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Secretos de la salud escondidos en la Biblia / Hidden Bible Health Secrets: Alcance una salud óptima y mejore su calidad de vida de forma natural
Secretos de la salud escondidos en la Biblia / Hidden Bible Health Secrets: Alcance una salud óptima y mejore su calidad de vida de forma natural
Secretos de la salud escondidos en la Biblia / Hidden Bible Health Secrets: Alcance una salud óptima y mejore su calidad de vida de forma natural
Libro electrónico364 páginas4 horas

Secretos de la salud escondidos en la Biblia / Hidden Bible Health Secrets: Alcance una salud óptima y mejore su calidad de vida de forma natural

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Descubra los secretos sobre la salud natural en la Biblia

Descubra los secretos de salud que Dios nos ha dado y que están disponibles para nosotros en la naturaleza.  Bien sea que tengamos preguntas sobre vitaminas, o estemos luchando contra una enfermedad cardiovascular, diabetes, problemas visuales, o menopausia, el Dr. Reginald Cherry aclara nuestras dudas y responde a preguntas comunes relacionadas con nuestra salud.

El plan de Dios para nuestra salud y bienestar es sencillo.  Él incluso ha dado instrucciones en la Biblia para que disfrutemos de una vida larga y productiva.  Aprovechemos estos secretos de salud de forma sabia y efectiva para experimentar nuevas fuerzas, vigor y energías.



 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 ene 2018
ISBN9781629993744
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    Secretos de la salud escondidos en la Biblia / Hidden Bible Health Secrets - Reginald Cherry

    La mayoría de los productos de Casa Creación están disponibles a un precio con descuento en cantidades de mayoreo para promociones de ventas, ofertas especiales, levantar fondos y atender necesidades educativas. Para más información, escriba a Casa Creación, 600 Rinehart Road, Lake Mary, Florida, 32746; o llame al teléfono (407) 333-7117 en Estados Unidos.

    Secretos de la salud escondidos en la Biblia por Dr. Reginald Cherry

    Publicado por Casa Creación

    Una compañía de Charisma Media

    600 Rinehart Road

    Lake Mary, Florida 32746

    www.casacreacion.com

    No se autoriza la reproducción de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o transmitido de manera alguna ni por ningún medio —electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro— sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepción de lo previsto por las leyes de derechos de autor en los Estados Unidos de América.

    A menos que se indique lo contrario, el texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

    Las citas de la Escritura marcadas (DHH) corresponden a la Santa Biblia, Dios habla hoy®, Tercera edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (LBLA) corresponden a La Biblia de las Américas © Copyright 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usada con permiso.

    Las citas bíblicas marcadas con (NBLH) han sido tomadas de la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, Copyright © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California.

    El texto bíblico marcado (NVI) ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 por Bíblica, Inc.® Usada con permiso. Todos los derechos reservados mundialmente.

    Las citas de la Escritura marcadas (TLA) corresponden a la Traducción en lenguaje actual Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. Usado con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (Biblia Jünemann Septuaginta en español) corresponden a la Santa Biblia, Biblia Jünemann Septuaginta en español, P. Guillermo Jünemann 1928 ©. Ediciones Diocesana de Concepción.

    Traducido por: www.thecreativeme.net

    (Ernesto Giménez, Patricia Centeno, Peggy Tovar)

    Diseño de la portada: Lisa Rae McClure

    Director de Diseño: Justin Evans

    Originally published in the U.S.A. under the title:

    Hidden Bible Health Secrets

    Published by Siloam, a Charisma Media Company, Lake Mary, FL

    32746 USA

    Copyright © 2017

    All rights reserved

    Copyright © 2018 por Casa Creación

    Todos los derechos reservados

    Library of Congress Control Number: 2017956464

    ISBN: 978-1-62999-372-0

    E-book ISBN: 978-1-62999-374-4

    Porciones de este libro fueron previamente publicadas por Siloam y Casa Creación bajo los títulos: El remedio bíblico, ISBN 978-0-88419-556-6, copyright © 1998, Bible Health Secrets, ISBN 978-0-88419-937-3, copyright © 2003, and The Doctor and the Word, ISBN 0-88419-513-9, copyright © 1996.

