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Incógnitos: Thriller, #2
Incógnitos: Thriller, #2
Incógnitos: Thriller, #2
Libro electrónico193 páginas2 horas

Incógnitos: Thriller, #2

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Información de este libro electrónico

¿Qué es capaz de hacer un padre por salvar la vida de un hijo?

El amor es capaz de crear lo que la mente jamás llegaría a imaginar en condiciones normales ¡Hasta que la necesidad se lo exige!

Con mucho cariño para todos los niños del mundo. En especial, para aquellos que al nacer, la vida los recibe con pruebas sumamente rigurosas, y sin embargo, sin importar el sacrificio, son capaces de aferrarse a la vida. Y a pesar de su corta estancia en este mundo, ya tienen la capacidad de enseñarnos lo importante que es sacrificarse por lo que verdaderamente tiene valor: El amor.

 R.P. Ojeda

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 oct 2019
ISBN9781393554165
Incógnitos: Thriller, #2
Autor

RIGOBERTO P. OJEDA

Rigoberto P. Ojeda nació en México, en un pequeño pueblo del estado de Michoacán el 10 de enero de 1963. Vivió en Morelia, donde estudió el bachillerato e Ingeniería Civil en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. A los 20 años, emigró hacia los Estados Unidos, donde posteriormente se graduó de Ingeniero en estructuras mecánicas. Actualmente reside en la ciudad de Houston, Texas, dedicado a lo que le apasiona: la ingeniería, la escritura creativa y la composición musical. Ha escrito seis novelas. Sin embargo, Oveja blanca/Oveja negra fue la primera novela publicada.

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    Incógnitos - RIGOBERTO P. OJEDA

    Rigoberto P. Ojeda

    Incógnitos

    (Basada en eventos reales)

    Copyright © 2015 por Rigoberto P. Ojeda

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    ––––––––

    Incógnitos (aj.): Herméticos, Enigmáticos, Misteriosos, Secretos, Ocultos, Falsos, Enmascarados.

    Agradecimiento:

    Quiero agradecer a mí hija y a mí hijo por el apoyo brindado durante este periodo de escritura. Me gustaría recordarles que ustedes son mí razón de vivir.

    ––––––––

    Dedicatoria:

    Quiero dedicar esta novela con todo cariño a mis padres y a mís hermanos y hermanas, a quienes quiero mucho. Además, quiero hacer una dedicatoria especial para las siguientes personas: María Elena Pérez Zamudio, Griselda Ojeda, María Sandra Martínez Coronel e Itziar Aguirre. Sin el apoyo de ellas, hubiese sido bastante largo y tedioso el proceso para terminar esta novela. Muchas Gracias. De corazón.

    Prólogo

    La entrada de los Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial en abril de 1917 y la incorporación de miles de ciudadanos a las fuerzas armadas estadunidenses provocaron en esa época el gran incremento en el flujo de inmigrantes mexicanos al otro lado de la frontera para proporcionar la mano de obra requerida en la agricultura y la industria. Los mexicanos constituyen el grupo más grande de origen hispano residente en Estados Unidos, 64.9 por ciento de la población hispana total.

    Rigoberto P. Ojeda, escritor y compositor de origen Mexicano, nos redacta la historia de Juan y María; una joven pareja de migrantes Mexicanos que llegan a Texas a realizar su sueño Americano.  Padres amorosos y luchadores, que pese a sus circunstancias migratorias, lograron formar una familia perfecta en tierras extranjeras; hasta que, poco tiempo después de que María dió a luz a su segundo hijo; el pequeño Lalo,  éste comenzó a enfermar, y su padecimiento se le volvió crónico; tras una serie de exámenes descubren que tiene desarrollado un problema pulmonar de bastante cuidado, enfermedad conocida como Displacía bronco pulmonar.

    Las circunstancias de la enfermedad de Lalo son delicadas y para curarse necesitará de cirugía y costosos tratamientos hospitalarios, que, para la condición de la familia Mercado, salen de sus posibilidades económicas, sin embargo... ¿Qué no es capaz de hacer un Padre de familia por la salud de su hijo?

    Tanto una madre, como un padre son capaces de dar lo mejor de sí para el bienestar de sus hijos; trabajo, sacrificio, y el alejarse de su patria para dar un mejor futuro; por lo que, ante situaciones adversas y, el solo pensamiento de la salud de su hijo, llevan a Juan Mercado, este respetable hombre de familia, a cometer el peor de los chantajes.

    Las situaciones difíciles siempre dejan una enseñanza, que, quizás no siempre se es capaz de reaccionar de la mejor manera. Quedando solo la desesperanza sin que puedas comprender POR QUÉ pasa lo que pasa. Sin embargo, en el futuro, los errores y las traiciones se pagan.

