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¿Qué nos hace ser humanos?
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¿Qué nos hace ser humanos?
Libro electrónico305 páginas3 horas

¿Qué nos hace ser humanos?

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En este libro son respondidas interrogantes como: ¿cuáles son los caracteres que nos diferencian como especie humana?, ¿cómo hemos evolucionado a partir de nuestros antepasados, en parte monos, en parte seres humanos?, entre otras. La obra se centra en aquellos caracteres únicos que nos unen a todos los seres humanos sin distinción; en contraposici
IdiomaEspañol
EditorialNuevo Milenio
Fecha de lanzamiento24 jul 2019
¿Qué nos hace ser humanos?
Autor

Vicente Berovides Álvarez

VICENTE BEROVIDES ÁLVAREZ, doctor en Ciencias Biológicas, profesor titular de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana. Su especialidad es la genética y ecología de poblaciones. Desde 1984 trabaja en la protección y uso sostenible de la biodiversidad en colaboración con el Centro Nacional de Áreas Protegidas. Es reconocido como un destacado ecólogo entre los especialistas de América Latina y pertenece a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Por sus trabajos sobre protección y usos de la biodiversidad cubana y divulgación del tema en tres libros, recibió la medalla Felipe Poey, otorgada por la Sociedad Económica Amigos del País, y la Carlos J. Finlay por el Consejo de Estado de la República de Cuba. También le ha sido otorgada la Medalla 280 Aniversario de la Universidad de La Habana y el Premio de la Crítica especializada por Ciencia y Técnica en 2007.

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    ¿Qué nos hace ser humanos? - Vicente Berovides Álvarez

    Edición: Lic. Carlos A. Andino Rodríguez

    Diseño de cubierta: Caridad Castaño Jorge

    Diseño interior: Julio Víctor Duarte Carmona

    Corrección: Natacha Fajardo Álvarez

    Composición y emplane: Irina Borrero Kindelán

    Conversión a ebook: Lic. Belkis Alfonso García

    © Vicente Berovides Álvarez, 2008

    © Sobre la presente edición:

        Editorial Científico-Técnica, 2017

    ISBN 978-959-05-1044-1

    INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

    Editorial Científico-Técnica

    Calle 14 No. 4104 entre 41 y 43, Playa

    La Habana, Cuba

    editorialmil@cubarte.cult.cu

    Índice de contenido

    INTRODUCCIÓN

    UNA ESPECIE ÚNICA, EL HOMBRE ACTUAL

    El hombre como primate

    Características únicas del hombre

    Nuestra doble herencia ecológica

    Cómo conocer procesos que no se vieron

    Mecanismos evolutivos que condujeron a la especie humana

    BIDEPALISMO

    Bipedalismo y sus consecuencias

    Marcha bípeda

    Origen del bipedalismo

    Hipótesis de la liberación de las manos

    Hipótesis de la alimentación carroñera

    Hipótesis del padre proveedor

    Hipótesis de la eficiencia energética

    Hipótesis de la madre cargadora

    Hipótesis de la evitación de los depredadores

    Hipótesis de la postura de intimidación

    Hipótesis de la termorregulación

    Visión de conjunto de las hipótesis

    Primeros homínidos bípedos

    ELABORACIÓN DE HERRAMIENTAS Y CARNIVORISMO

    Uso y elaboración de herramientas por los primates

    Uso de herramientas por los chimpancés

    Elaboración de herramientas

    Consecuencias del uso de herramientas

    Evolución del uso de herramientas

    Homínidos, usadores de herramientas

    CARNIVORISMO

    Consumo de carne por los homínidos

    Monos y homínidos cazadores

    Dieta de los primeros homínidos

    Relación consumo de carne-tamaño del cerebro

    HIPERSOCIALIDAD

    Primates como animales sociales

    Sociabilidad de los monos

    Factores de sociabilidad en los homínidos

    División de labor por sexo en humanos y chimpancés

    División de labor por sexo en sociedades humanas primitivas

    Evolución de la sociabilidad en los homínidos primitivos

    Pruebas moleculares sobre nuestra antepasada organización social

    GRAN CEREBRO

    Mente y cerebro humanos

    Tamaño del cerebro y encefalización

    Organización cerebral

    Causas del proceso de encefalización

    ¿Qué produce un gran cerebro?

