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La Divina Comedia - Infierno
La Divina Comedia - Infierno
La Divina Comedia - Infierno
Libro electrónico329 páginas4 horas

La Divina Comedia - Infierno

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La cántica más leída y estudiada en Italia y en el mundo entero, por su dramatismo y por la emoción que Dante, con su carácter pasional y explosivo, logra trasmitir al lector. Todos, o casi todos, los personajes que el poeta nos presenta en el Infierno, y cuya vida nos describe, conoció personalmente o los conoció por haber sido protagonistas eminentes en la cultura y política de sus tiempos. Gran parte de ellos fueron sus enemigos políticos; los describe con desprecio y con razón, según su criterio, los coloca rabiosamente en el Infierno, sometidos, por la eternidad, a los más insoportables e inimaginables suplicios.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 ene 2020
ISBN9788413266725
La Divina Comedia - Infierno
Autor

Dante Alighieri

Dante Alighieri (Florencia, 1265 – Rávena, 1321), político, diplomático y poeta. En 1302 tuvo que exiliarse de su patria y ciudad natal, y a partir de entonces se vio obligado a procurarse moradas y protectores provisionales, razón por la cual mantener el prestigio que le había procurado su Vida nueva (c. 1294) era de vital importancia. La Comedia, en la que trabajó hasta el final de su vida, fue la consecuencia de ese propósito, y con los siglos se convirtió en una de las obras fundamentales de la literatura europea. Además de su obra poética, Dante escribió tratados políticos, filosóficos y literarios, como Convivio, De vulgari eloquentiao y De Monarchia.

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    La Divina Comedia - Infierno - Dante Alighieri

    La Divina Comedia - Infierno

    La Divina Comedia - Infierno

    Introducción

    La estructura del Infierno dantesco

    CANTO I

    CANTO II

    CANTO III

    CANTO IV

    CANTO V

    CANTO VI

    CANTO VII

    CANTO VIII

    CANTO IX

    CANTO X

    CANTO XI

    CANTO XII

    CANTO XIII

    CANTO XIV

    CANTO XV

    CANTO XVI

    CANTO XVII

    CANTO XVIII

    CANTO XIX

    CANTO XX

    CANTO XXI

    CANTO XXII

    CANTO XXIII

    CANTO XXIV

    CANTO XXV

    CANTO XXVI

    CANTO XXVII

    CANTO XXVIII

    CANTO XXIX

    CANTO XXX

    CANTO XXXI

    CANTO XXXII

    CANTO XXXIII

    CANTO XXXIV

    Página de créditos

    La Divina Comedia - Infierno

    Tomo I

    Traducción del italiano de Javier Gálvez S.

    basada sobre la versión "La Commedia

    secondo l´Antica Vulgata 

    de Giorgio Petrocchi (1921-1989)

    Introducción

    Dante Alighieri

    Desconocemos la fecha (el año, el mes y el día) de su nacimiento. Sin embargo, por referencias autobiográficas dejadas en sus escritos podemos deducir lo siguiente: Dante consideraba los 35 años como la mitad, en promedio, de la vida humana (Infierno, Canto I); habiendo iniciado su viaje imaginario al Infierno en el año del jubileo del 1300, en el medio del camino de su vida, obtenemos que muy probablemente nació en 1265. Una segunda indicación autobiográfica (Paraíso, Canto XXII) nos precisa que nació bajo el signo zodiacal de Géminis (en la actualidad 21 de Mayo–21 de Junio), signo de los poetas, literatos, abogados, de los políticos, de hombres pasionales, valientes y fuertes. Podríamos asumir, arbitrariamente, que Dante nació en torno al 5 o 6 de junio (días medianos del período) de ese año.

    Nació en el seno de una noble familia florentina favorable al partido güelfo. Estudió en casa, educado por los padres y por maestros particulares. A los 13 años asumió el cargo de su educación Brunetto Latini (1220-1294), uno de los más importantes filósofos y literatos de la nueva generación de ese siglo en Toscana. Latini participó activamente en la vida política de Florencia llegando a ser canciller de la misma. Gracias a este maestro Dante descubrió sus verdaderos intereses, su espontánea predisposición a las letras y su visión laica de la vida. Amó en particular modo al gran poeta latino Virgilio y lo convirtió metafóricamente en su maestro y símbolo de la razón. Durante los años de aprendizaje con Brunetto Latini Dante conoció y enlazó una fuerte amistad con Guido Cavalcanti, de siete años mayor que él, también alumno del mismo maestro, poeta y cofundador del dolce stil novo (la nueva tendencia poética que ponía la mujer idealmente sobre un pedestal, fuente y causa de joyas y añoranzas).

