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Un Encuentro con una sociópata narcisista
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Libro electrónico82 páginas1 hora

Un Encuentro con una sociópata narcisista

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Una joven aprende lecciones importantes de la vida con la llegada de su primer bebé, esto, después de terminar sus estudios, dejó de beber y de recuperar su vida. Dificultades peligrosas llegan a su vida un día cuando menos lo esperaba. Con miedo a perder a su hija y su cordura, esta joven madre divorciada busca la manera de deshacerse de un sociópata.
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 dic 2019
ISBN9781071524435
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    Un Encuentro con una sociópata narcisista - Angela Ellington

    1

    Ser madre es una experiencia que yo siempre soñé tener. Vengo de una familia mezclada de un hermano con cuatro hermanas, todos nacidos y criados en Milwaukee, Wisconsin por mi madre. Mi padre biológico nunca estaba involucrado en mi vida. Lo más cercano a un padre fue mi padrastro después de que mi madre volviera a casarse. Durante el matrimonio, mi familia y yo vivíamos en un pequeño pueblo llamado South Milwaukee. La ciudad estaba en la parte sureste del condado de Milwaukee, y tenía un destacable distrito escolar, con gente muy amigable. El matrimonio solo duró tres años y medio. Como todos los demás, terminó en divorcio por falta de comunicación, y no arreglar sus diferencias. Después de ello, el aún nos cuidaba a todos como sus hijos. La mayor parte de mi vida fue promedio, vivíamos en una casa de bajos recursos, y mi madre trabajaba para el estado, pero aun teníamos problemas todos los días para poner comida sobre la mesa cada día. Mi abuela, se quedaba con nosotros cada día después de la escuela porque contratar cuidados infantiles era costoso. Mi abuela y yo teníamos una relación muy cercana. Siempre estaba ahí para todos, en especial para mi madre. Como adolescente, yo era rebelde, siempre bebiendo y saliendo de fiesta con amigos. Mi madre no lo aprobaba debido a que me juntaba con un mal grupo de amigos en la preparatoria. Eventualmente, dejé la escuela, y todo lo que quería hacer era beber con amigos, lo cual me llevó a meterme en problemas con la policía, por beber alcohol siendo menor de edad, y por escapar de mi casa a los 16 años. Mi madre ofreció toda su ayuda para detener ese horrible comportamiento mío, pero en esos tiempos, no la aceptaba. Incluso, intentó que tuviera una conexión con mi padre biológico, pero esa decisión fue una mala idea. Ella creyó que había cambiado. Después se dio cuenta que se ponía a beber junto conmigo. Hasta la fecha, seguía siendo un alcohólico, y buscaba un nuevo compañero como él.  Esa conexión duró poco, pero logré mantener contacto con su pareja de quince años de noviazgo, aun somos amigas hasta el día de hoy.

    2

    Sucedió cuando cumplí los diecinueve años cuando conocí a un hombre maduro en unos foros para citas por Internet. Medía los 1.73 metros, y pesaba alrededor de 90 kilos. Era de descendencia afroamericana. Me había mostrado un profundo interés en mí casi de inmediato, y pensé en darle la oportunidad poco después. Después de unos largos meses de llamadas y mensajes de texto, empezamos a salir a citas, y lo nuestro se tornó serio muy rápido. Decía que era un hombre soltero, sin hijos, pero que le gustaba la idea de tener niños con la persona correcta después del matrimonio. Ya había pasado un año desde ese día de lo que llevamos junto. Recibí una carta de él en el correo que hablaba sobre nosotros en un futuro juntos, con una familia. Lo cual, se me hizo extraño pues, pensé que eso podría hablarlo de frente conmigo, y no mediante una carta en el correo. Otra cosa que no tenía sentido fue que la carta decía aniversario. Yo en lo personal, no creo que es necesario contar o celebrar los aniversarios al menos que estés casado. No comprendía el hecho de que no pudiese hablarlo conmigo en persona. Sentí que fue algo infantil de su parte. Unas semanas después, la novia de mi padre me pidió que me mudara con ella. Después de unos días de pensarlo, le dije que sí. Me mudé con ella porque iba a ayudarme a enderezar mi vida. El primer paso era regresar a la escuela, y lo hice gracias a mi certificación en GED* en el área técnica de Milwaukee (MATC). Otro logro que obtuve mientras me hospedé con ella, fue que volví a ir a la iglesia. Íbamos juntas, y se sentía de maravilla poder volver a ir. También volví a la escuela, y pude obtener mi diploma de preparatoria. Mi vida empezaba a tener cambios, y yo estaba feliz y me sentía sin estrés. Unos meses después, mi madre me informó que se mudaría más al norte, en la casa de mi tío abuelo, porque él estaba sufriendo de una enfermedad llamada demencia, y mi abuela ya había enviado a mi hermana mayor para cuidarle. Mi madre ofreció que fuera con ella, pero le dije que Jacob y yo no dejaríamos lo que llevábamos así nomás. Entonces, solo ayudé a mi madre a empacar sus cosas.  

    3

    En primero de julio del 2012, mi abuela fue al norte por una semana para visitar mi madre y hermana. No dejó de hacer llamadas a la casa en Milwaukee para revisar que mi otro tío estuviera bien, ya que vivieron juntos después de que tuvo dos embolias hace un par años atrás. No contestaba sus llamadas. Entonces mejor llamó a uno de los hermanos de mi madre para que manejara hasta allá para asegurarse de que todo estuviera en orden. Tanto la puerta principal como la trasera estaban con cerrojo, entonces rompió la puerta para entrar, y solo encontrarse con mi tío fallecido. Cuando llegaron los paramédicos, y revisaron el cuerpo, descubrieron que había fallecido de un fuerte ataque al corazón hace una semana. Todo esto pasó sin previo aviso, y mi abuela terminó por pagar el funeral.

    Mi abuela había decidido que su mejor opción era cremarlo, ya que mi abuelo pensaba en sepultarlo allá al norte, pero así, salía más barato para ella. El funeral dio a lugar un viernes en Milwaukee. Después de la ceremonia, mi familia planeó reunirse en un salón de eventos que había rentado mi abuela. Comidos y hubo postre. Platicamos y tomamos fotografías juntos, era necesario, ya que nos veíamos pocas veces. En el salón, mi abuela me pidió que me quedara con ella por una temporada, para ayudarla en los quehaceres o en lo que necesitara. Le dije que me tomaría un par de días empacar mis pertenencias y llevarlas a su casa. Le mencioné también, que le ayudaría a reorganizar su casa ya que era pequeña. Al día siguiente, empaqué mis cosas de inmediato de la casa de la novia de mi padre, y me mudé a la casa de mi abuela. Después de llegar, de inmediato comenzamos con la limpieza y la casa quedó terminada en dos días. La siguiente semana, Jacob y yo salimos juntos. Me llevó a un restaurante italiano llamado Olive Garden, ya que

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