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Carta abierta a Stephen King y otros ensayos.
Carta abierta a Stephen King y otros ensayos.
Carta abierta a Stephen King y otros ensayos.
Libro electrónico154 páginas2 horas

Carta abierta a Stephen King y otros ensayos.

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Información de este libro electrónico

Una colección de ensayos populares, artículos de revistas y blogs sobre la vida, el universo y mucho más.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento1 dic 2019
ISBN9781071519691
Carta abierta a Stephen King y otros ensayos.

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    Carta abierta a Stephen King y otros ensayos. - Jenny Twist

    Dedicatoria:

    Para mi hijo, que alguna vez manifestó preferencia por mis artículos por sobre mis relatos cortos.

    Escribir no es sobre hacer dinero, hacerse famoso, conseguir citas, conseguir sexo o hacer amigos. Al final, es sobre enriquecer las vidas de aquellos que leerán tu obra y enriquecer tu propia vida al mismo tiempo. Se trata de levantarse, recuperarse y superar lo malo. Ser feliz, vaya. Ser feliz... Escribir es magia, es, en la misma medida que cualquier otra arte de creación, el agua de la vida. El agua es gratis así que bebe. Bebe y sacia tu sed.

    Stephen King. Mientras escribo

    ÍNDICE

    Carta abierta a Stephen King

    ¿Qué es exactamente el romance?

    El camino hacia la publicación

    Los artículos de Streetwise

    Sedella

    Canillas de Aceituno

    Salares

    Navidad en España

    ¿Qué hizo el movimiento femenista por nosotras?

    Clase de dibujo con modelo

    ¿Por qué una mujer no puede ser más como un hombre?

    Después de ser publicado

    La génesis de una novela

    Gramática - ¿Quién la necesita?

    ¿Aún necesitamos editoriales convencionales?

    Mariposas

    Los saboteadores

    Editando por números

    Una sonrisa torcida

    ¿Quieres vivir para siempre?

    Relaciones anglo-americanas

    La masacre de Sandy Hook

    El debate por las armas

    ¿A quién se controla con el control de armas?

    Las armas en Estados Unidos y en Inglaterra

    El derecho a portar armas - ¿Es correcto?

    La cultura de las armas

    Vampiros

    Defendiendo el mal

    Nada de sexo, por favor, somos británicos

    Las curiosas preguntas de Tim

    Hablando de entrevistas...

    Agradecimientos

    Sobre el autor

    Víctima del destino

    Carta abierta a Stephen King

    Tú no fuiste mi primer amor, Stephen.

    Fue Enid Blyton quien me enseñó a amar los libros. Recuerdo a mi madre leerme Noddy y Orejotas y cuan frustrada me sentía cuando ella tenía que detenerse para hacer algo más. Recuerdo mirar las pequeñas marcas negras en la página blanca, sabiendo que de alguna manera contenían la magia de la historia, pero que estaba escrito en un código secreto.

    Mi sufrida madre probablemente me enseñó a leer como una forma de defensa propia. Sé que yo era capaz de leer mucho antes de empezar a ir a la escuela y desde entonces he pasado gran parte de mi vida en el mundo mágico del interior de las páginas de los libros.

    Leí todo lo que Enid Blyton había escrito, o al menos, todo lo que había de ella en nuestra biblioteca local. Cuando acabé con todo lo de Enid Blyton, leí todo lo que me llamara la atención. Nadie censuraba mi lectura ya que mi hermano pequeño estaba enfermo y necesitaba toda la atención de mi madre. Leía vorazmente. Leía clásicos para niños. Luego continué con libros para adultos. Tuve un coqueteo bastante largo con Dennis Wheatley, pero él fue solo uno de los tantos. Me encantaban todos: escritores de ficción histórica, misterios, thrillers, libros de espías, pero lo que más amaba eran los escritores de terror. No había nada mejor que acomodarse con un libro de H. P. Lovecraft o uno de Edgar Allan Poe y tener un susto de muerte en tu propia habitación. Tenía The Pan Book of Horror Stories, descubrí a M. R. James y me enamoré nuevamente; y el increíblemente espeluznante Robert Aickman. Por alguna razón, él no recibió la atención que merecía. Me encantaría tener la colección completa de sus obras, pero tristemente están fuera del alcance de mi bolsillo.

