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El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona
El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona
El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona
Libro electrónico458 páginas8 horas

El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona

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Información de este libro electrónico

Ofrece al lector la oportunidad de atisbar la percepción extranjera sobre México y su devenir durante la época de la dictadura porfirista y el trabajo de Ricardo Flores Magón sobre la situación de México y el apoyo del movmiento revolucionario mundial.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2019
El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona
Autor

errjson

Lingüista, especialista en semántica, lingüística románica y lingüística general. Dirige el proyecto de elaboración del Diccionario del español de México en El Colegio de México desde 1973. Es autor de libros como Teoría del diccionario monolingüe, Ensayos de teoría semántica. Lengua natural y lenguajes científicos, Lengua histórica y normatividad e Historia mínima de la lengua española, así como de más de un centenar de artículos publicados en revistas especializadas. Entre sus reconocimientos destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes (2013) y el Bologna Ragazzi Award (2013). Es miembro de El Colegio Nacional desde el 5 de marzo de 2007.

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    El magonismo y la Revolución mexicana en la prensa ácrata y radical francófona - errjson

    EL MAGONISMO Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LA PRENSA ÁCRATA Y RADICAL FRANCÓFONA

    COLECCIÓN HISTORIA

    SERIE GÉNESIS

    EL MAGONISMO Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LA PRENSA ÁCRATA Y RADICAL FRANCÓFONA

    David Doillon

    INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

    F1234 / D64

    Doillon, David.

    El magonismo y la Revolución Mexicana en la prensa ácrata y radical francófona [recurso electrónico] / David Doillon. -- México : Secretaría de Cultura : Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2017.

    1 recurso en línea. -- (Colección Historia. Serie Génesis)

    Bibliografía: p. 319-335.

    ISBN: 978-607-539-087-1

    Disponible en formato ePub

    Datos electrónicos (1 archivo : 1 megabytes).

    http://. Recurso electrónico (XHTML). Libre en línea.

    1. Flores Magón, Enrique, 1887-1954 – Pensamiento político. 2. Anarquismo y anarquistas – México – Historia. 4. Prensa anarquista – Francia. 3. México – Historia – Revolución, 1910-1917 – Publicaciones periódicas francesas. I. México. Secretaría de Cultura. II. Instituto Nacional de Antropología e Historia (México). III. Colección Historia (Instituto Nacional de Antropología e Historia (México)). Serie Génesis.


    Primera edición electrónica: 2017

    Producción:

    Secretaría de Cultura

    Instituto Nacional de Antropología e Historia

    Traducción: Tomás Serrano

    Edición: Jacinto Barrera

    D.R. © 2017 de la presente edición

    Instituto Nacional de Antropología e Historia

    Córdoba 45, Col. Roma, C.P. 06700, México, D.F.

    sub_fomento.cncpbs@inah.gob.mx

    Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad

    del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura

    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción

    total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,

    comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la

    fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por

    escrito de la Secretaría de Cultura /

    Instituto Nacional de Antropología e Historia

    ISBN: 978-607-539-087-1

    Impreso y hecho en México.

    ÍNDICE

    AGRADECIMIENTOS

    LA PRENSA ÁCRATA FRANCESA Y EL MAGONISMO: ENTRE SOLIDARIDAD Y CONFLICTOS

    1907

    1908

    1909

    1910

    1911

    1912

    1913

    1914

    1916

    1927

    LISTA DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS SOBRE EL MAGONISMO Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LA PRENSA ÁCRATA Y RADICAL FRANCÓFONA

    AGRADECIMIENTOS

    A Rachel Viné y Freddy Gomez por sus lecturas atentas y consejos pertinentes.

    Al personal de los archivos, en particular a Marianne Enckell y Fréderic Deshusses (CIRA Lausana); Franck Veyron (BDIC); Mieke Ijzermans (IISG); Gilbert Roth (CIRA Marsella) y Anthony Lorry (CEDIAS-Museo Social) por su diligencia.

    A Claudio Albertani, Jean-Marc Delpech, Guillaume Davranche y Eric Jarry por los documentos e información que me facilitaron.

    A Antonia Fontanillas por el acceso a sus archivos personales.

    A Jacinto Barrera Bassols por haber posibilitado este libro.

    LA PRENSA ÁCRATA FRANCESA Y EL MAGONISMO: ENTRE SOLIDARIDAD Y CONFLICTOS

    A partir de la segunda mitad de la década de 1910, los opositores al regimen de Porfirio Díaz, reunidos en la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JOPLM), entablan un proceso de radicalización ideológica hacia posiciones anarquistas que los lleva a propugnar el derrocamiento del viejo dictador a través de una revolución. Pero comprendiendo con rapidez que una revolución de la que no se habla no existe y que si no recibe apoyo exterior se muere, Ricardo Flores Magón y sus compañeros establecen una estrategia de comunicación internacional con la meta de atraer el apoyo —moral y financiero— del movimiento revolucionario mundial, sensibilizar las opiniones públicas sobre la situación particular de México y desacreditar al viejo dictador. Esa decisión no es solamente táctica, responde también a la evolución de la JOPLM hacia concepciones internacionalistas: la Revolución mexicana ha de correr fuera del cuadro estricto del país y tener repercusiones sobre el porvenir del proletariado mundial.

