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El mundo no sabe lo que somos
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Libro electrónico542 páginas8 horas

El mundo no sabe lo que somos

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Información de este libro electrónico

Most persons are unaware of their own communication with the world. This book focus on the vital importance of controlling our verbal and non-verbal communication, if we want to obtain predictable and desirable results in our interactions with the world.
The book also provides techniques to improve our hability to use our perception and expression strategically.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento1 mar 2010
ISBN9781617924569
El mundo no sabe lo que somos

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    Vista previa del libro

    El mundo no sabe lo que somos - Lalo Huber

    cover.jpg

    Lalo Huber

    El mundo no sabe

    lo que somos

    Una introducción informal a los principios del manejo estratégico de la comunicación, la imagen y las relaciones interpersonales, imprescindibles para una mayor eficacia y eficiencia en el accionar personal, profesional, empresario y político.

    2DA. EDICIÓN

    CORREGIDA Y EXTENDIDA

    img1.png

    Sepa lo que muchos líderes y personas exitosas bien saben, y nunca revelarán,

    y aplíquelo en su vida laboral y personal.

    img2.png

    Lalo Huber

    El mundo no sabe

    lo que somos

    sino solo lo que comunicamos

    ¿Usted se considera inteligente, pero el mundo no le da reconocimiento? ¿Usted se considera buena persona, pero el mundo lo trata mal? ¿Usted cree que merece ascender en la empresa, pero en su lugar ascienden otros empleados menos competentes? ¿Usted se considera un buen jefe pero sus empleados no lo obedecen y lo critican? ¿Usted ama a sus hijos pero ellos no le hacen caso y lo evitan? ¿Usted es una excelente persona pero no consigue pareja? ¿Usted tiene muchas ideas interesantes para aportar pero el mundo lo considera aburrido? ¿Usted no tiene la menor idea de porqué no le va bien en la vida o en el trabajo? ¿Usted se considera una persona sencilla y justa pero continuamente se enreda en conflictos? ¿Usted suele sentir que el mundo está en contra suyo? Si le pasa algo de esto, entonces, indudablemente, este libro es para usted.

    Prólogo

    Solo a partir del desarrollo de relaciones interpersonales positivas es posible construir u obtener todo lo bueno que este mundo tiene para ofrecer. A partir de las malas relaciones interpersonales todo se arruina, y este mundo se transforma en un verdadero infierno.

    Usted puede tener poder, dinero, fama y comodidades pero, si sus relaciones interpersonales no son positivas, usted simplemente no la va a pasar bien.

    Que no haya en el mundo suficiente conciencia sobre este punto me preocupa mucho, y es lo que me impulsó a escribir este libro.

    El propósito de este libro es hacerle llegar a usted, estudiante o graduado, empleado o gerente, profesional o emprendedor, amo o ama de casa, padre o hijo, joven o adulto, hombre o mujer, en los términos más simples y claros posibles, sin tecnicismos ni jerga científica, ideas para mejorar su comunicación, su imagen y, fundamentalmente, sus relaciones interpersonales.

    Es notable como la mayoría de las personas simplemente se contenta con las habilidades comunicacionales desarrolladas inconscientemente durante su infancia, sin llegar siquiera a sospechar el impacto tremendo que cualquier falla comunicacional puede tener, y tendrá, sobre sus posibilidades para desarrollar buenas relaciones, lograr sus propósitos y progresar en la vida.

    Es una lástima, porque las habilidades de comunicación y manejo de las relaciones interpersonales se pueden mejorar. A cualquier edad. solo hace falta proponérnoslo. Y estar dispuestos a realizar un esfuerzo.

    Un esfuerzo que verdaderamente vale la pena.

    En este libro usted encontrará conceptos y recomendaciones que le permitirán potenciar su capacidad de comunicación interpersonal, y a partir de ella mejorar su imagen y sus relaciones interpersonales, como único camino seguro y sostenible hacia el logro de sus objetivos personales y laborales.

    Los conceptos centrales presentados en este libro son el resultado de investigaciones en el campo de la cibernética, la psicología y la sociología, aplicadas al mejor entendimiento del comportamiento humano y de los procesos de comunicación e influencia interpersonal. Se trata de ideas que han sido vertidas en innumerables clases, conferencias, cursos y seminarios de Visionholistica{1}, dictados en distintas universidades y empresas, tanto en Argentina como en el exterior.