    Descubrí a John Wyndham siendo una mujer joven y ha sido mi compañía constante desde entonces. La mayor parte de sus obras son de ciencia ficción más que de terror, pero es un tipo de ciencia ficción bastante perturbador y que te deja pensando. He leído sus libros una y otra vez, y todavía lo hago de vez en cuando. Cuando él murió, sentí como si hubiera perdido a un gran amigo y lloré amargamente su partida. Egoístamente, mi primer pensamiento fue: Nunca más habrá otro libro nuevo de John Wyndham. Nunca más experimentaré el placer de abrir uno de sus libros por primera vez. Y mi segundo pensamiento fue: Nunca le escribí. Nunca le dije cuánto placer me dieron sus historias, ahora es demasiado tarde. Hasta el día de hoy nunca le había escrito una carta como fanática a nadie. Esta es mi primera, Stephen, y probablemente nunca la leas. Me pregunto cuántas cartas recibes a diario.

    No, no fuiste mi primer amor, pero fuiste el mejor.

    Cuando te conocí, Stephen, supe que había encontrado a mi alma gemela. Realmente lo puedes hacer. Puedes tomarme de la mano y llevarme a ese lugar oscuro donde ocurren cosas atroces. Cuando estoy contigo pierdo toda consciencia de mi entorno y siento que vivo en la historia.  Tú puedes hacerlo. Escribes una prosa maravillosa y hechizante. A veces leo un fragmento de tus libros y la belleza del lenguaje me deja sin aliento. Pero la mayor parte del tiempo ni siquiera estoy consciente del lenguaje porque estoy viviendo en la historia.   No tienes que recurrir a repulsivas descripciones sangrientas o a escenas de sexo explícito. Tú eres mucho más sutil. Insinúas sobre la criatura que acecha en las sombras detrás de la puerta. Tal vez la oigamos susurrar o escuchemos el sonido de sus uñas rasguñando la madera, pero raramente veamos su cara.

    Tú realmente lo puedes hacer.

    E hiciste algo que ningún otro escritor logró hacer. Me enseñaste cómo hacerlo yo misma.   Compré tu libro, Mientras escribo, poco después de establecerme en España.  Solo pude encontrar la versión en español y – quizás te interese saber esto – es divertidísima. Creo que el editor de repente decidió que eras literatura más que ficción popular y te dio un traductor con un estilo de alta literatura española. En consecuencia, algunos de tus maravillosos consejos fueron expresados de manera ridícula por la forma en la que se presentan. Por ejemplo, hay una página completa enfatizando que para que un relato sea ameno, hay que mantenerlo simple y presentarlo en párrafos cortos, agradables a la vista, con un estilo de tabloide en lugar de un solo párrafo largo. ¡El traductor puso la página completa en un solo párrafo largo! En efecto, él toma una frase que tú presentas como un ejemplo perfecto en tres oraciones cortas, ¡y él la pone en una sola oración!  Pero solo estoy divagando.  El punto es que me has enseñado. Tú me dijiste cómo hacerlo y me propusiste un ejercicio para demostrarme que yo podía. Me diste un escenario y me pediste que lo finalizara. Lo hice. Fue mi primer intento en escribir en serio y lo pude publicar en mi primera entrega. Si quieres leerlo, Stephen, es justo el último relato de Take One at Bedtime – Waiting for Daddy. Creo que te gustará el final. Estoy muy orgullosa de él.

    Me pediste que te escribiera y que te contara cómo avancé con la historia, pero cuando entré a tu página web ya no se aceptaban entregas. Imagino que miles de personas escribieron versiones de tu historia. Tu página debe haber estado inundada con Stephen Kings en potencia.