    Así, para la JOPLM llamar la atención del fuerte movimiento obrero francés, cuyo componente anarquista está a la vanguardia, constituye, entre otros, un objetivo importante. De este modo se crean lazos entre militantes de ambos lados del Atlántico. Se intercambia correpondencia y se establece un servicio de canje entre Regeneración, el periódico editado por los pelemistas, y las publicaciones militantes galas, permitiendo la circulación de información.

    Cuando estalla la revolución en México las noticias transmitidas por Regeneración suscitan en los medios revolucionarios y ácratas franceses un verdadero interés, y varios periódicos difunden noticias al respecto. Muy entusiastas, varios militantes se movilizan, en el curso de 1911, para lograr una solidaridad internacional hacia los compañeros mexicanos; sin embargo, rápidamente los radicales galos se dividen en cuanto a la natura y las perspectivas del conflicto: ¿será una revolución pólitica, demócratica y burguesa, o una revolución social, comunista y anarquista? Tal es el fondo de la cuestión que los opone. Al centro de la controversia se encuentran el PLM y su periódico, Regeneración. Así, mientras unos ponen todo en obra para apoyarlos, otros se interrogan sobre su cáracter anarquista, minimizan su contribución al conflicto y dudan de la información que transmite.

    Los textos reunidos en esta antología dan cuenta de esta doble relación, solidaria y conflictiva, entre los revolucionarios de ambos mundos. Nos permiten sumergirnos en los modos de pensar de la época y en las múltiples discusiones que agitaban entonces los medios revolucionarios. También nos permiten observar qué se pensaba sobre México durante esa época, fuera de sus fronteras. Además, abren, esperémoslo, nuevos campos de investigación sobre diversas temáticas: ideologías, redes, relaciones periodísticas, etc. Así, para entender mejor los debates que los libertarios franceses opusieron respecto a la cuestión mexicana, nos pareció imprescindible iniciar con el relato de los acontecimientos.

    Después de hacer una rápida presentación de la prensa libertaria francesa y de sus principales actores, veremos cómo, tras el entusiasmo compartido, surgen divergencias entre los militantes franceses y cómo se desprenden distintas interpretaciones y actitudes. Presentaremos, para concluir, algunas reflexiones.

    L

    A PRENSA LIBERTARIA FRANCESA

    Tomando como base, para definir el nacimiento de un movimiento anarquista autónomo en Francia —separado de las otras corrientes del socialismo tanto en su programa como en sus tácticas—, el Congreso del Centro, el 22 de mayo de 1881, y el Congreso de Londres, en julio del mismo año, se puede considerar que el primer periódico anarquista francés fue Le Droit Social, de Lyon, cuyo primer número es publicado el 12 de febrero de 1882.¹ A pesar de un cierto éxito —alcanza una tirada de 7 000 ejemplares— deja de existir cinco meses después, tras 24 números.² A partir de ahí, como consecuencia del desarrollo de las teorías ácratas en el seno del movimiento obrero francés, surgen, en pocos meses, una multitud de hojas y títulos.

    Después de Lyon³ el centro de la propaganda anarquista se traslada a París, donde se publican decenas de periódicos.⁴ La instalación de Le Révolté en la capital francesa es un acto importante para la consolidación de la prensa ácrata en esta ciudad, e incluso en el resto del país. Este periódico había sido fundado por Pierre Kropotkine el 22 de febrero de 1879 en Ginebra. Al final de 1883, por invitación de Elisée Reclus, Jean Grave,⁵ entonces joven militante, sucede a Kropotkine, que necesita más tiempo para sus estudios. Después de un año y medio en Suiza, Grave se muda con el periódico a París en abril de 1885. Castigado con una fuerte multa por haber organizado una lotería sin autorización, cambia su título, a partir del 3 de septiembre de 1887, a La Révolte. Bajo su dirección, este periódico se convierte en uno de los más importantes órganos ácratas de habla francesa, tanto por su tirada —8 000 ejemplares en 1887, de los cuales se venden unos 6 000— como por su regularidad y su seriedad. Sus lectores no se limitan sólo a los medios obreros, provienen también de los medios literarios y artísticos.⁶ La Révolte desarrolló un papel fundamental, ya que fue uno de los diarios que mayor difusión dio a la doctrina anarquista.

