DESDE SU APARICIÓN A PRIN-CIPIOS DE LA DÉCADA DE LOS NOVENTA DEL SIGLO XX, LA TERAPIA DE LAS CONSTELACIO-NES FAMILIARES HA COSECHADO DE UNA ENORME DIFUSIÓN. Se presenta como una alternativa eficaz para superar problemas psicológicos que tienen un origen en episodios traumáticos de nuestra biografía… o de nuestros ancestros. Su marco teórico establece que existe una especie de colectividad que nos vincula con nuestros padres, abuelos y hermanos, y donde la acción de cada uno de ellos puede terminar afectando a los demás. Descubrir cuál ha sido la acción que ha sido origen de nuestro trauma y ser indulgente con quienes nos han inflingido un daño sería la clave para liberarnos de nuestros problemas psicológicos. Pero, ¿es la terapia de las Constelaciones Familiares realmente eficaz?
EL “PADRE” DE LAS CONSTELACIONES FAMILIARES
Al teólogo católico alemán Bert Hellinger (1925-2019) se le atribuye la paternidad de la terapia de las Constelaciones Familiares. A diferencia de otros fundadores de pseudoterapias, que presentan una biografía exagerada para granjease la admiración de sus seguidores, la vida de Bert Hellinger es densa en experiencias vitales que deben contextualizarse en la difícil época que le tocó vivir. Educado en el seno de una familia católica de la ciudad de la pequeña localidad de Leimen (Baden-Wurtemberg), siendo adolescente se resistió a ideológicamente frente al nacionalsocialismo, negándose a afiliarse a las Juventudes Hitlerianas. Esta situación, nada cómoda en la Alemania de la época, le situaría en el peligroso punto de mira de la Gestapo (la “policía secreta” nazi), que le consideró “sospechoso de ser enemigo del pueblo”.
