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El fin de un sueño secular: Un dominio negociado en el mundo rural del estado de México, 1856-1911
El fin de un sueño secular: Un dominio negociado en el mundo rural del estado de México, 1856-1911
El fin de un sueño secular: Un dominio negociado en el mundo rural del estado de México, 1856-1911
Libro electrónico245 páginas3 horas

El fin de un sueño secular: Un dominio negociado en el mundo rural del estado de México, 1856-1911

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En conjunto, los artículos reunidos en este volumen ofrecen un mapa amplio de la relevancia de la religión en distintos asuntos internacionales. En particular en los marcos conceptuales para entender los procesos de globalización, los dilemas a los Estados nacionales que presentan sociedades cada vez más plurales en materia religiosa, la competenci
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 jul 2019
El fin de un sueño secular: Un dominio negociado en el mundo rural del estado de México, 1856-1911

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    El fin de un sueño secular - El Colegio de México

    Primera edición, 2013

    Primera edición electrónica, 2013

    DR © EL COLEGIO DE MÉXICO, A.C.

    Camino al Ajusco 20

    Pedregal de Santa Teresa

    10740 México, D.F.

    www.colmex.mx

    ISBN (versión impresa) 978-607-462-424-3

    ISBN (versión electrónica) 978-607-462-482-3

    Libro electrónico realizado por Pixelee

    ÍNDICE GENERAL

    PORTADA

    PORTADILLAS Y LEGAL

    AGRADECIMIENTOS

    INTRODUCCIÓN

    SECULARISMOS COMPARADOS Y GLOBALIZACIÓN, Elizabeth Shakman Hurd

    UNA NUEVA MISIÓN PARA UNA VIEJA IGLESIA. REDES CATÓLICAS DE AYUDA HUMANITARIA, Mario Arriagada Cuadriello

    Religión y globalización

    Una historia reciente de la ayuda católica transnacional

    Actores contemporáneos de la ayuda católica transnacional

    Las tensiones en la formación de lo secular transnacional

    Conclusiones

    RELIGIÓN Y MOVILIDAD HUMANA: LA DIÁSPORA MEXICANA, Luis E. Lugo

    I

    II

    III

    IV

    Conclusión

    PLURALIZACIÓN RELIGIOSA Y LÓGICA DE MERCADO EN AMÉRICA LATINA, Jean-Pierre Bastian

    Un terreno efervescente

    La transformación de las ofertas simbólicas

    dentro de una lógica de mercado

    Medios de comunicación y entrada en las redes

    Más allá del mercado, el campo

    Referencias

    LIBERTAD DE CREENCIA, COMUNITARISMO Y TOLERANCIA, Miguel Lisbona Guillén

    Para empezar

    1. Individuo y sujeto comunitario

    2. Individuo comunal

    3. La búsqueda de una solución

    Bibliografía citada

    REVISITAR EL ISLAM CIVIL-DEMOCRÁTICO EN LOS ESTADOS POSTAUTORITARIOS: LECCIONES DEL MOVIMIENTO INDONESIO DE REFORMA, Richard G. Kraince