    Otro periódico importante en esa época fue Le Père Peinard, de Émile Pouget. Distinto de La Révolte, menos doctrinario y más agitador, se dirige de manera muy directa a la clase laboral, con un tono incendiario y muy popular, invitándola a levantarse contra sus explotadores. Su tirada es similar a La Révolte. Ambos títulos tienen un alcance nacional, y a veces internacional, además, cabe señalar que no sólo en París, sino en todo el territorio francés, se multiplican los órganos de la prensa libertaria. En general, casi todos los grupos tienen un periódico.

    De manera más o menos abierta, todos esos periódicos se presentan como partidarios de la propaganda por el hecho y de la acción violenta de los oprimidos en contra de sus enemigos: burgueses, magistrados, representantes del clero o del orden. Como consecuencia de dicha propaganda, inicia un ciclo de violencia y, entre 1892 y 1894, numerosos atentados (Ravachol, Auguste Vaillant, Émile Henry, Sante Geronimo Caserio) tiñen de sangre a Francia. El resultado es nefasto. En lugar de favorecer el advenimiento de la sociedad anarquista, ese periodo marca un retroceso del desarrollo del movimiento libertario. La represión y el arsenal legislativo adoptado por las autoridades, conocido como las leyes malvadas, impiden por un breve tiempo toda propaganda anarquista y llevan a muchos militantes al destierro, particularmente hacia Inglaterra.

    El 4 de mayo de 1895 La Révolte de Jean Grave reaparece bajo el nuevo título de Les Temps Nouveaux. Gracias a una fuerte red de colaboradores en los medios militantes —Pierre Kropotkine, los hermanos Elisée, Élie y Paul Reclus, Paul Delesalle, W. Tcherkessof, André Girard, Marc Pierrot, Michel Petit, Pierre Monatte, Augustin Hamon, Fortuné Henry—, artísticos —los pintores y dibujantes Jules Grandjouan, Frantisek Kupka, Félix Vallotton, Kees Van Dongen, Maximilien Luce, Camille Pissarro, Paul Signac y el fotógrafo Félix Nadar— y literarios —Bernard Lazare, Paul Adam, Lucien Descaves, Octave Mirbeau, Adolphe Retté—, el periódico obtiene gran prestigio. Su tirada alcanza los 7 000 ejemplares, de los cuales se venden entre 3 000 y 5 000 números. Defensor austero e intransigente del comunismo anarquista, guardián de la doctrina pura frente a la dispersión de las tendencias, el periódico es criticado a causa de su ortodoxia y de su sectarismo por numerosos libertarios que, irónicamente, califican a Grave de Papa de la calle Mouffetard (donde tiene su sede el periódico). Sin embargo, su cuidado, su rigor, la calidad de los textos publicados y su longevidad⁸ lo convierten en uno de los más importantes órganos de la prensa anarquista de su tiempo.

    En la misma época, Sébastien Faure funda, el 16 de noviembre de 1895, Le Libertaire. Suspendido unos seis meses, cuando Faure toma la dirección, en 1899, del diario Le Journal du Peuple dedicado al caso Dreyfus,⁹ se publica luego con regularidad hasta el verano de 1914.¹⁰ La tirada y el número de lectores son similares a los de Les Temps Nouveaux. Entre sus colaboradores se encuentran militantes como Pierre Martin,¹¹ Louis Matha, Émile Pouget; periodistas anarquistas o anarquizantes como Victor Méric, Gustave Hervé, Miguel Almereyda; poetas como Laurent Tailhade o escritores como Han Ryner. Le Libertaire difunde una visión menos doctrinaria y más abierta del anarquismo que Les Temps Nouveaux y acoge a varias concepciones. Sin embargo, con el tiempo evoluciona, convirtiéndose hacia 1910 en el órgano oficioso de la naciente Federación Comunista Revolucionaria, e implicándose más en las luchas sociales de su tiempo.

    Como consecuencia de la multiplicación de las tendencias, nuevos periódicos surgen, inspirados cada uno por posiciones distintas. Por un lado, los individualistas, que hasta ahora habían participado en Le Libertaire, fundan en 1905, en torno a Albert Libertad, el periódico L’anarchie, en el que colaboran Paraf-Javal, E. Armand, Victor Kilbatchiche,¹² Rirette Maitrejean, André Lorulot y Alzir Hella. El periódico se convierte en defensor del ilegalismo, del vegetarianismo, de las experiencias de vida comunitaria, al tiempo que combate con virulencia al sindicalismo, al que considera un nuevo ejército. Tiene bastante influencia ya que su tirada se aproxima a los 7 000 ejemplares.

