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100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños
100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños
100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños
Libro electrónico176 páginas1 hora

100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños

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Información de este libro electrónico

Este libro de cuentos infantiles no solo brinda historias entretenidas para los niños, sino que también les enseña importantes lecciones de vida a través de sus moralejas. Los cuentos presentan personajes interesantes, como animales y seres fantásticos, que se enfrentan a desafíos y problemas que los niños pueden relacionar con su propia vida.

 

Cada cuento viene con una moraleja clara y fácil de entender, que invita a los niños a reflexionar sobre cómo pueden aplicar estas enseñanzas en su día a día. Desde la importancia de la amistad y la colaboración, hasta la necesidad de ser valiente y perseverante ante los obstáculos, estos cuentos tienen algo que enseñar a cualquier niño. Además, los cuentos están escritos con un lenguaje sencillo y accesible, lo que los convierte en una excelente opción para fomentar la lectura en los niños y mejorar su vocabulario.

 

En resumen, este libro de cuentos infantiles con moraleja es una excelente opción para padres, abuelos y educadores que buscan inculcar valores positivos en los niños de manera amena y entretenida. Los cuentos les enseñarán a los niños a ser mejores personas y a enfrentar los retos de la vida con confianza y sabiduría.

IdiomaEspañol
EditorialMarta Torres
Fecha de lanzamiento5 may 2023
ISBN9798223860662
100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños

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    Me encantó, cuentos maravillosos para leer a mi hija, además, todos tienen moraleja, ME HA ENCANTADO!

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100 Cuentos infantiles con moraleja para niños pequeños - Marta Torres

Tabla de Contenido

100 CUENTOS INFANTILES

100 CUENTOS INFANTILES

Con moraleja

Créditos

Tabla de contenido

El árbol de los deseos

la niña y el unicornio

la abeja trabajadora

el príncipe y el cisne

la lechuza y el búho

la luciérnaga y el farol

el elefante y la mariposa

el dragón de la cueva

el sapo que quería volar

la flor que creció en la oscuridad

la estrella fugaz

el pingüino aventurero

el pez de colores

la leona y la cebra amiga

el valiente ratón y el gato cobarde

la ardilla ahorrativa

la tortuga perseverante

el búho sabio

el ratón y el queso

la hormiga y la mariquita

el león y la gacela

el perro y su sombra

la abuela y la araña tejedora

el unicornio malhumorado

la ranita enamorada

el osito y la abeja

el grillo y la lluvia

el lobo solitario

la mariposa y la oruga

la luna y el sol

la oveja negra

el gato y el pájaro

el cangrejo y la ballena

el tigre y el mono

el búho y el cuervo

la paloma mensajera

la jirafa y la cebra

el sapo y el escarabajo

el cangrejo y el jabalí

la nube y el sol

la foca y el pingüino

el erizo y la manzana

el perro guardián

la rana y el lago

la liebre y el caracol

el gusano y el pájaro

la garza y el pescador

la abeja y el oso

la zorra y el erizo

la luciérnaga y el escarabajo

el cangrejo y el pez

la jirafa y el león

el elefante y el gorila

la luna y las estrellas

el murciélago y la noche

el cocodrilo y el hipopótamo

la mariposa y el girasol

la serpiente y el ratón

el perro y el gato amigos

el oso y la abeja

la lechuza y el ratón

la mariquita y el gusano

el tigre y la jirafa

la luna y el mar

la zorra y el conejo

el ratón y el elefante

la abeja y la cigarra

el unicornio y el arcoíris

la hormiga y el grillo

el cangrejo y la mariposa

el zorro y el búho

el perro y la pulga

el caballo y el caracol

la serpiente y el sapo

el león y el zorro

la tortuga y la liebre

el colibrí y la flor

la abeja y el pulpo

la cebra y el leopardo

el murciélago y el sol

la libélula y la araña

el mono y el loro

la luna y las nubes

el elefante y el ratón

la mariposa y la abeja reina

el perro y el lobo

la rana y la serpiente

el zorro y el erizo

la garza y el zancudo

el gato y el ratón amigos

el cocodrilo y el búfalo

el cangrejo y el cangrejo ermitaño

la lechuza y el ratón ciego.............................

la hormiga y la oruga

el águila y el halcón

la mariposa y el escarabajo pelotero

el pez y el tiburón

el ciervo y el lobo

la serpiente y la rana

el león y la oveja sabia

El árbol de los deseos

Había una vez un árbol muy especial en el bosque, conocido como el árbol de los deseos. Este árbol tenía la habilidad de conceder deseos a quien le pedía de manera sincera y honesta.

Un día, un niño llamado Tomás llegó al bosque y encontró el árbol de los deseos. Tomás deseaba tener el juguete más grande y genial de todos, por lo que se acercó al árbol y dijo: Árbol de los deseos, por favor, dame el juguete más grande y genial del mundo.

Inmediatamente, el árbol empezó a temblar y comenzó a mover sus ramas. De repente, un juguete enorme cayó del cielo y aterrizó en las manos de Tomás. Era el juguete más grande y genial que Tomás había visto nunca. Estaba tan emocionado que se olvidó de dar las gracias al árbol y se fue corriendo con su nuevo juguete.

