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El ayuno de Daniel: Fortalezca su espíritu, alimente su alma y renueve su cuerpo
El ayuno de Daniel: Fortalezca su espíritu, alimente su alma y renueve su cuerpo
El ayuno de Daniel: Fortalezca su espíritu, alimente su alma y renueve su cuerpo
Libro electrónico408 páginas6 horas

El ayuno de Daniel: Fortalezca su espíritu, alimente su alma y renueve su cuerpo

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Información de este libro electrónico

¿Qué tal acercarte más a Dios y mejorar tu salud en tan sólo 21 días? Susan Gregory, blogger de “El Ayuno de Daniel,” presenta un plan que te ayudará a hacer exactamente eso. Inspirada por el libro de Daniel, Susan es ampliamente reconocida como la experta en este Ayuno de 21 días y ha ayudado a miles de personas a descubrir una manera sana y segura de ayunar. Los principios que usted aprenderá de El Ayuno de Daniel cambiarán la manera en que usted ve los alimentos, su cuerpo y su relación con el creador. ¡Incluye un plan de 21 días y un libro de recetas de cocina, ¡actualizado con nuevas recetas!

What if you could grow closer to God and improve your health in just 21 days? Susan Gregory, “The Daniel Fast Blogger,” has a plan to help you do just that. Widely recognized as the expert on this 21-day fast inspired by the book of Daniel, Susan has helped thousands of people discover a safe and healthy way to fast. The principles you learn from The Daniel Fast will change the way you view food, your body, and your relationship with the one who created you. Includes 21-day plan and cookbook, updated with new bonus recipes!
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 jul 2018
ISBN9781496436924
El ayuno de Daniel: Fortalezca su espíritu, alimente su alma y renueve su cuerpo

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    Excelente libro me encantó todo bien elaborado y explicado
    También las recetas excelentes.
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Este libro es una guía práctica que nos facilita el ayuno de Daniel, muchas gracias a la autora por dejarse guiar por Dios y bendecir a su iglesia.

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El ayuno de Daniel - Susan Gregory

Antes de comenzar

E

L

A

YUNO DE

D

ANIEL

abarca un plan de alimentación muy saludable. Sin embargo, por favor permita que el Médico por Excelencia trabaje de la mano con su médico terrenal. Cada vez que usted decide hacer un cambio significativo en su dieta y rutina de ejercicio, es recomendable consultar a su profesional de la salud para obtener sus comentarios al respecto.

El ayuno nunca debe hacerle daño al cuerpo. Si tiene necesidades dietéticas especiales —si está embarazada o amamantando, si padece alguna enfermedad crónica como el cáncer o la diabetes, si es una persona joven que todavía está en crecimiento o si es deportista y consume más energía de lo típico de manera regular— comuníquese con su profesional de la salud y modifique el plan de alimentación del Ayuno de Daniel de manera que sea apropiado y que supla sus necesidades de salud.

Introducción

¡B

ENDITO SEA, QUERIDO HIJO

del Dios Altísimo! Está a punto de iniciar una aventura espiritual emocionante y transformadora. Ayunar es una disciplina espiritual poderosa, diseñada por nuestro Creador, para acercarnos más a él, y el Ayuno de Daniel es una experiencia para toda su persona: cuerpo, alma y espíritu.

Mientras escribo estas palabras, estoy más convencida que nunca de que Dios ha ungido el Ayuno de Daniel para fortalecer y facultar a sus hijos para este período de la historia de la iglesia. En una época en que los sistemas mundiales están tambaleando, la obesidad y las enfermedades han llegado a un récord sin precedentes, y el poder de la oscuridad parece cada día más fuerte, he visto que ocurren milagros cuando la gente vuelve su corazón hacia Dios y se consagra en un período de oración y ayuno.

La Biblia nos instruye para que evaluemos la calidad de las cosas por su fruto. Claramente, el Ayuno de Daniel lleva mucho fruto bueno a medida que transforma vidas hacia la bondad, fe y salud. Recibo miles de correos electrónicos y mensajes al año de gente cuya vida ha sido transformada para siempre durante su Ayuno de Daniel. Es por eso que estoy tan emocionada por la renovación de esta disciplina bíblica, que creo que está siendo impulsada por el Espíritu Santo y avalada por Dios.

