Por el amor de un hijo
Por Jenny Twist
()
Información de este libro electrónico
Una chica atrapada en una casa de acogida para madres gestantes en la década de 1960 en Inglaterra, está deseperada y lucha por quedarse con su bebé.
Una anciana escucha una canció en la radio y recuerda la traición cometida contra su hijo nonnato.
Una niña desaparece en otro mundo y su familia mueve cielo y tierra para encontrarla.
Una madre observa como su amado hijo parte en barco hacia una muerte casi segura y jura venganza.
Un hombre joven regresa a España tras la guerra para salvar a su amada y a la hija por la que ella ha luchado.
El amor de una madre puede adoptar muchas formas.
Lee más de Jenny Twist
Carta abierta a Stephen King y otros ensayos. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTodo en la Mente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesToma uno cada noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Por el amor de un hijo
Libros electrónicos relacionados
El fin de los sueños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesParte de mí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una vida a tu lado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nuestro primer amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn bello amor: Historias de Larkville (8) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Miedo al amor: Tres legados (2) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesProposición seductora Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La danza de los deseos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi soltero preferido: El legado de los Logan (5) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mujer más maravillosa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un sueño hecho realidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGermànica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antiguos secretos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCorazón de madre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El enigma de Lena Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi error fue no ser yo misma. Parte I Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En busca de su príncipe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl mejor equipo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Andando con pies de plomo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGirasol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto de Gray Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMudando el Hogar: PEM Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEmerald Oasis Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás Allá Del Color Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmante y padre Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un amor para toda la vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHijo de la nieve Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi error fue no ser yo misma. Serie Mi error 7: Serie Mi Error 7 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Corazones en llamas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEternamente Mi Duque Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relatos cortos para usted
Vamos a tener sexo juntos - Historias de sexo: Historias eróticas Novela erótica Romance erótico sin censura español Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Hombres duros y sexo duro - Romance gay: Historias-gay sin censura español Calificación: 4 de 5 estrellas4/5¿Buscando sexo? - novela erótica: Historias de sexo español sin censura erotismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Me encanta el sexo - mujeres hermosas y eroticas calientes: Kinky historias eróticas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Perras de reserva Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL GATO NEGRO Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dime que me deseas: Relatos eróticos para leer con una sola mano Calificación: 2 de 5 estrellas2/5La paciencia del agua sobre cada piedra Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de Erótico calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHechizos de pasión, amor y magia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El príncipe feliz Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El reino de los cielos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5No todo el mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Selección de relatos de horror de Edgar Allan Poe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poirot: Historias cortas Vol. 1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El psicólogo en casa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El profeta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El llano en llamas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los divagantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sacrificios humanos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Relatos de lo inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Edgar Allan Poe: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las cosas que perdimos en el fuego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos. Antón Chéjov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La metamorfosis: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los peligros de fumar en la cama Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El césped Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Enrabiados Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Comentarios para Por el amor de un hijo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Por el amor de un hijo - Jenny Twist
For the Love of a Child
By Jenny Twist
––––––––
Five short stories about mother love
Jenny Twist, Copyright © 2017
ALL RIGHTS RESERVED
––––––––
The author is hereby established as the sole holder of the copyright. The author may enforce copyrights to the fullest extent.
This e-book is licensed for your personal enjoyment only. This e-book may not be resold, reproduced or transmitted by any means in any form or given away to other people without specific permission from the author. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each person you share it with. If you are reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to your e-book retailer and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of this author.
This is a work of fiction. Any resemblance to the living or dead is entirely coincidental.
Credits
Editor: Emily Eva Editing
http://emilyevaediting.weebly.com/
Cover Art: Novel Prevue
http://www.novelprevue.com/cover-art.html
The Children of Hope and The Bull-Dancer were originally published in the anthology Bedtime Shadows by Mélange Books, LLC
Never Too Late was originally published in the anthology Bump Off Your Enemies
The Minstrel Boy was originally published in the anthology Letterbox Love Stories by World Romance Writers
All rights have now reverted to the author
Dedicatoria
Para Barbara
Quienes creamos historias sabemos que contamos mentiras para vivir. Pero son mentiras buenas que cuentan cosas verdaderas. Y les debemos a nuestros lectores el construirlas tan bien como nos sea posible. Porque en algún lugar alguien necesita esa historia. Alguien que crecerá en un entorno diferente y que sin esa historia será una persona distinta. Y alguien a quien esa historia le otorgará esperanza, sabiduría, bondad o consuelo. Por eso escribimos.
― Neil Gaiman, El libro del cementerio
Hijos de la Esperanza
Vinieron a por el bebé de Hilary el domingo por la mañana.
Ginny y las demás vieron desde una ventana del piso superior como un coche aparcaba fuera y una pareja se bajaba de él. Eran de mediana edad, más o menos de la edad de los padres de Ginny, y vestían de forma muy elegante. La mujer llevaba un traje de chaqueta azul con una gabardina a juego y parecía nerviosa. Se estiró del dobladillo de la falda y palmeó un poco el sombrero para pulir su aspecto. A continuación, se giró hacia su marido y le sacudió un poco el traje. Él le sonrió, entrelazó su brazo con el de ella firmemente y subieron las escaleras.
Unos minutos después comenzaron a oír fuertes golpes y los gritos de Hilary que luchaba por quedarse con su bebé. Debía de estar pataleando y quizás golpeando los muebles. Puede que incluso pateando a uno de los trabajadores. Eso estaría bien.
