Los dolores del miembro fantasma: Antología poética
Por Patricio Manns
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Los dolores del miembro fantasma - Patricio Manns
Patricio Manns
Los dolores del miembro
fantasma
Antología poética
LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL
© LOM Ediciones
Primera edición, 2014
ISBN Impreso: 978-956-00-0516-8
Diseño, Composición y Diagramación
LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago
Fono: (56-2) 2 860 68 00
www.lom.cl
lom@lom.cl
Para Alejandra Lastra.
Sé que no hubo ninguna como tú.
Eres el mejor libro que leí,
el mejor barco en que no naufragué,
la única ventana atiborrada de luz natural.
¿Cómo no amarte, cómo no agradecerte?
Tu madera viene de otros mundos
y siempre buscaré su origen,
que es también el origen de mi vida.
El ritual de las piedras pensantes
Los propósitos de José Tum de Bonampak
Debo decir que he sido tantas veces
un hombre viejo como el mundo,
que voy y vengo de la muerte como otros
van y vienen del mercado o del templo,
y que cuando nuevos dolores me golpean
con su candado abierto en las heridas, con su [herrumbre
cerrada, no necesito abrir el grifo
de otro grito para sentirme parte
del mucho sufrimiento que me cerca.
Los viejos titiriteros
cantan en paz sus míseras hazañas,
vocean sin guerra sus rigores muertos,
su opulencia senil, en alta voz, como si fueran
un patrimonio universal predestinado
a la sobrevivencia por derecho propio.
El que habla va a cantar
una canción de fuego y de agua,
una pétrea epopeya sin ajorcas, sin adornos,
va a entonar la madura letanía de los templos salvajes,
la contigüidad de las máscaras,
la exactitud de las pirámides hundidas
en la selva que zumba, va a declamar
la continuidad de los guerreros
que se agregan a la continuidad de las batallas
y al sucesivo descenso de las muertes.
El que habla se propone abrir un libro
fulgurante, de esos que dejan ciegos, donde
toda la luz de Yucatán, de Campeche, de Quintana Roo,
de Tabasco, de Chiapas, de Oaxaca, estallará como
un mojado girasol interminable
exaltando sus escudos tatuados,
su emplumado estertor, su pájaro
quetzal perfumado por los demonios
míticos y austeros,
el memorial de sus hazañas
cruzadas por una vasta ráfaga de sangre,
sangre inconmensurable todavía.
He aquí la angustia del misterio,
he aquí la puerta de la historia sombría,
descrita por el misterio de la poesía
y vetada por la razón en cautiverio.
Biografía de José Tum de Bonampak
Habrá que describir a
José Tum de Bonampak,
no porque corresponda al principio del caos,
sino porque comporta el concepto del caos.
Pues sucede que José
Tum de Bonampak restituyó a la selva
la virtud del machete, y al machete
la crujiente apertura de las sendas
cosidas una a una por las lianas
salvajes, inauguró
una mórbida península de luz
en una sólida península de sombras,
socavó las tinieblas verdes con las uñas, y con las uñas
destapó la incesante poesía
de las piedras pensantes,
establecida en pirámides lunares,
en torres solares y secretas,
de altura compacta, de vuelo retenido,
para que los que nunca
habíamos visto nada, lo viéramos
todo de repente.
Y dijo José Tum de Bonampak:
Pos antes construíamos pirámides
y hoy meramente edificamos chozas, tum.
Buscando los vestigios de amadas estructuras
pensadas, calculadas y elevadas
por arquitectos desnudos, que ya no eran sino
la sombra de sus propios huesos mondados por
los dientes de la muerte, José Tum de Bonampak
atravesó la selva detrás de su machete,
devoró cocodrilos, venció
en el grito al pájaro quetzal,
cabalgó jaguares de piedra y jaguares de
hueso, garras, dientes motivados,
restauró los caminos invisibles, se acurrucó
en el borde de los podridos manglares,
bebió la sangre de cenotes muertos,
aprendió la sintaxis del pasado,
descifró el redoblado alfabeto de las piedras,
escaló hasta profundas oquedades,
cayó hacia las alturas prodigiosas,
mordió la cara de los dioses y de los
alcahuetes de dioses, besó la boca dulce
de las doncellas degolladas que los mismos
repetidos sacerdotes arrojaban
desde lo alto de las pirámides, las torres,
los castillos de Uxmal, de Tulum,
de Kohunlich, de Chichén Itzá,
de Palenque, de Yaxchilán,
untando con la asustada sangre
las escalas lunares donde
José Tum de Bonampak,
sentado en los mismísimos brocales de la Historia,
meditando un enigma del tiempo ya gastado,
descifró como pudo el cabrillear
de tanta herida abierta.
Y siempre iba diciendo José Tum de Bonampak:
En aquel tiempo alzábamos pirámides:
pos hoy techamos meramente chozas, tum.
Porque el problema no fue la piedra, según
reveló José Tum de Bonampak: es la sabiduría
de la piedra de la que no