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Las vidas del ser humano y sus etapas: Una visión de la vida humana basada en el Corán, Hadiz, y Sunnah
Las vidas del ser humano y sus etapas: Una visión de la vida humana basada en el Corán, Hadiz, y Sunnah
Las vidas del ser humano y sus etapas: Una visión de la vida humana basada en el Corán, Hadiz, y Sunnah
Libro electrónico126 páginas1 hora

Las vidas del ser humano y sus etapas: Una visión de la vida humana basada en el Corán, Hadiz, y Sunnah

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Este es un libro traducido de una obra original escrita en el año 1699, por el Imam Abdul-lah Ibn ‘Alawi Al Haddad, descendiente del Profeta Muhammad (la paz y bendiciones sobre él).
Una extraordinaria obra que relata con bases en el Corán y la Sunnah como es la creación de los seres humanos.
El autor reunió todo lo que es necesario que un creyente
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 sept 2021
ISBN9786079888756
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    Las vidas del ser humano y sus etapas - Imam Abdul-lah Ibn ‘Alawi Al Haddad

    Agradecimientos para la edición 2020

    Bisimi lah arrrahmam Arrahim (En el nombre de Al-lah El más Misericordioso, El Dispensador de Gracia).

    Presentamos esta nueva edición corregida y revisada de una obra muy conocida en el mundo, no sólo por los lectores musulmanes, sino por público en general. Una obra que nunca perderá actualidad porque está basada en situaciones de ésta y la próxima vida.

    Agradecemos a todos lo que hicieron posible la publicación de este libro. Especialmente al Dr. Mustafa Badawi, quien cedió los derechos de esta obra para hacer posible su edición. A Mudar Abdul Ghani, quien no sólo fue el promotor y contacto con el Dr. Badawi, sino que también revisó y corrigió parte de la obra, También agradecemos a Ahmad Isa Martínez y Sayfuddin Caballero por haber hecho una de las primera lecturas de este texto, y al Sheij Abdul Rauf por sus consejos, su guía permanente y su interés por rescatar obras escritas de autores conocidos de la antigüedad, que siempre serán actuales, pero que por situaciones que salen de nuestra comprensión, se van perdiendo en el tiempo.

    In Shaa Allah (Si Al-lah así lo quiere), que la lectura de esta obra no sólo sea una reflexión profunda del ser, sino también sirva de aliciente para el cambio que nuestro ser interno nos demanda.

    Dhu’l- Hijjah 1441

    Julio de 2020

    Abdul Kabir, México

    Introducción

    Por el Dr. Mustafa Badawi

    El Imam Al-Haddad

    El Imam¹ ‘Abdul-lah Ibn² ‘Alawi Al-Haddad, que Al-lah esté complacido con él, nació en Tarim en el año 1044 de la Hégira³ correspondiente al 1634 despúes de Cristo (d. C.).

    Tarim, ciudad emplazada en los montes del valle de Hadramaut,⁴ al sur de la península arábiga, es la cuna de los Banu ‘Alawi, tribu perteneciente al linaje del Imam Al-Husain,⁵ que Al-lah esté complacido con él.

    Uno de los descendientes, el Imam Ahmad Ibn ‘Isa Ibn ‘Ali Al-‘Aridi Ibn Ya‘far As-Sadiq, emigró desde Iraq hasta Hadramaut en 317 H./929 d. C., y sus descendientes fueron conocidos con el nombre de su nieto, el Imam ‘Alawi Ibn ‘Ubaid Al-lah Ibn Ahmad. También fueron llamados los señores ‘Alawiin, los señores de Banu⁶ ‘Alawi o, en el dialecto de Hadramaut, la familia Ba‘Alawi.

    Por tanto, los ‘Alawiin pertenecen a la familia del Profeta, constituyendo una de sus más distinguidas ramas. De entre ellos surge, de generación en generación, un gran número de destacados imames, de ulemas⁷ que ponen en práctica sus conocimientos y de gnósticos conocedores de lo interno.