    Este libro contiene las opiniones e ideas de su autor. Ha sido creado únicamente con fines informativos y educativos y no debe considerarse un sustituto del tratamiento médico profesional. La naturaleza del estado de la salud de su cuerpo es compleja y única. Por lo tanto, debe consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicios, nutricional o de suplementación; o si tiene preguntas sobre su salud. Ni el autor ni la editorial serán responsables de cualquier pérdida o daño que supuestamente surja de cualquier información o sugerencia dada en este libro.

    Las personas y los nombres mencionados en este libro han sido provistos por el autor a partir de sus experiencias como médico. Los nombres y detalles de sus historias han sido cambiados y cualquier similitud entre los nombres e historias de individuos descritos en este libro con individuos conocidos por los lectores es pura coincidencia.

    Las declaraciones dadas en este libro sobre productos o alimentos consumibles no han sido evaluadas por la Food and Drug Administration. Las recetas de este libro deben ser seguidas exactamente como están escritas. La editorial no es responsable de reacciones específicas de salud o alergias que puedan requerir supervisión médica. La editorial no es responsable de reacciones adversas al consumo de alimentos o productos que se sugieren en este libro.

    Aunque el autor ha hecho todo lo posible por proporcionar direcciones de internet precisas en el momento de la publicación, ni la editorial ni el autor asumen ninguna responsabilidad por errores o cambios que se produzcan después de la publicación.

    CONTENIDO

    Introducción

    Sección uno—Secretos espirituales para sanar y tener buena salud

    Capítulo 1 Su único camino a la sanación

    Capítulo 2 Leyes dietéticas para hoy

    Capítulo 3 La conexión entre la fe y la medicina

    Capítulo 4 La oración: El secreto de salud más grande en la Biblia

    Sección dos—Cómo afecta su dieta su salud

    Capítulo 5 La nutrición de Dios

    Capítulo 6 El engaño de las dietas de moda

    Capítulo 7 Una alimentación saludable con la dieta mediterránea

    Sección tres—Secretos naturales para curar enfermedades

    Capítulo 8 Equilibre el sistema inmunológico

    Capítulo 9 Diabetes: Hambruna en la tierra de la abundancia

    Capítulo 10 Enfermedades del corazón

    Capítulo 11 Cómo vencer naturalmente la hipertensión

    Capítulo 12 Cómo encontrar alivio a los transtornos gastrointestinales

    Capítulo 13 Protéjase de resfriados y gripes

    Capítulo 14 Combata los dolores de cabeza y los mareos

    Capítulo 15 Solucione los problemas de la vista

    Capítulo 16 Combata la enfermedad de la próstata

    Capítulo 17 Esperanza para prevenir el cáncer de mama

    Capítulo 18 SPM: Detenga la plaga mensual

    Capítulo 19 Derrote los síntomas de la menopausia

    Capítulo 20 Viva libre de depresión y ansiedad

    Capítulo 21 Cómo tratar el mal de Alzheimer y otros problemas de la memoria

    Capítulo 22 Soluciones naturales para la artritis

    Apéndices

    Apéndice A Dosis recomendadas para un beneficio nutricional básico

    Apéndice B Recetas para una vida saludable

    Apéndice C Pasajes bíblicos sobre la sanidad

    Notas

    Referencias seleccionadas

    INTRODUCCIÓN

    MUCHOS ESTAMOS FAMILIARIZADOS con el pacto que Dios hizo con nosotros para sanarnos de forma sobrenatural. Pero, ¿sabía usted que el plan original ideado por Dios para sanarnos no tenía nada que ver con el reino de lo sobrenatural?

    Permítame demostrar lo que quiero decir. Fíjese en esto: el plan original de Dios era que el hombre jamás se enfermaría, y este plan existió mucho antes de que Él presentara los medios sobrenaturales de sanación. Quiero mostrarle algo fascinante que aparece en el capítulo 15 de Éxodo. Dios les presentó a los israelitas un concepto con el que ellos no estaban familiarizados: la curación.

    Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

    —ÉXODO 15:26

    Esta es la primera vez que Dios establece su pacto de sanación con el hombre. Pero, ¿sabe usted lo que es aún más fascinante? Inmediatamente después de que Dios se presenta a sí mismo como el sanador en Éxodo, comienza a dar mandamientos relacionados con lo que los israelitas debían comer. Las siguientes palabras que Dios le dijo a Moisés fueron: He aquí yo os haré llover pan del cielo (Éxodo 16:4). En otras palabras, Dios se revela a sí mismo como un Dios sanador, e inmediatamente da instrucciones sobre lo que su pueblo comerá. Si Dios hubiera pensado sanar siempre sobrenaturalmente, ¿para qué preocuparse por lo que comerían los israelitas? Quiero mostrarle otro interesante pasaje:

    Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.

    —ÉXODO 23:25

    El hecho asombroso de este texto es que Dios le estaba hablando a un grupo de personas que no tenían ninguna enfermedad. ¿Sabía usted que el Salmo 105:37 revela que Dios los sacó con plata y oro; y no hubo en sus tribus enfermo? Ningún israelita estaba enfermo, pero Dios escogió ese momento para establecer con ellos un pacto de salud. ¿Se da cuenta de lo que Dios nos está mostrando?

    Dios nos está mostrando que su perfecta voluntad para nosotros es que nunca nos enfermemos.

    ¿No es esta una faceta asombrosa de la voluntad de Dios para nosotros? Me sorprendí cuando me di cuenta del orden en que Dios estableció estos textos para revelar su perfecta voluntad de sanación para la humanidad. Este es un principio importante de la curación.

    Cuando hacemos lo que podemos hacer a nivel físico, es decir, realizar cambios en nuestros hábitos alimenticios y ejercitarnos, así como otras cosas, Dios actúa a nivel sobrenatural para proveer nuestra curación. Debemos tener en cuenta que hay medios naturales y sobrenaturales de curación que forman parte del pacto de sanación de Dios. Necesitamos entender cuándo y cómo Dios se mueve en lo físico y cuándo y cómo Él se mueve en lo sobrenatural para sanarnos.

    La diabetes es un excelente ejemplo de por qué Dios incluyó la nutrición a su pacto de salud original. Veamos la magnitud de esta enfermedad.

    La diabetes se ha convertido en la gran consecuencia de nuestro estilo de vida tanto en Estados Unidos como en el mundo. Veintinueve millones de estadounidenses tienen la enfermedad, pero aún más aterrador es que un cuarto de ellos no saben que la tienen. Un tercio de los adultos estadounidenses son prediabéticos.¹ Hubo 1.7 millones de nuevos casos de diabetes en 2012, por lo que se está convirtiendo en un problema cada vez mayor.²

    La diabetes es una enfermedad viciosa que le prohíbe al cuerpo usar su suministro de energía más básico: la glucosa. Afecta a casi todos los sistemas del cuerpo, incluyendo los ojos, el corazón, los riñones, las extremidades inferiores y la piel. La diabetes realiza uno de los ataques más devastadores de cualquier enfermedad contra el cuerpo humano.

    Pero veamos el drástico efecto que la nutrición puede tener en revertir y prevenir la diabetes. Estos son algunos alimentos con efectos directos sobre la enfermedad:

    • Psilio: Solo una cucharada al día reduce los niveles de glucosa del 11 por ciento en promedio y 20 por ciento después de comer.³

    • Granos (avena, salvado de avena, etc.): Solo dos porciones al día reduce el riesgo de diabetes en un 33 por ciento.

    • Frijoles (pintos, rojos, etc.): El consumo de frijoles conduce a un lento aumento de los niveles de insulina, lo que conduce a menores requerimientos de insulina.

    • Cebollas y ajo: Este tipo de productos contienen compuestos antidiabéticos similares a la tolbutamida (un fármaco para la diabetes). Estos compuestos estimulan la producción de insulina.

