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El aborto inducido: ¿Víctimas o victimarias?
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El aborto inducido: ¿Víctimas o victimarias?
Libro electrónico185 páginas2 horas

El aborto inducido: ¿Víctimas o victimarias?

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Este libro no es uno más dentro del corpus de textos escritos a favor o en contra de la práctica del aborto. Su singularidad radica en dos ámbitos. En primer lugar, es una mirada desde la antropología del género, que se afinca en Chile, y en segundo lugar, no es una puesta en escena desde una postura ética o política, sino la propuesta de un camino para acercarnos a las múltiples y profundas aristas de la interrupción de un embarazo no deseado. Su lectura es sin duda una interpretación que es preciso asumir y debatir con toda la carga de dolor colectiva y personal que entraña el aborto, pero que ciertamente nos ayudará a liberar los nudos que lo apresan y silencian.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 abr 2018
ISBN9789568303129
El aborto inducido: ¿Víctimas o victimarias?

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    El aborto inducido - Susana Herrera

    existir.

    Agradecimientos

    Agradezco a las mujeres que me han dado sus testimonios. Reconozco lo difícil que resultó para muchas, volver a abrir una herida que se quiere desesperadamente cicatrizar y reconozco también la posibilidad que me dieron de conocerlas, ya que sin sus relatos este libro no hubiera podido ser escrito. Historias personales que me interesó rescatar porque a través de ellas se puede conocer, desde otra perspectiva, la problemática que se vive y se esconde en el cuerpo de muchas mujeres. Invisibilidad aparente que impide su tratamiento real.

    Hago extensible también  mi gratitud a todos aquellos que me acompañaron en esta búsqueda. A mis colegas de trabajo que pacientemente debieron escuchar mis opiniones y me orientaron con sus valiosas aportaciones. A Rafael Sagredo por todo el apoyo brindado y por creer en mi.  A mi familia la cual siempre estuvo conmigo.

    Especial gratitud a Ana Teresa Martínez, Domínica y epistemóloga argentina, quien pacientemente leyó los borradores que le remitía y me orientó en los problemas que se presentaron durante esta investigación. No puedo dejar de nombrar a Sonia Montecino quien con sabiduría e interés por la temática estudiada, supo apoyarme en los momentos difíciles que toda investigación y elaboración de un libro tiene.

    Mil gracias a todos, 

    Santiago, Invierno del 2004

    PRESENTACIÓN

    COLECCIÓN GÉNERO, CULTURA Y SOCIEDAD

    CÁTEDRA GÉNERO DE LA UNESCO

    La Cátedra Género de la UNESCO fue obtenida en 2003 por el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y sus objetivos, fuera de los otorgados por la misión de las cátedras de la UNESCO, son los de expandir los estudios de género dentro de la academia y fuera de ella, haciendo posible un diálogo entre los saberes producidos por la universidad y el público en general, que desconoce muchas veces los conocimientos acumulados en ella.

    El estudio de las relaciones de género posee en Chile una existencia sistemática de al menos veinticinco años –en sus inicios afincado en organismos académicos no gubernamentales y luego en las universidades, especialmente en la Universidad de Chile– y ha sido un importante aporte a la transformación social de nuestro país, en la medida en que sus resultados, en muchas ocasiones, han servido de base para la creación y aplicación de políticas sociales en pro de la igualdad de mujeres y hombres. Entendido el género como una construcción social de las diferencias sexuales, comportando elementos simbólicos, políticos y económicos, es un elemento transversal de la vida humana, por lo cual las reflexiones, investigaciones y producciones intelectuales sobre éste constituyen un elemento imposible de eludir.

    Sin duda, la creciente participación de las mujeres como sujetos sociales en la vida pública ha provocado una fuerte interpelación a las estructuras en las cuales se apoya la sociedad y una nueva interpretación de éstas. Al mismo tiempo, se han producido cuestionamientos a las construcciones de la masculinidad y a los fundamentos del poder social. Es decir, cuando un polo de las relaciones de género se transforma, el otro debe rearticularse y, paralelamente, los sistemas que permiten su continuidad. Estos cambios son generales, pero tomarán matices diversos de acuerdo a las culturas particulares. En ese sentido es que la Cátedra Género de la UNESCO anhela constituir mediante la Colección Género, Cultura y Sociedad, un núcleo desde el cual estas miradas hacia nuestra especificidad chilena y latinoamericana puedan desplegarse.