A lo largo de las Escrituras encontramos varios hombres y mujeres que inician épocas de ayuno: Job, Jonás, Ester, Isaías, David, Jeremías, Daniel, Joel, Juan el Bautista, Jesús, Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Pablo. El ayuno está entrelazado en toda la Biblia como una práctica normal y aceptable en nuestra fe. No es una regla que surge de la doctrina o tradición de la iglesia. Más bien, como muchos hombres y mujeres lo están descubriendo ahora, el ayuno es una herramienta que el Padre creó para llevar a sus hijos a una comunión y relación más cercanas con él.

Tenga en mente que ayunar tiene que ver con la comida. Se trata de restringir todos o algunos alimentos con un propósito espiritual. Aunque el origen del ayuno no es claro, sí sabemos que Dios ordenó épocas específicas durante las cuales su pueblo no debía comer ciertos alimentos. Cuando Dios inició la Pascua —o Festival de los Panes sin Levadura— como se relata en Éxodo 12, fue muy específico en cuanto a qué alimentos se debía y no se debía comer. Cuando Moisés se reunió con Dios en el monte Sinaí (ver Éxodo 34), no comió ni bebió nada durante cuarenta días.

Entonces, ¿qué es el Ayuno de Daniel? En el primer capítulo del libro de Daniel nos enteramos de las tensiones del joven profeta por las diferencias entre las costumbres babilonias y sus costumbres judías, las cuales tenían que ver con la comida. Daniel rehusó contaminar su cuerpo que había apartado para el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. La comida que le ofrecieron —carne y vino que habían sido dedicados a los dioses falsos babilonios— no serviría. Así que Daniel y sus compañeros iniciaron un ayuno parcial (restringieron comida con un propósito espiritual) para mantenerse fieles a su Dios.

A lo largo del resto de la Biblia, encontramos historias de hombres y mujeres de Dios que ayunaban como parte de su disciplina espiritual. Actualmente, predicadores y maestros de la Biblia aún profesan la necesidad de ayunar. No obstante, rara vez alguien ofrece instrucciones de cómo hacerlo, paso a paso.

Creo que este es el ministerio que Dios me ha dado. Después de comunicarme con miles de hombres, mujeres y adolescentes sobre el Ayuno de Daniel, he descubierto que lo que la gente más quiere es instrucción. No simplemente acerca del ayuno, sino también sobre cómo ayunar. El propósito de este libro es guiarlo hacia un Ayuno de Daniel eficaz. Quiero que aprenda a ayunar, para que pueda darse cuenta de los grandes beneficios que esta disciplina bíblica ofrece. En estas páginas, se enterará de:

Cómo el ayuno puede acercarlo más a Dios

Qué preguntas hacer antes de iniciar un ayuno extenso

Cómo establecer un propósito para su ayuno

Cómo prepararse para un Ayuno de Daniel que enriquecerá su cuerpo, alma y espíritu

Las restricciones dietéticas del Ayuno de Daniel

Cómo preparar comidas nutritivas que cumplan con el Ayuno de Daniel (incluyendo recetas más que suficientes para el desayuno, almuerzo, cena y aperitivos para un Ayuno de Daniel de veintiún días)

Lo que significa caminar en el Espíritu así como él está en el Espíritu y de cómo tomar esta decisión para su propia vida diaria

Cómo comenzar a renovar su vida y cómo reclamar su ciudadanía en el Reino de Dios

Cómo completar un Ayuno de Daniel y seguir con los nuevos hábitos que ha formado para marcar una diferencia positiva en su vida

Cómo incorporar la oración y el ayuno en su vida como herramientas efectivas para su crecimiento espiritual

Al leer estas palabras, espero que perciba interiormente un despertar de gran expectación y de emoción. Está a punto de embarcarse a un encuentro espiritual que abrirá puertas de entendimiento, crecimiento y fe que nunca antes había tenido. En los capítulos siguientes voy a mostrarle cómo tener una experiencia de ayuno efectiva, que fortalecerá su relación personal con Cristo.