    Toman tanto la ciencia externa como la gnosis interna el hijo del padre y éste del abuelo, de maestro a maestro, a partir de la fuente del Mensajero, al que Al-lah bendiga y dé paz. Se esforzaron y continúan esforzándose en llamar al género humano hacia Al-lah el Elevado y en que el din⁸ se expanda por todo nuestro planeta, por lo que han tenido que soportar dificultades y emigraciones de uno a otro país.

    Han ocupado un destacado papel en la expansión del islam en Indonesia, Filipinas, Malasia y demás países del sur de Extremo Oriente. También ejercieron un papel muy relevante en la expansión islámica en el sur de la India, las costas del oriente africano e islas colindantes.

    Los habitantes de los países citados aún continúan practicando el método implantado por la familia Ba‘Alawi, esto es, siguen el método de la gente de la sunnah y la yama’ah⁹ en cuanto a los fundamentos, la escuela del Imam Ash-Shaafi’i¹⁰ (que Al-lah esté complacido con él) en el fiqh¹¹ y beben del manantial sufi¹² en lo referente a las cualidades de carácter, círculos de conocimiento, recuerdo de Al-lah, lectura del Corán e invocaciones especiales.

    El Imam Al-Haddad se crió en Tarim siguiendo el método de los Ba ‘Alawi. Memorizó el Corán, estudió junto a los ulemas y maestros y alcanzó una gran porción de cada tipo de conocimiento mediante los grandes de su época, alcanzando todo ello a una edad muy temprana, hasta el punto en que uno de los maestros, el gran Imam ‘Umar Ibn ‘Abdur-Rahman Al-Attas (que Al-lah esté complacido con él), le situaba como Imam de la oración antes de que hubiera cumplido los veinte años de edad, comentando acerca de él: "Sayid¹³ ‘Abdul-lah Al-Haddad es una nación él sólo".

    Practicaba con denuedo los actos de adoración desde su infancia. A media mañana, a la hora llamada duha, solía rezar entre cien y doscientas postraciones, pidiéndole a Al-lah tras ello que le concediese la posición de los más grandes gnósticos. También solía retirarse en los valles de alrededor de Tarim a memorizar el Corán y otros textos y a rezar.

    Cuando caminaba por Tarim, lo hacía leyendo libros de provecho, ya que temía malgastar su tiempo.

    El Imam Al-Haddad alcanzó el grado de iytihad, capacidad para emitir opiniones jurídicas, a edad muy temprana, siendo excepcional en su época, hasta el punto de que el mufti¹⁴ de Oriente Medio dijo acerca de él: No hay nadie más sabio que sayid ‘Abdul-lah Al-Haddad sobre la faz de la tierra.

    Cuando en el año 1079 H./1669 d. C. peregrinó a los Santos Lugares, todos los ulemas de la Meca y Medina se acercaron a saludarle, reconocieron su preeminencia y solicitaron de él la iyasah o permiso para impartir enseñanza. Incluso hubo quien recitó ante él los textos que ya había memorizado con anterioridad con el solo propósito de obtener sus bendiciones.

    El Imam Al-Haddad fue reconocido en vida como el maestro espiritual de la guía y la llamada al islam, ya que estuvo enseñando, impartiendo clases y educando durante casi 65 años seguidos.

    Su prédica se propagó de forma extraordinaria y los buscadores de conocimiento, tanto de oriente como de occidente, salieron en su busca.

    Sus escritos se fueron propagando, aún se siguen propagando por todos los rincones del mundo islámico, y en sus manos se formaron numerosos imames predicadores y personas de máxima santidad y perfección.

    Sayid Muhammad Ibn Samit cita en su libro Bahyatu as-saman wa salwatu al-­ihsan a unos 150 auliá¹⁵ surgidos de entre sus discípulos.