    Por otro lado, tras la época de los atentados, la inclinación de muchos anarquistas franceses por entrar en los sindicatos, considerados como una nueva y eficaz herramienta para derribar al capitalismo, prosigue. Se cimientan entonces las bases teóricas y prácticas del sindicalismo revolucionario, que encuentra su auge, en 1906, con la Carta de Amiens de la joven Confederación General del Trabajo (CGT). En el campo de la prensa, esto se traduce en la participación de los militantes libertarios en los periódicos obreros y sindicalistas. Prueba de esa unión es que Émile Pouget se vuelve, en 1907, el principal redactor de la Voix du Peuple, vocero de la CGT. En abril de 1911 aparece La Bataille Syndicaliste. Este órgano oficioso de la CGT agrupa esencialmente a la tendencia sindicalista revolucionaria, así como a algunos anarquistas. Colaboran Victor Griffhueles, Charles Malato, Alphonse Merrheim, Alfred Rosmer, Pierre Monatte. El periódico existe hasta 1915, época en la que, inclinándose hacia las tesis nacionalistas, cambia su título por La Bataille, antes de desaparecer poco tiempo después. Este diario tiene, entre 1912 y 1913, una tirada de más de 40 000 ejemplares, y sus ventas se situan entre 22 000 y 30 000 números.

    Paralelas a estas publicaciones específicamente ácratas, existen varias revistas y periódicos con fuerte tinte libertario en las que participan anarquistas de fama. La Revue Blanche, revista vanguardista, reúne durante los años 1889-1903 a los mejores escritores y artistas de la época. La Guerre Sociale, fundada en 1907 por Gustave Hervé,¹³ en la que colaboran socialistas y anarquistas, se caracteriza por un antimilitarismo virulento¹⁴ y por ser un ardiente defensor de la huelga general. Les Hommes du Jour se dedica, entre 1908 y 1919, a analizar la actualidad mediante retratos de grandes personajes del mundo político, literario y artístico.

    Al lado de esas publicaciones nacionales y estables, existen también, como en la época anterior a los atentados, centenares de publicaciones locales y efímeras publicadas en toda Francia por grupos de militantes.

    Durante ese periodo en el que no existe ninguna organización de tipo nacional, los periódicos anarquistas cumplen funciones esenciales. Sirven de lazo constante entre los grupos y los individuos, difundiendo y transmitiendo información. También constituyen el principal instrumento de divulgación de las bases teóricas y doctrinarias del anarquismo entre la clase obrera, estimulando la propaganda y la agitación. Además, se hacen eco de las luchas proletarias, huelgas e insurrecciones llevadas a cabo tanto en Francia como en el resto del mundo. Por ello, la Revolución mexicana no pasa desapercibida y está presente en cierta medida en las columnas de la prensa ácrata francesa.

    L

    OS MAGONISTAS Y LA PRENSA FRANCESA

    En razón de su interés, como periodistas y militantes, por la situación mundial y por las consideraciones que se libraban sobre México fuera de sus fronteras, los editores de Regeneración se mostraron siempre atentos a la prensa internacional, fuera burguesa o revolucionaria, y en particular francesa. Ya desde 1901 aparecen en Regeneración muestras de interés por la lectura de periódicos franceses, como Le Jour.¹⁵ En 1905, Le Journal,¹⁶ de París, y el periódico socialista L’Humanité¹⁷ son citados en sus páginas. Sin embargo este fenómeno no es nada excepcional, pues Francia gozaba en aquel entonces de la imagen de un país de libertad, con tradición democrática y con aspiraciones revolucionarias, y su prensa se beneficiaba de un eco importante en el mundo.

    Consecuencia de la evolución ideológica y de la radicalización de la JOPLM, se nota, a partir de 1907, y sobre todo de 1910, un mayor interés por la prensa revolucionaria y ácrata gala. Aunque la lectura de la prensa burguesa no se abandona totalmente —como la de Le Temps de París—¹⁸ otros títulos llaman en adelante la atención, entre ellos Les Temps Nouveaux,¹⁹ Le Libertaire,²⁰ La Guerre Sociale, La Bataille Syndicaliste,²¹ La Vie Ouvrière,²² L’Ère Nouvelle,²³ Les Hommes du Jour²⁴ y Le Mouvement Socialiste.²⁵

    Es entonces cuando el PLM decide desarrollar una estrategía de comunicación internacional con el objetivo de dar a conocer la lucha que libra, atraer el apoyo de los revolucionarios del mundo entero y desestabilizar el régimen de Porfirio Díaz desacreditándolo. En el primer número del nuevo periódico editado por el PLM, Revolución, publicado en Los Ángeles, California, el primero de junio de 1907, se anuncia que:

    un grupo secreto de libertarios en el que figuran reputados escritores norte-americanos, franceses, rusos, españoles e italianos, se ha constituido en Estados Unidos para fungir de Comité central en la cruzada de extensísima propaganda que se ha iniciado ya para denunciar ante el mundo entero el despotismo de Porfirio Díaz y demostrar que la causa de los revolucionarios mexicanos es justa y acreedora á la simpatía universal.²⁶

