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Los Genes del Diseñador: Dios diseñó las semillas de su carácter  para crear su destino
Los Genes del Diseñador: Dios diseñó las semillas de su carácter  para crear su destino
Los Genes del Diseñador: Dios diseñó las semillas de su carácter  para crear su destino
Libro electrónico290 páginas4 horas

Los Genes del Diseñador: Dios diseñó las semillas de su carácter para crear su destino

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Información de este libro electrónico

Dios lo creó con sus propios genes los cuales permiten que usted se convierta en alguien especial, alguien que hace una diferencia positiva en su mundo. Muestre los dones y el llamamiento que Él da libremente mediante el desarrollo de su carácter y moviéndose continuamente hacia su destino.

 Dios utiliza situaciones cotidianas de la vida para mejorar diversos aspectos de su carácter incluyendo:....

· Humildad

· Confianza

· Paciencia ·

· Gozo

. Integridad

 De acuerdo al autor Ken Harrington, en estos "compartimentos" de nuestro carácter es que Dios deposita verdadera autoridad y poder. A través de ejemplos bíblicos y personales se dará cuenta de que la gente común pueden vivir vidas extraordinarias mientras  voluntariamente  crece en la imagen de Cristo

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 feb 2013
ISBN9781621361527
Los Genes del Diseñador: Dios diseñó las semillas de su carácter  para crear su destino

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    Los Genes del Diseñador - Ken Harrington

    LOS GENES DEL

    DISEÑADOR

    La mayoría de los productos de Casa Creación están disponibles a un precio con descuento en cantidades de mayoreo para promociones de ventas, ofertas especiales, levantar fondos y atender necesidades educativas. Para más información, escriba a Casa Creación, 600 Rinehart Road, Lake Mary, Florida, 32746; o llame al teléfono (407) 333-7117 en Estados Unidos.

    Los genes del Diseñador por Ken Harrington

    Publicado por Casa Creación

    Una compañía de Charisma Media

    600 Rinehart Road

    Lake Mary, Florida 32746

    www.casacreacion.com

    No se autoriza la reproducción de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o transmitido de manera alguna ni por ningún medio–electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro–sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepción de lo previsto por las leyes de derechos de autor en los Estados Unidos de América.

    A menos que se indique lo contrario, el texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas.

    Utilizado con permiso.

    Otra versión utilizada es la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Marcada (NVI). Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (LBLA) corresponden a La Biblia de las Américas, Edición de Texto © 1997 por The Lockman Foundation. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (NTV) corresponden a es la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente © Tyndale House Foundation, 2010. Usada con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados.

    Las citas de la Escritura marcadas (BTX) corresponden a la Biblia Textual Reina Valera, Ed. 2010 © 2010 Sociedad Bíblica Iberoamericana, Inc. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (RV95) corresponden a la Santa Biblia Reina Valera Revisión 1995, Edición de Estudio © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (TLA) corresponden a la Biblia para todos. Traducción en lenguaje actual © 2002 Sociedades Bíblicas Unidas. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (DHH) corresponden a la Biblia Dios Habla Hoy, 2ª edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1983. Usada con permiso.

    Las citas marcadas Biblia Peshitta corresponden a La Biblia Peshitta en Español © 2006 por Instituto Cultural Álef y Tau, A.C. Publicado por Broadman & Holman Publishing Group. Usada con permiso.

    Las citas de la Escritura marcadas (RV1909) corresponden a la Santa Biblia Reina Valera Revisión 1909 incluida en e-Sword - La espada electrónica © 2000-2005 Rick Meyers, versión 8.0.6., con recursos en español provistos por www.ebenezer.hn. Usada con permiso.

    La grafía y significado de los términos hebreos y griegos corresponden a la Nueva concordancia exhaustiva de la Biblia de Strong, de James Strong, Editorial Caribe, 2003. Usada con permiso.

    Los énfasis y aclaraciones entre corchetes dentro de las citas bíblicas corresponden al autor.