    Dios estableció un pacto de sanación con el hombre en Éxodo 15:26. Seguidamente, en Éxodo 16 vinculó la liberación de las enfermedades (la sanación) con lo que comemos (la nutrición). El ejemplo anterior de la vinculación de los alimentos con la curación de la diabetes ilustra maravillosamente el plan de sanación de Dios.

    CAPÍTULO 1

    SU ÚNICO CAMINO A LA SANACIÓN

    No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.

    —PROVERBIOS 3:7–8

    EN EL MUNDO hay mucha gente que está enferma. Prácticamente nadie es inmune a la enfermedad, bien sea que toque nuestro cuerpo o afecte la salud de los que amamos. Cuando estamos sanos, no pensamos en cómo funciona nuestro cuerpo, a pesar de que ese es el momento en que debemos tomar medidas para mantener nuestra salud. A menudo esperamos a enfermarnos o hasta que ocurre una crisis de salud para hacer los cambios de estilo de vida necesarios para revertir el problema.

    Es posible que usted haya escogido este libro por varias razones. Tal vez usted o alguien que usted ama está sufriendo de alguna enfermedad o padecimiento, y usted se está preguntando: ¿Desea Dios realmente verme curado?, o usted piensa que Dios le curará, pero quizás se pregunta por qué no lo ha sanado de una manera particular.

    Permítanme responder la pregunta de una vez por todas: ¡Dios quiere curarle! Dios desea que su pueblo sea sano, ciertamente para su propio beneficio, pero también para poder llevar su luz a un mundo perdido y moribundo. Sin embargo, muchos buscan que su sanidad ocurra de cierta manera. La mayoría espera que suceda instantáneamente, sin ningún esfuerzo real de su parte.

    Quizás en lugar de preguntar: ¿Por qué Dios no me ha curado de esta manera?, usted debería preguntarse: ¿Hay algo que estoy haciendo que está impidiendo mi curación?. ¿Debería estar haciendo algo más de lo que estoy haciendo ahora para facilitar mi recuperación?".

    Dios tiene un camino único para cada persona, incluyendo un camino a la curación. Y aunque yo creo en la curación instantánea y me regocijo sinceramente cuando esta clase de milagros ocurren, la mayoría de las veces la sanación de Dios tiene lugar durante un período de tiempo mientras avanzamos obedientemente haciendo lo que Él nos pide. A veces esto implica la participación de la ciencia médica; y otras veces el uso de las asombrosas sustancias naturales que Dios ha puesto en la tierra para el beneficio y la sanidad de su pueblo. Cada día hay nuevos descubrimientos científicos que demuestran que las mismas sustancias que necesitamos para tener salud física existen dentro de la naturaleza.

    CÓMO ME CONVERTÍ EN UN MÉDICO CRISTIANO

    Yo soy un médico que cree en el poder sanador de Dios, pero no siempre fue así. Cuando era joven, me sentía atraído por las cruzadas de Billy Graham en la televisión, pero solo en relación con mi espiritualidad. Siempre había tenido el deseo de ayudar a la gente, y sabía desde muy temprana edad que quería ser médico y hacer lo que pudiera para eliminar las enfermedades y padecimientos del mundo.

    Asistí a la facultad de medicina en una de las instituciones más seculares que he podido conocer. La gente allí no era necesariamente mala, sino que glorificaban la ciencia, la razón y el conocimiento por encima de todo. Los médicos eran educados para concentrarse solo en el cuerpo y quizás en la mente del paciente, pero jamás en el espíritu, algo que era dejado en manos del pastor del paciente o del capellán de turno.

    Aún así, yo estaba fascinado en la escuela de medicina con la exquisita magnificencia del cuerpo humano. Ahora puedo expresar esa fascinación en las palabras de la Escritura, que declara que estamos hechos de manera formidable y maravillosa (ver Salmo 139:14). El cuerpo tiene sistemas tan intrincados que trabajan siempre en conjunto, que me di cuenta de que es demasiado sorprendente como para haber evolucionado simplemente de un organismo unicelular hace millones de años. Tenía que estar involucrada la mano de un Creador.