    Su meta es clara: exhibir por medio de la tribuna y la prensa, la abominable Dictadura que agobia a México.²⁷ Entre los individuos invitados a participar en tal obra, figuran varios anarquistas de fama interna­cional,²⁸ entre ellos, Luis Bonafoux y Quintero²⁹ y Charles Malato,³⁰ quien tiene la responsabilidad de representar al PLM en Europa.³¹

    La acción de aquel comité se concreta rápidamente, ya que a finales de junio se publica, en Les Temps Nouveaux, el primer artículo en Francia sobre la cuestión mexicana. Este texto, firmado por Vindex,³² expone las desdichas del pueblo mexicano bajo el yugo de Porfirio Díaz. Sumamente crítico del dictador, trata de la condición de los peones y de los obreros así como de la represión que sufren los opositores al régimen. Poco después, Luis Bonafoux firma un texto similar en El Heraldo de Madrid.³³ Al siguiente mes, el periódico anticlerical parisiense L’Action y el diario socialista L’Humanité, fundado en 1905 por Jean Jaurès, publican notas al respecto.³⁴ En septiembre, L’Humanité dedica tres columnas a La opresión política y social en México.³⁵

    I

    NTERÉS POR LA SITUACIÓN MEXICANA Y UNIDAD DE LOS LIBERTARIOS FRANCESES EN TORNO A LOS REBELDES MEXICANOS DEL PLM

    Los primeros tiempos (19071910)

    Pareciera entonces que se inicia una verdadera campaña a favor de los rebeldes mexicanos. En dos meses, varias publicaciones han dado informaciones sobre la situación mexicana. Los editores de Revolución se muestran entusiastas en cuanto a este apoyo y reproducen algunos de los artículos.³⁶ Sin embargo, este interés no se extiende significativamente. Quizá el encarcelamiento, en agosto de 1907, de Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villarreal y Librado Rivera haya provocado una ruptura de las relaciones con el continente europeo, o al menos limitado las comunicaciones al quedar detenida una parte importante de la dirección liberal.

    Hasta 1910, son pocos los órganos que publican informaciones relativas a México. L’Humanité enmudece. Los Almanach de la Révolution, en sus ediciones de 1907 y 1908, mencionan brevemente los sucesos de Cananea y Río Blanco. En marzo de 1908, Charles Malato redacta un largo artículo en Les Documents du Progrès respecto a la condición miserable de los indígenas. En noviembre de 1908, Le Libertaire publica una serie de artículos de Hypolite Havel en los que, haciendo eco de la situación en Estados Unidos, dedica algunas líneas a los revolucionarios mexicanos. Sólo Les Temps Nouveaux difunde de manera bastante regular, por iniciativa de Aristide Pratelle,³⁷ informaciones sobre las condiciones políticas y sociales de México. Reproduce también algunos textos o manifiestos procedentes de miembros del PLM, así como artículos y cartas de Manuel Sarabia.

    Cabe señalar aquí el papel fundamental jugado por Aristide Pratelle, quien desde esa época se vuelve un ardiente defensor de la causa de los revolucionarios mexicanos. Según parece, entabla relaciones progresivas con algunos de ellos o de sus defensores. A principios de 1910 mantiene contacto y recibe información de la Political Refugee Defense League, cuyo secretario es entonces John Murray.³⁸

    En sus artículos, Pratelle trata la situación de los trabajadores del campo y de la organización del movimiento obrero. Denuncia la represión contra Ricardo Flores Magón y sus compañeros del Partido Liberal Revolucionario³⁹ —a quienes califica de Mártires de la libertad mexicana—⁴⁰ y la complicidad, en este proceso, de las autoridades estadounidenses y mexicanas.⁴¹ Alabando la actividad de la prensa obrera estadounidense, critica virulentamente el papel de la prensa burguesa mexicana, y sobre todo norteamericana, por su campaña de desinformación sobre los pelemistas, particularmente a Los Angeles Times y a Los Angeles Examiner, propiedad, respectivamente, de los magnates y dueños de innumerables empresas y posesiones en México, Harrison Gray Otis y William Randolph Hearst. Pratelle denuncia así la relación privilegiada que existe entre los capitalistas norteamericanos y el gobierno de México, además de las concesiones ventajosas que éste último les otorga en perjuicio del pueblo trabajador.⁴² A pesar de las numerosas dificultades, Pratelle profetiza que, al final, gracias a la labor de los revolucionarios, el viejo tirano será derrocado. Considera que no es más que una cuestión de tiempo: El reino de la bestia negra llega a su fin, a pesar de lo que dicen sus panegíricos. El dictador caerá pronto y para siempre, y su caída será terrible.⁴³