    Fueron los años de su maduración cultural, civil y política; familia güelfa, maestro güelfo y amistades güelfas. Dante asumió las mismas posiciones políticas con respecto al conflicto entre el Papado y el Imperio, pero con posicione más marcadas sobre la autonomía de la república florentina con respecto a la Iglesia.

    Durante el conflicto entre las ciudades de Florencia (güelfa) y Arezzo (gibelina), Dante, joven de 24 años participó en la decisiva batalla de Campaldino (11 de junio de 1289) en el cuerpo de los feditores. Este era el cuerpo de caballería conformado por los más nobles y gallardos jóvenes de la ciudad. Era un reparto militar cuyo entrenamiento debía ser duro y constante: el caballero montaba a caballo vestido con la cota de malla, coraza, yelmo, escudo redondo u ovalado, una lanza larga hasta de m. 4,50, una espada gruesa y pesada larga hasta de 1 metro. En la estrategia de batalla el cuerpo de caballería de los feditores era el que lanzaba el primer asalto debilitando la defensa del adversario. Un caballero acorazado era invencible por las tropas de infantería de esos tiempos. Por esta razón la caballería estaba también encargada de alistar la defensa inmediata frente al ataque de los feditores adversarios. Ser feditor era extremadamente peligroso, pero, por esta misma razón, muy prestigioso.

    En la batalla de Campaldino Dante estaba entre los feditores de Florencia, güelfa, que tenía como aliadas las ciudades de Pistoya, Lucca, Siena y Prato. Adversaria era la ciudad de Arezzo, gibelina. Las fuerzas de infantería estaban empatadas, 10.000 hombres por cada bando, pero los efectivos de la caballería de feditores de Florencia estaban en neta ventaja con respecto a los de Arezzo, 1800 contra 800. Los aretinos trataron de sorprender los florentinos lanzando el primer ataque central de caballería directo en contra de los feditores florentinos. Fue una estrategia equivocada y desafortunada: iniciada la batalla en la mañana, antes de la tarde había terminado. Fue una masacre de gibelinos, 1700 muertos, mientras entre los güelfos se contaron 300 pérdidas. Dante, por cierto, tuvo que enfrentar más de un duelo y, quizás, algunos de los pecadores no citados con sus propios nombres en el Infierno hayan podido ser algunos de sus adversarios en la batalla.

    Luego de la sangrienta batalla de Campaldino se produjo una grave y profunda división en el partido güelfo: los que pretendían una mayor autonomía de la ciudad con respecto a las relaciones con la Iglesia conformaron el partido de los güelfos blancos; los que admitían la injerencia de la Iglesia en los asuntos del estado conformaron el partido de los güelfos negros. Dante adhirió a la parte blanca, lo que le acarraría muchos graves problemas.

     En el año 1290 se sitúa la muerte de la dama que representó para Dante la fuente de inspiración espiritual (pureza, castidad, virginidad) y poética (materialidad, maternidad) común a todos los representantes de la corriente filosófica y cultural del dolce stil novo. Se llamaba Beatriz (Beatrice) y era hija de Folco Portinari. Quizá nunca la conoció personalmente, nunca habló con ella o intercambió opiniones, vicisitudes, ideas. No era necesario: el canon del estilnovismo, de inspiración religiosa, era exactamente este: tomar una mujer (virgen, niña); idealizarla (bella, suave, dulce) y convertirla en inspiradora y generadora (madre, materialidad) de las propias creaciones poéticas. Todos los jóvenes intelectuales de esa época tenían su musa inspiradora con las mismas características: intocable/generadora. Dante no escapó de esta regla. Quien  rompió el esquema fue Francesco Petrarca (1304-1374) que sustituyó el segundo término de la ecuación con la sensualidad. Pero ésta es otra historia.