Cuando termine este libro, estará completamente equipado para su Ayuno de Daniel. De tener alguna pregunta que no se haya considerado o que no se haya respondido adecuadamente aquí, le mostraré cómo encontrar lo que necesita. Mi misión es hacer todo lo que pueda para ayudarlo, a usted y a otros miembros del cuerpo de Cristo, a experimentar un Ayuno de Daniel exitoso.

Así que prepárese para aprender del Ayuno de Daniel y vea cómo puede serle útil mientras sigue en su búsqueda del Reino de Dios, desarrolla su fe y crece en el amor y conocimiento de nuestro Padre maravilloso.

Que Dios lo bendiga en todo lo que hace.

Susan Gregory

La Bloguera del Ayuno de Daniel

Susan@Daniel-Fast.com

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

—1 T

ESALONICENSES

5:23,

RV

60

PRIMERA PARTE

tenedor

A veces uno está tan hambriento que la única forma de alimentarse es ayunar.

Capítulo 1

¿Quién es la Bloguera del Ayuno de Daniel?

E

N PRIMER LUGAR,

no soy predicadora, ni maestra bíblica, ni gran líder ministerial. Soy una mujer común, cuya vida ha cambiado dramáticamente al iniciar una relación diaria y muy personal con Jesucristo. He aprendido por experiencia propia, y de las experiencias de otros, que tenemos la capacidad de elegir cómo vivir nuestras vidas. Jesús nos enseña a buscar el reino de Dios y su justicia (su manera de hacer las cosas). Dios le dijo a su pueblo que ha puesto ante nosotros la vida y la muerte, bendiciones y maldiciones, y nos enseña a elegir la vida para que tanto nosotros como nuestros descendientes podamos vivir. La decisión es nuestra. Y es una decisión con beneficios que van más allá de pasar la eternidad con Dios. Afortunadamente, podemos decidir tener una vida dinámica, poderosa y con propósito aquí mismo en la tierra y lograr grandes cosas para Dios.

Cada mañana tomo la decisión de vivir una vida impulsada por la fe. Trato de hacer que cada palabra que digo y cada acción que realizo estén en línea con la Palabra de Dios. ¿Sueno radical? Bueno, tal vez sí, comparada con mucha gente. Estoy radicalmente viva con Cristo y mientras más enfoco mis pensamientos, actividades, recursos y futuro en él, mi vida llega a ser más emocionante y tengo más paz.

Acepté a Cristo cuando era jovencita y después pasé varias décadas participando en las actividades típicas de la familia, el trabajo, la iglesia y la vida social. Tuve varios momentos fabulosos con la familia, la maternidad, las amistades y los logros. También tuve momentos muy difíciles, como un divorcio no deseado y una larga enfermedad crónica, pero superé esas épocas con mi mente y cuerpo todavía intactos.

Sin embargo, no fue sino hasta 2007 que en realidad comencé a aprender de qué se trata vivir una vida de fe. Estaba pasando por algunas experiencias difíciles de la vida. Era el inicio de la recesión. Mi negocio de inversiones en bienes raíces colapsó con la debacle de la industria hipotecaria y mis finanzas fracasaron. ¡No tenía idea de lo que iba a hacer para apenas sobrevivir! Tal vez ha pasado por ese desierto oscuro, donde la esperanza parece tan lejana y el alivio tan fuera de vista. Estaba agobiada y me sentía completamente sola.

Sin embargo, no estaba sola. Pronto descubrí la verdad bíblica que Jesús nunca nos dejará ni nos desamparará. Aprendí que cuando nos acercamos a Dios, él se acerca a nosotros. Elegí creer solemnemente todo lo que estaba escrito en la Biblia. Decidí de antemano que si la duda o el temor aparecían amenazadoramente, eso serviría como señal de que necesitaba buscar más el amor y el conocimiento de Cristo. Ah, ¡él es tan fiel! Me propuse confiar en Dios y en su Palabra. Me levantaba cada mañana y pasaba horas estudiando la fe y la oración. Escribía en mi diario. Leía libros de maestros bíblicos y predicadores respetados y acreditados, pasaba horas hablando con mi Padre y proclamaba las verdades y promesas que él les hizo a sus hijos.