    Copyright © 2013 por Casa Creación

    Todos los derechos reservados

    Originally published in the USA by:

    Shippensburg, PA

    Under the title:

    Designer Genes

    Copyright © 2008 —Ken Harrington-USA

    Visite la página web del autor: www.treasurechestministries.ca

    Traducido por: María Mercedes Pérez, María Bettina López y

    María del C. Fabbri Rojas.

    Coordinación, revisión de la traducción y edición: María del C.

    Fabbri Rojas

    Director de diseño: Bill Johnson

    Library of Congress Control Number: 2012949397

    ISBN: 978-1-62136-150-3

    E-book ISBN: 978-1-62136-152-7

    Impreso en los Estados Unidos de América

    13 14 15 16 17 * 7 6 5 4 3 2 1

    Agradecimientos

    Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo. Cada hombre es un trozo del continente . . .

    John Donne,

    Sacerdote y poeta inglés (1572-1631)¹

    Ningún libro es producto de los esfuerzos o de los pensamientos de un hombre. Es en la combinación de fuentes de inspiración y talentos que se genera el verdadero genio. Deseo dar gracias a mi querida esposa y colaboradora, Jeanne Harrington, por su inspiración, su apoyo y su sagacidad profética que hicieron posible este libro. Leyó y releyó cada página, fue el impulso para la mayoría de las historias, corrigió los detalles, y me animó cuando me quedé en blanco. Sin ella, no habría libro.

    Gracias también a los esfuerzos incansables de Brenda G. Smith, quien realizó la edición inicial, mientras yo escribía, para hacer que los pensamientos fueran lo suficientemente adecuados para la lectura.

    Como la mayoría de los primeros pensamientos de este libro fueron escritos mientras yo todavía era empleado siderúrgico y antes de que tuviera una computadora portátil, necesitaba que transcribieran mis garabatos. Ese trabajo recayó sobre las damas de la iglesia Spruce Grove Community. Gracias, primeramente a Myrna Mukli que organizó e hizo la mayor parte de la tarea. Gracias también a todas las demás que transcribieron: Tangy Shields, Teresa Hunter, Suzanne Harrington, Laverne Kundert, Cheri Mitchell, y Shara-Rae Mitchell. Gracias también a Lauri MacKinnon por su trabajo de fotografía.

    Quisiera agradecer además a Destiny Image por darle una oportunidad a este libro. Un agradecimiento especial a Don Nori, cuya fe y entusiasmo me impulsaron a bajar la cabeza y terminar este proyecto. Gracias también a Ronda Ranalli por su sabiduría al discernir el alcance que este libro tendría, y a Dean Drawbaugh por los esfuerzos realizados para lograr llevarlo a la imprenta. Julie Martin también merece mucho crédito por hacer la mayor parte de la edición. Sus comentarios, que admito que solían irritar, me obligaron a quitar rigurosidad con que suelo presentar mis ideas, y desarrollar un libro más fácil de leer.

    Sobre todo, agradezco la inspiración del Espíritu Santo que es el verdadero autor de este libro. Recibí todo el bosquejo en un período de 45 minutos mientras Él descargaba un poco de lo que desea para el Cuerpo de Cristo en el área del carácter.

    Recomendaciones

    Ken y Jeanne compartieron con cariño desde sus corazones y experiencias personales sobre los principios esenciales de la autoridad espiritual. Este libro debería inspirar a muchos de los que desean ser más como Cristo.

    David Demian

    Director de Watchmen for the Nations

    Todos queremos más autoridad y poder en el reino espiritual, pero ¿tenemos el carácter para contenerlo? En este excelente libro, Ken Harrington aborda esta cuestión y presenta muchos conocimientos prácticos y revelaciones de la Palabra de Dios y experiencia personal para llevar al lector más bajo en la carne, pero más alto en el espíritu.

    Lorne y Rita Silverstein

    Directores de Every Home for Jesus

    Los temas que Ken y Jeanne cubren en este libro son áreas vitales de preocupación en el ministerio, tanto en lo personal como en los diversos aspectos con que tratamos en el campo misionero. Hemos utilizado su visión y su experiencia para ministrar a presos, recuperar adictos en nuestros eventos callejeros, a los niños de nuestro orfanato y a nuestro personal. Eso ha traído liberación, libertad y sanidad a sus vidas. Recomendamos ampliamente este libro y vamos a continuar usándolo regularmente en todas las áreas de nuestro ministerio.