    Los hechos nos muestran a las claras lo siguiente:

    img3.png Superiores habilidades de comunicación = Mayor capacidad para desarrollar relaciones interpersonales

    img3.png Mayor capacidad para desarrollar relaciones interpersonales = Mayor capacidad para lograr objetivos, en la vida y en el trabajo

    img3.png Mayor capacidad para lograr objetivos = Mayor éxito y satisfacción personal

    Y, simplemente aplicando transitividad:

    img3.png Superiores habilidades de comunicación = Mayor éxito y satisfacción personal

    No hay duda de que en la actualidad la gente más exitosa, la que mejor y más rápido avanza en el logro de sus propósitos, en todos los ámbitos, es aquella que domina el arte de la comunicación interpersonal.

    Analizar el mundo subatómico es tema para los físicos. Diseñar computadoras es trabajo para ingenieros electrónicos. Calcular estructuras es función de los ingenieros civiles. Arreglar automóviles es tarea para los mecánicos. Pero la comunicación interpersonal… ¡Ah!, la comunicación interpersonal es para todos.

    La comunicación interpersonal no es una especialidad. Porque es la herramienta que todos estamos obligados a usar, para aprender, para trabajar y para vivir.

    En cierto modo, todos somos profesionales de la comunicación.

    Algunos, con cierta preparación, corren con ventaja. La mayoría, sin ella, se pregunta porqué los primeros avanzan tan rápido.

    ¿Quiere incrementar su capacidad para lograr objetivos?

    ¿Quiere mejorar su imagen personal?

    ¿Quiere potenciar su capacidad de influencia?

    ¿Quiere mejorar su posicionamiento en el trabajo?

    ¿Quiere relacionarse mejor con la gente?

    ¿Quiere mejorar la relación con sus hijos?

    ¿Quiere poder ayudar mejor a su hijo adolescente confundido?

    ¿Quiere enriquecer su relación de pareja?

    ¿Quiere ascender más rápido en la empresa donde trabaja?

    ¿Quiere impedir que los incompetentes o deshonestos lo superen?

    ¿Quiere aumentar su capacidad para hacer valer su trabajo?

    ¿Quiere potenciar su liderazgo personal?

    ¿Quiere mejorar la relación con sus empleados?

    ¿Quiere mejorar la relación con su jefe?

    ¿Quiere desarrollar una personalidad más carismática?

    ¿Quiere aumentar su capacidad de seducción?

    ¿Quiere mejorar sus habilidades para vender o atender a clientes?

    ¿Quiere tener más amigos?

    ¿Quiere ser el alma de las fiestas?

    ¿Quiere pasarla mejor?

    Si es así, entonces siga adelante.

    Usted quiere iniciar el interesante y útil camino para mejorar su comunicación interpersonal.

    Este libro es para usted.

    Lalo Huber, Abril 2011

    Dedicatoria

    Este libro está dedicado a todos quienes han sufrido y sufren por problemas de comunicación interpersonal.

    A todos quienes se han sentido alguna vez ignorados, burlados, desplazados, discriminados o aislados.

    A todos quienes, por su excesiva introversión, timidez u otras deficiencias de comunicación interpersonal, han tenido problemas para relacionarse y progresar en la vida personal y laboral.

    A todas aquellas personas, competentes y honestas, que fueron superadas y sometidas por otras, no tan competentes, ni tan honestas, pero que supieron venderse mejor y hacer sus contactos.

    A todos espero poder ayudar con este libro.

    Sobre el autor
    img4.jpg

    Lalo Huber ha desarrollado una extensa trayectoria en posiciones de gestión y como consultor, asesor, coach y capacitador, en empresas nacionales y multinacionales, y como profesor de grado y posgrado en varias universidades, tanto de Argentina como del exterior, en una amplia variedad de temas que hacen al comportamiento organizacional e individual, tales como  liderazgo, influencia, comunicación, negociación, manejo político, planeamiento estratégico, gestión de RRHH, conducción y desarrollo de equipos, gestión de procesos de cambio, creatividad e innovación, manejo de conflictos y técnicas motivacionales, entre otros.

