El lobo de Gubbio

Por Raymond Bruckberger

Los habitantes de Gubbio, un pequeño pueblo de Italia, están aterrados. Un feroz lobo se ha ocultado en el bosque cercano y desde allí sale a matar cada día a la oveja más rolliza. Como ni los pastores ni sus perros han podido con la fiera, recurren a San Francisco. El santo entra en el bosque y llama al lobo. Lo que sigue es una maravillosa y larga historia en la que triunfa la humildad y el amor y que revoluciona a todo el pueblo de Gubbio.

• Idioma: Español
• Editorial: Zig-Zag
• Fecha de lanzamiento: 3 feb 2018
• ISBN: 9789561232242

Vista previa del libro

Título original:

LE LOUP DE GUBBIO.

ISBN Edición Impresa: 978-956-12-1148-3.

ISBN Edición Digital: 978-956-12-3224-2.

20ª edición: julio de 2015.

Editora General: Camila Domínguez Ureta.

Editora Asistente: Camila Bralic Muñoz.

Director de arte: Juan Manuel Neira Lorca.

Diseñadora: Mirela Tomicic Petric.

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com

[e-mail]

©1956 por Raymond Leopold Bruckberger.

Derechos reservados de la presente traducción por

Empresa Editora Zig–Zag, S.A.

Editado por Empresa Editora Zig–Zag, S.A.

Los Conquistadores 1700. Piso 10. Providencia.

Teléfono 56 2 28107400. Fax [phone].

www.zigzag.cl / E-mail: [e-mail]

El presente libro no puede ser reproducido ni en todo ni en parte, ni archivado ni transmitido por ningún medio mecánico, ni electrónico, de grabación, CD-Rom, fotocopia, microfilmación u otra forma de reproducción, sin la autorización escrita de su editor.

ÍNDICE

Capítulo uno

Capítulo dos

Capítulo tres

Capítulo cuatro

Capítulo cinco

Capítulo seis

Capítulo siete

Capítulo ocho

Capítulo nueve

Capítulo diez

Otros títulos publicados en esta colección

He aquí, pues, la historia del lobo de Gubbio y sus siete milagros.

Gubbio es una aldea de Italia, aldea amada de San Francisco de Asís. Y sucedió, hace de esto muchos años, que durante un invierno Gubbio fue azotada por una espantosa catástrofe. En el bosque vecino habitaba un lobezno. Nunca se había visto un lobo más audaz y más fuerte. Se arrojaba sobre el rebaño y, con la velocidad de un relámpago, desgarraba el pescuezo de la oveja más rolliza y se la llevaba arrastrándola entre todo el ganado.

Naturalmente, había pastores y perros encargados de la custodia del rebaño. Pero el lobo era tan feroz que de nada servían aquellos guardianes. Protegida o no, el lobo salía con la presa escogida por él. Parece una exageración llamar catástrofe a los merodeos de un malvado lobo. Empero, si se tiene en cuenta que cada noche, al regresar el rebaño al redil, se advertía la falta de una o dos ovejas, y cuando cada dos semanas un pastorcillo no llegaba a su hogar, el caso asume las proporciones de una catástrofe, más tratándose de una aldea tan pequeña.

Por último, nadie, hombre o bestia, osaba aventurarse fuera de los muros del pequeño villorrio. Fue entonces cuando acudieron a San Francisco.

El Pobrecito fue armado únicamente de su candor y mansedumbre. Toda la población de Gubbio se aglomeró a su lado, como quien busca un refugio. El podestá, nombre que se da a la primera autoridad, leyó un largo discurso demostrando la terrible situación en que se encontraba el villorrio.

El santo comenzó por Dios y visitó primero la