    El método del Imam Al-Haddad continúa propagándose gracias a sus descendientes y discípulos, y la familia Al-Haddad sigue produciendo, generación tras generación, desde su época hasta nuestros días, ulemas que ponen en práctica sus conocimientos.

    Las obras literarias del Imam Al-Haddad encierran un profundo y extraordinario secreto que las hace causar admiración y que sean aceptadas tanto por sabios como por musulmanes sencillos y normales en cualquier tiempo y lugar. Todos encuentran en ellas sencillez, claridad y provecho. Nadie se aburre con ellas. Algunas se pueden considerar como resúmenes de los libros del Imam Al-Gazali, que Al-lah esté complacido con él, por lo que son muy apropiadas para la gente de nuestra época, en la cual existen muchas distracciones y la gente no está muy interesada por el din, por lo que son muy apreciados los libros breves, claros y libres de ambigüedades y polémicas.

    Sus libros son una medicina para los corazones enfermos. Llevan a la creencia verdadera y ayudan a observar un comportamiento recto. Le llamaban Haddad (afilador, pulidor) de los corazones, ya que pulimentaba los corazones oxidados para que en ellos pudieran penetrar las luces y brotar las pruebas de la rectitud y de la guía.

    Entre las obras más importantes del Imam Al-Haddad encontramos las siguientes:

    An-nasaaih ad-diniia wa al-wasaia al-imania

    Ad-da’wah at-taammah wa at-tadhkirah al-‘ammah

    Risalah al-mu’awanah wa al-mudaaharah wa al-muaasarah

    (lil ragibina min al-muminina fi suluk tariq al-aajirah)

    Al-fusul al-ilmiah wa al-usul al-hikmiah

    Risalah adaab suluk al-murid

    A todas ellas podemos agregar el presente escrito, cuyo título original en lengua árabe es: Sabil al-iddikaar wal-i‘tibaar. También compuso un estupendo libro de poesías cuyos significados no cesan de manar y que encierra secretos que fluyen constantemente. Además escribió otras obras y un conjunto de recitaciones e invocaciones, sin contar dos volúmenes de correspondencia y un conjunto de opiniones suyas compiladas por uno de sus alumnos en otros dos volúmenes con el título de Tazbit al-fuaad fi dhikri kalaam al-qutub Al-Haddad.

    Durante el siglo XII de la Hégira, los ulemas consideraron al Imam Al-Haddad como el gran renovador del din para la nación islámica. El Imam renovador es al que hace referencia el relato del Mensajero de Al-lah (que Al-lah bendiga y dé paz): "Cierto que Al-lah enviará a esta nación, al comienzo de cada cien años, alguien que renovará su din". Este relato fue transmitido por Abu Daud.¹⁶

    El renovador es aquel que alcanza el máximo grado de conocimiento y corrección de comportamiento para, a continuación, elevar el estandarte del din, fortalecer lo que se había vuelto débil, levantar lo que había caído, aclarar lo que se había vuelto obscuro, hablar a la gente de su tiempo en la lengua de su tiempo y extender la prédica mediante él mismo y mediante sus seguidores y alumnos, a fin de que se expanda por la comunidad islámica para que ésta reanime sus anhelos y enderece lo que estaba desviado.

    Su alumno, el Imam gnóstico de Al-lah sayid Muhammad Ibn Zain Samit, escribió una biografía suya en dos grandes volúmenes, así como también otros ulemas han narrado su biografía en sus obras de forma más escueta. Asimismo, hay otra biografía suya realizada en la actualidad, en dos grandes volúmenes, compilada por el autor de estas líneas.

    El Imam Al-Haddad finalizó la presente obra en 1110 H./1699 d. C. adoptando una forma extraordinaria en la que no fue precedido por ninguno de los ulemas. En ella reunió todo lo que es necesario que el musulmán conozca acerca de los distintos ciclos de su existencia, desde el momento en que fue creado hasta su establecimiento en la última vida, todo ello con un estilo sencillo, atrayente y breve.

    El Imam realizó numerosos karaamaat

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