    De la votación a la violencia

    El legado del conflicto

    Educación para una sociedad civil-democrática

    Movimientos islámicos transnacionales

    e intercambio intelectual

    Conclusión

    EL ISLAMISMO EN LA POLÍTICA MUNDIAL: MÁS ALLÁ DE LOS ESTADOS, DENTRO DE LOS ESTADOS, James Piscatori

    I. La visión convencional

    de las relaciones internacionales islámicas

    II. ¿La revuelta islamista?

    III. ¿Primavera árabe, invierno islamista?

    IV. Conclusión: desafíos externos e internos

    LOS AUTORES

    COLOFÓN

    CONTRAPORTADA

    AGRADECIMIENTOS

    Este libro es producto de un largo proceso que comenzó en 2010 con reuniones informales durante las cuales algunos investigadores intercambiamos información y puntos de vista sobre el tema de la religión en las relaciones internacionales. Eso nos llevó a organizar un coloquio internacional en El Colegio de México en mayo de 2011. Desde entonces y hasta ahora ha habido cada vez más personas e instituciones involucradas en este esfuerzo. En particular, deseamos hacer público nuestro agradecimiento al Centro de Estudios Internacionales (CEI) y al Centro de Estudios Sociológicos (CES) de El Colegio de México por habernos ofrecido el espacio y los recursos para llevar este esfuerzo a buen puerto. Agradecemos especialmente a Gustavo Vega y a Roberto Blancarte, entonces directores del CEI y del CES respectivamente, por haber considerado el proyecto original y habernos ayudado a transformarlo en un proyecto institucional. Nuestro reconocimiento especial a Jean-François Prud’homme, secretario académico de El Colegio de México, por habernos acompañado desde el comienzo, por haber confiado en el valor académico de nuestra propuesta y por haber asegurado que los fondos para su realización fuesen otorgados de manera adecuada y oportuna. Agradecemos a todos los investigadores especialistas que participaron en el coloquio internacional Religión y Relaciones Internacionales; gracias a ellos los debates fueron sumamente enriquecedores y constituyen la base de este libro. A la Embajada de Canadá por haber gestionado fondos para traer a México a algunos de los profesores que participaron en el coloquio. Lo mismo al Pew Research Center-Forum on Religion and Public Life y a su generoso y elocuente director Luis Lugo. Su contribución con fondos, ideas y una ponencia fue crucial. También queremos agradecer a todo el equipo administrativo de El Colegio de México, en especial a la oficina de Servicios Generales y su director, Alejandro Parada, por su invaluable apoyo logístico, a Rolando Rodríguez por su trabajo en los servicios de cómputo, a Jazmín Flores, Pamela López y Rolando Rodríguez por la difusión y a Pablo Reyna por su creatividad, insustituible, en el diseño gráfico. Por último, queremos agradecer a nuestro becario y asistente Edgar Alarcón y a las secretarias del CEI Patricia Soto, Gloria Sánchez y, especialmente, a Rosa Colín, por las horas de trabajo que nos dedicaron, su atención al detalle y su extraordinaria paciencia. Este libro va dedicado a todos ustedes.

    INTRODUCCIÓN

    Hasta hace muy poco, los estudiosos de las relaciones internacionales contemporáneas pocas veces consideraron la religión como una variable independiente, como un fenómeno autónomo con incidencia directa en el sistema internacional y en sus principales elementos constitutivos. Se acostumbraban argumentos sociológicos, historicos —cuando no normativos— sobre cómo, en el mundo moderno, la religión había quedado subordinada, cuando no aislada, del corazón del sistema internacional. En cuanto a los argumentos teóricos, la secularización, una de las hipótesis más implacables del canon sociológico del siglo XX, fue una de las piedras claves de esta noción: aseguraba que mientras más modernización hubiese, más iría desapareciendo la importancia social de la religión; se le auguraba un destino constreñido únicamente al ámbito privado e individual. Incluso debates recientes sobre la globalización interpretaban las transformaciones globales como fenómenos esencialmente modernos (y modernizantes) asociados generalmente con ciertos tipos de interdependencia económica, comercial y financiera, acompañada de una sofisticación de los medios de transporte y comunicación. Hoy esa idea está cambiando y la globalización ya es vista como un conjunto muy amplio de fenómenos sociales complejos sin una clara vinculación directa con procesos de modernización homogéneos, generales o inevitables (como alguna vez fueron imaginados). Aun cuando los procesos de integración, encuentro e intercambio que hoy llamamos globalización se han acelerado en el mundo moderno, no necesariamente tienen consecuencias modernizadoras o, en este caso, secularizadoras.

    En las discusiones históricas, la poca importancia de las religiones en el sistema internacional también se atribuía a la consolidación del Estado-nación como principal unidad política, sobre todo al hecho de que los arreglos internos entre este tipo de formaciones políticas y las religiones que habitaban en su seno solían ser relaciones de subordinación, cuando no de separación y —en los casos más extremos— de exterminio. Pero era quizá el reconocimiento de la total soberanía del Estado moderno en materia religiosa, construida a partir de la Paz de Westfalia y el fin de las guerras de religión europeas en el siglo XVII, lo que mantuvo a las religiones fuera del radar en el estudio del concierto de las naciones. El sistema internacional se desarrolló de tal modo que para cuando Napoleón invadió Roma y capturó al papa o cuando, más de un siglo después, Stalin preguntó ¿Cuántas divisiones tiene el papa? parecía evidente que la relevancia de la Iglesia católica en la política occidental era nula comparada con lo que alguna vez fue. Parecía obvio que los tiempos de Richelieu no se volverían a repetir, y probablemente no lo hagan (de la misma manera, al menos).