    Pero, sin embargo, la Cátedra se ha puesto como horizonte, además, el ser un espacio donde puedan converger las producciones de las nuevas generaciones de académicos/ as, que ya forman parte de una nueva tradición reflexiva universitaria. Del mismo modo, desea dar cabida a temas contemporáneos que necesitan de un debate público. Los cambios a los cuales nos hemos referido suponen la ampliación y la puesta en escena de nuevos problemas sociales que deben ser discutidos, conocidos y pensados por la sociedad en su conjunto. Así, la Colección Género, Cultura y Sociedad desea convertirse en un catalizador de materias emergentes, mas también de la profundización de aquellas antiguas que aún no han sido suficientemente develadas. Retejer con nuevas miradas las continuidades y urdir con las bases conceptuales acuñadas lo inédito, es la misión que nos hemos propuesto.

    SONIA MONTECINO

    Coordinadora Cátedra de Género

    UNESCO

    Mujeres entrevistadas

    A continuación haré una breve presentación de las doce mujeres que con sus relatos hicieron posible la realización de este libro. Es necesario indicar que los nombres no son reales, para respetar la confidencialidad de las mismas.

    Soledad. Al momento de la entrevista tenía veintidos años. Estudiante universitaria de psicología, dependía económicamente de sus padres, nivel socioeconómico medio-alto, creyente, soltera, tenía pareja de la cual había quedado embarazada y realizado un aborto. Sin hijos.

    Angélica. Cuando se la entrevistó tenía veintisiete años. Socióloga, nivel socioeconómico medio, trabajaba, no era creyente, separada del hombre del cual se había hecho dos abortos. Madre de dos hijos.

    Julia. Tenía cincuenta y dos años al momento de la entrevista. Profesora de educación general básica, trabajaba, nivel socioeconómico medio, casada, creyente, se había hecho un aborto. Sin hijos.

    María. Cuando fue entrevistada tenía setenta años. Sin estudios formales, actualmente era dueña de casa, pero por años había sido asesora del hogar, nivel socioeconómico medio-bajo, casada con el hombre del cual se había hecho un aborto de gemelos, creyente. Madre de una hija que había tenido antes de abortar, después de esa experiencia no pudo volver a quedar embarazada.

    Sonia. Cuando se la entrevistó tenía cuarenta y siete años. Ocasionalmente trabajaba como asesora del hogar, dueña de casa, situación socioeconómica media-baja, viuda, creyente. Por problemas económicos se había realizado cuatro abortos. Madre de tres hijos.

    Gabriela Tenía treinta y nueve años cuando fue entrevistada. Contadora auditora, trabajaba, nivel socioeconómico medio, casada con el hombre con el cual se había provocado un aborto antes de contraer matrimonio, creyente. Madre de dos hijos.

    Amanda. Cuando fue entrevistada tenía cuarenta años. Estaba estudiando, trabajaba, nivel socioeconómico medio, casada con el hombre del cual se había realizado un aborto, no era creyente. Madre de dos hijos.

    Teresa. Tenía cuarenta y tres años al momento de la entrevista. Socióloga, trabajaba, nivel socioeconómico medio, soltera, tenía pareja pero no era con quien había vivido la experiencia de dos abortos, no era creyente. No tenía hijos.

    Francisca. Al momento de la entrevista tenía cincuenta y dos años. Trabajaba, nivel socioeconómico medio, creyente, separada, se había realizado cinco abortos. Madre de dos hijos.

    Pamela. Cuando fue entrevistada tenía veintinueve años. Profesional del área de la informática, nivel socioeconómico medio, no estaba casada, tenía pareja pero no era con quien había vivido la experiencia de un aborto, creyente. No tenía hijos.

    Sara. Al momento de la entrevista tenía veintisiete años. Estudios universitarios incompletos, trabajaba como secretaria, nivel socioeconómico medio, soltera, tenía pareja, creyente. Quedó embarazada de un hombre que la drogó para tener relaciones sexuales, embarazo que abortó. Sin hijos.

    Ana. Tenía cincuenta y cinco años cuando fue entrevistada. Dueña de casa, trabajaba esporádicamente vendiendo productos artesanales, casada con el hombre del cual se provocó dos abortos, uno de los cuales no le resultó, situación que la afectó por mucho tiempo porque ella no quería abortar, creyente. Madre de tres hijos.

    Prólogo

    Nuevas miradas al viejo dilema del aborto

    El aporte de la Antropología del Género

    El libro de Susana Herrera que prolongamos no es uno más dentro del corpus de textos escritos a favor o en contra de la práctica del aborto. Su singularidad radica en dos ámbitos. En primer lugar, es una mirada desde la Antropología del Género que se afinca en Chile, y en segundo lugar, no es una puesta en escena desde una postura ética o política, sino la propuesta de un camino para acercarnos a las múltiples y profundas aristas de la interrupción de un embarazo no deseado.