    ¡Es necesario que todo cristiano utilice las verdades que Ken y Jeanne comparten en este libro!

    Kim y Weiler Lynn

    Fe Viva World Missions

    En su propio estilo entrañable, Ken y Jeanne Harrington nos invitan a unirnos a ellos en su singular recorrido hacia la semejanza con Cristo. Nos comparten con sinceridad las batallas y los triunfos, los fracasos y las victorias, que obran en conjunto para formar en nosotros el carácter de Dios.

    En el camino, usted recogerá las pepitas de oro y plata, piedras preciosas y perlas de sabiduría. Y si presta mucha atención, también encontrará las llaves que pueden abrir los misterios del Reino que usted puede poner en su propio cofre del tesoro.

    En el centro de todo esto se halla el desafío eterno y formidable para nosotros de negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús, ¡el mandato para todos los creyentes!

    Ha sido un gozo para mí conocer a Ken y Jeanne durante muchos años. En todas las experiencias que compartimos, puedo decir verdaderamente que ellos viven lo que proclaman. Estas páginas no se limitan a presentar teorías vacías. Estas son verdades que se han forjado en el horno de la vida. ¡Y ahora están disponibles para usted! ¡Disfrute!

    Rev. Dennis Wiedrick

    Presidente de Wiedrick and Associates, Apostolic Ministries

    Oshawa, Ontario

    Contenido

    Prólogo

    Prefacio

    Introducción

    Capítulo 1      Humíllese: Humildad

    Capítulo 2      Caminar sobre el agua: Fe

    Capítulo 3      Un ancla en la tormenta: La esperanza

    Capítulo 4      ¿Cuándo Dios, cuándo?: Paciencia y descanso

    Capítulo 5      Agárrame papá: Confianza

    Capítulo 6      La clave de la fortaleza: El gozo

    Capítulo 7      El don que sigue dando: El amor

    Capítulo 8      Perdone y olvide: El perdón

    Conclusión    Abra la puerta a su destino

    Apéndice A

    Apéndice B

    Notas

    Prólogo

    Hay una diferencia entre un hombre que hace conjeturas y uno que hace el trabajo. Alguien dijo una vez: "Los que pueden, hacen; los que no pueden, enseñan. Sin embargo, hay otra raza de personas que hacen" y enseñan. Cuando una persona es portadora de esta combinación de puntos fuertes, provee una clase distinta de autoridad al material que está siendo presentado. Este libro representa ese tipo de combinación.

    Hace unos años me encontré en una posición de liderazgo en Spruce Grove. Como en cualquier otra iglesia, había una estructura de autoridad establecida. Sin embargo, he descubierto que no todo el que tiene un título lo merece. Así que tenía una pregunta. Yo no necesitaba saber quiénes eran diáconos, o quiénes eran ancianos. Mi principal pregunta era: Señor, ¿con quién hablas sobre el futuro y la dirección de este cuerpo?. Esta no era una pregunta que un hombre o una mujer pudiera responder.

    Y así que esperé, semana tras semana. Mientras oraba y buscaba el consejo de Dios, observaba a quienes llevaban una palabra o carga similar. Con suma regularidad, una pareja que servía como ancianos en la iglesia entraba por mi puerta. Una semana era un sueño, la siguiente, un testimonio o un versículo. Una y otra vez, con demasiada frecuencia para ser una coincidencia, esta misma pareja portaba la Palabra del Señor. ¡Esa fue mi respuesta!