    Ventaja de los grandes cerebros

    Marcha de los homínidos hacia un gran cerebro

    CULTURA

    ¿Qué es cultura?

    Origen de la cultura

    Aprendizaje, clave de la evolución cultural

    Conquista del fuego

    Cerebro, aprendizaje y cultura

    LENGUAJE SIMBÓLICO

    Lenguaje animal y lenguaje humano

    Nuestro órgano de producir palabras

    Lenguaje, símbolos y cultura

    Grandes monos y lenguaje

    Origen y selección natural del lenguaje humano

    Genes y lenguaje

    ¿Quiénes fueron los primeros homínidos que hablaron?

    NIÑOS PREMATUROS Y PIEL DESNUDA

    Bebé de los primates

    Desarrollo de los bebés primates

    Primeros bebés prematuros de nuestro linaje

    Primate desnudo

    Origen de nuestra desnudez corporal

    SEXUALIDAD

    Conducta sexual de los primates superiores

    Sexualidad humana

    Consecuencias del bipedalismo en relación con el sexo y la reproducción

    Evolución de las relaciones sexuales de los homínidos

    Monogamia de los humanos

    Demografía, sexo y evolución humana

    Peculiaridades sexuales de las hembras de los homínidos

    Sexualidad de la mujer Homo sapiens

    Evolución de una intención sexual

    EVOLUCIÓN INTEGRADA DE LOS CARACTERES ÚNICOS DE LOS HUMANOS

    Unidad del individuo

    Interacción entre caracteres

    En qué consiste ser únicos

    Análisis de los diez caracteres únicos de Homo sapiens, considerando su historia evolutiva

    ¿Hay un futuro?

    BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

    Datos de autor

    "Mientras más conozco a los monos,

    más entiendo a los humanos"

    INTRODUCCIÓN

    "Nosotros obviamente somos parte de la naturaleza y en particular

    somos parte del mundo animal y aún así nos ponemos aparte

    de la naturaleza, por el simple hecho de conocer

    que somos parte de ella"

    Robin Fox

    Nosotros, científicos, literatos, religiosos, médicos o cocineros, siempre hemos creído que si bien procedemos de un proceso de evolución del reino animal y en específico del grupo de los monos o primates, somos unos animales tan especiales, que por este simple hecho ya no somos animales, sino humanos, seres apartes altamente sociales, con capacidad para amar, razonar, tener un yo, hacer la guerra o destruir el entorno a escala planetaria. Nada de esto hacen los animales. Quizá la urgencia de tener que ir a comer o un dolor en alguno de nuestros órganos, nos recuerde por algún momento nuestra herencia animal, pero eso será pasajero y seguiremos pensando que somos la cúspide de la evolución orgánica en la Tierra, una especie animal única entre todas las que han existido, existen y existirán.

    Si aceptamos este hecho sin mucho análisis, entonces la pregunta lógica es ¿qué nos hace ser especiales, únicos entre los organismos vivos, que nos separa radicalmente de ellos? La respuesta, como veremos, no es simple, pues existen muchas formas de ser único, además debemos responder primero a otra pregunta ¿únicos con respecto a quiénes? Por supuesto la respuesta será con respecto a otros animales. ¿Pero qué animales? ¿Todos en general, desde la ameba hasta los monos, o solo los mamíferos, orden de vertebrados al que pertenecemos, o solo los primates, clase de mamíferos de la que somos miembros, o quizá la referencia sea hacia grandes monos (gorila y chimpancé), primates con los que compartimos 98 % de nuestros genes?

    Con independencia del punto de referencia, se puede ser único de varias maneras, ya sea adquiriendo un nuevo carácter no presente en nuestros antepasados; desarrollando en términos de cantidad o calidad, caracteres que aún persisten de forma rudimentaria en estos antepasados o simplemente combinando varios caracteres que se encuentran aislados en diversas especies del conjunto de nuestros ancestros.