    Después de terminar la carrera de medicina y mi pasantía, comencé a ver pacientes y a descubrir que estos tenían problemas reales, muchos de los cuales habían desconcertado a la comunidad médica. Los médicos estamos ciertamente muy limitados ante tantas enfermedades y padecimientos que la gente enfrenta.

    Finalmente, acepté a Jesucristo en 1979 y nací de nuevo. A través de esta experiencia transformadora, descubrí una perspectiva totalmente nueva sobre este asunto de ayudar a los demás. Empecé a ver que tenía que haber una fuente de curación que superara lo que la ciencia y la medicina tenían que ofrecer. Jehová Rafa comenzó a revelarme que Él es la fuente de toda curación, ya sea por medios naturales o sobrenaturales. En ese momento tuve el privilegio de presenciar varias sanaciones que ocurrieron como resultado del toque directo de Dios. Aunque al principio era escéptico, cuando observé que los síntomas no regresaban a la vida de estas personas, empecé a comprender el poder que Dios tiene de sanar. Me di cuenta de que Él desea bendecir grandemente a sus hijos con cuerpos sanos y longevidad.

    Acepté la verdad de que Dios sana hoy tanto naturalmente como milagrosamente, y entonces empecé a aplicar esa verdad en mi práctica médica. Cuando empecé a buscar con mis pacientes el camino para sanar que Dios había diseñado para ellos, vi cómo la vida de las personas cambiaba ante mis ojos. Cada vez más pacientes comenzaron a recuperar la salud, librarse de sus enfermedades y hacer lo que Dios les había llamado a hacer.

    ¡Dios no quiere que nadie sufra innecesariamente bajo la maldición de la enfermedad! Jamás fue su intención que la humanidad viviera bajo la opresión del pecado y de las consecuencias —como las enfermedades—que el pecado produjo en el mundo. Pero incluso después de la caída del hombre, Dios, en su gran compasión, hizo provisión por la salud de su pueblo. Su cuidado por el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento es una sombra de la provisión de sanidad que Él ha hecho para nosotros hoy.

    SECRETOS DE SALUD DEL ANTIGUO PACTO

    En el libro de Éxodo el Señor registra una maravillosa promesa de salud para su pueblo. Allí declara que no pondría ninguna enfermedad en su pueblo (Éxodo 15:26). Entendemos que esto significa que ninguna de las enfermedades que afligían a la gente de ese tiempo entrarían en el campamento de los israelitas mientras guardaran los mandamientos del Señor. Estos mandamientos son atemporales; siguen estando vigentes para nosotros hoy. Quizás uno de los mayores secretos que la Biblia sostiene para el hombre moderno es que las leyes dietéticas del Antiguo Testamento tienen gran importancia para nuestra salud y bienestar actual.

    La muerte de Jesús en la cruz compró nuestra sanidad de una vez y para siempre, pero eso no significa que las leyes dietéticas que Dios ya había provisto ya no tienen ningún significado. De hecho, estos antiguos documentos hebreos contienen fascinantes verdades sobre medicina, salud e higiene que estaban adelantados siglos a su época. La medicina moderna continúa demostrando que las enseñanzas y los códigos de salud dados a los israelitas tienen gran valor para nuestra salud.

    Dios se presentó a su pueblo en el Antiguo Testamento como Jehová Rafá, el Dios que sana. Siglos antes de que Cristo muriera en la cruz para comprar nuestra salvación y sanidad, ¡Dios estaba interesado en la salud de su pueblo! He aquí su promesa:

    Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días.