No ocurrió de la noche a la mañana. Fue como un gran barco comenzando a girar —grado por grado, mi duda se transformó en fe y mi temor en esperanza. Verdaderamente supe lo que se siente tener el gozo del Señor como mi fortaleza. A través de este proceso, mi Padre me sacó del desierto y me llevó a su luz gloriosa. Las áreas quebrantadas de mi vida comenzaron a sanar, y en tanto me propuse fundamentar cada parte de mi vida en la Palabra de Dios, inicié una vida de estabilidad, paz y descanso que nunca antes había conocido.

Como parte de este proceso, el Señor me permitió volver a escribir en el ámbito cristiano. Un día estaba sentada en el sofá de mi sala. No estaba meditando, ni orando, ni haciendo algo muy espiritual. Simplemente estaba sentada. Fue entonces cuando escuché la suave y tranquila voz de Dios en mi espíritu: Empieza a escribir acerca del Ayuno de Daniel.

Parecía una idea interesante. Había practicado el ayuno por muchos años y en realidad estaba preparándome para iniciar un Ayuno de Daniel de veintiún días, al inicio del Año Nuevo, que apenas estaba a un par de semanas de distancia. También tenía experiencia como escritora, aunque no había escrito profesionalmente durante más de diez años. Busqué en Internet y me di cuenta de que no había mucha información acerca del Ayuno de Daniel. Tal vez habría otras personas interesadas en saber más sobre este ayuno y tal vez yo podría ayudarlas a suplir esa necesidad.

Comencé este ayuno hace catorce días y me va muy bien. Me siento bien espiritualmente, emocionalmente y físicamente. Además, ¡he bajado cuatro kilos y medio! —Corby

Por experiencia propia sabía que muchas personas comienzan el Año Nuevo con oración y ayuno. Ya que la fecha de inicio se acercaba pronto, tenía que difundir la información rápidamente. Decidí escribir un blog titulado El Ayuno de Daniel.[1] Pronto había publicado páginas y páginas de buena información acerca del Ayuno de Daniel, y no tomó mucho tiempo para que la gente comenzara a ingresar comentarios y a hacer preguntas en el blog. Respondí a cada uno, y los comentarios y preguntas aumentaron mientras se acercaba el Año Nuevo.

Después de unos días, rápidamente percibí que la necesidad número uno de la gente que visitaba el blog eran recetas. Así que busqué en mi colección de recetas y comencé a adaptar algunas para que encajaran con las pautas del Ayuno de Daniel, y las puse a disposición en mi blog. Fue allí cuando pude ver cómo se desarrolló el plan de Dios. Los visitantes del blog estaban eufóricos de contar con la información que necesitaban para un Ayuno de Daniel eficaz, y yo fui impulsada hacia toda una nueva línea de trabajo. Pude ver que mi Padre amoroso me había dirigido para que volviera a escribir en el ámbito cristiano con un propósito seguro. Además —y esta es la mejor parte— en lo que pensé que era simplemente un encargo para escribir, Dios tenía la intención de un ministerio laico donde yo supliría las crecientes necesidades de su pueblo.

Ahora el blog ha recibido más de 1,5 millones de visitas, y he podido ministrar a miles de hombres, mujeres y jóvenes. Me hago llamar la Bloguera del Ayuno de Daniel, pero en realidad el título no importa. He experimentado la gracia de Dios en mi vida. El mayor deseo de mi ministerio es ayudar a hombres, mujeres y jóvenes a aprender a confiar en Dios y en su Palabra, más que en cualquier otra cosa.