    ¿Cuáles son estos caracteres únicos de la especie humana? ¿Cómo han evolucionado? ¿Qué punto de referencia se ha tomado? ¿Son únicos en el sentido de un nuevo carácter? A todas estas preguntas trataremos de dar respuesta en esta obra escrita sin mucho tecnicismo, para que pueda ser entendida por un amplio público; no serán respuestas definitivas, pero serán sin duda, las más cercanas a la verdad.

    En resumen, esta obra se centra en los caracteres únicos que unen a todos los seres humanos, sean estos africanos, asiáticos, amerindios, europeos o aborígenes australianos. Ellos están en contraposición con los caracteres raciales, que separan a las poblaciones humanas, tan divulgados en la literatura y basados en rasgos que son más efectos del ambiente que del genoma común que nos une a todos en una sola especie, desde hace unos 200 mil años.

    Solo le avanzamos una cosa al lector, lo que está haciendo en este momento, es decir leyendo y aprendiendo, lo logró por haber heredado un cerebro humano y vivir en un ambiente social como el de nuestro país, donde la cultura en su sentido más amplio, prima por doquier. ¿Qué tiene que ver esto con la condición única de la especie humana? Continúa leyendo y lo sabrás…

    UNA ESPECIE ÚNICA,

    EL HOMBRE ACTUAL

    "Si el hombre exterminara a los monos, es como

    si eliminara a una buena parte de su pasado

    y el misterio que éste encierra"

    Jane Goodall

    El hombre como primate

    Todos los humanos, como entidad biológica, pertenecemos al grupo de animales con mamas, denominados precisamente por ello mamíferos. Dentro de los mamíferos, tenemos suficientes similitudes con un grupo especial de ellos, los monos o primates (primate viene de primero, pues en las antiguas clasificaciones zoológicas, este grupo se colocaba al inicio), por lo que pertenecemos a este grupo (Fig. 1).

    Estas similitudes en muchos casos son bastantes obvias, especialmente en lo referente a la anatomía, fisiología y gestos faciales, similitud que se hace más marcada con un grupo especial de primates, denominados grandes monos o simios. Los grandes monos de África (en especial el chimpancé) son los que comparten un antepasado común con los homínidos, el grupo de primates al cual pertenecemos. La ubicación de nuestra especie y de los grandes monos, dentro de la clasificación de los primates, se puede observar a continuación:

    Todos estos hechos (similitudes del hombre con los primates, en especial, con los grandes monos de África y su evolución a partir de un antepasado común con los chimpancés) hoy están bien establecidos científicamente (Tab. 1), son materia obligada en todo tratado de antropología (la ciencia del estudio del hombre) y se han divulgados en libros científicos, revistas y materiales fílmicos populares.

    Tabla 1

    Grado de hibridación del ácido desoxirribonucleico (DNA) y diferencias en cadenas de aminoácidos de proteínas, del hombre con otras especies de primates

    Fig. 1. Especies representativas de los tres grupos principales de monos o primates superiores. El mono aullador del Nuevo Mundo (arriba) ; el papión (abajo derecha) mono cercopiteco del Viejo mundo y el gorila (abajo izquierda) mono hominoide, también del Viejo Mundo.

    Aún siendo un primate, el hombre actual, denominado científicamente Homo sapiens (hombre pensador), no solo es una especie distinta a los otros humanos de su mismo grupo (los homínidos) que le precedieron, además es un primate muy especial, único en su clase, no solo por su aspecto (cuerpo desnudo de pelos, extremidades posteriores más largas que las anteriores, etc.), sino también por su inteligencia, lenguaje y conducta social, todo ello bastante alejado de un primate promedio. ¿Son estos atributos los que nos hacen únicos?