Las chicas se miraron y sintieron el miedo que flotaba en el ambiente. Una a una se giraron para mirar a la pequeña Susie Wilson que lloraba en silencio. Las lágrimas le recorrían las mejillas sin que se diese cuenta mientras sostenía y mecía a su bebé. Dos de las chicas se acercaron a ella y la abrazaron. El bebé de Susie sería el siguiente. Tenía casi cinco semanas, y se los llevaban al cumplir seis.
Pobre niña Susie. Solo tenía once años. ¿Qué probabilidades había de que le dejaran quedarse al bebé? Ni siquiera podría trabajar para mantenerlo. ¿Y qué le esperaba al regresar a casa? Una madre horrible que debía saber lo que estaba ocurriendo pero que hacía la vista gorda. Susie decía que había ocurrido durante años. Desde que el novio de su madre se había mudado con ellas. Cuando se dieron cuenta de que se había quedado embarazada su madre la culpó a ella, y la acusó de haberle incitado a hacerlo. Pobre niña Susie. Así era como se refería siempre a ella. No como Susie a secas, sino como la pobre niña Susie.
El personal la trataba con el mismo desprecio que a las demás, aunque estaba claro que no había sido culpa suya que su padrastro se hubiera aprovechado de ella. Eso era lo que decían, que se había aprovechado de ella
, no que la hubiera violado, lo cual sería una descripción mucho más acertada. Se llevarían a su bebé a la semana siguiente porque no tenía ningún sitio al que regresar ni a nadie que la defendiera. ¿Cómo sería para ella el volver a esa casa y escuchar las acusaciones de su madre de haber seducido a su novio? La parte positiva era que ese hombre ya no abusaría de ella. Al menos no en el futuro cercano. Ahora estaba en la cárcel. Seguro que su madre también la culparía por eso.
A Ginny le dolía pensar en la pobre niña Susie.
«Yo puedo hacer algo», pensó Ginny mientras se abrazaba su vientre hinchado, «soy joven, fuerte e inteligente. Voy a salir de aquí y a llevarme a mi bebé conmigo».
Llevaba meses preocupada por ese problema. Ya había sido bastante horrible en casa. Su madre se había puesto histérica cuando ya no fue posible ocultar el embarazo por más tiempo. A su padre le repugnaba. ¡Pero este lugar! ¡Este lugar era un infierno! A las chicas se las trataba como a criminales. Las obligaban a hacer tareas humillantes e innecesarias. Las obligaban a dejar a sus bebés en la calle dentro de los carritos durante largos periodos de tiempo porque pensaban que el aire fresco les vendría bien, o como pensaba Ginny, porque era una gran forma de hacer sufrir a las madres. Privándolas de estar con sus bebés cuando tenían tan poco tiempo para ello. «¡Eso no me ocurrirá a mí!», pensó mientras se mecía y se abrazaba el vientre con ánimo de protegerlo. «No voy a regresar aquí cuando nazca el bebé».
Los golpes que venían del piso inferior habían cesado y los gritos se habían convertido en llanto. Era un terrible llanto desesperado. «¡Esto es el Infierno!» pensó Ginny. «Ese debe de ser el sonido de las almas en el Infierno, no puede ser otra cosa».
La pareja abandonó el edificio y bajó las escaleras. La mujer sostenía al bebé de Hilary y hacía oídos sordos a los gritos desgarradores de la madre.
—¡Cabrones! —dijo Verónica, y las demás chicas se giraron sorprendidas al escucharla. Verónica no parecía avergonzada y se abrazó con fuerza a su bebé. —No se van a llevar al mío.
Susie la miró un momento con un brillo de esperanza en los ojos.
—¿Y cómo piensas evitarlo?
—No lo sé —, dijo Verónica —pero pensaré en algo.
Susie agachó la cabeza y continuó meciéndose y llorando en silencio.
Ginny había pensado en ello durante mucho tiempo. No tenía un lugar a donde ir, y aunque lo tuviera, sería muy difícil escapar. Los muros altos y la puerta cerrada con llave hacían de este lugar una prisión de la que resultaba imposible huir cuando te encontrabas en el último trimestre del embarazo.
¿Y a dónde iría? Sus padres le habían dejado bien claro que no volverían a acogerla en su casa. Ni siquiera habían ido a visitarla en todo este tiempo. Sospechaba que era cosa de su padre. Su madre se habría mostrado más comprensiva una vez hubiera dejado de pensar en las muecas de disgusto de los vecinos. ¿Pero su padre? Él nunca la perdonaría por haberle deshonrado. Su querida hija no era más que una furcia.
Tendría que arreglárselas sola. Había ahorrado algo de dinero. Bastante, a decir verdad. Siempre había sido ahorradora. Guardaba sus pagas y el dinero de sus cumpleaños, y cuando empezó a trabajar pudo ahorrar prácticamente todo el sueldo de un año. Trabajaba de contable en la fábrica de amianto y ganaba cuatro libras y diez chelines a la semana. Un buen salario para alguien que había dejado los estudios. Le daba dos libras a la semana a su madre por su manutención, se guardaba diez chelines para el autobús y otros gastos e ingresaba el resto en su cuenta de ahorro.
No había tocado el dinero excepto para comprarse un par de cosas para las vacaciones el año pasado: un precioso vestido verde oscuro con una minifalda muy atrevida, y un bikini rosa más atrevido todavía. Sonrió al recordarlo. Julia la había ayudado a escoger la ropa. Eran las primeras prendas que compraba que no había adquirido en el economato. Normalmente, su madre utilizaba los descuentos del economato para comprar ropa para Ginny y para ella. Pero por lo general nunca había tenido ropa nueva. Sus padres no