    Y, según Pratelle, esa caída será aún más terrible porque sus consecuencias son imprevisibles y pueden llevar a grandes trastornos. En consecuencia, le parece muy importante apoyar a los miembros del PLM que, según dice, son hombres muy interesantes, a pesar de que han conservado algunos prejuicios estadistas y legales, que seguramente perderán —ojalá así sea—, cuando puedan dedicarse a un estudio más profundo de las necesidades y de las tendencias de la raza humana.⁴⁴

    No obstante esa reserva, y sin conocer los debates en el seno de la JOPLM al respecto de su adhesión secreta a las teorías anarquistas, Pratelle olfatea —y lo señala— el potencial libertario que emana, tanto de esta organización⁴⁵ como del posible proceso revolucionario en México. Por eso, aprovechando una charla que anima en París en abril de 1910 sobre la condición de los trabajadores en México, llama a la solidaridad internacional con los revolucionarios mexicanos.⁴⁶ A pesar de sus esfuerzos, el entusiasmo queda, en ese momento, muy limitado.

    Los primeros tiempos de la revolución (1910–1911): un entusiasmo compartido

    Será hasta finales de 1910 que la prensa francesa obrera, e incluso burguesa,⁴⁷ se convierta en testigo de manera regular de la cuestión mexicana. En la edición de Regeneración del 29 de octubre de 1910, Antonio I. Villarreal cita algunas revistas —Les Temps Nouveaux, La Revue des Revues, La Grande Revue y L’Express—⁴⁸ que, a instancia de Manuel Sarabia, han sostenido una campaña en contra de Porfirio Díaz. Si bien hay que relativizar el impacto de esta campaña —que por lo general, salvo Les Temps Nouveaux, sólo consistió en uno o dos artículos sobre el tema—, en cierta medida, la imagen de Díaz como guardián del progreso y del orden se desvanece en la opinión pública francesa.

    Pocos días después del 20 de noviembre, fecha del levantamiento maderista, la prensa anarquista hace eco del principio de la lucha. El 26 de noviembre, en un artículo publicado en Les Temps Nouveaux La rebelión de los Mayas—, Aristide Pratelle, siempre atento a los sucesos del otro lado del Atlántico, declara:

    En estos momentos, el fuego que anida bajo las cenizas desde hace tiempo acaba de iniciar un nuevo incendio en todo México. Las rebeliones de Puebla, de Zacatecas, la revolución que acaba de abarcar a todo el norte de México son algunos de sus síntomas. Los que luchan con tanto denuedo en contra de la tiranía porfirista cuentan con toda nuestra simpatía. Esperemos sólo que la Revolución Mexicana, política en sus inicios, tome lo antes posible un carácter puramente económico y social.⁴⁹

    En su edición del 4 de diciembre, Le Libertaire anuncia que la revolución ha empezado y afirma que tiene, según sus informaciones, un carácter socialista, e incluso anarquista.⁵⁰ En enero, Francis Delaisi,⁵¹ alias Cratès, denuncia, en la revista Les Hommes du Jour, el recibimiento de José Yves Limantour por parte de las autoridades francesas y el repentino silencio de la prensa burguesa sobre el movimiento revolucionario mexicano. Según afirma, se trata de no asustar a los especuladores franceses en un momento en que el gobierno de México busca contratar empréstitos en el extranjero.⁵²

    Sin embargo, a pesar de esas noticias, la prensa anarquista está a la expectativa. Tanto las informaciones publicadas desde finales de enero en L’Humanité, como las destiladas en la prensa burguesa, que presentan el conflicto como una lucha por la democracia, no bastan para estimular su interés.

    Hace falta esperar cinco meses tras el inicio de la revolución para que evolucione la situación. En un artículo publicado en abril de 1911 en la revista Les Hommes du Jour, Pratelle revela que sus deseos están cumpliéndose. Señala que aparecen divisiones entre los anti-porfiristas y anuncia que cierto número de revolucionarios liberales, que no quieren contentarse con un simple cambio de presidencia, rechazan a Madero. Entonces, según dice, la revolución toma un curso interesante ya que presenciamos por primera vez un despertar general del proletariado de México que lucha y muere por la defensa de sus intereses de clase.⁵³

    El interés por los acontecimientos en México crece. Le Libertaire señala el ensayo de Pratelle⁵⁴ y Les Temps Nouveaux publican varios artículos breves en su rúbrica internacional. Pero hay que esperar unas semanas más para que los militantes franceses tengan conciencia del carácter particular de la Revolución mexicana.