    En 1291, a los 26 años de edad, Dante se casó con Gemma Donati, hija de Messer Manetto Donati, amigo de familia, con la cual se había comprometido cuando todavía tenía 11 años. Los matrimonios negociados en edad temprana eran muy comunes en esa época en el ámbito de las familias nobles más pudientes, y lo son todavía en nuestros tiempos en algunos niveles de sociedad. Los chicos crecían juntos, compartían juegos, almorzaban juntos y con el tiempo aprendían a conocerse y aceptarse. En términos generales, admitiendo la excepción como el caso que confirma la regla, estos matrimonios eran felices y duraban por toda la vida. Con Gemma Dante tuvo varios hijos: Jacopo, Pietro (que lo asistió y comentó partes de la Comedia), y Antonia, que se hizo monja con el nombre de Hermana Beatrice. Muchos historiadores dantistas, agregan un cuarto hijo, Giovanni (Juan), pero no todos están concordes sobre esto.

    Una vez casado y con familia, Dante inició a participar ella vida pública de su ciudad. La primera citación de Dante compareciendo en una manifestación pública fue del 1294 cuando escoltó Carlos Martel de Anjou-Sicilia que transitó por Florencia en busca de apoyos para ser coronado rey de Hungría.

    Para participar en la vida pública de su ciudad, en esa época, era necesario, por ley, que el ciudadano aspirante a un cargo público fuera inscrito en uno de los Gremios profesionales y artesanales de Florencia (Corporazione di Arti e Mestieri). Teniendo ya una preparación de base en la materia, en 1295 Dante se hizo doctor farmacéutico, y fue rápidamente inscrito en el Gremio, pero no ejerció la profesión, por la sencilla razón que, en lugar de los productos farmacéuticos, vendía sus libros: era lo que más le interesaba.

    Su carrera política fue rápida, como merecía: en 1295/96 fue Miembro del Consejo especial del Pueblo; en 1296/97 fue elegido Miembro del Consejo de los Cien; en 1300 fue elegido entre los más altos magistrados de Florencia. Tenía treinta y cinco años, estaba en la mitad de su vida.

    En noviembre de 1300, poco antes de la clamorosa ruptura de relaciones con el rey de Francia Felipe IV el Hermoso, el papa Bonifacio VIII convocó al hermano de éste, Carlos de Valois, para que pacificara los florentinos (gobernados por los güelfos blancos), con miras a la anexión de la Toscana al Estado Pontificio. En septiembre de 1301 el príncipe francés fue recibido por el papa en su residencia veraniega de Anagni, donde fue investido oficialmente del cargo de pacificador y viajó inmediatamente hacia Florencia.

    El gobierno de la ciudad había ya reaccionado negativamente a la perspectiva de una intervención francesa en los asuntos de la ciudad, afirmando así su independencia de las influencias de la Iglesia. Para anticipar las movidas del pontífice, a principios del mes de octubre de 1301 Dante, y dos ciudadanos florentinos, Maso di Ruggierino de´ Minerbetti, y Coraza Ubaldini da Signa fueron enviados a Roma como embajadores para negociar con el papa. Fue la última vez que el poeta vio a su amada ciudad.

    Hubo un momento, entonces, en que Dante y Carlos de Valois viajaron el uno en contra del otro, con la diferencia de que Dante inició su viaje desde Florencia a Roma algunos días más tarde de que el príncipe francés, con sus tropas, viajara desde Roma hacia Florencia. Hubieran podido encontrarse en una localidad intermedia, en Siena por ejemplo, si ambos hubiesen tomado la misma carretera. Pero no lo sabemos, probablemente no se encontraron porque tomaron dos rutas diferentes. Lo que sabemos es que los dos compañeros de Dante, Maso y Coraza, volvieron a Florencia y declararon que el poeta había sido retenido en Roma (Dino Compagni, 1255-1324, Cronaca delle cose occorrenti nei tempi suoi, Cap. II, 4, 11, 25). Hábil y sutil subterfugio para permitir a Dante de desaparecer de la escena, pero al mismo tiempo fuente de muchas equivocaciones y desfases por parte de los estudiosos e historiadores al momento de redactar la cronología de la vida de Dante. Si Dante hubiese sido retenido, es decir arrestado, en Roma, el Papa en los días siguientes, de inmediato lo hubiera entregado, prisionero, al tribunal que se estaba instituyendo en Florencia para condenar a los adversarios políticos del nuevo régimen, los gibelinos y los güelfos de parte blanca a los que pertenecía nuestro poeta.