A través de este proceso, Dios ha abierto mi corazón a hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo, mientras buscan respuestas e instrucciones prácticas en cuanto a esta práctica de ayuno. Mi gran bendición es servir a Dios al servir a su pueblo. Muchas de las cartas que recibo de la gente hacen que me salten las lágrimas cuando comparten sus victorias durante sus Ayunos de Daniel. La gente que nunca ha tenido éxito con las dietas ha encontrado victoria al enfocarse en Cristo y ha desarrollado el fruto del Espíritu del control propio. Alabo a Dios con hombres y mujeres que experimentan relaciones restauradas con sus cónyuges, padres o hijos. Muchos escriben acerca de oraciones respondidas y milagros. Me encantan, especialmente, los testimonios de cómo la gente ha aprendido, por primera vez, a tener una relación íntima y amorosa con Cristo.

Nuestro Dios es muy bueno y quiere que sus hijos confiemos en él y sigamos sus caminos, para tener la vida buena que él ha planificado para nosotros. Mi meta primordial es ayudar a la gente a experimentar un Ayuno de Daniel eficaz, para que pueda crecer en el amor y el conocimiento de nuestro Padre maravilloso experimentando el amor de Cristo de maneras nuevas y extraordinarias.

La Biblia enseña en Santiago 4:8: Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros (

RV

60). El ayuno nos pone en una posición de apartar un tiempo particular en el que podemos enfocar nuestra atención en Dios y acercarnos a él. En esa cercanía está la bendición y el poder. En esa cercanía experimentamos su presencia y escuchamos de él. En esa cercanía crecemos, ejercitamos nuestros músculos de la fe y examinamos nuestros corazones. El Ayuno de Daniel le ofrece una oportunidad, guiada por el Espíritu, de alimentar su alma, de fortalecer su espíritu y de renovar su cuerpo.

Estoy inmensamente agradecida con el Señor por darme este ministerio, y con esta bendición verdaderamente quiero ser una bendición para otros. Me siento honrada de que hombres y mujeres tengan el servicio de la información que comparto acerca del Ayuno de Daniel, y estoy agradecida con usted por confiar en mí con el tiempo y los recursos que ha invertido en este libro.

Por favor, siéntase en confianza de escribirme por correo electrónico a Susan@Daniel-Fast.com si tiene preguntas que no se responden en estas páginas.

[1] El Blog del Ayuno de Daniel, http://www.DanielFast.wordpress.com, y página de Internet, http://www.Daniel-Fast.com.

Capítulo 2

Desempolvemos una antigua disciplina espiritual

E

N EL CUERPO DE

C

RISTO

se está llevando a cabo un movimiento que va en aumento. A medida que las personas buscan saciar su hambre de Dios, han desempolvado la antigua disciplina espiritual del ayuno. Esta no es una moda pasajera, sino el redescubrimiento de una manera poderosa de comunicarse con Dios en una relación íntima y auténtica, de recibir respuestas a nuestras oraciones y de obtener un contacto fresco con nuestro Padre amoroso.

Al observar la Palabra de Dios, vemos que casi todos los líderes ayunaron. La oración y el ayuno eran típicos de la vida espiritual judía, y la gente de la Biblia conocía el poder de la práctica. Cuando tenían grandes necesidades o estaban a punto de experimentar una gran prueba, frecuentemente buscaban la sabiduría e intervención de Dios por medio de la oración y el ayuno. Considere lo siguiente:

Moisés: "Se quedó en el monte con el S

EÑOR

durante cuarenta días y cuarenta noches. En todo ese tiempo, no comió pan ni bebió agua. Y el S

EÑOR

escribió en las tablas de piedra las condiciones del pacto: los diez mandamientos." (Éxodo 34:28)

Elías: Se levantó, comió y bebió, y la comida le dio fuerza suficiente para viajar durante cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al monte Sinaí, la montaña de Dios. (1 Reyes 19:8)

Esdras: Se retiró de la parte delantera del templo de Dios y fue a la habitación de Johanán, hijo de Eliasib. Pasó la noche allí sin comer ni beber nada. Seguía en duelo a causa de la infidelidad de los que habían regresado del destierro. (Esdras 10:6)

Daniel: En todo ese tiempo no comí nada pesado. No probé carne ni vino, ni me puse lociones perfumadas hasta que pasaron esas tres semanas. (Daniel 10:3)