    Lalo se ha formado en múltiples disciplinas, tanto técnicas como científicas, humanísticas y artísticas, tales como ingeniería, matemáticas, física, economía, administración, informática, control automático, cibernética, recursos humanos, psicología y comportamiento social y organizacional, comunicación, dibujo, música, armonía y composición. Lalo actualmente se desempeña como consultor de empresas, coach, conferencista, capacitador, investigador, filósofo, músico, escritor y director de Visionholistica, organización dedicada a la investigación y educación, surgida del seno de la Facultad  de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, y cuya misión es la de contribuir a incrementar la eficacia y eficiencia de las organizaciones e instituciones, a través del desarrollo de la capacidad de liderazgo en sus dirigentes y de la efectividad personal en sus integrantes.

    Si desea obtener más información sobre Lalo Huber y sus actividades, suscríbase a su red profesional, ingresando a www.lalohuber.ning.com

    Contenido

    I.Introducción: Comunicación, imagen, relaciones y éxito17

    Objetivos y accionar inteligente17

    Nos encanta accionar contra nuestros propios objetivos22

    El juego del mundo: el que no se relaciona pierde26

    Con una pequeña ayuda de mis amigos31

    Hágalo, porque lo digo yo35

    Cuando la presión es imprescindible40

    Todo trabajo es relación, guste o no43

    Problemas de relación, problemas para todo48

    Un mundo mediático52

    ¿Quiénes manejan el mundo?55

    Habilidades políticas e inteligencia emocional-instintiva57

    Comunicación y bienestar, bienes de familia60

    II.Nuestra única conexión con el mundo68

    Hacer, y aprender, para hacer mejor68

    No se frustre, comprenda, acepte y adáptese71

    Si usted no se hace cargo de sus propios objetivos, nadie lo hará77

    Nadie sabe lo que somos83

    (Ser) + Comunicación + Interpretación = (Parecer)89

    Ser Y parecer, esa es la cuestión93

    Los sentimientos no viajan por el espacio95

    Significados y significantes97

    Las emociones no se ven, ni se oyen, ni se adivinan99

    ¿Usted sigue esperando que sus sentimientos sean adivinados?103

    Si no controla sus señales, después no se queje por su imagen107

    III.El origen de todos nuestros problemas109

    Auto-perjudiquémonos, total es gratis109

    El silencio no es salud114

    Comunicación interpersonal fuera de control117

    Goles en contra comunicacionales121

    Autocrítica jamás124

    Arruinar a un chico con amor126

    El súper-hombre incomunicado del siglo XXI128

    Una maquinaria infernal de autodestrucción130

    La analogía del carruaje133

    El Yo y sus objetivos134

    El divorcio inconsciente140

    Las señales no verbales mandan142

    ¿Qué te pasa, querido?147

    ¿Existe un cero comunicacional?150

    IV.Ser_humano.exe153

    Los mecanismos automáticos de reacción153

    Una maraña de programas158

    El ingeniero cósmico164

    Instinto animal167

    Programas para el títere electroquímico168

    Programas útiles y no tanto170

    Los únicos privilegiados son los niños174

    La fábrica de sufrimiento177

    ¿Por qué tengo que tener programas?179

    Programas y comunicación no verbal187

    Lengua traicionera190

    Hombre versus máquina192

    Simple auto-test: su comunicación ¿está fuera de control?194

    V.El karma de la comunicación involuntaria201

    Comunicación involuntaria en acción201

    Comunicación involuntaria para todos los gustos203

    La expresión automática lógica204

    La expresión automática impulsiva207

    La expresión automática ciega208

    La expresión total210

    Una organización es como una persona214

    La complicada evolución humana218

    Interpretación consciente e inconsciente221

    Todo genera significado en este mundo226

    Combinaciones expresión-interpretación228

    Toda la expresión humana involuntaria, según su origen230

    Un problema particularmente grave232

    La solución a todos los problemas233

    El círculo de confianza237

    Gimnasia y comunicación239

    Auto-re-programación240

    La mano, la estufa y el programa243

    Los problemas de comunicación nunca saldrán en primera plana248

    VI.Principios básicos de la comunicación interpersonal estratégica251

