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Mi jardín salvaje: Antología
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Mi jardín salvaje: Antología
Libro electrónico79 páginas22 minutos

Mi jardín salvaje: Antología

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A este jardín –que es salvaje– se ingresa siguiendo los signos, las señales de un secreto aprendizaje: trazos sin guía, palabras que se evaporan, rebeldes y sueltas para abrir un tiempo que se sucede eterno: el momento en que el poema es clarividente. Esta breve antología pone también el tiempo vertical sobre la escritura, sobre el acto de escribir o dibujar el trazo; y en ese acto, contrario nuestra tradición occidental, se regresa no a la palabra sino al silencio. La poeta dice: "Escribo otra. Escribo para no hablar, para no mirar". Y, sin embargo, es esa otredad la que mira, la que viaja y reconoce la fugacidad, lo que se escapa: antes era allá, antes; y ese silencio y ese pasado ido fijan el instante, lo vuelven continuo, retorno eterno
del tiempo en el poema.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 jul 2020
ISBN9789587206029
Mi jardín salvaje: Antología

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    Mi jardín salvaje - Liliana Ponce

    medianoche…

    DE TRAMA CONTINUA, 1976

    Brillo de lo blanco…

    Brillo de lo blanco que encandila

    (nada ha caído).

    Debilitamiento que demuestra que el blanco

    no engendra.

    Otro posibilita todo.

    Naturaleza–

    (escribo bajo el susurro de una voz que

    no te ha conocido

    huyendo del frío,

    riesgo del amanecer, y aún desde la aguda negación).

    Discontinuo, nunca llamado.

    Lugar que ha ocupado el lugar ocupante.

    Decía: azul encendido

    nada sagrado como ella atravesando las palabras

    con su cuerpo.

    Ella abrió la puerta…

    Ella abrió la puerta, pero yo estaba ya dormido

    sobre charcos narcóticos.

    Pero esto fue, en realidad, antes de conocerla.

    Cuando estaba, y yo no había nacido

    o ya estaba muerto:

    descubriría el cuerpo, cerraría su majestad definitiva

    en lo imposible nocturno.

    en su boca arde la noche…

    en su boca arde la noche

    descorre un paño azul

    lleva al fondo la piedra, tapa el agujero

    ni olvido

    ni saciedad

    todo lo que se ha amado destella aún, termina

    ni viaje

    ni amor

    en el mar los puentes se desploman con vehemencia

    apoyan el fuego donde se abre el tajo

    donde babean

    Este gris que se abre…

    Este gris que se abre, que comienza en el arrobamiento,

    escribe el acto de perder en el lugar presente,

    como la marca de una sed a la que yo mismo

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