Ester: Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa y hagan ayuno por mí. No coman ni beban durante tres días, ni de noche ni de día; mis doncellas y yo haremos lo mismo. Entonces, aunque es contra la ley, entraré a ver al rey. Si tengo que morir, moriré. (Ester 4:16)

Ana: Ella vivió como viuda hasta la edad de ochenta y cuatro años. Nunca salía del templo, sino que permanecía allí de día y de noche adorando a Dios en ayuno y oración. (Lucas 2:37)

Jesús: Lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán. Y el Espíritu lo llevó al desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. Jesús no comió nada en todo ese tiempo y comenzó a tener mucha hambre. (Lucas 4:1-2)

Pablo: Permaneció allí, ciego, durante tres días sin comer ni beber. (Hechos 9:9) He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado. (2 Corintios 11:27)

Cornelio: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente. (Hechos 10:30,

RV

60)

Líderes y ancianos de la iglesia: Cierto día, mientras estos hombres adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Consagren a Bernabé y a Saulo para el trabajo especial al cual los he llamado’. (Hechos 13:2) Pablo y Bernabé también nombraron ancianos en cada iglesia. Con oración y ayuno, encomendaron a los ancianos al cuidado del Señor, en quien habían puesto su confianza. (Hechos 14:23)

A medida que las presiones actuales aumentan, los seguidores de Jesús están buscando una relación más profunda y más significativa con su Señor. Quieren una fe que vaya más allá del domingo en la mañana. Quieren que su fe marque una diferencia en sus familias, en sus trabajos, en lo que los rodea todos los días. Quieren experimentar a Dios para vivir una fe que esté centrada en Cristo, que sea significativa y un testimonio positivo al mundo.

¿QUÉ ES EL AYUNO Y CÓMO PUEDE ACERCARME MÁS A DIOS?

Un creciente número de cristianos de todas las denominaciones se ha percatado de la disciplina del ayuno ordenada por Dios. Ya sea que sus ayunos sean personales o colectivos, una vez más, los cristianos están haciendo de esta práctica antigua una parte normal de su rutina espiritual.

Comencemos con lo que es el ayuno y con lo que no es. Primero, el ayuno está siempre relacionado con la comida. La definición de un ayuno bíblico es limitarse de comida con un propósito espiritual. La palabra hebrea para ayuno es tsôwm (tsum), que significa taparse la boca. La palabra griega para ayuno es nēstěuō (nes-tiu-o), que significa abstenerse de comida. Cuando se mencionan los ayunos en la Biblia, van acompañados de un asunto espiritual. Así que cuando pensamos en el ayuno bíblico, siempre tiene que ver con limitar comida con un propósito espiritual.

Por lo tanto, dejar de ver televisión o de jugar juegos de video por un período de tiempo podría ser una buena decisión, pero no es ayuno. Durante un ayuno, mucha gente decide reducir la cantidad de tiempo que le dedica a ciertos pasatiempos para poder dedicar más tiempo a la oración, a meditar en la Palabra de Dios o a estudiar sus caminos. Eso es una buena idea, siempre y cuando se dé cuenta de que renunciar a actividades específicas no es substituto para un verdadero ayuno.

Además de limitar o cambiar hábitos alimenticios, ayunar siempre tiene que ver con nuestra vida espiritual. Sin ese aspecto, es solamente una dieta. Usar el plan alimenticio del Ayuno de Daniel por razones de salud podría ser un buen cambio dietético. Sin embargo, entienda que no estaría ayunando si el componente espiritual no está totalmente involucrado. Imagine que pasa un día en el campo de golf. Cuando regresa a la sede del club, alguien le pregunta cómo le fue.

Pues tuve un magnífico día de golf, podría ser su respuesta.

Cuando le preguntan acerca de su puntaje, usted responde: Bueno, no le dí a la pelota hoy. Dejé mis palos en el auto, pero como dije, tuve un maravilloso día de golf. La verdad es que lo que quizás tuvo fue un día exitoso caminando y disfrutando del campo, pero no estuvo jugando golf. Lo mismo pasa con el ayuno. Puede seguir el plan alimenticio con diligencia y experimentar muchos beneficios de salud, pero si no incluye el componente espiritual es como si dejara sus palos de golf en el auto: está haciendo dieta, pero no está ayunando.