    Finalmente es Jean Roule⁵⁵ quien, en La Bataille Syndicaliste del 10 de mayo, hace descubrir al público francés cuáles son los verdaderos retos de la lucha en México:

    se desarrolla un drama cuya importancia es considerable para el socialismo internacional. Por el momento no se trata de saber si un presidente va a ser sustituido por otro […] Se trata de saber si el comunismo va a triunfar en México; se trata de saber si se va a practicar allí la expropiación de los propietarios de tierras y de los capitalistas industriales a favor de los trabajadores.⁵⁶

    El publicista presenta entonces el papel del PLM en la contienda y los objetivos que persigue:

    la verdadera insurrección, la que pone en peligro a Díaz, la que lleva a cabo todo México, en el Norte y en el Sur, desde Baja California hasta Yucatán, no es obra [de Madero]. Es la obra del Partido Liberal Mexicano, cuya sede es aún provisional en los Estados Unidos, en Los Ángeles, y cuyo órgano es Regeneración.

    A pesar de su nombre, este partido, llamado liberal, es de hecho un partido obrero y socialista. Su objetivo inmediato no es, como en el caso de los maderistas, reemplazar a un hombre con otro hombre, sino el de devolver a los trabajadores las vastas propiedades agrícolas, las haciendas […] Ellos quieren devolver la tierra a quienes la cultivan […] Se trata de un programa de expropiación en extremo claro cuya realización puede tener efectos incalculables no sólo en América sino incluso en nuestra vieja Europa.⁵⁷

    En la información y agitación de los medios revolucionarios franceses quizá haya jugado cierto papel Félix Nieves, un anarquista cubano, expulsado de Argentina y refugiado en París. En una carta fechada del 22 de abril, la JOPLM le pide intervenir, aprovechando sus relaciones en los círculos obreros y libertarios, y hacer traducir y divulgar el Manifiesto a los trabajadores del Mundo.⁵⁸

    Fuera o no por su iniciativa, el 20 de mayo, Les Temps Nouveaux y Le Libertaire publican cada uno un manifiesto firmado por los libertarios mexicanos del PLM, destinado a explicar a los trabajadores del mundo el sentido de la lucha que emprendieron.⁵⁹ Muy impresionado por el tono y la meta que persiguen los compañeros mexicanos —emancipar a los trabajadores [por] la obra de los trabajadores mismos, destruir la cadena de salario, expropiar la tierra y los útiles de trabajo para entregarlos al pueblo, sin distinción de sexo—, Le Libertaire comenta con admiración: su causa es nuestra causa, es la causa de todos los desheredados, es la causa de todos los explotados […] ¡Qué cooperación formidable sería para nuestra liberación la cooperación de todo un pueblo emancipado! […] ¡Qué gran ejemplo para los demás! ¡Qué espléndido preludio para la emancipación general!⁶⁰

    Los lectores franceses de la prensa ácrata y sindicalista revolucionaria se enteran entonces de que hay anarquistas en México, reunidos en el Partido Liberal Mexicano y comprometidos en la lucha armada. Aristide Pratelle no se había equivocado cuando, ya en 1907, había descubierto tendencias libertarias en los liberales mexicanos.

    Por iniciativa de la Federación Comunista Revolucionaria (FCR), cuyo secretario es Eugène Martin, y de Le Libertaire, se inicia una ardiente campaña a favor de los insurrectos socialistas mexicanos.⁶¹ Un mitin de solidaridad con nuestros hermanos mexicanos es anunciado para el 20 de mayo de 1911,⁶² en el cual tomarán la palabra oradores famosos como Victor Griffuehles y Francis Delaisi. La FCR redacta un manifiesto titulado Una revolución social en el que se afirma que la Revolución mexicana es comunista ya que la población agrícola entera está levantada y se erige en contra de todos los poderes al grito soberbio de ‘Tierra y Libertad’.⁶³

    Demostrando que la Revolución no es una imposibilidad y que el Comunismo no es una utopía la lucha emprendida en México debe servir, según sus autores, de ejemplo a los obreros y campesinos franceses. El manifiesto concluye afirmando, de manera muy voluntarista, que en caso de intervención norteamericana:

    Los comunistas revolucionarios de Europa se opondrán al estrangulamiento de la Revolución mexicana […] Si un gobierno extranjero manifiesta sus intenciones de ponerse al servicio de los capitalistas mexicanos, la Solidaridad internacional deberá fortalecerse y por todos los medios —incluidos los más violentos— individuales o colectivos.⁶⁴

    Este manifiesto es reproducido en carteles de gran tamaño (900 × 1 260 mm) con un tiraje de 2 000 ejemplares. Los militantes están invitados a comprarlo por lotes para pegarlo en las paredes de todas las ciudades y pueblos de Francia. El pedido se efectúa a la dirección de Eugène Martin.⁶⁵ Sin embargo, los repetidos llamamientos para adquirirlos nos dejan suponer que la propuesta no fue un éxito.⁶⁶