    Muchas imágenes para una realidad251

    El lenguaje no verbal siempre tiene razón253

    La imagen óptima257

    Algunas imágenes típicas259

    Doble filo265

    Comunicación interpersonal estratégica268

    Ayudar requiere también estrategia276

    La verdad ofende, y cómo277

    Liderazgo y comunicación estratégica282

    Ser y parecer, primos lejanos286

    La administración de la verdad288

    La pirámide de la comunicación interpersonal estratégica291

    Espontaneidad estratégica297

    Espontaneidad pre-programada302

    El juego técnico versus el juego político306

    El qué dirán, el qué pensarán y el qué sentirán309

    Las buenas personas son las más reacias a mejorar su comunicación312

    El gran campeonato de la comunicación318

    VII.Conclusión: La ley fundamental de la comunicación humana320

    El principio de acción y reacción320

    Lo injusto es justo324

    La vida es un espejo326

    Inteligencia derrite maldad328

    El peor negocio posible330

    Comunicación y felicidad331

    Una reflexión final333

    Lista de figuras

    1.Figura: Realidad versus imagen72

    2.Figura: Comunicación vs. conducta74

    3.Figura: La insoportable inaccesibilidad del ser75

    4.Figura: Los tres tipos de señales comunicacionales, según su naturaleza física84

    5.Figura: mundos mentales personales, subjetivos, versus mundo material compartido, objetivo92

    6.Figura: Los cinco tipos de señales comunicacionales, según el sentido que permite percibirlas100

    7.Figura: Cuatro tipos básicos de expresión119

    8.Figura: Complejidad de la expresión voluntaria e involuntaria135

    9.Figura: Palabras racionales más entonaciones emocionales142

    10.Figura: Mecanismos automáticos de reacción o programas159

    11.Figura: Modo de funcionamiento consciente – voluntario - estratégico181

    12.Figura: Modo de funcionamiento psíquico inconsciente, involuntario, espontáneo183

    13.Figura: Interferencia entre órdenes voluntarias e impulsos involuntarios193

    14.Figura: Los cuatro tipos de señales, según el nivel de control que tenemos sobre ellas204

    15.Figura: Los cuatro tipos de comunicación que una organización emite al mercado217

    16.Figura: Distintos niveles de conciencia y su impacto en la comunicación220

    17.Figura: Los cuatro niveles de interpretación de señales (significantes)222

    18.Figura: los cuatro tipos básicos de interacción emisor-receptor229

    19.Figura: Los siete tipos de expresión involuntaria, según su causa original231

    20.Figura: La pirámide de la comunicación interpersonal estratégica292

    21.Figura: Espontaneidad natural297

    22.Figura: seudo-espontaneidad299

    23.Figura: Interferencia de la conciencia en los programas300

    24.Figura: La ley fundamental de la comunicación humana321

    I. Introducción: Comunicación, imagen, relaciones y éxito

    Objetivos y accionar inteligente

    Todos queremos tener éxito, ¿no?

    Y, sí.

    Creo que a nadie vamos a oír decir seriamente: yo realmente no quiero tener éxito, yo quiero fracasar, ¡sí señor!, ¡quiero tener problemas!.

    Seguramente que no, salvo tal vez en un arranque de locura, de esos en los que somos capaces de decir cualquier cosa sin sentido, o con menos sentido que las que decimos en condiciones normales.

    La verdad es que todos queremos tener éxito. Pero… ¿qué es éxito? ¿Qué significa exactamente tener éxito?

    Para algunos es ganar dinero. Para otros es obtener fama. Para otros es tener poder.

    Para otros es conseguir un trabajo importante, muy demandante, con muchos viajes, con mucho personal a cargo.

    Para otros es todo lo contrario: sobrevivir trabajando lo menos posible, cargar con poca responsabilidad, tener mucho tiempo libre.

    Para otros es formar una gran familia. Para otros es no tener pareja estable, no tener hijos y viajar mucho.

    Por cada persona hay una definición de éxito. Esto es lógico, ya que tener éxito es simplemente concretar los objetivos que nos proponemos. Sean cuales fueren esos objetivos.

    Eso sí, sin objetivos preestablecidos no hay posibilidad alguna de éxito.

    Si no sé adonde quiero ir, obviamente no podré llegar. Si no sé qué quiero alcanzar, lógicamente no podré alcanzarlo. En realidad no habrá nada que alcanzar.