    Sin embargo, hace tres o cuatro lustros el impacto público de las religiones reapareció con bríos renovados en las mesas de debate de la ciencia política, y el estudio de las relaciones internacionales comenzó a hacer lo propio. La revolución islámica en Irán, la participación del papa en los movimientos de resistencia democrática en Europa central y en América del Sur y el componente étnico/religioso de grupos guerrilleros como el ERI en Irlanda del Norte o los Tigres Tamiles en Sri Lanka fueron algunos de los primeros acontecimientos con relevancia internacional que obligaron a pensar, de nueva cuenta, en la religión. Ahora se vuelve a considerar que así como las religiones moldean la vida de las personas y las sociedades en las que habitan, también tienen el potencial de afectar las maneras en que esas sociedades interactúan entre sí. Ese es precisamente el objetivo de esta publicación, presentar argumentos y casos de cómo y por qué hoy, a principios del siglo XXI, la religión vuelve a aparecer en el centro de la escena —y del debate— internacional.

    La presente obra colectiva es el producto de mucho esfuerzo y de largos meses de trabajo. Surgió de la necesidad de que en El Colegio de México en particular y en la academia mexicana en general se discutiera la religión más allá de las fronteras; se explorara su relevancia en un mundo cada vez más plural y al mismo tiempo más pequeño y se reflexionara no sólo sobre las razones de su nueva centralidad sino también sobre su potencial político para unir pero también para dividir, y su influencia como factor de conflicto pero también de estabilidad. Partimos de reconocer que la presencia de la religión en el espacio público es un reto a nuestras ideas acerca de los papeles que tiene la fe en nuestras vidas y en la política dentro y entre los Estados. Se trata de un asunto delicado sobre todo cuando somos testigos de la importante capacidad de movilización que tiene la religión para transformar regímenes y modificar equilibrios de poder.

    Además de la revisión crítica de la teoría de la secularización, creemos que la importancia de la religión en los debates sobre asuntos internacionales también se ha producido en tres ámbitos más específicos. En primer lugar, la noción de relaciones internacionales ha dejado de ser exclusivamente intergubernamental y se ha ampliado al conjunto de relaciones transnacionales que ocurren entre actores estatales y no estatales. Las grandes religiones se pueden contar entre los actores transnacionales más antiguos y hoy han sabido navegar con notable éxito las aguas de un mundo cada vez más interconectado. La transformación conceptual de la doxa internacionalista que ahora le reconoce más importancia a las relaciones transfronterizas entre actores sociales no gubernamentales ha vuelto a ver en la religión el actor que nunca ha dejado de ser. Este cambio ha hecho que ahora notemos con más claridad que los vehículos de la globalización no sólo son financieros, tecnológicos o intergubernamentales, sino también religiosos.

    En segundo lugar, en el mundo han ido floreciendo regímenes respetuosos de las libertades individuales, donde los mapas religiosos de cada país son cada vez más diversos (las migraciones del siglo XX han fomentado la creciente diversidad) y menos regulados desde el poder político. Muchos actores religiosos gozan de las condiciones para actuar de forma más libre e innovadora en la manera como construyen sus relaciones con la autoridad, la población y su feligresía. La era de las libertades le ha dado a muchas denominaciones no sólo la autonomía para organizarse como mejor les parezca sin temor a represalias estatales sino también la oportunidad de participar más activamente en la vida pública de sus sociedades. El credo liberal y la tolerancia, antiguo enemigo de muchas de las religiones organizadas (no de todas) es hoy el mejor aliado de aquellas que son políticamente más activas, minoritarias, marginales o recién llegadas en sociedades cada vez más diversas.