    Así es como Incógnitos, nos muestra  en su  fondo, las vivencias y penas que enfrentan los migrantes latinos al cruce de las fronteras americanas; camino de sacrificios y miedos al buscar una mejor forma de vida;  novela llena de dramatismo y sencillez que enmarca  la nobleza y la esperanza de miles de latinos en su búsqueda de la felicidad;  Rigoberto P. Ojeda, una vez más nos envuelve en una bella historia llena de aventura, amor y sacrificio que un padre de familia  enfrenta por el bienestar de su familia. ¿Y tú, qué no harías por el bienestar de tus hijos?

    María Sandra Martínez Coronel

    ¿Qué es capaz de hacer un padre por salvar la vida de un hijo?

    El amor es capaz de crear lo que la mente jamás llegaría a imaginar en condiciones normales ¡Hasta que la necesidad se lo exige!

    Con mucho cariño para todos los niños del mundo. En especial, para aquellos que al nacer, la vida los recibe con pruebas sumamente rigurosas, y sin embargo, sin importar el sacrificio, son capaces de aferrarse a la vida. Y a pesar de su corta estancia en este mundo, ya tienen la capacidad de enseñarnos lo importante que es sacrificarse por lo que verdaderamente tiene valor: El amor. 

    R.P. Ojeda

    El Hospital

    Una ambulancia se aproxima rápidamente a hospital, los médicos residentes del hospital, al ver la sirena de la ambulancia alumbrar el camino, reaccionan de inmediato e inician la moción rutinaria que se requiere en un caso de extrema emergencia. En cuanto la ambulancia llega a un alto total, los paramédicos que se encuentran dentro de la ambulancia abren su respectiva puerta y bajan de la ambulancia a toda velocidad. Con obra bien coordinada, ambos paramédicos abren las puertas traseras de la ambulancia para extraer al herido que se encuentra recostado sobre la camilla. El enfermo parece encontrarse en estado grave, las heridas de su cuerpo han manchado de sangre sus ropas, y al parecer, aun sangra de forma abundante. Un paramédico junto a él sostiene una bolsa de oxígeno la cual, por medio de una manguerilla, va conectada directamente a la boca del herido.

    En el momento que los paramédicos bajan al herido de la ambulancia, dos enfermeros salen del hospital y se prestan a auxiliar, con gran destreza, el herido es llevado dentro del hospital por la zona de emergencias através de los amplios pasillos, mientras en el interior, más enfermeros y doctores se dispersan por diferentes pasillos para prestar atención al enfermo recién llegado.

    El Cirujano a cargo del área de emergencias ya había sido notificado del caso y sabía todo lo relacionado con el incidente, se encontraba perfectamente consciente de que las posibilidades que había para salvar al herido eran muy limitadas. Sin embargo, había que tratar lo que fuera necesario por salvar la vida del joven hispano que había sido apuñalado por la espalda en múltiples ocasiones, apenas unos momentos atrás.

    Mientras el enfermo es trasladado a la sala de cirugía, se puede ver, a través del cristal de la puerta de la sala de espera, al fondo de ese mismo pasillo, a una pareja hispana abrazarse, compartiendo su dolor. Ellos son Juan Mercado y María Mercado, quienes esperan ansiosos la noticia del estado de salud en que se encuentra su hijo recién nacido, Lalo.

    Lalo nació prematuramente, y apenas unos días después de haber salido del hospital y ser llevado a casa para disfrutar por primera vez de su elegante cuarto, diseñado con gran cariño por sus padres, tuvo que regresar al hospital de emergencias, para ser atendido de una enfermedad tan rara que, ni Juan, ni María, sabían nada al respecto.

    Después de soportar largos y angustiosos minutos en la sala de espera, Juan y María finalmente observaron al doctor a cargo de la atención de Lalo salir de su oficina y dirigirse hacia ellos. El latir de sus corazones se vio acelerado al observar al doctor aproximarse a ellos. Se trataba de un hombre de mediana edad, de aspecto nítido y facciones agradables, quien al llegar a la sala de espera, se dirigió a la pareja. ¿La Familia Mercado? A lo cual, Juan, incorporándose de su silla, contestó de inmediato. Si, Doctor, así es, para servirle. El Doctor sonrió amablemente ante la respuesta de Juan. Pasen a mi oficina, por favor. Dijo el Doctor, mostrándoles el camino a seguir.

    Ambos padres se dirigieron tras el Doctor hacia una oficina que se encontraba através del frio pasillo del hospital.

