Crónicas de mi insomnio: Historias ficticias basadas en hechos reales
()
Información de este libro electrónico
Algunas historias son alegres y quisiera que el lector sonriera, se divirtiera, pero como dice el comediante, "fácil es morir, difícil es hacer reir.
El insomnio, ha sido mi eterno compañero, mi refugio de pensamiento, de tristeza, desespero y esperanza. Mis noches son muy largas, pero han sido estas horas, los momentos de introspección, trabajo, creación y nuevos retos. En un inicio el insomnio me generó depresión y ansiedad, luego se volvió mi cómplice y mi amigo. Las noches son momentos de oscuridad y de reflexión donde los pensamientos afloran con calma y permiten una meditación profunda, el tiempo donde he disfrutado mis éxitos y llorado mis fracasos. Espero la noche como el espacio de reencuentro espiritual, de sentir y disfrutar cada momento que he vivido. El insomnio terminará en el descanso eterno."
Relacionado con Crónicas de mi insomnio
Libros electrónicos relacionados
Humanidad ahora: Diez ensayos para un nuevo partidario de lo humano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa caída: Memorias de un padre en 424 pasos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Buenos días, manicomio ¿dígame? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos libros y la noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiez relatos, diez miradas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLocos, Estúpidos, Turistas Blancos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiario de naranjas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAprende de un Nobel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSuicidio a crédito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRogelio Y Otilia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJohn Night: El misterio cuántico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHabitaciones sólo para dos: Itinerario de citas teatrales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo hay tres sin dos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Certezas e ironías: Pensamientos convenientes en frases imprudentes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAgnosticismo y fe poética en Jorge Luis Borges Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRelatos breves para mentes curiosas y un mundo en transición Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiario del hombre pálido: Testimonio sobre la enfermedad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Chéjov mentía: Diez médicos escritores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo sé si no en la herida: Antología de poetas líquidos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMicroficciones de la Pandemia y Otras Revelaciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl mentiroso Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Querido Serrat Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La casa del mirador ciego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Stevenson. Relatos de terror y misterio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl diario de Carolina Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Juzgador O Juzgado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa otra pantalla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa trastienda de la pandemia en cuentos y relatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Ninfoleptos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJávea Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Biografías y memorias para usted
El secreto de Selena (Selena's Secret): La reveladora historia detrás su trágica muerte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Todo lo que no pude decirte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Simone de Beauvoir: Del sexo al género Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Inteligencia Artificial Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una guía sobre el Arte de Perderse Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Como veo el mundo (Traducido) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Kybalión de Hermes Trismegisto: Las 7 Leyes Universales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una vida robada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Diario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5En 90 minutos - Pack Filósofos 2: Nietzsche, Schopenhauer, Marx, Hegel, Kant y Locke Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El diario de Ana Frank Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La lucha contra el demonio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de la vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Oppenheimer y la bomba atómica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Generales Más Brillantes De La Historia. Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una camaradería de confianza: El fruto de la fe continua en las vidas de Charles Spurgeon, George Müller y Hudson Taylor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Cara Oculta de las Adicciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiete hábitos y secretos japoneses para triunfar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cautivado por la Alegría Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Biografía De Elon Musk Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Carlos Slim. Retrato inédito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El misterio Tesla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Código de Hammurabi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte de hacerse pendejo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabiduría de un pobre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escapar para vivir: El viaje de una joven norcoreana hacia la libertad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5NIKOLA TESLA: Mis Inventos - Autobiografia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Elon Musk Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Crónicas de mi insomnio
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Crónicas de mi insomnio - Carlos Eduardo Pérez Díaz
True stories
La fructosa
Una de las situaciones más vergonzosas que pude haber pasado o que le puede pasar a un médico, una tarde en el Hospital Militar, en una visita al servicio de urgencias, discutían un caso clínico de una persona que había tenido una relación sexual no consentida, abuso sexual. Discutíamos con mi grupo de estudiantes el por qué se inicia la terapia antiviral para VIH profiláctica, la inmunoglobulina de hepatitis b y el uso de antibiótico durante ese proceso, se me ocurre preguntar.
- ¿Cuánto es la vida de un espermatozoide?
Respondieron – hasta 72 horas
Pregunté– ¿por qué?
Nadie respondía.
Una médica haciendo su año de internado y que participaba de la revista y con mucha atención seguía los comentarios.
Nuevamente pregunto
-Cuál es el sustrato energético del espermatozoide?
Y como nadie contestó, respondí.
-La fructuosa, y una vez esta se consume, el espermatozoide deja de moverse y muere.
La medica interna que estaba atenta a la charla preguntó inquieta:
Pero si tiene fructuosa, ¿por qué sabe saladito? (el esperma)
Entramos todos en shock – nos miramos angustiados – perplejos.
Otro de los residentes dijo:
-Pues las papilas gustativas de los lados son pa’ lo salao’ y las del frente son para lo dulce.
La medica interna al ver esta escena, sonrojada dijo
-Bueno, eso me han contado-
Con cualquier disculpa hui perplejo de aquella situación y pensando en esa pregunta que no podré responder.
La caída
La medicina en la provincia es desafiante, apasionante y retadora; en donde se atiende con pasión y con compasión. Estábamos en Granada - Meta (donde ejercí como médico, muy joven), salimos vía a San Martín, rumbo a Villavicencio. Me alistaba para ir a visitar a una distinguida damisela de la comarca. Con toda la ropa impecable y perfumado de pie a cabeza, esperaba una remisión al pueblo de algún paciente y así usar la ambulancia para desplazarme a la cita.
Apareció una remisión de un paciente, como de 70 años de edad con una enfermedad pulmonar que requería oxígeno, era necesaria una valoración por medicina interna. Efectivamente alistamos al paciente y nos dispusimos a llevarlo.
El conductor, una enfermera, la hija del señor y yo, el médico perfumado.
Yo gritaba desde la parte trasera de la ambulancia:
-Acelere, Ricardo (el conductor), vamos de afán.
-Hágale rápido, qué pasa, prenda las sirenas, vociferaba yo en un tono festivo para llegar rápido a mi destino. (Tengamos en cuenta las condiciones de las carreteras de las zonas rurales de nuestro país).
Sucedió entonces lo imposible…se abrió la puerta de atrás de la ambulancia y el paciente, salió literalmente, volando.
Gritos de – ¡pare!, ¡pare! al conductor.
En cámara lenta veía la camilla alejarse saltando una, dos, tres, ¡cuatro veces! se detuvo y se volteó del lado derecho, pero el viejito seguía bien amarrado a la camilla.
Me cuentan que salté de la ambulancia y que di unos botes, yo solo recuerdo que corrí a donde el señor y le dije.
-Viejito, viejito, ¿cómo se siente? ¿Le duele algo?
-Ay ay, ay no sean hijueputas, yo me voy en flota.
Lo examiné y nada, ni un rasguño, pero seguía recordando de mala manera a nuestra progenitora y vehemente no quería subir a la ambulancia y decía que lo mandara en un