    Características únicas del hombre

    Desde la perspectiva biológica y evolutiva, los caracteres que hacen única a la especie humana actual son los siguientes:

    1. Postura completamente erecta y una marcha habitual bípeda (bipedalismo).

    2. Comunicación abstracta y simbólica (lenguaje hablado y simbólico).

    3. Cerebro relativamente grande, capaz de desarrollar:

    a) Gran inteligencia.

    b) Pensamiento abstracto y simbólico.

    c) Autoconciencia.

    d) Previsión del futuro.

    4. Desarrollo del fenómeno conocido como cultura, entendida en su forma más general, como: normas, reglas y conductas de un grupo social específico, así como los productos materiales y espirituales que de ellos se derivan (casas, danzas, vestuario, instrumentos, literatura, religión, etc.).

    5. Uso permanente y gran dependencia en la manipulación, así como en la elaboración de herramientas.

    6. Alta sociabilidad, es decir, gran capacidad para vivir en grupos sociales a través de complejas relaciones individuales y de grupo.

    7. Hijos prematuros y por consiguiente, mayor tiempo dedicado al cuidado parental (maternal, paternal y de otros parientes).

    8. Mayor proporción de proteína animal en la dieta (carnivorismo).

    9. Destacadas modificaciones en la anatomía y fisiología del aparato reproductor femenino y masculino. Para la mujer: desarrollo de grandes senos, receptividad sexual continua, ovulación no evidente, orgasmo desarrollado y menopausia. Para el hombre: pene conspicuo y conducta paterna.

    10. Piel desnuda, con solo un vello y pelo verdadero en regiones localizadas (cabeza, axila, pubis).

    Este conjunto de caracteres distinguen al Homo sapiens del resto de los primates. Sobre ellos se debe aclarar lo siguiente:

    1. No todos los antropólogos coinciden en que los diez caracteres antes mencionados son solo de Homo sapiens, la mayoría piensa que los cinco primeros son los distintivos.

    2. Si bien todos los caracteres se encuentran hoy presentes en el hombre actual, ellos fueron adquiridos de manera gradual o de forma súbita (en un tiempo geológico relativamente corto) durante el curso de la evolución humana. Solo el bipedalismo se acepta como común para todos los homínidos.

    3. Estos caracteres afectan tanto a la morfoanatomía (piel desnuda, gran cerebro), como a la fisiología (receptividad continua, hijos prematuros) y conducta (sociabilidad, cultura) de la especie humana. Pero esto se refiere al carácter que nos ha llamado la atención, pues en realidad todos ellos, de una u otra forma, afectan a los tres aspectos mencionados.

    4. Algunos antropólogos tratan de añadir peculiaridades de la especie humana actual, que también son típicas de esta, como: asociación familiar, ornamentación corporal, moralidad, xenofobia entre grupos sociales, división de labor por sexo, estructura social, visión del mundo, atención a los muertos, obligación con los parientes, nepotismo, religión, dominio del fuego, cocción de alimentos, etc., pero estas quedan englobadas en los caracteres más generales de la cultura y alta sociabilidad, de los cuales son componentes.

    5. Estos no son los únicos caracteres que diferencian al hombre del resto de los primates, pero son, como ya se ha señalado, los que lo hacen único en el reino animal. Existen marcadas diferencias anatómicas entre el hombre y los grandes monos, especialmente en las proporciones relativas de las extremidades, columna vertebral, dentición, y huesos de la cabeza entre otros. Pero estas diferencias no hacen destacar al hombre del resto de los primates.

    6. Hoy se admite sin ninguna discusión por parte de todos los que estudian la evolución del hombre, que sus caracteres considerados como únicos (y los otros también), están muy influenciados por el ambiente social y cultural que creó el propio hombre moderno, desde el mismo momento de su aparición y que desarrolló en grado sumo con el advenimiento de la civilización.

    Por lo tanto, buscar las causas biológicas y biológico-sociales de la aparición de los caracteres únicos en los humanos, como pretende esta obra, es buscar las causas últimas que motivaron esta aparición, las que quizá ahora ya no actúen y hayan sido sustituidas por causas próximas de origen sociocultural. Un ejemplo aclarará lo dicho. Las causas por las cuales un humano fabrica hoy herramientas, son básicamente sociales y culturales, los cuales no tienen que ver con su supervivencia y reproducción, pero en la etapa de homínido primitivo, si bien también estas causas socioculturales funcionaban como causas importantes, en última instancia la ventaja de hacer herramientas eran biológicas, es decir, estaban en la mejor supervivencia y reproducción de aquellos más hábiles fabricar las herramientas.