Más tarde, en el bosque, Tomás se encontró con su amigo Pedro, quien no tenía juguetes para jugar. Tomás recordó el árbol de los deseos y decidió pedir otro deseo para su amigo. Pero esta vez, en lugar de pedir un juguete para él, pidió un juguete para Pedro. Árbol de los deseos, por favor, dame un juguete para mi amigo Pedro, dijo Tomás.

De nuevo, el árbol tembló y comenzó a mover sus ramas. Un hermoso juguete apareció delante de ellos y Tomás lo entregó a Pedro, quien estaba tan agradecido que le dio un gran abrazo a Tomás.

Desde ese día, Tomás entendió que compartir y hacer felices a los demás es mucho más valioso que tener cosas para uno mismo. Así que siempre que visitaba el árbol de los deseos, pedía deseos para sus amigos y familiares en lugar de pedir para sí mismo. Y cada vez que recibía lo que había pedido, siempre daba las gracias al árbol y se aseguraba de compartir lo que había recibido con los demás.

La moraleja de esta historia es que es mejor dar que recibir y que compartir con los demás puede hacer una gran diferencia en sus vidas. Además, también nos enseña la importancia de ser agradecidos y de no olvidar a aquellos que nos rodean.

La niña y el unicornio

Había una vez una niña llamada Ana que soñaba con conocer a un unicornio. Cada noche, antes de dormir, miraba por la ventana y deseaba ver uno en su jardín. Pero por más que lo intentaba, nunca lo lograba.

Un día, mientras Ana caminaba por el bosque, escuchó un sonido extraño detrás de unos arbustos. Se acercó cautelosamente y descubrió que era un unicornio blanco herido. Sin pensarlo dos veces, Ana se acercó para ayudarlo y el unicornio pareció sentir su bondad y su amor por los animales, permitiendo que lo cuidara y curara sus heridas.

Ana cuidó del unicornio durante varios días y se hizo su amiga. Juntos, pasearon por el bosque y conocieron lugares mágicos que Ana nunca antes había visto. Pero un día, Ana se dio cuenta de que el unicornio ya estaba sano y que era hora de dejarlo ir.

Te voy a extrañar, dijo Ana mientras el unicornio se alejaba en la distancia.

Siempre estaré contigo en tu corazón, respondió el unicornio antes de desaparecer en el bosque.

Ana se sintió triste por un momento, pero luego recordó lo hermoso que fue tener la oportunidad de conocer y cuidar a un ser mágico como el unicornio. A partir de ese día, Ana empezó a cuidar más de la naturaleza y de los animales, aprendiendo que siempre hay algo que podemos hacer para ayudar a los demás seres vivos.

La moraleja de esta historia es que debemos ser amables y ayudar a los demás seres vivos, ya que ellos también merecen nuestro cuidado y amor. Además, nos enseña que a veces, aunque sea difícil, debemos dejar ir a aquellos que amamos y confiar en que siempre estarán en nuestro corazón.

La abeja trabajadora

Había una vez una abeja llamada Mielita que trabajaba muy duro para recolectar miel para su colmena. Mielita era muy dedicada y trabajaba desde el amanecer hasta el anochecer, sin descanso, para asegurarse de que su colmena tuviera suficiente miel para sobrevivir el invierno.

Un día, mientras recolectaba néctar de una flor, Mielita vio a una mariposa posada en la misma flor. La mariposa estaba muy feliz y disfrutaba del sol y las flores sin preocupaciones. Mielita se sintió envidiosa y pensó que sería mucho más divertido si pudiera hacer lo mismo que la mariposa y no tener que trabajar tanto.

Pero entonces, Mielita recordó que su trabajo era muy importante para su colmena y para su comunidad. La miel que ella recolectaba no solo era una delicia para las abejas, sino que también era vital para la supervivencia de su colmena y otras especies que dependían de la polinización. Mielita se dio cuenta de que su trabajo era valioso y significativo, y que tenía un propósito importante en la vida.

Desde ese día en adelante, Mielita continuó trabajando con dedicación y entusiasmo, pero también aprendió a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, como las flores y el sol, mientras trabajaba.

La moraleja de esta historia es que el trabajo duro y la dedicación son importantes para lograr nuestras metas y para hacer una contribución positiva al mundo. A veces podemos sentir envidia de aquellos que parecen tener más tiempo libre, pero es importante recordar que nuestro trabajo es valioso y significativo. Además, podemos encontrar alegría y satisfacción en nuestro trabajo al aprender a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida mientras trabajamos.

El príncipe y el cisne

Había una vez un príncipe que vivía en un hermoso castillo rodeado de un gran lago. El príncipe era muy solitario y siempre buscaba nuevas formas de divertirse. Un día, mientras paseaba por el lago, vio a un cisne nadando en el agua cristalina. El príncipe decidió cazar al cisne para su entretenimiento.

Cuando el príncipe apuntó con su arco hacia el cisne, el animal habló con una voz suave y le preguntó por qué quería hacerle daño. El príncipe se sorprendió al escuchar hablar al cisne y se detuvo para escuchar lo que tenía que decir. El cisne le explicó que era un ser mágico que tenía la capacidad de transformarse en humano y que si el príncipe no lo mataba, le concedería un deseo.

El príncipe, sorprendido y curioso, decidió escuchar al cisne y no lo mató. El

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