    Siendo también la revolución una cuestión de dinero, la FCR, Le Libertaire, Les Temps Nouveaux y La Bataille Syndicaliste se organizan para recoger fondos y publican anuncios pidiendo ayuda económica. El 25 de mayo de 1911, la FCR anuncia que hace circular a la atención de los camaradas de taller, listas de suscripción para venir en apoyo de nuestros amigos mexicanos que hacen una revolución por ‘Tierra y Libertad’.⁶⁷ Entre el primero de julio y el 12 de agosto de 1911, Les Temps Nouveaux⁶⁸ y La Bataille Syndicaliste detallan las sumas recibidas. Los donativos proceden de individuos y sindicatos, como el de los zapateros que dio diez francos.⁶⁹ Durante un mitin, el 12 de julio de 1911, se recogen doce francos entre la asistencia.⁷⁰ El 15 de julio, Regeneración anuncia haber recibido veinte francos de La Bataille Syndicaliste cuyos $8.80 oro es su donativo para el fomento del Partido Liberal Mexicano.⁷¹ Relata también que el compañero Roudsehteim, residente en París, mandó cuatro francos con una carta en la que asegura que desde luego hará todo lo que esté a su alcance en favor de la causa.⁷² En septiembre, Pierre Martin, en nombre de Le Libertaire, envía 150 francos a Regeneración.⁷³ En noviembre, recibe de Les Temps Nouveaux $9.25.⁷⁴ En su carta a Pierre Martin, Ricardo Flores Magón le agradece por el apoyo recibido desde Francia.⁷⁵

    En ese momento, los lectores de la prensa ácrata frecuentemente tienen acceso a noticias sobre el conflicto mexicano. Una correspondencia y un servicio de intercambio se establecen entre Le Libertaire y Regeneración, permitiendo reducir el retraso de información. Apoyándose en las noticias obtenidas, que cruzan con las procedentes tanto de la prensa anarquista norteamericana como burguesa, Le Libertaire empieza a dedicar, casi semanalmente, varias columnas a la Revolución mexicana. Les Temps Nouveaux y La Bataille Syndicaliste⁷⁶ siguen con bastante asiduidad la evolución de la situación. Otras revistas como L’Ère Nouvelle o La Vie Ouvrière dedican algunos párrafos al asunto. Fuera de Francia, la prensa radical francófona de diversos países —entre ella Le Réveil socialiste-anarchiste de Ginebra; la Voix du Peuple, publicada en Lausana y Ginebra, Suiza; La Société Nouvelle en Mons, Bélgica y L’Emancipation, en Lawrence, Massachussets, órgano de la Federación franco-belga de los Industrial Workers of the World (IWW)— evoca también los hechos, reproduciendo textos y manifiestos del PLM.

    Este periodo se caracteriza por un entusiasmo casi generalizado a favor del PLM y de su acción. Con el objetivo de agravar las dificultades financieras del régimen mexicano, y facilitar así la acción de los revolucionarios libertarios, varios textos, que describen una situación peligrosa para los intereses de la burguesía y del capitalismo internacional, tratan de asustar a los inversores y accionistas franceses que tienen intereses económicos en México:

    En cuanto a ustedes, que viven de sus rentas, ingenuos de todas las especies, cuyas economías captadas por los sinvergüenzas de las finanzas, han servido para apoyar al tirano Díaz y al demagogo Madero, prepárense para rendirnos cuentas. No volverán a ver su dinero, se lo ha tragado el abismo sin fondo de las finanzas mexicana. Sobre todo, no crean que los revolucionarios serán lo bastante ingenuos como para resarcir las deudas contraídas por los gobernantes oficiales.⁷⁷ Allí a donde nuestros amigos mexicanos regresan, los bancos acaban incendiados, las prisiones son demolidas, los ricos son ejecutados.⁷⁸

    Ante la toma de Ciudad Juárez y la caída del régimen de Díaz, se acusa a la prensa burguesa, que afirma que el conflicto, tras la victoria de Madero, está a punto de terminar, de difundir mentiras, puesto que no es por un cambio de personal gubernamental por lo cual el Partido Liberal Mexicano ha tomado las armas, es para subvertir el orden capitalista, es para hacer la Revolución, la verdadera Revolución.⁷⁹

    Los articulistas manifiestan entonces grandes esperanzas. Jean Roule, en La Bataille Syndicaliste, considera que la situación nunca fue tan alentadora. Estima que los acuerdos de Ciudad Juárez concluyen el ciclo de la revolución política y dan paso al verdadero inicio de la revolución social, oponiendo ahora a Madero, representante del capitalismo americano y de los intereses de los hacendados, y el Partido liberal, representante de los campesinos mexicanos.⁸⁰

    Después de Díaz, Madero se transforma en el objeto de todos los ataques. Es descrito como un millonario, un burgués, un ambicioso, un capitalista, un vendido,⁸¹ que sólo quiere preservar el sistema de explotación. Cuando éste desata la represión, a partir de junio, contra las tropas liberales⁸² y luego, en julio, contra la directiva del PLM, se ve irremediablemente comparado a Díaz, tachado de asesino, verdugo, renegado y traidor.

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