    Y obtener algo beneficioso de manera casual no es éxito sino azar, no representa ningún mérito personal, y no genera esa particular satisfacción que surge de proponerse objetivos y luego alcanzarlos, a través del esfuerzo y la perseverancia.

    Tener éxito no es simplemente que nos sucedan cosas buenas, sino proponérnoslas y hacer nosotros mismos que esas cosas sucedan, de manera premeditada, planificada, organizada.

    Fijar objetivos, como primera medida, es imprescindible para luego tener una referencia que nos permita evaluar nuestro accionar, nuestros resultados y nuestro nivel de éxito alcanzado.

    Así lo destacó Stephen Covey{2} en su famoso libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva{3}, incluyendo como segundo hábito: comenzar con un fin en mente. Es decir, fijar objetivos, antes de actuar. Y, por supuesto, ¡jamás actuar sin objetivos!

    ¿Pensó usted alguna vez que, si una persona no tiene objetivos pre-fijados, entonces de ninguna manera se puede juzgar si lo que está haciendo es conveniente o no?

    No tener objetivos es literalmente como navegar a la deriva, sin un destino, sin brújula. Ningún puerto al que arribemos será correcto, ni incorrecto. Simplemente no habrá forma de medir. No habrá forma de evaluar. Sin objetivos pre-fijados, ninguna acción puede ser considerada correcta o incorrecta.

    Imagine, por ejemplo, a una persona que se está clavando un cuchillo en el estómago ¿Está accionando convenientemente?, ¿es inteligente?, ¿está enfocada?

    Y, depende.

    ¿Depende de qué?

    De su objetivo. Si el objetivo de esta persona es suicidarse, entonces, aunque se trate de un objetivo funesto, podemos decir que está desarrollando una acción inteligente, y que seguramente lo logrará. Ahora, si su objetivo es vivir felizmente por muchos años, entonces claramente está equivocando el camino.

    Podríamos entonces definir como accionar inteligente de una persona a aquel que va perfectamente en línea con sus objetivos preestablecidos.

    El accionar inteligente presupone entonces:

    1. Definir objetivos antes de actuar{4}

    2. Actuar exclusivamente a favor de dichos objetivos

    Es claro que no podemos saber si una persona está realizando una acción inteligente, si no conocemos antes los objetivos que persigue.

    Imagine a una persona que va caminando desnuda por la calle.

    ¿Es inteligente su accionar?

    Muchos dirán ¡es un tonto! o ¡es un loco!.

    Pero la verdad es que no lo podemos saber. No podemos juzgar su accionar, si no conocemos antes sus objetivos.

    Si su objetivo es salir por televisión, en el noticiero, les puedo asegurar que su accionar está siendo muy inteligente, ya que las cámaras no tardarán en llegar.

    Si su objetivo es pasar desapercibido, entonces claramente se está equivocando. No es inteligente su accionar.

    Si en realidad su comportamiento no persigue ningún objetivo, entonces el problema es más grave aún. Ni siquiera podemos juzgar a la persona. En realidad no es inteligente ni tonta. Es inconsciente. Gira sin sentido. Es como "bola sin manija{5}". Simplemente, no va a ningún lado. No sabe lo que hace.

    Usted pensará que esto no es posible, que es muy raro que una persona actúe sin objetivos prefijados. Pero lamentablemente no es así. No es nada raro.

    Le puedo asegurar que todos pasamos gran parte de nuestra vida realizando acciones, comunicándonos y relacionándonos, sin objetivo alguno.

    Por ejemplo, imagine a un hombre que, al atender el teléfono, descubre que se trata de una persona con la cual no desea hablar, y sin embargo se queda media hora charlando y riendo. Al cortar, alguien le pregunta ¿quién era? y él contesta, molesto: "¡uh!, ¡el tonto de fulano{6}!".

    Una mujer se cruza con una vecina por la calle y se queda una hora charlando, sin siquiera pensar en qué objetivo persigue con esa charla, ni en el valor del tiempo invertido, ni en las consecuencias de ese encuentro.

    Un hombre sufre un pequeño altercado de tránsito y en lugar de seguir su camino se trenza en infinita discusión con otro conductor, sin objetivo concreto alguno, llegando tarde al trabajo y auto-generándose una reprimenda de su jefe.