    Fruto de una larga investigación en terreno y de una dedicación paciente ante las vicisitudes metodológicas que supone trabajar con una materia como la elegida, el libro se estructura en siete fragmentos a través de los cuales la autora va develando, desde los discursos femeninos, los complejos rostros de un episodio en el que se comprometen el cuerpo, las emociones y las normas sociales que dictan lo adecuado, lo prohibido y las sanciones ante las trasgresiones. Quiero llamar la atención a este modo de configurar el texto, pues la opción de escribir fragmentos y no capítulos, habla implícitamente de la postura de la autora: no es posible acceder a la totalidad de un complejo tema como el aborto, pero también anuncia que toda indagación sobre la realidad es finalmente recorte, selección, aproximación, siempre intención parcial. Más allá podríamos pensar asimismo que es una metáfora del propio cuerpo femenino fragmentado en el aborto, partido por su dramatismo y por los símbolos de la pérdida.

    La antropóloga Susana Herrera nos invita así a visitar una materia tabú en nuestra sociedad chilena y lo hace sin la espectacularidad y morbo de los medios de comunicación y sin la intolerancia de los credos y convicciones religiosas. Su mirada, la de una etnógrafa que busca indagar en los repertorios del alma humana, va componiendo un camino de voces, de testimonios que permiten un contacto directo con quienes han tenido la experiencia de abortar. Es en este lugar testimonial donde las mujeres al hablar de sus vivencias las exorcizan, pero también posibilitan el acceso a los significados y a las causas de su práctica. Es así como conocemos la estructura de un imaginario que construye el embarazo como un problema, percibe al embrión como algo extraño -extranjero- innombrable y al cuerpo como espacio victimal. La autora descubre dos ángulos, no excluyentes, de esta estructura: ...plantean que el aborto provocado es malo, un crimen, la eliminación cruel de un ser, algo que atenta contra sus propias vidas, clandestino, una experiencia que hubiera sido mejor no vivir, y por otro, lo perciben como una decisión personal, un medio para prevenir embarazos, una alternativa de solución ante un problema que las aquejaba... (42)

    Las contradicciones experimentadas por las mujeres quedan de manifiesto y revelan la doble faz del aborto donde la culpa, los duelos no resueltos, el silencio que envolvió el suceso, van de la mano con lo indeclinable de la decisión, con el contexto social que opera como espejo y reflejo de su acción. Pero, el valor de este texto se sitúa más allá del universo documental y testimonial -el cual por cierto es de gran importancia, como hemos dicho, en una sociedad como la chilena donde todos los pliegues y repliegues femeninos quedan obliterados por los discursos oficiales- situándonos en la trama cultural que hace posible que las mujeres se conviertan en victimas y victimarias al mismo tiempo. El cuerpo de la mujer pasa a ser el lugar donde se vive la trasgresión, espacio sensible para la sociedad androcéntrica que lo ha definido, controlado y cubierto de significados, simbolismos y lenguajes... (67) nos dice la autora, señalando las construcciones ligadas a lo materno y al modelo mariano que prevalece en Chile y América Latina.

    Precisamente, Susana Herrera aporta a una comprensión de lo complejo que resulta la definición de madre para toda mujer en nuestros escenarios culturales, en la medida en que el aborto es la negación de esa identidad incuestionable, pero al mismo tiempo es la verificación de la misma. Negación y verificación son el doble filo de toda norma, y en ese sentido este libro muestra como los sujetos, en este caso las mujeres, entran en tensión con los sistemas de valores y reglas de una época, como la actual, que entraña también dobles y contradictorios mensajes. Me refiero a que, por un lado, se sigue valorando la maternidad como destino femenino, pero los discursos y reglas neoliberales -que operan también en el lenguaje cultural- lo desvalorizan. Por ejemplo, los sistemas privados de salud castigan a las mujeres en edad fértil; en los empleos se evita contratar a mujeres embarazadas o que puedan hacerlo pronto; los fueros maternales son objeto de discusión; los valores del éxito y del emprendimiento suponen un tiempo dedicado al trabajo que se hace incompatible con la crianza de los hijos; se prestigia en la escala de valores los éxitos ligados a lo público y no a lo doméstico.

    Podríamos seguir enumerando los contramensajes que operan al mismo tiempo que la exaltación de la maternidad, así como las múltiples ambivalencias a las que asistimos como sujetos sociales contemporáneos y chilenos(as) (sin ir más lejos, vivimos un liberalismo que habla de la libertad individual, sin embargo la ilegalidad del aborto choca contra esos horizontes y con los derechos de las mujeres sobre su cuerpo). Más, nos interesa señalar otro aspecto relevante que

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