    Por más que la pareja trataba de ocultar su temor e impaciencia durante el trayecto a la oficina del Doctor, aun así, era visible en sus pálidos rostros el gesto de incertidumbre que ambos compartían.

    Al llegar frente a una oficina, el Doctor abrió la puerta y les invitó a entrar y tomar asiento. La pareja accedió de inmediato. Y una vez cómodos en las sillas de fino linaje, tomados de la mano, aguardaron a que el doctor se reposara sobre su silla, tras el escritorio, e iniciara la explicación del mal que acechaba contra la vida de su hijo.

    Después de observar a la pareja de forma rápida, el Doctor no tardó en iniciar la conversación. Tal vez porque notaba la tensión que invadía el rostro de los padres de su joven paciente.

    El ambiente que se respiraba dentro de oficina era total tensión. Y no era para menos.

    La pareja frente al doctor dejó de respirar por unos breves segundos. En los cuales, el Doctor removió los lentes de su rostro y los depositó sobre su escritorio. Después de inhalar y exhalar un poco de aire, inició la descripción del mal que acechaba a Lalo.  

    Al parecer, el estado de salud de Lalo es más serio de lo que yo había anticipado. Verán... Continuó. Debido a su nacimiento prematuro, Lalo ha desarrollado un problema pulmonar de bastante cuidado. El Doctor hizo una pausa al notar el rostro de preocupación de los padres. Pero enseguida continuó. Conocemos una enfermedad parecida a la que en este caso se presenta. Esta enfermedad se conoce como Displacía Bronco pulmonar, abreviada se conoce como CLD. La CLD se origina a raíz de lesiones pulmonares en los niños de nacimiento prematuro y de débil reacción de defensa por parte de su organismo... Normalmente, en casos como este, el paciente necesita de oxígeno adicional, el cual no es proporcionado por sus pulmones, para poder sobrevivir.

    Antes de continuar con la descripción del mal que acechaba a Lalo, el Doctor observó a los padres del infante, y al compartir la pena que veía en sus rostros afligidos, continúo de forma discreta. En este momento no sabemos con seguridad con qué fuerza esta enfermedad atacará a Lalo. Ni siquiera podemos comprender si se está desarrollando de forma constante, o solamente se encuentra presente en forma pasajera. Tampoco sabemos cuál será la reacción pulmonar de Lalo a largo plazo. Sin embargo, yo confío en que tenemos el tiempo suficiente para hacer los análisis necesarios para de esta manera poder crear un tratamiento adecuado para que Lalo pueda recuperarse lo más pronto posible.

    El Doctor hizo una pequeña pausa al notar que sus palabras finalmente habían relajado un poco las facciones de la pareja. Ambos respiraban más relajados al saber que existía una posibilidad de que Lalo lograra recuperarse.

    Si tomamos en cuenta que todos los cuerpos reaccionan de manera diferente ante las enfermedades, entonces tenemos que dar oportunidad a que el sistema de defensa de Lalo ayude a su recuperación natural. Por supuesto, tampoco queremos que su cuerpo viva atado a ningún aparato mecánico por largo plazo para poder sobrevivir.

    Juan y María, quienes en todo este momento habían permanecido callados escuchando al doctor, finalmente tuvieron fuerza de reacción y Juan, inquieto, preguntó. doctor, disculpe, ¿Cuánto tiempo estima usted que sea necesario esperar para saber el estado real en que se encuentra Lalo?

    El Doctor, mostrando una relajada apariencia, seguramente para relajar aún más la situación, tranquilamente contestó la pregunta de Juan. Mira Juan, en este momento es difícil hacer alguna predicción. Honestamente ignoro como sucederá la reacción de Lalo ante este mal.  Lo único que yo puedo sugerir es que esperemos a que los análisis nos den la pauta a seguir. Hoy mismo haremos algunos estudios de sangre y en un par de días tendremos los resultados para iniciar el tratamiento; si Lalo reacciona positivamente, tal vez no haya necesidad de hacer algo más delicado. Algo que pudiese poner la vida de Lalo en más alto riesgo.

    Al escuchar el comentario del Doctor, María nerviosamente, agregó: Doctor, yo estoy de acuerdo en que esperamos a que el sistema defensivo de Lalo ayude a una recuperación normal, Pero... ¿y si no sucede así?... Si las cosas no se dan como lo deseamos... ¿Cuáles son las opciones que tendremos?... ¿Qué quedara por hacer, entonces, Doctor?  

    El Doctor analizó con calma la posibilidad presentada por María, respiró profundamente, antes de dar su experto análisis. Bueno, si las cosas llegaran a complicarse, al grado que Lalo tuviese problemas muy serios para respirar, el último recurso sería intervenirlo quirúrgicamente.

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