    Otra persona va caminando por la ciudad, recibe un llamado inesperado al teléfono celular, le hacen una invitación, y allá va, sin dudar, dando la impresión (correcta) de que no tenía ningún otro objetivo en mente cuando iba caminando.

    Alguien declara abiertamente un domingo a la tarde: estoy aburrido, lo cual se puede traducir como no tengo objetivos, o no soy capaz de plantearme por mí mismo algo para hacer, o necesito que el contexto me proponga o imponga algo.

    Muchos jóvenes que, cuando uno les pregunta, en entrevistas laborales: ¿dónde te gustaría estar en cinco años?, contestan, sin tapujos: ni idea, o no lo he pensado, o simplemente ponen "cara de nada{7}, casi ofendidos por semejante pregunta ridícula".

    Gerentes supuestamente competentes y con gran formación, enredados en reuniones laborales infinitas en las que nada se resuelve, nada se decide, y todos se interrumpen, hablan encima, se agreden, se van de tema y divagan.

    Personas que pasan horas frente a programas de televisión inútiles, o hasta perjudiciales, o enredadas en chusmeríos{8} inconducentes, o en discusiones infinitas, o en reuniones familiares en las que no desean estar, o trasnochadas en ruido, alcohol y cigarrillos, o navegando a la deriva en Internet, o… 

    Sin objetivos pre-fijados derrochamos el tiempo irremediablemente.

    Es cierto que todos perdemos tiempo en alguna medida, pero me atrevo a asegurar que una de las cualidades que mejor caracteriza a la gente exitosa, en todos los ámbitos, es que la medida en que pierden tiempo a lo largo de la vida es muy inferior al promedio general.

    Más aún, me atrevo a asegurar que la gran mayoría de quienes fallan en la concreción de sus objetivos lo hacen por sus objetivos poco claros y por su falta de foco y no por falta de capacidad.

    Sin duda, los exitosos están casi todo el tiempo enfocados, con un objetivo en mente, y no se desvían fácilmente.

    Otros creen que la vida, el tiempo y nuestras posibilidades de comunicarnos y relacionarnos son infinitas, y por lo tanto las derrochan alegremente.

    O tristemente.

    Estos últimos suelen tomar conciencia de su error ya muy avanzada su vida, al ver los pobres resultados obtenidos, tanto en lo material como en la calidad de las relaciones establecidas y cultivadas con otras personas.

    Cero relaciones, cero riqueza, cero satisfacción.

    A ellos debo recordarles que la vida terrenal no es infinita.

    Fije objetivos y mantenga foco.

    Verá como los resultados no tardan en llegar.

    Nos encanta accionar contra nuestros propios objetivos

    "Solo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana,

    y no estoy tan seguro de la primera".

    Albert Einstein{9}

    Frecuentemente oímos la palabra estrategia, de boca de algún encumbrado personaje del mundo empresario o político.

    El concepto de estrategia suele considerarse algo "sofisticado{10}", y parte de la jerga reservada a altos empresarios, dirigentes políticos o militares. Sin embargo se trata de un concepto extremadamente simple, que todos conocemos y aplicamos en nuestra vida cotidiana.

    Estrategia es simplemente la forma en que pensamos lograr nuestros objetivos.

    Por lo tanto, solo podemos tener una estrategia, o ser estratégicos, si tenemos claros objetivos prefijados.

    Por ejemplo, si usted se propone viajar a París, y luego decide hacerlo por mar, entonces su objetivo es llegar a París y su estrategia es viajar en barco.

    Tan simple como esto.

    Si su objetivo es comprar lechuga, y las opciones posibles son ir al supermercado o a la verdulería, entonces esas son justamente sus dos alternativas estratégicas. Si decide finalmente comprar en la verdulería, entonces esa será la estrategia seleccionada.

    El objetivo es el QUE, mientras que la estrategia es el COMO.

    Nada complicado.

    Si, una vez fijado el objetivo, todas nuestras acciones van en línea con él, es decir, todas son acciones que aportan a la concreción del objetivo fijado, entonces podremos decir que estamos desarrollando un accionar correcto, adecuado, efectivo, inteligente, enfocado, estratégico.