    Todos los intentos que se han hecho para explicar la evolución humana, en términos de una sola de estas características peculiares a los homínidos, han fracasado. El ejemplo clásico fue la creencia de que la obtención de carne por medio de la caza desempeñó un papel esencial en la evolución humana, y de esta forma el hombre (en el sentido del sexo masculino) como cazador, cambió drásticamente la dirección de su rumbo evolutivo. Hoy se mira a la caza y obtención de carne como un componente más de la complicada trama entre caracteres que originaron a los humanos y sus predecesores, durante el curso de su evolución.

    De igual forma han fracasado los intentos de determinar la secuencia de aparición de estos caracteres. En el pasado, era corriente la discusión sobre cuál de estos caracteres distintivos de la especie humana apareció primero en el decursar de la evolución de los homínidos y cuáles después. Por ejemplo; ¿apareció primero un gran cerebro y después la habilidad para hacer herramientas, o fue esta la que en primer lugar impulsó el desarrollo del cerebro? Hoy los paleoantropólogos (antropólogos dedicados al estudio de la evolución humana) enfocan la cuestión de otra manera, si bien admiten que uno u otro carácter tuvo que aparecer primero en una forma rudimentaria, ambos caracteres se desarrollaron por mecanismos de retroalimentación (el hacer herramientas de forma rudimentaria estimuló el desarrollo del cerebro y este a su vez el perfeccionamiento de esta habilidad), que a veces implicó no dos, sino varios caracteres.

    Muchos científicos interesados en la evolución humana opinan que la simple comparación gen por gen, del genoma humano y del chimpacé no arrojará mucha luz sobre el origen de caracteres típicos de los humanos como los aquí destacados, tales como lenguaje, habilidad manual, pensamiento abstracto, etc. Ello se debe a que estos caracteres surgieron mayormente por cambios sutiles en el funcionamiento de la interacción entre genes y en el procesamiento posterior de sus productos. El segundo mecanismo es mucho más común en los humanos que en otras especies, lo cual se traduce en que más proteínas pueden ser codificadas por genes. La evolución de nuestra especie tuvo que ver más, no con el surgimiento de nuevos genes, sino con el incremento de la complejidad de su funcionamiento en términos de producción de nuevas proteínas o de nuevas interacciones entre ellas.

    De todos los caracteres supuestamente únicos entre los humanos, esta obra destacará tres aspectos básicos:

    1. Sus características fundamentales, sobre todo su valor de supervivencia o valor adaptativo.

    2. Su posible origen y procesos evolutivos que lo hicieron ventajoso, buscando evidencias de su aparición entre los grandes monos y otros simios, e invocando los mecanismos básicos de la evolución biológica, es decir, las mutaciones, la selección natural y el azar.

    3. Cuándo apareció y cuál, de las diversas especies de homínidos que nos precedieron, lo presentó por primera vez.

    Nuestra doble herencia ecológica

    Al analizar la evolución de los caracteres únicos de los humanos, debe recordar que esta, en su aspecto biológico, tiene una doble herencia ecológica. Por un lado, sus antepasados más remotos (los pre-homínidos), eran criaturas arbóreas, adaptadas para vivir preferentemente en árboles, pero por otro, sus antepasados inmediatos (Australopitecos, Homo habilis, H. ergaster), eran criaturas terrestres, adaptadas a zonas abiertas, con todas sus influencias negativas, sobre todo climáticas y de depredadores. Ambas herencias son complementarias; sin el pasado arbóreo no hubiera podido ser posible el desarrollo ulterior de la vida en zonas abiertas. Esto se debió a que la vida arbórea capacitó a los pre-homínidos con una serie de caracteres que lo adaptaban

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