    En tercer y último lugar, en un mundo multipolar con muchos más actores transnacionales que antes la estabilidad internacional ya no sólo se piensa en términos de conflictos interestatales. Los riesgos a la paz —ahora se entiende— pueden venir de muchos lugares y muchas fuentes, sobre todo donde la multipolaridad crea áreas de influencia fragmentadas, superpuestas e inestables. Es en este contexto que la religión parece ser un eje fundamental para entender la paz y la estabilidad. Las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI nos han dejado evidencia empírica sustancial de que la religión sigue siendo una fuerza social muy poderosa en situaciones de conflicto y de distensión, de disputas identitarias y de conformación de movimientos políticos globales (pacíficos o no). Las revoluciones islámicas, las crisis humanitarias en los Balcanes, en Sudán y en Medio Oriente, el terrorismo religioso de Al Qaida y la movilización de identidades religiosas en conflictos propiamente interestatales como en la más reciente guerra en Afganistán son sólo algunos ejemplos de esta nueva centralidad.

    El objetivo de este libro es precisamente el de reflexionar acerca de la relevancia de la religión en algunos de los debates contemporáneos de las relaciones internacionales y subrayar el potencial explicativo de este factor tantas veces ignorado. En conjunto, los artículos reunidos en este volumen ofrecen un mapa amplio de la relevancia de la religión en distintos asuntos internacionales, en particular en los marcos conceptuales para entender los procesos de globalización, los dilemas a los Estados nacionales que presentan sociedades cada vez más plurales en materia religiosa, la competencia en mercados religiosos cada vez más diversos, el papel de la fe en la movilidad humana más allá de las fronteras estatales, el islamismo como noción política y sus implicaciones para la comprensión de la seguridad internacional y, por último, los patrones de comportamiento de las redes transnacionales de activistas religiosos, cada vez más abundantes. Para cada uno de estos asuntos se ofrece un texto específico que explora las implicaciones de la religión en un mundo cada vez más plural e interconectado.

    La manera en la que se pensaron los debates y los temas del coloquio internacional respondieron precisamente a estas inquietudes. Así, por ejemplo, el primer grupo de discusión del coloquio se pensó para debatir sobre la teoría de la secularización y sus límites explicativos; otro panel trató el tema ineludible de la Iglesia católica como actor transnacional, en particular la diplomacia vaticana y episcopal y sus implicaciones para la construcción de una comprensión transnacional de la relación entre lo religioso y lo secular; un grupo más se organizó para hablar de la migración y la religión, específicamente para mirar los cambios demográficos en distintas poblaciones, y también para preguntarnos sobre los procesos de autodefinición y de definición de la identidad y los discursos religiosos que evolucionan en el marco de las diásporas. Diásporas en las que van implícitos no sólo movimientos territoriales y espaciales, sino también temporales y espirituales durante los cuales las doctrinas religiosas son interpretadas continuamente. De ahí que otro grupo se preguntara sobre los dilemas de la diversidad religiosa. ¿Acaso los días de las iglesias monopólicas están contados? ¿Qué consecuencias podemos esperar de la normalización de la diversidad religiosa? Los credos, ritos e identidades religiosas buscan puntos de encuentro o se pilarizan como lo hicieron en Holanda o en Irlanda del Norte. La diversidad y competencia religiosa ha sido tradicionalmente fuente de creatividad y transformación, pero también de conflicto. Por eso, nuestro último centro temático fue dedicado a discutir el islamismo y nociones de seguridad internacional. Si bien algunas formas de fundamentalismo religioso se han interpretado como una reacción a los procesos de modernización y a la diversidad cultural transportada por la globalización, también es posible entenderlas como movimientos sociales transfronterizos que son tan globalizados como sus militantes y tan modernos como sus técnicas de comunicación, movilización y acción pública internacional. Sea uno o lo otro, las doctrinas de seguridad internacional y los debates acerca de los riesgos a la estabilidad global del siglo XXI se han detenido más que nunca en la amenaza religiosa.

    Esperamos que vaya quedando claro que en esta obra no se trata de distinguir entre los grados de religiosidad en distintos ámbitos de nuestra vida pública, sino más bien de explicar cómo los grados y tipos de religiosidad están tomando forma y espacio en la vida pública y, al hacerlo, están afectando o pueden afectar, entre otras cosas, las relaciones entre Estados así como aquellas entre grupos subestatales y no estatales. Estamos —quizá por primera vez— ante la construcción de una sociedad internacional multicultural, por lo que tomar seriamente el pluralismo religioso y cultural es uno de los retos más importantes para la política exterior de los Estados en este siglo. Es necesaria una diplomacia pública y cultural que tome en cuenta la

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