! ¡No mames, güey, este año me tocó un maestro perrísimo!

    "Por medio de su vocabulario y sus

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1