    —ÉXODO 23:25–26

    La promesa de Dios para su pueblo sigue siendo válida para nosotros hoy. Fijémonos, sin embargo, que este pasaje vincula las bendiciones de la buena salud, la fertilidad y la longevidad con la bendición que se recibe con lo que llevan a sus bocas: su comida y el agua. Algunas personas creen que este versículo significa que simplemente pueden pedir una bendición, o dar gracias, por una comida llena de grasa, azúcar y carbohidratos, y de alguna manera su salud estará protegida porque la comida ha sido bendecida. Pero lo que esta promesa realmente dice es que Dios ha conectado directamente lo que comemos y bebemos con el mantenimiento de la salud de nuestro cuerpo.

    Yo estoy convencido de que antes de recibir la sanidad debemos obedecer los mandamientos de Dios sobre lo que debemos comer y beber. Cuando elegimos seguir lo que Él nos dice que hagamos, podemos disfrutar de la salud y las bendiciones que Él ha planeado para nosotros. A lo largo de este libro exploraremos algunos de los secretos de salud incluidos en las leyes dietéticas del Antiguo Testamento y aprender cómo se relacionan con los padecimientos más comunes y destructivos que enfrentamos en nuestra vida moderna. Algunos de estos secretos de salud incluyen:

    • Prohibiciones contra los alimentos grasos.

    • Prohibición de comer sangre, lo cual tiene la tendencia a producir infecciones.

    • Alimentos saludables que aumentan la longevidad y ayudan a prevenir enfermedades.

    • Alimentos que se deben evitar para mantener un estilo de vida saludable.

    Proverbios 3:7–8 nos dice: No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos. En nuestra sociedad, comer los alimentos equivocados no es algo que necesariamente se ve mal. Sin embargo, es algo que puede traer cosas malas, como la enfermedad, a nuestra vida. Si estamos dispuestos a cambiar nuestra dieta y seguir los mandamientos de Dios, ¡nuestra salud puede ser renovada! Lo animo a mantener una mente abierta mientras exploramos las leyes dietéticas y de salud que Dios dio para proteger a su pueblo de la enfermedad.

    SECRETOS DE SALUD DEL NUEVO PACTO

    En el Nuevo Testamento, Dios continúa proporcionando sanidad para su pueblo. Jesucristo vino a la tierra y, a través de su muerte sacrificial en la cruz, proporcionó la redención para el hombre, incluyendo la salvación eterna del pecado, así como la curación de las enfermedades. El profeta Isaías había predicho esta maravillosa redención cientos de años antes:

    Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

    —ISAÍAS 53:5

    A lo largo de su ministerio en esta tierra, Jesús sanó toda clase de enfermedades. Hay muchos pasajes que nos hablan de la magnitud de su ministerio de curación, como este:

    Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos.

    —MATEO 12:15

    Es importante notar que aunque Jesús sanó a multitudes de personas, lo hizo de varias maneras. Hubo momentos en que los que un toque o una palabra de Jesús sanó a una persona enferma al instante (véase Lucas 4:39–40; 6:10). Pero menos conocido es el hecho de que algunas veces Jesús usó sustancias naturales a través de las cuales fluyó su poder sanador.

    El ejemplo más llamativo de este método se encuentra en el Evangelio de Juan, que relata la espectacular curación de un ciego:

    Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento [ . . . ], escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé [ . . . ]. Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.

    —JUAN 9:1, 6–7

    Como indica este pasaje, la curación puede tener lugar instantáneamente o a través de un proceso que ocurre durante un período de tiempo. En este caso, Jesús tocó los ojos del ciego al colocar la solución lodosa en él, pero el hombre no fue sanado instantáneamente. Su curación fue completa cuando siguió las instrucciones de Jesús y se lavó los ojos en el estanque de Siloé.

    ¡Cuántos cristianos fieles se desaniman cuando, después de mucha oración y súplica al trono de Dios, no reciben curación inmediata y milagrosa de sus enfermedades! Pero fijémonos cuidadosamente en lo que causó la curación de este hombre registrada en Juan 9. Primero, recibió el toque de Jesús. Luego, aceptó la aplicación de una sustancia material sobre la parte enferma de su cuerpo. Y finalmente, obedeció las instrucciones únicas de Jesús para él como individuo.

    La experiencia de este ciego nos revela uno de los mayores secretos de

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