    Ahora escribo todos los días. Todavía leo vorazmente pero también escribo. No todo es terror, pero la mayoría de mis historias tienen un componente extraño. Puedo transportarme a ese lugar ahora mismo. Hay algo silenciosamente emocionante en sentarse en frente de tu ordenador, poner las manos en el teclado y meterte en tu historia. Cuando va bien, la escritura simplemente fluye. Es como descender en esquíes por una pendiente rápida o bajar por una cascada en canoa, o levantar la manta, muy lentamente, que cubre el objeto que yace en la sala oscura.

    Tú no fuiste mi primer amor, Stephen, pero quiero que sepas que eres el mejor, indudablemente.

    ¿Qué es exactamente el romance?

    Siempre supe que algún día sería escritora. Solo era cuestión de encontrar el tiempo. Desde que tengo memoria mi cabeza ha estado repleta de historias, pero siempre supuse que escribiría historias de fantasmas o ciencia ficción del tipo John Wyndham. Tal vez un poco de terror moderado, así es que me sorprendí bastante cuando finalmente empecé a escribir mis historias y descubrí que se negaban a encajar perfectamente dentro de esos géneros. O en realidad, en cualquier género.   Hace poco me pidieron que categorizara mi primer libro de relatos cortos y cuando confesé que no sabía que contestar, la página web de reseñas preguntó, ¿Cómo lo categoriza tu editor? Buena pregunta. Nunca lo había consultado. Sintiéndome algo tonta, lo busqué en la página web de mi editor y descubrí que estaba categorizado como ficción especulativa. ¡Qué ingenioso de su parte! Siempre lo usaré en el futuro.  Verás, lo que sucede con la escritura es que partes sabiendo exactamente lo que vas a escribir y cómo va a terminar, y luego la historia parece tomar vida propia y allá va en otra dirección, con el pobre autor corriendo detrás de ella, esperando alcanzarla antes de que se meta en algún tipo de problema, y tratando de parecer que domina la situación.  Una de las cosas que la mayor parte de mis bastante peculiares historias tienen en común es un elemento de romance. Me he dado cuenta de que raramente disfruto un libro salvo que tenga un poco de amor. No tiene que ser un amor romántico. Puede ser el amor de un padre o una madre por su hijo, el amor de una mascota, una amistad afectuosa, pero es mucho más fácil para mí si los personajes se aman unos a otros así que el amor termina deslizándose dentro de mi escritura.

    Estoy intentando escribir una historia de viaje en el tiempo y me encuentro que todo se trata de una pareja que se ama y que atraviesa una mala racha, o una mujer que quiere suicidarse después de descubrir la infidelidad de su esposo y que encuentra un nuevo amor de una forma completamente inesperada.  Así que también podría intentar escribir romance propiamente dicho. De hecho, tuve éxito al escribir dos historias que pretenden ser romance y se adhieren al género – Un castillo en España y La chica de Jess, ambas forman parte de la antología, Take one at bedtime Los otros, sin embargo, se fueron alejando por otros caminos.  Por ejemplo El ángel de Domingo, una perfectamente sencilla historia de un pastor de cabras español que se enamora de una muchacha inglesa. ¿Qué podría ser más simple que eso?     Bueno, todo hubiera ido perfectamente bien si esta anciana mandona no se hubiera abierto camino adentro de la trama y quedado a cargo. Antes de darme cuenta, estaba fascinada con ella y quería saber la historia de su vida. Resultó que ella tenía esta incesante lucha de poder con el alcalde que era una persona ostentosa, autoritaria y completamente desagradable. Pero me enamoré de él y me preguntaba por qué era así. Resultó que había tenido una infancia terrible y fue un milagro que sobreviviera. Y luego este gato de mermelada sumamente extraño. Juro que no tengo idea de dónde vino.      ¿Ves a lo que me refiero? Domingo’s Angel  es un romance – algo así – pero también es una crónica de las vidas de los pobladores.

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