    Los hechos históricos, sin embargo, están bajo nuestros ojos: el 1 de noviembre de 1301 Carlos de Valois entró en Florencia y, luego de siete días de violentos enfrentamientos, el 7 de noviembre impuso una nueva administración negra. En los días posteriores Corso Donati, jefe de los güelfos negros desataba una feroz persecución en contra de los güelfos blancos: fueron quemadas o destruidas sus propiedades y matada la mayor parte de sus partidarios, mientras el nuevo potestad, Cante de´ Gabrielli da Gubbio se encargaba de organizar los procesos y sentenciar las proscripciones en contra de los opositores.

    El 27 de enero de 1302 Dante (contumaz) venía acusado de baratería y soborno y condenado a dos años de exilio, a la interdicción perpetua de los cargos públicos, a la confiscación de sus bienes y al pago de una multa de 5.000 florines.

    Dante no estaba en las condiciones de pagar tan ingente suma, estaba endeudado por más de 1.100 florines por préstamos directamente contraídos o garantías prestadas a parientes directos. Bien conociendo a sus conciudadanos prefirió no presentarse y mantenerse prófugo. Por lo que, sin perder tiempo, el 10 de marzo del mismo año, es decir 45 días después de la primera sentencia, Dante fue condenado por el mismo tribunal al exilio perpetuo y prohibición a toda participación pública, al igual que a otros 600 güelfos blancos. El nuevo potestad Cante de´ Gabrielli, ordenó que si Dante fuera capturado en territorio florentino, sería ejecutado inmediatamente en el rogo.

    En el archivo de Estado de Florencia viene conservado el Libro del Chiodo (Libro del Clavo), registro donde vinieron reportadas todas las sentencias pronunciadas desde 1268 hasta 1379. En la fecha del 10 de marzo 1302 se lee (traducción del autor): "Alighieri Dante viene condenado por baratería, fraude, falso, dolo, malicia, bajas prácticas chantajistas, enriquecimiento ilícito, pederastia y se le condena a 5.000 florines de multa, interdicción perpetua de los públicos oficios, exilio perpetuo (en contumacia) y, si se le captura, al rogo, hasta que muera".

    Gemma, pudo permanecer en Florencia tratando de evitar la confiscación o destrucción de todos los bienes familiares.

    Terminó de esta manera, a los 37 años, la brillante carrera política y tranquila vida familiar del más grande poeta (il sommo poeta) italiano. Desde este momento en adelante Dante se convirtió en un exiliado de lujo, peregrino por las más nobles cortes de Italia central, hasta su temprana muerte ocurrida en 1321.

    En los primeros tiempos de su exilio Dante, con graves problemas económicos, tuvo que recibir una consistente y confiable ayuda por parte de sus amigos cercanos al territorio toscano cuya identidad ha sido bien ocultada por el poeta para no ocasionarles represalias o venganzas de los enemigos. Por cierto se movió hacia el Appenino tosco-emiliano en el alto valle del Arno y tomó contacto sea con los otros exiliados de parte blanca, sea con las residuales fuerzas gibelinas obligadas a buscar una alianza con los ex enemigos blancos con tal de poder volver a Florencia. Entre ellos, en la ciudad de Arezzo, de la que era potestad Uguccione della Faggiola, con las familias de los Pazzi, los Ubertini, los Guidi, todas expulsadas de la capital toscana.

    En los tres años siguientes, Dante hizo varios intentos y momentáneos acuerdos, junto a amigos blancos y ex enemigos gibelinos, para volver a Florencia previa reconquista del poder perdido. Todos estos esfuerzos fracasaron por la incapacidad de su partido y de sus ex adversarios, casi completamente anihilados, de reorganizarse y esbozar un mínimo de estrategia política y subversiva.

    A principios de 1306 Dante encontró por fin protección y estabilidad siendo hospedado en el castillo de Giovagallo (unos 15 km. al norte de la actual ciudad de La Spezia) por su amigo y ex adversario gibelino el marqués Moroello Malaspina. Por cuenta de su mecenas cumplió misiones diplomáticas en Verona, Liguria, y Lucca. Luego, parece, viajó al extranjero.

    Es éste un período oscuro de la vida de Dante: por dos años, desde octubre del 1308 hasta octubre del 1310, no hay prueba documental sobre adónde haya ido.