    Ken y Jeanne Harrington son una pareja que hace lo que predica, y predica con el ejemplo. No solo han estudiado las Escrituras, sino que las han aplicado de manera que validan su valía. No estoy diciendo que no podemos simplemente creer lo que está escrito. Ciertamente podemos y deberíamos hacerlo. Pero hay algo que sucede en lo profundo del corazón de un hombre o una mujer que ha creído, se ha afirmado, y al final sostiene un resultado verificado. Este libro presenta no solo verdades del Reino, sino docenas y docenas de ejemplos de cómo esas verdades son vividas y captadas por el creyente promedio. En estos capítulos usted encontrará hermosas gemas y estupendas pepitas de oro que han sido extraídas de la Montaña de la Palabra de Dios. ¡Disfrute todas y cada una de ellas!

    Marc Brisebois

    Pastor principal, Spruce Grove Community Church

    Director de Watchman on the Wall

    Prefacio

    Este libro tiene dos propósitos principales:

    1. Ilustrar de manera práctica los principios que permiten que una persona camine en la verdadera autoridad.

    2. Introducir las palabras de Dios, no sólo los principios, en el espíritu de las personas, para que la revelación, no solo el conocimiento, las invista de poder.

    Para lograr esto, se entrelazan muchas escrituras a lo largo el texto. Me doy cuenta de que muchos lectores tienen tendencia a saltear las citas bíblicas para seguir el flujo de las ideas del autor. Sin embargo, le imploro que dé a la Palabra de Dios el honor que se le debe. Lea cada palabra, y deje que penetre en lo más íntimo de su ser.

    Jesús dijo: Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). La definición griega¹ de la palabra que aquí se traduce como poder implica autoridad, tanto el derecho como la fuerza para realizar un acto.² Jesús quiere delegar esa autoridad a su pueblo en la tierra. Sin embargo, muchos de nosotros no hemos sabido entender que esa autoridad proviene de la naturaleza de Jesús, no de la fuerza de voluntad. Esto ha creado una situación en la que le hemos permitido a la mera fuerza hacerse pasar por autoridad. Cuando este tipo de autoridad basada en la fuerza es expuesta a la presión, manifiesta su falta de carácter, con resultados desastrosos.

    Este libro por tanto se basa en la suposición de que la autoridad (palabra raíz: autor) reposa en el Autor o Creador de este mundo y se manifestará en nosotros cuando le permitamos a Él ser el autor de los diversos aspectos de nuestro carácter. Así, conceptos tales como el perdón, el amor, la humildad, la paciencia, el gozo, la confianza, la fe y la esperanza son recipientes de esta autoridad.

    Por medio de ejemplos y conceptos personales y de las Escrituras, este libro lo llevará a usted, lector, a un cambio de paradigma en su manera de pensar, y a acceder al poder y la autoridad que Dios lo ha destinado a caminar.

    Introducción

    ¿Su vida parece mundana y carente de emoción y significado? ¿Alguna vez sintió que había un potencial oculto en usted, pero no podía llegar a él? Dios nos diseñó para elevarnos por encima del plano mundano echando mano a nuestro destino. Lamentablemente, muchos de nosotros ni siquiera nos acercamos a nuestro potencial en Él.

    Tenemos que aprender que el carácter es la llave que abre la puerta al destino. Muchas personas con talento se han estrellado contra las rocas de la vida porque su carácter no podía sostenerlos, mientras que personas menos dotadas, pero con gran carácter, han llegado a lugares de prominencia en el Cuerpo de Cristo. Es mi deseo ver que usted acceda plenamente al potencial de todo lo que Dios le ha designado. Escribí este libro para darle las llaves para abrir la puerta de su destino.

    Giezi era un aprendiz de profeta, con ropas de siervo, capacitándose para heredar el manto de poder que llevaba Eliseo (vea 2 Reyes 4-5). Giezi servía a Eliseo y fue testigo de todo el poder y la autoridad que él ejercía. Eliseo lo envió a resucitar a los muertos, a sanar a los enfermos, y a entregar sus palabras. Giezi, incluso se sentaba con Eliseo y discutía la voluntad de Dios para bendecir al pueblo. Él estaba destinado a ser la voz profética de Dios, establecer y derrocar reyes, pero tenía un defecto de carácter: era codicioso.