    Caso contrario, podríamos hablar de un accionar no inteligente, desenfocado, caótico, no estratégico, no efectivo.

    En realidad también podemos hablar de un accionar semi-inteligente, cuando el objetivo se concreta, pero por un camino más largo que el estrictamente necesario.

    Tal vez usted está en este momento pensando que la gente en general realiza solo acciones en línea con sus objetivos. Y que nunca realiza acciones en contra de sus propios objetivos.

    Usted piensa que somos inteligentes.

    Lamento informarle que esto no es tan así.

    Piense de nuevo.

    ¿Vio alguna vez a un padre que quiere que su hijo crezca y se vuelva un adulto inteligente y feliz, pero que a la vez no pierde oportunidad de decirle "¡no ves{11} que sos siempre el mismo inútil!"?

    ¿Vio alguna vez a un hijo que, en el fondo, quiere tener una mejor relación con su padre, pero que a la vez se pasa el día peleando con él por tonterías y criticándolo?

    ¿Vio alguna vez a un padre que desea tener una excelente relación con su hijo, pero que no deja de criticar a sus amistades, su música, su ropa, sus gustos, sus elecciones, su peinado, su novia?

    ¿Vio alguna vez a un empleado que ansía un aumento salarial, pero que a la vez critica a su jefe abiertamente, en forma acérrima, frente a otros empleados, en cuanta oportunidad se le presenta, haciéndose así odiar por la misma persona que debería poner su firma para aprobar el aumento deseado?

    ¿Vio alguna vez a un gerente que quiere que sus empleados atiendan bien a los clientes, pero que a la vez les grita todo el día, al punto de ponerlos tan nerviosos que la buena atención y los buenos modales se les vuelven algo psicológicamente  imposible?

    ¿Vio alguna vez a un empleado que quiere lograr un ascenso en su trabajo, pero que a la vez se pasa todo el día perdiendo el tiempo, generando conflictos, protestando y quejándose de su jefe y de la empresa, frente a todo el mundo?

    ¿Vio alguna vez a un hombre que quiere cuidar su salud y vivir muchos años, pero que se trenza en una peligrosa pelea callejera por una tonta discusión?

    ¿Vio alguna vez a una mujer que quiere ser hermosa, tener una piel rozagante, un pelo sedoso y una voz dulce, pero que a la vez se arruga como una pasa de uva en la cama solar y se intoxica fumando y tomando café todo el día?

    ¿Vio alguna vez a un hombre que protesta fervientemente por los altos niveles de corrupción, al mismo tiempo que coimea a un policía para librarse de una bien merecida multa de tránsito?

    ¿Vio alguna vez a una madre que quiere lo mejor para su hijo, pero que le propina una sonora cachetada y lo hace llorar tan solo por una pequeña travesura?

    ¿Vio alguna vez a alguna maestra de escuela primaria que en el fondo quiere enseñar pero que a la vez no pierde oportunidad de humillar a sus pequeños alumnos frente a los demás?

    ¿Vio alguna vez a una persona que se queja de que nadie lo ayuda o le presta atención, mientras al mismo tiempo critica y agrede a cuanta persona se le acerca?

    Son todos casos de gente que quiere llegar al polo norte, pero que corre descontroladamente hacia el sur.

    ¡Y luego se pregunta por qué tarda tanto en llegar a su destino!

    Todos casos de accionar no inteligente. Todos casos de comunicación en contra de los propios objetivos.

    Yo he tenido oportunidad de verlos a todos. Cara a cara. Se lo puedo jurar. Muchas veces. En muchas empresas. En la política. En muchos hogares. En la calle. En todos lados.

    Solo observe con cuidado, y también los verá. Si es que no los ha notado ya.

    Gente que quiere sentirse bien, pero que se martilla insistentemente el dedo gordo del pie. Y después se pregunta por qué le duele.

    ¿Y usted qué está haciendo? ¿Está accionando inteligentemente? ¿O está navegando a la deriva? ¿Tiene objetivos definidos? ¿Son claros? ¿Son viables? ¿Los persigue? ¿Los mantiene?

    Y su comunicación, ¿aporta a la concreción de sus objetivos? ¿O la dificulta? ¿Está realizando acciones a favor de sus propios objetivos? ¿O usted mismo está conspirando contra ellos?

