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Los dolores del miembro fantasma: Antología poética
Los dolores del miembro fantasma: Antología poética
Los dolores del miembro fantasma: Antología poética
Libro electrónico132 páginas36 minutos

Los dolores del miembro fantasma: Antología poética

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Conocedor pleno de las formas poéticas, Patricio Manns construye y dinamita puentes entre la canción y el poema, entre el poema y su traje hecho a la medida. Bajo el poeta corre el río de la musicalidad y el ritmo que arrastra cuerpos y jirones, y su bramido agita y comanda las aguas que surcan territorios, mientras nos dice "es urgente zarpar". Centrados en una existencia de gran carga erótica, los poemas reunidos en este libro recuperan el goce y el dolor de un cuerpo enardecido, cuyo recorrido personal lo llevará inevitablemente al cuerpo social de América y su historia
IdiomaEspañol
EditorialLOM Ediciones
Fecha de lanzamiento1 jun 2017
Los dolores del miembro fantasma: Antología poética

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    Los dolores del miembro fantasma - Patricio Manns

    Patricio Manns

    Los dolores del miembro

    fantasma

    Antología poética

    LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL

    © LOM Ediciones

    Primera edición, 2014

    ISBN Impreso: 978-956-00-0516-8

    Diseño, Composición y Diagramación

    LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago

    Fono: (56-2) 2 860 68 00

    www.lom.cl

    lom@lom.cl

    Para Alejandra Lastra.

    Sé que no hubo ninguna como tú.

    Eres el mejor libro que leí,

    el mejor barco en que no naufragué,

    la única ventana atiborrada de luz natural.

    ¿Cómo no amarte, cómo no agradecerte?

    Tu madera viene de otros mundos

    y siempre buscaré su origen,

    que es también el origen de mi vida.

    El ritual de las piedras pensantes

    Los propósitos de José Tum de Bonampak

    Debo decir que he sido tantas veces

    un hombre viejo como el mundo,

    que voy y vengo de la muerte como otros

    van y vienen del mercado o del templo,

    y que cuando nuevos dolores me golpean

    con su candado abierto en las heridas, con su [herrumbre

    cerrada, no necesito abrir el grifo

    de otro grito para sentirme parte

    del mucho sufrimiento que me cerca.

    Los viejos titiriteros

    cantan en paz sus míseras hazañas,

    vocean sin guerra sus rigores muertos,

    su opulencia senil, en alta voz, como si fueran

    un patrimonio universal predestinado

    a la sobrevivencia por derecho propio.

    El que habla va a cantar

    una canción de fuego y de agua,

    una pétrea epopeya sin ajorcas, sin adornos,

    va a entonar la madura letanía de los templos salvajes,

    la contigüidad de las máscaras,

    la exactitud de las pirámides hundidas

    en la selva que zumba, va a declamar

    la continuidad de los guerreros

    que se agregan a la continuidad de las batallas

    y al sucesivo descenso de las muertes.

    El que habla se propone abrir un libro

    fulgurante, de esos que dejan ciegos, donde

    toda la luz de Yucatán, de Campeche, de Quintana Roo,

    de Tabasco, de Chiapas, de Oaxaca, estallará como

    un mojado girasol interminable

    exaltando sus escudos tatuados,

    su emplumado estertor, su pájaro

    quetzal perfumado por los demonios

    míticos y austeros,

    el memorial de sus hazañas

    cruzadas por una vasta ráfaga de sangre,

    sangre inconmensurable todavía.

    He aquí la angustia del misterio,

    he aquí la puerta de la historia sombría,

    descrita por el misterio de la poesía

    y vetada por la razón en cautiverio.

    Biografía de José Tum de Bonampak

    Habrá que describir a

    José Tum de Bonampak,

    no porque corresponda al principio del caos,

    sino porque comporta el concepto del caos.

    Pues sucede que José

    Tum de Bonampak restituyó a la selva

    la virtud del machete, y al machete

    la crujiente apertura de las sendas

    cosidas una a una por las lianas

    salvajes, inauguró

    una mórbida península de luz

    en una sólida península de sombras,

    socavó las tinieblas verdes con las uñas, y con las uñas

    destapó la incesante poesía

    de las piedras pensantes,

    establecida en pirámides lunares,

    en torres solares y secretas,

    de altura compacta, de vuelo retenido,

    para que los que nunca

    habíamos visto nada, lo viéramos

    todo de repente.

    Y dijo José Tum de Bonampak:

    Pos antes construíamos pirámides

    y hoy meramente edificamos chozas, tum.

    Buscando los vestigios de amadas estructuras

    pensadas, calculadas y elevadas

    por arquitectos desnudos, que ya no eran sino

    la sombra de sus propios huesos mondados por

    los dientes de la muerte, José Tum de Bonampak

    atravesó la selva detrás de su machete,

    devoró cocodrilos, venció

    en el grito al pájaro quetzal,

    cabalgó jaguares de piedra y jaguares de

    hueso, garras, dientes motivados,

    restauró los caminos invisibles, se acurrucó

    en el borde de los podridos manglares,

    bebió la sangre de cenotes muertos,

    aprendió la sintaxis del pasado,

    descifró el redoblado alfabeto de las piedras,

    escaló hasta profundas oquedades,

    cayó hacia las alturas prodigiosas,

    mordió la cara de los dioses y de los

    alcahuetes de dioses, besó la boca dulce

    de las doncellas degolladas que los mismos

    repetidos sacerdotes arrojaban

    desde lo alto de las pirámides, las torres,

    los castillos de Uxmal, de Tulum,

    de Kohunlich, de Chichén Itzá,

    de Palenque, de Yaxchilán,

    untando con la asustada sangre

    las escalas lunares donde

    José Tum de Bonampak,

    sentado en los mismísimos brocales de la Historia,

    meditando un enigma del tiempo ya gastado,

    descifró como pudo el cabrillear

    de tanta herida abierta.

    Y siempre iba diciendo José Tum de Bonampak:

    En aquel tiempo alzábamos pirámides:

    pos hoy techamos meramente chozas, tum.

    Porque el problema no fue la piedra, según

    reveló José Tum de Bonampak: es la sabiduría

    de la piedra de la que no

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