    Naamán, el capitán sirio vino a Eliseo para ser sanado de lepra. Estuvo tan agradecido por su sanidad que le ofreció muchas riquezas. Eliseo se negó a utilizar los dones de Dios para su beneficio personal, pero Giezi no era tan desinteresado, por lo que se equivocó en su decisión al aprovecharse del don de sanidad que Eliseo declaró sobre Naamán. Esa acción reveló la verdadera naturaleza de Giezi, él tuvo por más valioso su propio beneficio que su servicio a Eliseo o la herencia del oficio de profeta. Más adelante encontramos en la Escritura que Giezi le relataba al rey de Israel las historias de los milagros de Eliseo, en vez de hacer los milagros él mismo. Giezi perdió su destino, porque no pudo cambiar su egoísta manera de pensar.

    Para que podamos empezar esa transformación, debemos desear andar en el carácter de Jesús y no en el nuestro. Esta es nuestra gloria, que es Cristo en nosotros (vea Colosenses 1:27). En un sueño que Dios me dio, vi a Jeanne y a mí con los brazos llenos de bolas brillantes. Cada una de esas bolas de poder tenía rayos de luz que salían de ellas. Yo tenía tantas que cuando una se cayó ni siquiera pude agacharme a recogerla. Dios dijo que eran esferas de autoridad. Cada una de esas esferas representaba diferentes aspectos de nuestro carácter. Cada característica—humildad, fe, amor, gozo, etc.—es un recipiente del poder de Dios.

    Yo siempre había supuesto que el poder residía en un individuo como el aire en un globo, todo en un recipiente en nuestro espíritu. Ahora entiendo que Dios tiene todo el poder y la autoridad y que residen en Jesús (vea Mateo 28:18). Cuando permitamos que Él resida en las diversas áreas de nuestro carácter, su poder se manifestará a través de nosotros a un mundo herido. La puerta que nos permitirá acceder a la verdadera autoridad y poder es nuestro carácter; si refleja el carácter de Cristo. En última instancia, el único enemigo que nos puede resistir en esta batalla es nuestra propia carne.

    Este no es un libro sobre doctrina, aunque explica los principios del Reino de Dios. No es un libro de cómo hacer, aunque usted caminará con Jeanne y conmigo a través de nuestros errores y victorias. El propósito de este libro es impartir vida, la vida de Jesús, a su carácter y a su espíritu. Esto ocurre, como todos los otros aspectos de la vida cristiana, por medio de la gracia y de la fe (vea Efesios 2:8). He tratado de ser sincero en la presentación de la historia de mi familia. Solo somos gente común con un Dios extraordinario. Hemos experimentado gloria y vergüenza en nuestras vidas. Ambas son beneficiosas en las manos de Dios para producir madurez y pureza.

    Solo podremos entrar en nuestro destino, si permitimos que Dios refine nuestro carácter. Giezi no tenía el carácter que pudiera mantenerlo donde su llamado lo habría llevado. Su historia y otras están en la Biblia para nuestro bien: están escritas para amonestarnos a nosotros (1 Corintios 10:11), para que no sigamos su ejemplo, sino más bien los pasos de Jesús. Jesús dijo: Al que cree todo le es posible (Marcos 9:23). Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante (Hebreos 12:1). Podemos hacer esto, si creemos. Jesús ya ha corrido la carrera por nosotros. Él dijo que nos llevaría.

    Observe nuestro viaje (el de mi esposa y mío) en las páginas de este libro; lo animará en el suyo. Dios disfruta transformar a la gente común en conquistadores extraordinarios cambiando su carácter. Su mayor deseo es ver que cada uno de nosotros llega a ser aquello para lo cual Él nos creó. Nunca lo alcanzaremos a menos que entremos en nuestro destino en Él. A través de las páginas de este libro, espero que usted sea inspirado a alcanzar el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:14).