Esto podría ser una sorpresa para usted, pero el ayuno no es para Dios. Él no va a pensar que usted es mejor cristiano o una persona más espiritual porque ayuna. Su valía para Dios depende totalmente de Cristo, quien lo hizo valioso y aceptable ante el Altísimo en la cruz. Así que, si usted está ayunando para demostrarle a Dios lo bueno que es, ni se moleste.

Más bien, querido lector, ayunar es para usted. Es una herramienta espiritual que Dios creó para ayudarlo a fortalecer su espíritu, para que aprenda a dominar la carne, para acercarlo al Padre y para que pueda enfocarse en la oración. Cuando ayuna, está iniciando un grupo de acciones temporales con un propósito espiritual —como entrar a una burbuja donde todo es distinto por un período específico de tiempo. Aunque puede adquirir algunas disciplinas nuevas cuando ayuna y seguir practicándolas al terminar el ayuno, la experiencia debe ser temporal porque es intensa y tiene un propósito específico. Ha habido veces en las que he ayunado y he sentido como si estuviera tomando un curso intensivo en asuntos espirituales.

A mi esposo y a mí nos encanta el Ayuno de Daniel. Las comidas son fáciles de preparar y muy ricas. —D. R.

Cuando estudiamos la Biblia, vemos que las personas fueron creadas en tres partes. El Ayuno de Daniel trata con cada parte de nosotros. En 1 Tesalonicenses 5:23 leemos: Que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. En Hebreos 4:12 aprendemos: La palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.

Algunos teólogos dicen que somos espíritus, que tenemos almas y que vivimos en nuestros cuerpos. Veremos cómo se relaciona esta idea con el Ayuno de Daniel en el capítulo 4.

Tres clases de ayuno

En la Biblia se mencionan tres clases de ayuno:

El ayuno absoluto es lo que Moisés hizo por cuarenta días cuando estuvo en el monte Sinaí. La Biblia relata el ayuno en Éxodo 34:28: "Moisés se quedó en el monte con el S

EÑOR

durante cuarenta días y cuarenta noches. En todo ese tiempo, no comió pan ni bebió agua. Y el S

EÑOR

escribió en las tablas de piedra las condiciones del pacto: los diez mandamientos." Rara vez se practica un ayuno absoluto por un período largo de tiempo. Algunos se abstendrán de todo alimento y agua por un período corto de ayuno, quizás durante las horas del día. Sin embargo, no se recomienda períodos más largos, ya que podrían redundar en complicaciones físicas, con consecuencias a largo plazo.

El ayuno normal es cuando se consume solamente agua. Este ayuno sería el tipo que practicaron Elías (ver 1 Reyes 19:8) y Jesús (ver Mateo 4). Aunque no podemos estar completamente seguros de que Elías y Jesús se abstuvieron solamente de comida por cuarenta días, los relatos indican que Elías no comió, pero no se menciona el agua y Cristo tuvo hambre; no se menciona la sed.

El ayuno parcial es cuando se consumen algunos alimentos, pero no se permiten otros, como en el caso de Daniel y de Juan el Bautista. La mayoría de nosotros recuerda la historia de Juan el Bautista, que sobrevivía solamente con langostas y miel silvestre (Mateo 3:4). (Puedo ver por qué el Ayuno de Juan el Bautista no ha captado la atención de los cristianos de hoy. ¡No hay una gran demanda de langostas!)

Parece que Daniel ayunaba frecuentemente, y tres de sus experiencias están registradas en el libro de Daniel. En Daniel 9:3 fue un ayuno normal: Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno. También me puse ropa de tela áspera y arrojé cenizas sobre mi cabeza. Sin embargo, hay otros dos relatos de que Daniel participó de un ayuno parcial, absteniéndose de ciertos alimentos, pero no de todos.

En Daniel 1:12 leemos que Daniel y sus compañeros comieron solamente vegetales, lo cual se refería a alimentos que se originaban de semillas, y

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