    Boccaccio, quien bien conocía la vida de Dante, en su Trattatello in laude di Dante (Tratadito en laude de Dante), escrito entre 1357 y 1361 (cuarenta años después de la muerte de Dante), sugiere que el poeta haya viajado a París: "pasados los montes que dividen [Italia] de la Galia, como pudo, se fue a Paris, donde todo se dedicó al estudio de la filosofía…". Pero no hay prueba de esto, y tampoco Boccaccio indica de quién obtuvo esta información. Esta hipótesis está a la base de todas las posteriores conjeturas sobre el viaje de Dante a París, salvo unas pocas especulaciones que sugieren Oxford como meta de su ausencia de Italia, pero siempre sin pruebas documentales.

    Lo cierto es que Dante el 6 de octubre de 1308 se encontraba en Lucca, capital de la Lunigiana, región limítrofe a la Toscana y cercana al castillo de Giovagallo donde él residía. Ahora bien, ese día, en Florencia ocurrió un gravísimo episodio de odio político: Corso Donati, jefe de la facción de los güelfos negros (enemiga de los blancos, a los que pertenecía Dante) fue asesinado mientras trataba de huir de Florencia. ¿Puede el asesinato de Corso Donati haber obligado Dante a alejarse precipitosamente y lo más lejos posible de Lucca?

    Si hubiese ido a Paris, lo que él nunca negó, pero tampoco astutamente confirmó, hubiera podido ser objeto, de una u otra manera, de la venganza de los güelfos negros. Por tanto, tenemos que considerar, con la oportuna prudencia, otras opciones.

    La lectura de la Divina Comedia nos sugiere una de estas alternativas, y es la que más nos agrada.

    Un viaje a París, en esa época, a caballo o en carroza, hubiera ocupado de 10 a 15 jornadas. Preferible era un viaje por mar. Pero, ¿con cuál destino?

    El XXVI Canto del Infierno nos da una pista.

    Contrariamente a la tradición homérica, Dante hace viajar a Ulises más allá de las Columnas de Hércules (hoy el estrecho de Gibraltar) y describe cómo el barco del héroe griego dirige su proa hacia el sur hasta cruzar la línea ecuatorial. Entonces Dante se dedica a describir el panorama, las islas, una de ellas con una alta montaña (¿Canarias o Cabo Verde?); finalmente Dante describe dos elementos, uno meteorológico y el otro astronómico, que nos sorprenden: el primero consiste en la descripción muy dramática de una tormenta tropical; el segundo es la observación astronómica del cielo austral, precisando que hay estrellas que no se ven en el hemisferio boreal; siendo ésta una anticipación de la descripción de la Constelación de la Crux (Cruz del Sur) que realiza en el primer canto del Purgatorio.

    Dante no pudo haber descrito con tanta precisión y realidad, sólo con la ayuda de su fantasía, estos fenómenos típicos de la zona ecuatorial de nuestro planeta. Tuvo que haberlos visto de persona.

    Nuestra conclusión es por tanto la siguiente: después del asesinato de Corso Donati Dante huyó rápidamente de Lucca, fue al cercano puerto de Génova y se embarcó. Cruzó el estrecho de Gibraltar y pudo haber desembarcado en Cádiz donde tomó otro barco experto en la navegación oceánica. Luego, el navío se dirigió hacia el sur.

    No importa especular si limitó su viaje a la navegación bajo la costa africana hasta el golfo de Guinea y después volvió, o si (nos estremece sólo pensarlo) cruzó el océano hasta el Caribe, donde experimentó la terrible violencia de una tormenta tropical.  

    Según Boccaccio Dante, a finales del 1310 volvió a Italia cuando el nuevo emperador Enrique VII de Luxemburgo fue elegido el 27 de noviembre rey de Alemania y coronado emperador y rey de los romanos en Aquisgrán el 6 de enero del 1309.

    Dante, que se encontraba en Forlí o en Bolonia, vio en el nuevo emperador la posibilidad de volver a Florencia. Escribió, según Boccaccio, a los príncipes italianos varias cartas para que fueran a Milán a recibirlo, como él hizo en compañía de Moroello. Además escribió el 31 de marzo a los florentinos solicitándolos a someterse al natural soberano. Luego escribió al emperador, el 17 de abril, una carta en la que le incitaba a

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