    Capítulo 1

    Humíllese: Humildad

    SUMISIÓN Y HUMILDAD: LA PUERTA BAJA A LA AUTORIDAD DEL REINO

    En nuestros pensamientos humanistas sobre la humildad y la sumisión, tendemos a relegar a la gente que muestra estos atributos a los niveles más bajos de las más poderosas estructuras, pero la Biblia dice que los mansos heredarán la tierra (Salmos 37:11). En otras palabras, cuando se han desarrollado todas las variables y la búsqueda de posiciones ha terminado, es el manso quien está al tope entre los herederos (los dueños) de este planeta y todos sus complejos sistemas. ¡Esto no es lo que predecirían nuestros procesos de pensamiento! Si la máxima autoridad les pertenece a los mansos, entonces, todos los que desean un lugar de prominencia deben elegir ponerse bajo autoridad en lugar de empujar para ser la autoridad.

    Dios advierte a los que ven su valor como superior al de otros que deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice: ‘Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes’ (1 Pedro 5:5, TLA). Dios realmente pone obstáculos en el camino de los soberbios y da gracia (favor injustificado) a los humildes.

    Jeanne, mi esposa, aprendió tempranamente esta lección. Ella era una Brownie (una Guía junior) cuando jovencita. Su tropa estaba haciendo un proyecto para bendecir a una casa de campo de personas mayores, y cada una de las chicas tenía la esperanza de ser la elegida para presentar una canasta de frutas. Todas las niñas saltaban a su alrededor con entusiasmo, gritando: ¡Elígeme a mí! ¡Elígeme a mí!. Jeanne estaba segura de que no sería elegida, así que decidió limpiar el desorden que la tropa había hecho. Sin embargo, mientras estaba recogiendo los papeles y las cintas, la líder de la tropa la vio y reconoció que Jeanne estaba exhibiendo las cualidades que se espera que las Brownies ejemplifiquen: la humildad y el servicio. Por lo tanto, Jeanne fue elegida para presentar los regalos. Esa lección se ha quedado con Jeanne para toda su vida y le ha permitido desenvolverse en muchos altos niveles del Reino.

    Cuanto más alto somos exaltados, más importante es que ignoremos los halagos que otros nos pueden dar. La mayoría de la gente solo nos ve en nuestro mejor momento. No está cuando quedamos boquiabiertos ante el ordenador, o los grifos que gotean, o los niños. El encanto es lo que mostramos para que el mundo exterior vea. Podemos actuar encantadoramente durante un corto período y ponernos una buena fachada, pero como toda actuación, eso no es la realidad. Nuestro carácter subyace a la personalidad en la que siempre caminamos. Tenemos que ser capaces de reírnos de nosotros mismos y admitir sinceramente que nuestras posiciones o títulos de ninguna manera indican la madurez de nuestro carácter. En realidad, nuestras posiciones suelen aislarnos precisamente de las circunstancias que nos harían madurar.

    El rey Nabucodonosor era el líder más poderoso que el mundo jamás había visto. Su posición impidió que alguien desafiara sus pensamientos o ideas. Él tenía autoridad absoluta, hizo que sus súbditos se acobardaran ante él y, como resultado, había llegado a ser extremadamente orgulloso.

    El profeta Daniel, humildemente, desafió el rey Nabucodonosor a reconocer que era Dios el que cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes (Daniel 2:21, NVI). El rey ignoró la advertencia. No mucho más tarde, Nabucodonosor tuvo un sueño profético en el cual un vigilante (un ser angélico) le advirtió que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres (Daniel 4:17, NVI).

    El rey no hizo caso a estas dos advertencias y durante un tiempo le tuvo que ser enseñado lo que significa ser humillado por Dios. En realidad se volvió loco y empezó a comer hierba como un buey (vea Daniel 4:25). Creo que estaremos de acuerdo en que es preferible que nos humillemos nosotros a esperar que Dios nos lo haga. Jesús anduvo según este principio, y la Palabra nos reta:

    . . . Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo . . . y . . . se humilló a sí mismo . . . Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:5-9).

    Dios nos quiere exaltar, pero frecuentemente no puede hacerlo, porque tenemos una opinión muy elevada de nosotros mismos. Jesús puso de relieve este principio en una parábola acerca de un fariseo que puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros . . . . ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano (Lucas 18:11-12). Mientras tanto, un publicano estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador (Lucas 18:13). Jesús dijo: "Os digo que éste descendió a su

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