    ¿Quiere vivir con salud pero se está clavando un cuchillo en el corazón? ¿Quiere tener amigos pero le está gritando a todo el mundo? ¿Quiere que lo quieran pero critica a todos a mansalva? ¿Quiere que la gente se acerque a usted pero está todo el tiempo quejándose de todo? ¿Quiere acercarse más a sus hijos pero no hace más que denostar todas sus decisiones, sus acciones, sus hábitos y sus relaciones?

    Ya lo veremos.

    Recuerde que nos encanta arruinar nuestros propios planes.

    El juego del mundo: el que no se relaciona pierde

    La soledad y el sentimiento de no ser querido es la más terrible de las pobrezas

    Madre Teresa de Calcuta{12}

    Fijar objetivos es sin duda el primer paso para un accionar inteligente.

    Usted, ¿tiene claro cuáles son sus objetivos prioritarios en este momento?

    ¿Conseguir un trabajo?, ¿cambiar de trabajo?, ¿lograr un ascenso en su trabajo actual?, ¿ocupar un cargo gerencial?, ¿hacerse rico?, ¿conseguir una pareja?, ¿ganar nuevos amigos?, ¿mejorar la relación con su pareja actual?, ¿montar una empresa y desarrollarla?, ¿formar una familia?, ¿educar mejor a muchos hijos?, ¿ganar una elección?, ¿alcanzar un alto cargo político?

    Innumerables son los objetivos que podemos proponernos. Y alcanzar esos objetivos es lo que entendemos por tener éxito.

    Así de simple.

    Si nos detenemos a pensar un poco, veremos que toda nuestra vida se compone de innumerables intentos para lograr objetivos que nos planteamos continuamente.

    Objetivos deseados parecen abundar. Lo que no parece abundar tanto es el éxito al perseguir dichos objetivos. 

    Esto lo podemos asegurar, ya que vemos a mucha gente quejándose, todo el tiempo, en todos lados. En casa, por la calle, por televisión, por la radio, en los diarios, por teléfono, en el trabajo, en voz baja, a los gritos, con bajo perfil, con alto perfil, con lágrimas o sin ellas, descontrolada o razonablemente, cortando calles o en su jardín, con pancartas o sin ellas.

    Mucha gente protestando.

    Y algo es claro: la queja es síntoma directo de la no concreción de algún objetivo deseado.

    Es decir, la queja es un síntoma del no-éxito.

    Pero, ¿a qué se pueden deber tantas fallas en el logro del éxito buscado? ¿Por qué tanta gente no logra lo que se propone?

    Creo tener la respuesta.

    En mi opinión se debe a que muchísimas personas en este mundo han olvidado, o no han tomado conciencia aún, de que para lograr nuestros más preciados objetivos personales y profesionales, además de establecerlos y recordarlos (básico), deberemos indefectiblemente evitar aislarnos y relacionarnos con mucha gente, de forma efectiva.

    La ley es muy sencilla: el que no se relaciona, pierde.

    O, en otras palabras, el que se aísla o se enoja con el mundo, pierde.

    Y no lograremos nuestros fines relacionándonos con cualquiera que se nos cruce fortuitamente en la vida, o que simplemente nos caiga bien, o que nos tocó de vecino o  compañero de banco, sino que los lograremos solo si sabemos relacionarnos con ciertas personas clave, es decir, con personas que, por sus posiciones o funciones en la sociedad, pueden influir de manera determinante en el éxito o fracaso de nuestras iniciativas o deseos.

    Más aún, si queremos avanzar hacia nuestros objetivos, no podremos relacionarnos con estas personas clave de cualquier forma, como nos salga, naturalmente, como nos venga en gana, sino que deberemos hacerlo de forma efectiva, es decir, siempre con nuestro fin en mente, muy cuidadosamente, considerando a nuestros interlocutores, inteligentemente, controladamente, estratégicamente, con empatía, de manera tal que siempre resulte favorecido el logro de nuestros objetivos.

    Esto es obvio, y es la clave del éxito de grandes empresarios y políticos, pero, fuera de esos círculos, muy poca gente lo tiene claro y presente.

    La mayoría de la gente se relaciona con los demás de manera descuidada, improvisada, alabando o criticando, aceptando o rechazando a partir

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